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Alemania busca al sucesor de Angela Merkel

Portada vía Financial Times

El próximo día 26 de septiembre tendrán lugar las elecciones federales alemanas. Alemania con sus 80 millones de habitantes es posiblemente el país más importante de la Unión Europea, además de ser la principal potencia económica europea. Por tanto, las consecuencias de las elecciones se harán notar en todo el territorio del Bloque europeo. El escenario de igualdad entre los dos grandes partidos, la CDU y el SPD, hace que estas sean las elecciones más interesantes en los últimos años en Alemania ¿Quién conseguirá el trono que ha dejado Angela Merkel?

La CDU, huérfana de Merkel

Alemania será testigo del traspaso de poder de su canciller Angela Merkel, en el poder desde hace 16 años. Merkel ha sido la figura europea más importante de la última década, con claro protagonismo en la crisis económica, la crisis de refugiados y la crisis del coronavirus. La canciller alemana fue la principal valedora de las políticas de austeridad y recortes para intentar atajar la crisis de la deuda, pero también en su haber está la defensa del Fondo de Recuperación Europeo. Como vemos, quien lidere en Berlín, tiene gran importancia en la política europea.

El ejecutivo de Merkel se ha caracterizado por el pragmatismo y la prudencia. Sus éxitos políticos derivan de haber sabido entender a la sociedad alemana y haber hecho suyas las políticas de sus rivales, por ejemplo, las de su socio de coalición, el SPD, al que acabó anulando durante años. Con el gobierno Merkel se acabó aprobando el matrimonio igualitario (a pesar de la abstención de la canciller), se realizaron políticas de apoyo a las familias e incluso se llegó a introducir el primer salario mínimo en Alemania. La sombra que deja Merkel en la política es muy alargada, siendo difícil que su sucesor pueda estar a la altura de las expectativas.

Por tanto ¿Quiénes son los principales protagonistas de estas elecciones? En primer lugar, Armin Laschet, quien fue elegido candidato de la CDU el pasado enero. Segundo, Olaf Scholz, exvicecanciller y Ministro de Finanzas de los socialdemócratas del SPD. Y tercera, Annalena Baerbock, del partido de los Verdes.

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Como hemos comentado, la CDU ha confiado su futuro a Armin Laschet, veterano parlamentario y presidente de la región de Renania del Norte-Westfalia. Fue elegido principalmente para ser el puente de unión entre la corriente más derechista del partido y la más liberal, de carácter ecologista. Una de las características de Laschet, y lo que le ha hecho auparse al liderato de la CDU, ha sido hacerse ver como una figura continuista de Angela Merkel, cuya valoración sigue siendo altísima entre la mayoría de los votantes alemanes. Laschet, sin embargo, adolece de una falta de carisma, generando poca estima entre los votantes conservadores. Otro problema que ha encarado Laschet son sus difíciles relaciones con su socio electoral, la CSU y en especial su carismático y muy bien valorado líder Markus Söder.

La CSU, partido bávaro conservador, es sumamente importante para asegurarle la victoria al campo democristiano, sin embargo, las relaciones entre la formación de Bavaria y la CDU siempre han sido difíciles. La CSU lleva ganando elecciones en Bavaria desde 1949, suponiendo un porcentaje muy relevante para la Unión (CDU/CSU), además de eso, en el último gobierno ha controlado carteras importantes como la de Interior. Como ya se ha comentado, la CSU ha tenido choques con su aliado conservador y con Merkel, ya que la formación bávara se ha caracterizado por una posición más de derechas, contraponiéndose a la postura de “equilibrio ideológico” de la canciller. Además de eso, la formación de Bavaria se caracteriza por un sentimiento de superioridad fruto del nacionalismo bávaro.

De momento parece que la apuesta por Laschet está saliéndole mal a la CDU, ya que desde hace semanas el SPD lidera las encuestas. Esto ha hecho que los conservadores se hayan puesto nerviosos, teniendo que recurrir al discurso del “miedo a la izquierda”. Poco creíble, teniendo en cuenta el perfil de Scholz. Lo cierto es que la campaña de los democristianos ha sido bastante errática, a las peleas internas dentro del partido, se han sumado los errores de su candidato Armin Laschet. Durante las fuertes inundaciones de julio en Alemania, que causaron más de 100 muertes, se pudo ver al candidato de la CDU riéndose de fondo durante un discurso del Presidente. Estas imágenes causaron una fuerte polémica en el país, más si cabe cuando una de las regiones más afectadas fue Renania del Norte-Westfalia, lander de Laschet. Esto contrasta con la imagen de Merkel cogiendo de la mano a la socialdemócrata Malu Dreyer, jefa del gobierno regional del estado de Renania-Palatinado, durante una visita al mismo, una de las zonas más devastadas.

Portada de DER SPIEGEL poniendo de manifiesto la bajada de Laschet

Más allá de eso Laschet ha tenido que sufrir el desgaste de la mala gestión, no solo de las inundaciones, sino de la pandemia. Recordemos que, en un primer momento, Alemania solventó con éxito las primeras olas del coronavirus, sin embargo, durante la tercera ola el país sufrió enormemente. Sumando, además una campaña de vacunación inicial que ha dejado muchas dudas en el país. La crisis de Afganistán parece que ha podido dañar también la imagen de Laschet, curioso cuando quien tiene la cartera de exteriores es el SPD, que ha conseguido pasar de puntillas. Angela Merkel se había mostrado como la garante de la previsibilidad, la seguridad y la certidumbre, y esto último es algo que aprecian enormemente los alemanes. No parece que Armin Laschet transmita lo mismo, mientras esto ocurre los ruidos de sables se escuchan en Bavaria, con Markus Söder preparado para salir a la palestra y dar el golpe de gracia a Laschet.

La CDU actual tiene por delante un dilema importante, con Merkel el partido creció hacia el centro, siendo la principal defensora del cordón sanitario a la extrema derecha. Sin embargo, queda por ver si la nueva dirección decide seguir la senda de la canciller, o, sin embargo, apuesta por tomar como suyas algunas recetas de la extrema derecha, en temas de la inmigración o Europa. No sería descartable si finalmente la CDU pierde el gobierno.

El SPD remonta gracias a Olaf Scholz

Parece que el SPD ha encontrado en su candidato Olaf Scholz la llave hacia el éxito, según las últimas encuestas, el candidato socialdemócrata sería el ganador de las elecciones con una ventaja de cinco puntos porcentuales. Esto es cuando menos sorprendente, ya que los socialdemócratas alemanes llevan de capa caída desde el fin del gobierno de Gerhard Schroeder (2005), debido a sus reformas económicas de carácter neoliberal, por ejemplo, en esa época se crearon los minijobs. Los socialdemócratas desde 2013 participarían en dos gobiernos de coalición consecutivos, a la sombra del socio mayoritario, la CDU. Sin embargo, parece que la elección de Olaf Scholz como candidato ha sido todo un acierto, ya que el público alemán le percibe como el más competente de los candidatos. Scholz pertenece al ala conservadora del partido, eso ha hecho que muchos votantes de centroderecha apuesten por él en detrimento de Laschet.

Olaf Scholz ha sido uno de los grandes defensores de la gran coalición SPD-CDU, de hecho, ya fue ministro en el primer gobierno de Merkel (2007-2009). Durante su etapa como Ministro de Finanzas (2018 hasta actualidad) decidió ir de la mano de la CDU en su programa de gobierno. Scholz es un dirigente alemán que defiende que un mejor control de la UE pasa por una mayor compenetración entre el SPD y la CDU, siendo considerado un “hombre de Estado”. Inteligentemente el líder socialdemócrata ha jugado la carta de parecerse lo máximo posible a Merkel, bajo la máxima, “cuando los alemanes se den cuenta de que Merkel ya no estará, confiarán su futuro en alguien parecido, y entonces acudirán a mí”. El SPD ha buscado explotar esa vía, sin mucha discreción; en el periódico Süddeutsche Zeitung, Scholz aparecía haciendo el famoso gesto de las manos de Merkel, el llamado “rombo de Merkel. Además, el SPD ha copiado el famoso eslogan de campaña de la canciller en 2013, “Tú me conoces”. Scholz ha buscado presentarse como un clon de su antecesora, pausado e infalible, sinónimo de fiabilidad y estabilidad, algo que gusta mucho al público alemán. Ambos líderes tienen en común muchos aspectos, dominan la ambigüedad política, evitan pronunciarse ante temas polémicos, apuestan por el pragmatismo y son representantes de las corrientes más centristas de sus partidos. Scholz ha conseguido ser visto por el electorado alemán como el candidato más competente, más preparado, más simpático… en definitiva, el mejor sucesor posible a Merkel.

Otro punto a favor que explica el éxito del SPD, es su buena campaña electoral, mientras que sus rivales se han desgastado debido a errores groseros, los socialdemócratas han apostado por el perfil bajo, sin hacer ruido. El eje de campaña de Scholz se ha basado además en defender medidas redistributivas, de ahí que los alemanes perciban que los más competentes para enfrentarse a la precariedad que sufre el país seann los socialdemócratas. El SPD aboga por subir el salario mínimo a 12 euros, la construcción de vivienda asequible, una reforma de las pensiones para aumentar el poder adquisitivo de estas y, por último, subir los impuestos a las rentas altas. Desde hace 15 años, el SPD no lidera en las encuestas, ahora tienen la oportunidad de hacer los cambios que propugnaban en la gran coalición, pudiendo hacer remontar a un partido que ha perdido la mitad de los votos en los últimos años.

Olaf Scholz haciendo el famoso gesto de Merkel con las manos

Por último, cabría mencionar alguna de las pistas que ha dejado Scholz en lo referente a la política exterior que podría aplicar. El principal cambio, un nuevo enfoque hacia Rusia. El candidato socialdemócrata ha señalado la necesidad para la UE de renovar su política al tratar con Rusia. “Necesitamos una nueva Ostpolitik”, en referencia a la estrategia de distensión hacia la Unión Soviética propugnada por el canciller socialdemócrata Willy Brandt en los setenta. Eso sí, Scholz ha destacado que Moscú debe de aceptar una “mayor integración europea”. El partido socialdemócrata se caracteriza por defender una postura de mayor entendimiento con Rusia, esto sería un cambio considerable con la era Merkel, que se basaba en una posición ambigua, pero con una inclinación clara hacia la OTAN. En Europa, el SPD defenderá una posición más de integración y no pro-austeridad fiscal, lo cual también es un cambio importante ¿podríamos ver una Alemania más alineada a Francia y a los países del sur próximamente?

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La irrupción de los Verdes

La tercera en discordia es Annalena Baerbock, de los Verdes alemanes. A pesar de que en estas próximas elecciones el partido ecologista conseguirá seguramente el mejor resultado de su historia, lo cierto es que se han ido desinflando a lo largo de la campaña electoral. Han pasado de liderar las encuestas a ir terceros, rondando el 16% de intención de voto. La candidata de 40 años Baerbock ha sufrido un fuerte desgaste durante estos meses, teniendo en primer lugar varios errores en su campaña. Baerbock no declaró unos ingresos extra al Budestag, realizó varias modificaciones a su currículum y recibió denuncias de plagio en su libro que publicó para reforzar su campaña electoral. En definitiva, errores importantes que han dañado su figura.

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También hay que destacar que el ascenso meteórico de Baerbock fue contrarrestado por la CDU (entonces segundo) con una campaña mediática bastante sucia. Aun así, eso no quita los errores anteriormente cometidos. Más allá de eso, los Verdes solo han sabido explotar su agenda medioambiental en el debate político, muy importante para los alemanes, pero insuficiente si se quiere conseguir un voto más transversal y acceder a la cancillería. A pesar de lo comentado, lo cierto es que Annalena Baerbock es una buena candidata para unos Verdes, que no olvidemos, obtuvieron el 9% de los votos y ahora rondan el 15-17%. Como señala The Economist, Baerbock destaca por un estilo de comunicación sencillo y un gran dominio de los detalles de las políticas. Más allá de la agenda ecologista, los Verdes apuestan por la digitalización (uno de los puntos flacos de Alemania) y apoyar las políticas redistributivas y una mayor inversión pública, mostrando consonancia con el SPD.

En política exterior ofrecen una visión alternativa, con una posición más atlantista que en la CDU y el SPD, abogando por una política dura hacia Rusia (han sido muy críticos con el Nord Stream 2) y con China. Los países del Sur podrían encontrar un gran aliado en los Verdes, ya que estos apoyan una mayor integración europea, que el mecanismo del Fondo de Recuperación no sea puntual, además de propugnar una mayor relajación de las reglas fiscales europeas. Todo apunta a que los Verdes volverán a sentarse en el gobierno federal alemán, consiguiendo más poder que antaño, solo queda ver a qué partido deciden apoyar para la cancillería.

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¿Qué coaliciones se podrán dar?

En este escenario tan volátil en el que unos pocos puntos porcentuales pueden significar la victoria y derrota, es recomendable examinar qué tipos de coaliciones se podrían dar en un futurible gobierno federal alemán.

Encuesta de principios de septiembre

La más probable es la coalición semáforo; SPD, Verdes y FDP. Aquí el problema para el SPD y los Verdes sería el partido liberal del FDP. El FDP, conocido partido bisagra alemán, con claras divergencias en materia económica y social. El partido liberal ha comunicado su interés en pedir las carteras económicas, su líder, Lindner ya ha rechazado una hipotética subida de impuestos y relajar las reglas fiscales. De hecho, el FDP propugna más la austeridad fiscal que la CDU. Aun así, hay que destacar que en los últimos años una serie de decisiones del partido liberal ha hecho que este pierda la confianza de parte del electorado. En primer lugar, se negaron a apoyar a la CDU en el 2017, provocando que la formación de gobierno se dilatara meses. En el estado de Turingia, se intentaron apoyar en la CDU y AfD, rompiendo el cordón sanitario a la extrema derecha. En los últimos tiempos han conseguido remontar, el pragmatismo del partido liberal puede hacer que se decidan a entrar en una coalición semáforo, relajando sus posturas económicas y sociales.

Otra posibilidad, la coalición Jamaica; CDU, Verdes y FDP. Tomó fuerza cuando la CDU lideraba las encuestas (o los Verdes), pero ahora es más complicado, sobre todo cuando el partido ecologista ha mostrado una mayor sintonía con los socialdemócratas. No se debería descartar ya que los conservadores podrían tentar al partido ecologista, el partido liberal, mientras tanto, ha mostrado su preferencia en pactar con la CDU. Lo que queda claro, es que la Unión no necesita ser primera para gobernar.

¿Podría darse una nueva Gran Coalición entre el SPD y la CDU? Poco probable, por el desgaste desde 2013, pero no sería descartable, aunque con el cambio de liderato en favor de los socialdemócratas. Incluso se especula con la inclusión del FDP, pasando a llamarse Coalición Alemania.

También se ha especulado con un posible gobierno de izquierdas que englobaría al SPD, los Verdes y Die Linke (la Izquierda). Aunque la CDU ha jugado con esta posibilidad para inspirar el “miedo”, lo cierto es que es poco factible. Los Verdes ya han anunciado que la divergencia en política exterior es demasiado grande. Die Linke es un partido claramente anti-OTAN que defiende el acercamiento a China y Rusia, además de ser muy euro crítico. Una línea roja que el partido ecologista no quiere cruzar.

El próximo 27 de septiembre quizás podríamos saber qué candidato sustituirá a Angela Merkel, es probable que las negociaciones se dilaten durante semanas, más si el resultado es tan apretado como se presupone. La Alemania post Merkel ha llegado.

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