Leyenda del mapa – vía @suriyakmaps
Rojo – Movimiento houthi y aliados. Apoyados internacionalmente por Irán.
Verde – Gobierno de Yemen encabezado por Mansur Hadi. Apoyados internacionalmente por la coalición encabezada por Arabia Saudí.
Amarillo– Consejo de Transición del Sur de Yemen. Conglomerado de milicias regionalistas a favor de la autonomía o separatistas a favor de la independencia de Yemen del Sur. Apoyado internacionalmente por Emiratos Árabes Unidos.
Negro – AlQaeda en la Península Arábiga
Breve introducción
La guerra de Yemen ha sido, sin duda, uno de los conflictos más relevantes de la época contemporánea a pesar de su olvido mediático, un buen reflejo de las tensiones existentes en Oriente Medio, así como un eje de la política internacional regional entre la guerra proxy y las intervenciones extranjeras. El pueblo yemení no ha terminado de consolidar un Estado, unificado entre la diversidad nacional pero sin consideración de la realidad territorial.
Un desastre humanitario sobrevenido que explicaremos detalladamente. La guerra no ha hecho sino actuar de sinergia con la pobreza. Las consecuencias han sido patentes: epidemias, falta de infraestructuras, hambruna, yihadismo, destrucción de patrimonio, bloqueos humanitarios y la pérdida de innumerables vidas. Pero la Guerra de Yemen ha sido mucho más. Especialmente desde la intensificación de la campaña por Marib desde 2020 y 2021. Los intentos por llegar a altos el fuego en 2022 y la confirmación de nuevos gobiernos han abierto una ventana a la diplomacia al tiempo que lo hacían las potencias regionales.