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#DescifraMensual Septiembre 2021

Septiembre no se ha caracterizado por un evento que haya marcado todo el mes, como en agosto, pero ha servido de punto de cierre y apertura de nuevas épocas, como son el “fin de la era Merkel” en Alemania o el cierre de la intervención de Estados Unidos en Afganistán y la apertura de nuevas alianzas en el Indo-Pacífico.

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Conflictos

En Myanmar el 7 de septiembre el Gobierno de Unidad Nacional (NUG) que se opone a la Junta Militar (SAC) declaraba una “guerra defensiva popular”, llamando al pueblo a tomar las armas. Aunque las Fuerzas de Defensa Popular (PDFs) han lanzado nuevas ofensivas contra el SAC en distintos puntos con el apoyo de las algunas Organizaciones Armadas Étnicas (EAOs) y han golpeado infraestructuras del gobierno la escalada no ha sido tan grande, lo que señala que la declaración es principalmente simbólica, la guerra en sí ya estaba en marcha desde hace meses. El SAC ha respondido con nuevos bombardeos aéreos, los enfrentamientos más crudos han sido en las regiones fronterizas con India, hacia donde muchos civiles se han visto desplazados, en los Estados de Magway, Chin y Sagaing. Mientras en la disputa por el asiento de Myanmar en las Naciones Unidas ha habido un acuerdo entre China y Estados Unidos para aplazar la cuestión hasta noviembre, el actual representante birmano, contrario a la Junta, ha mantenido su cargo a cambio de que no hablar durante la Asamblea General de la ONU.

Para expandir: Myanmar se levanta contra la Junta Militar

En Afganistán los Talibán anunciaron el nuevo gobierno en funciones del Emirato Islámico de Afganistán 23 días después de la rendición de Kabul. Los rumores sobre la posible división entre los nuevos dirigentes de Afganistán –algunos de ellos partidarios de una línea más radical frente a una visión más pragmática encabezada por Mullah Baradar– han sido constantes desde que tomaron el poder. El 7 de septiembre el portavoz del movimiento, Zabiullah Mujahid, compareció en rueda de prensa para revelar la composición del nuevo gabinete interino. Las promesas de un ejecutivo inclusivo en el que estuviesen representadas las diferentes etnias del país no se cumplieron. La mayoría de los cargos son ocupados por hombres de etnia pastún. Además, ninguna mujer ha sido designada para ocupar algún cargo de relevancia. Mullah Mohammad Hassan Akhund, fundador de los Talibán, es el jefe de Estado; Sirajuddin Haqqani, designado “terrorista global” por el gobierno de Estados Unidos y miembro de la “Red Haqqani” —una organización apoyada por Pakistán—, es ministro de Interior; Mullah Yaqoub ocupa la cartera de Defensa. Yaqoub es el hijo del Mullah Omar, fundador de los talibán y primer “Emir de los Creyentes”. El Ministerio de Exteriores lo dirige Amir Khan Mottaki. Mullah Abdul Ghani Baradar, líder adjunto de los Talibán y confundador del movimiento, es viceministro de Estado. Baradar salió de la cárcel en Pakistán, tras ocho años recluido, gracias a la mediación de la Administración Trump. Mullah Haibatullah Akhundzada el actual “Emir de los Creyentes” sigue siendo el líder absoluto del grupo. Es preciso tener en cuenta que 2016 Ayman al Zawahiri, dirigente de Al Qaeda, juró lealtad a Akhundzada.

Miembros de los Talibán intentan detener el avance de una manifestación de mujeres en Kabul | Marcus Yam / Los Angeles Times vía de Getty Images

La resistencia anti-talibán, capitaneada por ex-vicepresidente de la República de Afganistán, Amarullah Saleh, y Ahmad Massoud, quedó reducida al valle de Panjshir. El Frente Nacional de Resistencia (FNR) tenía opciones muy limitadas para poder resistir debido al corte de las comunicaciones y el bloqueo talibán que dificultaba la llegada de diferentes suministros. A pesar de los llamamientos de FNR a Occidente en busca de ayuda ningún país les proporciono asistencia alguna. La ofensiva Talibán en Panjshir, que comenzó a principios de septiembre tras el fracaso de las negociaciones con la oposición, pudo en cuestión de pocas semanas derrotar y eliminar a la resistencia de su única plaza.

Para expandir: La caída del Valle de Panjshir

La guerra había terminado pero no los problemas para los nuevos dirigentes. Varias manifestaciones recorrieron Afganistán en apoyo a la bandera nacional de la República Islámica de Afganistán. Las mujeres realizaron protestas pidiendo que se respetasen sus derechos básicos —como estudiar o trabajar—, pero muchas de estas marchas fueron dispersadas con violencia por parte de militantes talibán. De nuevo las declaraciones de los Talibán sobre el respeto a los derechos de las mujeres quedaron opacadas por sus actos: prohibición de acceder a la escuela secundaria a todas las niñas hasta que haya un “entorno islámico adecuado”; no se permitió el trabajo femenino mas allá del sector sanitario. El gobierno talibán sigue sin tener acceso a las reservas afganas en Estados Unidos mientras enfrenta una gravísima crisis humanitaria, acentuada por el éxodo de miles de afganos y los refugiados internos. Entre las principales preocupaciones, como la falta de insumos médicos, destacan las deudas contraídas con los vecinos por el suministro eléctrico. Varios países incluidos, Catar, China, Pakistán o Turquía, han enviado ayuda humanitaria. La situación de seguridad ha mejorado notablemente desde la vuelta del Emirato, sin embargo ha habido ataques revindicados por el Estado Islámico – Provincia del Khorasan (ISKP), una organización abiertamente enfrentada a los Talibán. Ningún país ha reconocido al gobierno de los talibán en septiembre, aunque sí se han mantenido encuentros con representantes de varios estados, destacando China y Pakistán o Rusia y enviados especiales de la ONU o la Unión Europa. Entre los vecinos regionales destaca la posición de Uzbekistán y Turkmenistán, también Irán aunque en menor medida, que mostraron su disposición a llegar a compromisos con el Emirato. Sin embargo, Tayikistán ha sido muy crítico con los Talibán y asegura que defenderá que los afganos tayikos tengan un “papel digno” en el nuevo Afganistán.

Nuevos Golpes

El 5 de septiembre tenía lugar el golpe de Estado en Guinea protagonizado por el Grupo de Fuerzas Especiales (GFS) y liderado por la máxima autoridad de las GFS, Mamady Doumbouya, que se enfrentaron a la Guardia Republicana de Guinea. El golpe de Estado provocó el derrocamiento del presidente Alpha Condé, en el poder desde el año 2010, que se había presentado a un tercer mandato tras enmendar la constitución que lo prohibía contra el rechazo de una mayoría social. Posteriormente los militares asumieron el poder y crearon el Comité Nacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (CNRD). El 20 de septiembre se anunciaba la creación de un nuevo Gobierno que consta de 16 ministerios con Mamady Doumbouya como Presidente Interino. El golpe de Estado en Guinea ha hecho saltar las alarmas a nivel internacional por temor a que se interrumpiese el suministro de aluminio ya que el país es uno de los mayores productores a nivel mundial. Esto de tradujo en una subida drástica de los precios de esta materia, la condena y sanciones por parte de Estados y organizaciones internacionales. Uno de los ejemplos más llamativos fue la suspensión de la membresía del país en la Comunidad de Estados del África Occidental (CEDEAO) y la Unión Africana. Guinea se encuentra actualmente en un escenario incierto y cargado de tensión tanto a nivel político, social y económico.

Para expandir: Golpe de Estado en Guinea: primeros pasos hacia un futuro incierto / Golpe de Estado en Guinea

El coronel Mamady Doumbouya durante su juramentación el 1 de octubre de 2021 en Conakry | Cellou Binani / AFP

Mientras el presidente tunecino Kais Saied confirma su deriva y se consolida en el poder. Con el Artículo 80 de la Constitución mediante, el mandatario congeló hace dos meses las funciones del parlamento, destituyó al primer ministro Mechichi —en el entorno de Ennahda— y concentra en su figura poderes extraordinarios. Saied promulgó este 22 de septiembre medidas excepcionales para reorganizar el poder ejecutivo y legislativo, reservándose la capacidad de aprobar “textos legislativos” por decreto y nombrar miembros del gabinete. El entorno presidencial informó además de que un grupo de expertos trabaja ya en la redacción de enmiendas constitucionales, un cambio ampliamente anunciado por Saied, que afirmó que la actual Constitución de 2014 es insuficiente para abordar los problemas del país. La decisión ha sido respondida por gran parte del espectro político tunecino. El islamismo político de Ennahda denuncia que las medidas del Presidente suponen de facto una anulación de la Carta Magna; el partido atraviesa una grave crisis interna, al señalamiento de Saied se suma la dimisión masiva de un centenar de altos cargos que criticaron la incapacidad de la actual dirección del partido —encabezada por el veterano político Rashid Ghannouchi— para plantar cara a la “tiranía”. La UGTT, el mayor sindicato del país y parte clave en el proceso de transición del 2014, califica el escenario de “paso peligroso” y aseguró que “el presidente ha perdido su legitimidad por violar la constitución”. El 26 de septiembre importantes movilizaciones recorrieron el país y tres días después Saied nombró a la profesora de geología Najla Bouden Romdhane como nueva Primera Ministra. Una medida para paliar la anormalidad institucional que no parece convencer a todos los actores internacionales; en concreto destaca el posicionamiento del G7, que el 7 de septiembre instó en una misiva a nombrar rápidamente un nuevo jefe de gobierno y regresar al “orden constitucional, en el que un parlamento elegido juega un papel importante”.

El 21 de septiembre, Sudán amanecía con un intento de golpe de Estado, durante horas reinó la incertidumbre y se reportaban disparos y movimientos de tropas en la capital. Sin embargo, el golpe fue controlado en poco tiempo, se cerraron los principales puentes de la capital para salvaguardar la integridad de las instituciones, se detuvo 21 generales y varios soldados y se señaló al general Abdel-Baqi Al-Hassa como presunto líder del golpe. El primer ministro sudanés, Abdallah Hamdok, declaraba como responsables a los partidarios del expresidente Omar al Bashir, y dijo que el incidente confirmaba “la necesidad de reformar el aparato de seguridad y militar”. No obstante, la situación de tensión en Sudán no termina en el intento del golpe de Estado, la unidad del gobierno de transición está en juego, el golpe ha revelado las tensiones entre los componentes civiles y militares de la transición. Si Hamdok hablaba de reformas en los aparatos de seguridad, el jefe del Consejo Soberano, el general Abdel Fattah al-Burhan, y su adjunto, el general Mohamed Hamdan Dagalo “Hemedti” acusaron a los políticos de crear las condiciones para el golpe de Estado “buscando beneficios personales y descuidando a los ciudadanos”.

Al mismo tiempo se sucedían protestas en el este del país debido a la Vía del Este de Sudán contemplada en los acuerdos de Juba de 2020 y el descontento con el gobierno. Las protestas han supuesto importantes complicaciones para el gobierno central ya que los manifestantes cortaron las principales carreteras, los principales puertos y los gaseoductos que proveen a la capital. Actualmente el bloqueo de suministros de los puertos y carreteras amenaza con dejar a la capital sudanesa sin combustible, medicinas esenciales y trigo. El gobierno ha reconocido el carácter legítimo de las protestas, pero ha señalado que estas actuaciones “dañan los intereses de todos los sudaneses” y han llamado a entablar conversaciones.

Transiciones y tensiones

La crisis triangular entre Marruecos-España-Argelia ha continuado escalando durante el mes. El 22 de septiembre el Consejo Supremo de Seguridad de Argelia tomaba la decisión de cerrar el espacio aéreo a todas las aeronaves civiles y militares marroquíes citando “provocaciones y prácticas hostiles” de Rabat. El diplomático argelino Amar Belani advertía: “no se puede descartar la adopción de medidas adicionales”. Esto se produce tras la ruptura de relaciones diplomáticas por las disputas del Sáhara Occidental y el corte de suministro de gas a Marruecos. España preocupada por el suministro de gas en medio de la crisis energética mundial envió a su Ministro de Exteriores para asegurar que el abastecimiento continuará sin problemas. Por su parte Rabat está tratando de re-aproximarse a Madrid tras la crisis del caso Ghali y Ceuta, lo cual puede haberse encontrado con una nueva dificultad cuando el Tribunal de Justicia de la UE anuló el 29 de septiembre los acuerdos comerciales entre la UE y Marruecos en materia de agricultura y pesca, que permiten a Marruecos exportar productos del Sáhara Occidental.

Para expandir: Problemas a la vista en España: crisis del gas por el conflicto entre Argelia y Marruecos / El caso Ghali: entre el espionaje, lawfare y zona gris

A mitad de septiembre Estados Unidos, Australia y Reino Unido anunciaron una triple alianza militar para el Indo-Pacífico. Con el claro propósito de contener a China. Además de ello, Australia adquirió de Estados Unidos submarinos con capacidad nuclear, una cuestión que desataría la furia de Francia ya que Camberra rompería el contrato francés por valor de 90 mil millones dólares que le dotaba de 12 submarinos diésel-eléctricos avanzados. Esto desencadenó una fuerte crisis diplomática entre Francia y la nueva triple alianza, llegando Francia a llamar a consultas a sus embajadores. París elevaría el tono durante días, llegando a sumarse sus altos cargos europeos. Las relaciones estadounidenses con algunos de sus aliados europeos que ya sufrieron un revés durante la crisis de Afganistán, tienen ahora una nueva puntilla que no será fácil olvidar.

El Presidente de EE.UU., Joe Biden, pronuncia un discurso sobre la iniciativa de seguridad nacional AUKUS en la Sala Este de la Casa Blanca en Washington, DC, EE.UU., el 15 de septiembre de 2021 junto al Primer Ministro australiano, Scott Morrison (izq.), y el Primer Ministro británico, Boris Johnson (der.), virtualmente | Oliver Contreras / EFE – EPA

El 26 de septiembre tuvieron lugar las elecciones federales alemanas, tras 16 años gobierno de Angela Merkel, Alemania buscaba a su nuevo líder. Los resultados no supusieron una sorpresa, como se pronosticaba, el SPD, con su candidato Olaf Scholz, quedaron en primera posición seguidos por la CDU y los Verdes. Tal y como pronosticaban los sondeos, la coalición más probable sería la semáforo (SPD, Verdes y liberales). Actualmente están en proceso de negociación, y es probable que hasta dentro de unos meses no tengamos nuevo gobierno en Alemania. Una coalición semáforo seguramente supondrá una continuidad con el legado de Merkel, pero no lo sabremos con certeza hasta ver el programa y los primeros meses del ejecutivo.

Para expandir: Alemania busca al sucesor de Angela Merkel / Die Linke: la izquierda que puede dejar de estar proscrita / Orígenes y consolidación del partido verde alemán

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