Por Alejandro López.
A mediados de julio, solo 3 meses después de que Joe Biden anunciase su retirada de Afganistán, los talibanes ya habían logrado pasar de controlar unos 70 distritos a más de 220, triplicando el número. No obstante, las cifras imbuían cierta propaganda ya que las zonas bajo su dominio no eran estratégicas, seguían siendo rurales, pequeñas poblaciones y no iban acompañadas de una ofensiva real sobre las capitales regionales.
La gran campaña urbana
Poco antes de las importantes campañas urbanas de agosto, los talibanes estaban realizando ataques puntuales, más o menos intensos, y asedios sobre las ciudades más importantes como Herat y Kandahar, sin éxito. En Herat encontraron la resistencia de muyahidines históricos como Ismail Khan, que volvió a recibir el apoyo de Estados Unidos, pero la ciudad corría el riesgo de ser la primera en caer como se veía en la división que los talibanes lograron imponer entre la urbe y su aeropuerto. Pronto a estas dos se unía Lashkar Gah, la capital de la región de Helmand, muy cerca de la sureña ciudad de Kandahar. En las tres ciudades se vivían intensos combates, incluso llegando al centro de la ciudad en Lashkar Gah. El gobierno afgano siguió la estrategia de enviar sus Fuerzas Especiales a los puntos de mayor fricción según iba siendo más acuciante la situación local, lo cual también limitaba su actuación en lugar de concentrarla. Las capitales Taloqan (provincia de Tajar) y Sheberghan (provincia de Jawzjan) se unieron como objetivos de asedio a Lashkar Gah (provincia de Helmand) y las importantes Herat y Kandahar (capitales de las provincias homónimas).
Día 6 de agosto: La caída de Zaranj (1/34)
El 6 de agosto caería la primera capital provincial del país: Zaranj (provincia de Nimruz), una localidad en la frontera con Irán de importancia media-baja. Ante la entrada de los talibanes en Zaranj, el gobierno afgano y Estados Unidos responderían con bombardeos sobre el centro de la ciudad, así como bombardeos en las ciudades sureñas de Kandahar y Lashkar Gah.
Día 7 de agosto: La caída de Sheberghan (2/34)
El 7 de agosto caería la segunda capital: Sheberghan (provincia de Jawzjan). Dos capitales en dos días. La ciudad ya venía siendo objeto de asedio unos días y conformaba la primera caída de una capital norteña, lo cual resultaba inédito en el imaginario talibán. La defensa por milicias locales había corrido a cargo de grupos uzbekos ligados al señor de la guerra Abdul Rashid Dostum, por lo que el éxito en la región de Jawzjan se multiplicaba con la entrada talibán en el corazón de la antigua Alianza del Norte –territorio septentrional no controlado por el Emirato Islámico en los 90-, marcado por la esencia uzbeka y por un perfil tan potente como Dostum.
Como ocurriera tras la toma de Zaranj, la respuesta fue el bombardeo por la aviación y el envío de refuerzos –esta vez desde la vecina norteña Marzari Sharif- para apoyar a los milicianos de Dostum recluidos en el aeropuerto de Sheberghan. Los talibán mantuvieron la apuesta por el norte atacando la ciudad al este de Marzari Sharif: Kunduz; mientras el bando gubernamental se esforzaba en mantener mediante ataques aéreos Lashkar Gah, con más población que Zaranj y Sheberghan juntas.
Día 8 de agosto: La caída de Kunduz, Sar-e-Pol y Taloqan (5/34)
El 8 de agosto caerían tres capitales seguidas: Kunduz (provincia de Kunduz), Sar-e-Pol (provincia de Sar-e-Pol) y Taloqan (provincia de Tajar). Cada una de las tres ciudades era más importante y estaba más poblada que las anteriores, con Kunduz a la cabeza. Tanto Kunduz como Sar-e-Pol se encontraban al norte del país y cayeron por la mañana, quedando algunas bolsas dentro de las ciudades que fueron tomadas a lo largo del día entre bombardeos de la aviación. Los combates en Kunduz se intensificaron con el operativo de las Fuerzas Especiales y los bombardeos en el centro, mientras los talibanes se lanzaron a por el aeropuerto, último reducto gubernamental.
Al tiempo que se avanzaba en la toma de la ciudad de Kunduz, los talibanes alcanzaban la tercera de las ciudades norteñas en un solo día: Taloqan. De nuevo, es muy relevante el dato de que de las 5 capitales conquistadas por los talibanes, las 4 más importantes se encontraban en el norte del país, que nunca llegó a controlar el Emirato Islámico de manera consolidada. Los primeros reportes de la tarde desde Taloqan se centraron en la liberación de reclusos en la prisión de la ciudad pero en unas horas se anunciaba la toma no solo de Taloqan sino de toda la provincia de Tajar.
Aún quedaba el cierre de Kunduz por el aeropuerto, ya que las tropas gubernamentales lograron resistir en la importante ciudad, pivote de las ciudades del norte o la ruta a Tayikistán. Para el día siguiente los talibanes habrían logrado revertir los avances de la contraofensiva del gobierno de Kabul en Kunduz y tomar la base militar Bala Hisar. A última hora del día 8 los talibanes habrían intentado tomar una sexta ciudad: Puli Khumri, fracasando ante las fuerzas del gobierno.
Día 9 de agosto: La caída de Aybak (6/34)
El 9 de agosto caería la sexta capital: Aybak (provincia de Samangan). Del mismo modo que ocurriera en Taloqan, los talibanes acudieron a la prisión de Aybak para liberar a los suyos. Al asalto a la capital se unió la deserción de varios centenares de milicianos gubernamentales dirigidos por el parlamentario Nabi Jan, que habrían pasado a unirse a los talibanes. Finalmente la rendición de la ciudad podría haber estado pactada. La ciudad de Aybak, la última capital en caer, se encontraba también en el norte y en la ruta entre los otros dos focos de ataque en el momento: Puli Khumri al sur y Marzari Sharif al norte.
Puli Khumri era una ciudad con un peso importante similar al de ciudades de relevancia media-alta como Lashkar Gah o la ya tomada Taloqan, con el aliciente de que Puli Khumri conectaba directamente Kunduz con Kabul por carretera. Mazari Sharif es una de las ciudades más importantes del país, la cuarta en tamaño, por lo que el gobierno priorizó su defensa con el envío de refuerzos a su provincia. Pero la caída de Aybak lograba aislar Mazari Sharif por vía terrestre.
A última hora del día los talibanes lanzaban asaltos sobre Farah, al norte de Zaranj, la primera ciudad que tomaron junto a la frontera iraní; y Faizabad, también en el norte pero en la zona de Badajshan, región fronteriza con China. Por su parte, la situación en Herat se posicionó más favorable para el gobierno, del mismo modo que ocurría con la ampliamente bombardeada Lashkar Gah, donde recuperaron zonas importantes.
Para saber más: Seis capitales provinciales caen bajo los taliban en menos de cuatro días.
Día 10 de agosto: La caída de Farah, Puli Khomri y Faizabad (9/34)
El 10 de agosto caerían nuevas capitales: Farah (provincia de Farah), Puli Khomri (provincia de Baglan) y Faizabad (provincia de Badajshan). Siguiendo la campaña del día anterior contra Farah y Faizabad, se acabarían produciendo multitud de rendiciones en la primera hasta la caída de la ciudad el día 10, aunque el ex jefe de inteligencia de Farah aseguró que reorganizaría sus efectivos para reforzarse de cara a un contraataque en Farah. Los ataques en Mazari Sharif se intensificaron, con el asedio talibán y los bombardeos de la aviación en su contra en la provincia de Balh. Por la tarde caería la capital de Baglan, Puli Khomri, clave para la conexión de Kabul y el centro con Mazari Sharif.
A los ataques talibanes sobre Faizabad y los intensos combates en Kandahar y Lashkar Gah, se unirían ataques sobre Qalat, Ghazni, Maimana, Gardez y Firuzkoh. Finalmente, a última hora los talibanes entrarían exitosamente en Faizabad, tomando la última capital provincial del norte antes de enfocarse en el pivote: Mazari Sharif.
Ésta se convirtió en el baluarte gubernamental, al que llegarían numerosos refuerzos dirigidos por el histórico líder uzbeko Dostum para cambiar la estrategia en torno al norte y organizar una defensa férrea de la ciudad, así como una contraofensiva para tratar de retomar Sheberghan, caída el día 7 de agosto. Esta ciudad, además de ser la cuarta más grande de Afganistán, era el último punto de conexión con los países de Asia Central por el norte.
Día 11 de agosto (9/34)
La velocidad de la caída del norte en dominó se frenó con el cambio de estrategia del gobierno de Kabul: reforzar Mazari Sharif para evitar una derrota relámpago y mantener la vital conexión con Uzbekistán. Incluso el Presidente Ashraf Ghani acudió a la ciudad de Mazari Sharif para visitar a las tropas que se estaban reforzando con la llegada de Dostum. Sin embargo, los esfuerzos solo lograron retrasar a los talibanes, que mantuvieron la campaña sobre Mazari Sharif sin tener que desmovilizarse para defender Sheberghan. La contraofensiva se dirigió al sur de Sheberghan, para detener el ataque talibán en Maimana.
Los talibanes sumaron a sus ofensivas un incremento de la presión sobre Kandahar, su baluarte histórico del sur, con presión sobre Tarinkot –al norte- y Ghazni –a noreste-. La nueva estrategia gubernamental para defender el norte suscitó un cierto éxito dado que el grupo insurgente no tomó ninguna de las capitales. Sin embargo, los talibanes cerraron ciertos frentes en el norte terminando de tomar los aeropuertos de Kunduz y Sheberghan, y en el sur al desmentir que el gobierno hubiera liberado completamente Lashkar Gah o Farah. La importante ciudad capital de Helmand realmente se encontraba en disputa aún mientras Farah, efectivamente, seguía bajo control talibán, aunque con presencia del gobierno en algunas zonas. El juego de la propaganda en las posiciones alcanzaba así una nueva dimensión en la guerra, muy importante para la imagen de los bandos. Pero la imagen del día fue la contestada rendición de cientos de tropas gubernamentales en la toma del aeropuerto de Kunduz –con numerosos e importantes equipos militares capturados-, mientras se daba la dimisión del Ministro de Economía ante “prioridades personales” y su huída del país. Dos grandes golpes propagandísticos para los talibanes. A pesar de la imagen ofrecida por los talibanes, algunos efectivos lograron escapar y llegar a territorio gubernamental atravesando la Taloqan controlada por los talibanes.
La caída de capitales se había frenado ante el éxito gubernamental en iniciar una estrategia de defensa del norte. De modo que los talibanes cambiaron de escenario situando Kandahar de nuevo entre sus prioridades y aumentando la presión a lo largo de todo el día. Su éxito el día 11 consistió, como hacían en múltiples ocasiones antes de atacar el centro urbano, en el asalto de la prisión de la ciudad. El complejo carcelario de Kandahar era especialmente relevante dada la importancia histórica que la ciudad representaba para el grupo, por lo que albergaría a miles de miembros talibanes, ahora liberados. Al parecer, el gobierno habría evacuado, previamente a un acuerdo, a los prisioneros más peligrosos de Kandahar.
Además algunas milicias gubernamentales, incluyendo las del uzbeko Dostum hijo, se rendían en el entorno de Sheberghan, donde pretendían lanzar la contraofensiva desde Mazari Sharif anunciada el día 10, o marchaban de vuelta a Mazari Sharif.
Día 12 de agosto: La caída de Ghazni, Herat, Qala-e-Naw, Lashkar Gah y Kandahar (14/34)
El día 12 de agosto caerían más ciudades ante los talibanes: Ghazni (provincia de Ghazni), Herat (provincia de Herat), Qala-e-Naw (provincia de Baghdis), Lashkar Gah (provincia de Helmand) y Kandahar (provincia de Kandahar). La mañana comenzaría con la ampliación de las campañas iniciadas el día anterior, especialmente en el sur y sureste. Las cercanas ciudades de Kandahar y Lashkar Gah volvían a estar en riesgo, especialmente tras la campaña sobre ciudades cercanas como Tarinkot, al norte de ambas. De hecho, ambas ciudades estaban parcialmente tomadas, con las tropas del gobierno de Kabul atrincheradas en la sede del gobernador. Ghazni, ciudad estratégica para conectar con Pakistán, entrar a Kabul o Kandahar; de hecho, caería temprano para continuar durante la mañana la disputa hasta la toma de las últimas bases militares. El gobernador había llegado a un acuerdo con los talibanes para que se le permitiera a él y al jefe de la policía provincial obtener un salvoconducto hacia Kabul. El Ministerio de Interior aseguró que ambos habían sido detenido por haber entregado la provincia homónima a los talibanes.
El gobierno afgano lanzó una nueva propuesta a los talibanes, incluyendo el trascendental punto de la compartición del poder entre ambos, a cambio del alto el fuego. Esta proposición caería en saco roto dado el momentum de los talibanes en la guerra de Afganistán.
Ante los fuertes combates de la mañana, los talibanes avanzaron en la ciudad de Lashkar Gah y el gobierno lanzó bombardeos en el entorno de Mazari Sharif mientras evacuaban la base aérea de Shindand (Herat). En esos momentos, la lucha aumentó por el control del centro urbano de Herat y la vecina Qala-e-Naw. Por su parte, la salida gubernamental de la base de Delaram dejaba la provincia de Nimruz bajo control completo talibán, destacando que su capital, Zaranj, fue la primera del país en caer el día 6 de agosto.
Por la tarde los talibanes se aproximaban al aeropuerto de Kandahar tras tomar distintas áreas urbanas y ponían en serio riesgo a la ciudad de Qala-e-Naw. Asimismo, Estados Unidos retomaba los ataques aéreos sobre Kunduz para tratar de destruir el importante equipo y arsenal con el que los talibanes se hicieron al apoderarse del aeropuerto de Kunduz. Pero los norteamericanos ponían en duda la continuidad del apoyo aéreo una vez se completase su retirada el 31 de agosto.
Al tiempo que el gobierno pedía ayuda a India, el Ministerio de Exteriores del gobierno afgano –apoyado por Estados Unidos- habría solicitado ayuda a Rusia y la compra de helicópteros militares, según la agencia Interfax.
El colapso gubernamental del día 12 estaba siendo brutal: Herat, Lashkar Gah, Kandahar, Tarinkot y Qala-e-Naw se encontraban seriamente comprometidas. Las tres primeras representando las ciudades más importantes de Afganistán tras Kabul. La estrategia de defender Mazari Sharif tuvo éxito el día 11 pero los talibanes pudieron avanzar en el oeste y el sur.
El estatus de Kandahar, el antiguo corazón del Emirato Islámico, estuvo en duda unas horas pero la toma del centro y de estructuras gubernamentales pronto confirmaría la retirada del ejército afgano –quedando pequeñas milicias y miembros de inteligencia para su defensa-. Los talibanes aseguraban también haber realizado una incursión sobre la prisión de Lashkar Gah, liberando a sus acólitos.
En cuanto a Herat, los talibanes tomaron la ciudadela central, el complejo del gobernador, la cárcel y llegaron a controlar grandes bolsas de la ciudad, con la salvedad del norte de la misma. La milicia de Ismail Khan se había desplegado en Herat para tratar de defenderla, pero en la tarde del día 12 ya se daban reportes de rendición entre sus efectivos. Herat, una ciudad clave para el gobierno de Kabul en la zona noroccidental de Afganistán, estaba cayendo también. Tras una emboscada, los talibanes lograron detener a un convoy gubernamental en la región de Herat, capturando nuevos equipos. La práctica totalidad de la ciudad de Herat había caído, ante la incapacidad del gobierno y las milicias de Ismail Khan.
Tras la caída de Ghazni, la situación empeoró en Pul-i-Alam, capital de la provincia de Lawgar –a medio camino entre Ghazni y Kabul-. Junto a Pul-i-Alam, ya con Herat tomada en el noroeste, los grandes focos seguirían siendo Kandahar, Lashkar Gah, Tarinkot y Qala-e-Naw. Los combates se extendían a Qalat, capital de Zabul, en el norte de Kandahar.
Entonces se sucedieron los anuncios. Los talibanes entraban en la sede de gobierno de Qala-e-Naw, la capital de Baghdis –conocida por ser la provincia “española” junto a la también caída Herat-, ante la rendición de combatientes progubernamentales. Tras semanas de resistencia, en la misma tarde caía la ciudad de Lashkar Gah, fortín gubernamental en el sur y puerta de Kandahar. La propaganda de Kabul había señalado el día anterior que la ciudad había sido “liberada completamente” de talibanes, con lo que se veía que la situación no era tal. La caída de Kandahar, la segunda ciudad más grande del país y ya bastante comprometida anteriormente, sería cuestión de horas sin contar con Lashkar Gah en su trinchera. Especialmente crudo fue el papel de Estados Unidos, que había concentrado muchos de sus esfuerzos aéreos en la ciudad de Lashkar Gah.
Los talibanes cerraban con Kandahar cinco capitales en un solo día, récord en número pero también en tamaño y en importancia -Herat y Kandahar-. Mientras la presión dejaba al borde del riesgo a Pul-i-Alam –cuya conexión con Kabul fue cortada por los talibanes-, Tarinkot y Qalat; el grupo fundamentalista amplió su estrategia buscando la rendición de las demás capitales para evitar un enfrentamiento armado completo en su seno. La caída de Kandahar sería utilizada como punto de inflexión ejemplarizante para el resto, poniendo de relieve las últimas rendiciones en Ghazni o Lashkar Gah.
Mientras tanto, Estados Unidos anunciaba el envío de tropas a Kabul para llevar a cabo la evacuación de los ciudadanos estadounidenses y del personal de la Embajada, cuya permanencia pretendían negociar con los talibanes. Esta situación supone la falta de esperanza en la conservación de Kabul, que algunos informes de inteligencia reducirían a menos de 30 días. Reino Unido iría detrás anunciando los británicos el envío de 600 soldados para realizar la evacuación de sus nacionales y el personal diplomático. Canadá sería el siguiente en anunciar el mismo objetivo. La intención de Estados Unidos, según las declaraciones, sería reducir sustancialmente el personal diplomático en Kabul pero mantener la Embajada abierta, sin retirarse ni abandonarla. Pero los rumores, entre las presiones sobre Ashraf Ghani para dimitir y dar paso a un gobierno de transición a cambio de un alto el fuego talibán, apuntaban a que Estados Unidos pretendía trasladar la Embajada al aeropuerto de Kabul, que definitivamente quedaría en manos turcas tras el 31 de agosto. El gobierno estadounidense no quiso hacer declaraciones al respecto.
Día 13 de agosto: La caída de Firozkoh, Tarinkot, Qalat y Pul-i-Alam (18/34)
El día 13 caerían en tromba las siguientes capitales: Firozkoh (provincia de Ghor), Tarinkot (provincia de Uruzgan), Qalat (provincia de Zabul) y Pul-i-Alam (provincia de Logar). La capital de Ghor, en el centro del país, caería sin apenas batalla, mediante un acuerdo de rendición por la mañana. El avance talibán en Pul-i-Alam y Tarinkot era tal tras los días de combate que amenazaba ya con derribar ambas en unas horas. Los talibanes buscaban acuerdos de rendición para apoderarse de una gran cantidad de capitales aún más rápido y sin perder recursos materiales y personales. A la atención debida sobre las dos capitales mencionadas se debía sumar el ataque a Qalat y la toma del aeropuerto de Herat, donde habrían capturado al histórico señor de la guerra tayiko Ismail Khan.
Después de los combates durante varios días, efectivamente, caerían las ciudades de Tarinkot y Qalat, ambas al norte de Kandahar. El foco de la batalla se desplazaba del todo hacia Pul-i-Alam, la ciudad que se encuentra entre Ghazni y Kabul, y donde los talibanes controlarían la mayor parte de la ciudad durante la mañana: sede del gobierno, de la policía y centro urbano. Los asaltos a las bolsas de resistencia en la ciudad de la provincia de Logar anticipaban su pronta caída, especialmente ante el cese de los ataques aéreos –cuya orden se habría dado con el gobernador captivo-. Al mismo tiempo, desde Gardez se convenía una rendición ante los talibanes, zona estratégica para la conexión de Kabul con Pakistán por el sur, al este de Ghazni. Pero estos no habrían entrado aún en la ciudad.
La siguiente negociación reportada vendría desde Maidan Shahr, ciudad muy cercana a Kabul. Su rendición y la de Nili seguían en un brete, sin entrada de los talibanes en las ciudades. Mientras se hablaba de que Ismail Khan había acordado con los talibanes un salvoconducto para poder huir a Kabul, el también tayiko señor de la guerra Atta Mohammad Noor aseguraba estar recibiendo todo tipo de apoyo desde Kabul para defender Mazari Sharif.
En el plano internacional, Dinamarca y Noruega seguían los pasos que Australia tomó hacía tiempo cerrando su Embajada “temporalmente”. Alemania, por su parte, anunciaba la reducción de su personal diplomático al mínimo, mientras Suiza retiraría a todo su personal en Kabul. Con el paso de las horas España anunciaba también la repatriación del personal de la Embajada. Reino Unido insistió en lo declarado el día anterior, buscando la repatriación de la “gran mayoría” del personal de la Embajada y tratando de hacerlo también con los afganos que trabajaban para ellos. Estados Unidos, por su parte, anunciaba la llegada de sus primeras tropas a Kabul para las evacuaciones.
Los talibanes comenzaron, una vez tomadas las principales ciudades, a lanzar un asalto sobre Maimana –en la región noroccidental de Faryab, donde las fuerzas locales se negaron a rendirse- y la gran campaña sobre Kabul. Para ello, fueron avanzando de nuevo en distritos rurales del centro y el este: Laghman y Kunar desde el este, Warsaj desde el norte y Logar desde el sur. El primero de los frentes trataba de revertirse con una contraofensiva y el último con bombardeos de la aviación.
Al final del día se daban cambios importantes en las regiones al sur de Kabul. La ciudad de Khost, fronteriza con Pakistán, viviría combates a la llegada de los talibanes, que clamaban la rendición de los milicianos locales. Por otro lado, la ciudad de Gardez -rendida ese mismo día tras un acuerdo- se levantaba en armas contra los talibanes a su llegada, a petición de las fuerzas gubernamentales. También se habría dado la toma del aeropuerto de Kandahar, incluyendo incluso helicópteros.
Día 14 de agosto: La caída de Sharana, Asadabad, Gardez, Maimana, Nili, Mazari Sharif y Mehtar Lam (25/34)
El día 14 el caos en los frentes sur y este de Kabul se aclararía con la caída de nuevas capitales: Sharana (provincia de Paktika), Asadabad (provincia de Kunar), Gardez (provincia de Paktia), Maimana (provincia de Faryab), Nili (provincia de Daykundi), Mazari Sharif (provincia de Balkh) y Mehtar Lam (provincia de Laghman). Ante las rendiciones que el día anterior se aseguraron en las regiones de Khost, Paktia, Paktika y Maidan Wardak, algunas milicias -como la KPF, vinculada a la CIA- se lanzarían a la resistencia frente a la entrada de los talibanes en las capitales supuestamente rendidas. Al menos continuarían los combates en las ciudades de Khost y Gardez -provincias de Khost y Patkia-. Las informaciones durante la noche apuntaban a que el grupo talibán logró entrar en Maidan Shar, capital de Maidan Wardak, sin necesidad de luchar. Quedarían así a 15-20 kilómetros de Kabul por el sur. Como ocurriera en Gardez el día anterior, los talibanes pretendían entrar en la ciudad tras su rendición pero se lanzó una contraofensiva desde Kabul que derivó en la disputa de la misma.
Al cabo de unas horas de la mañana, los talibanes lograban la victoria en Sharana, capital de Paktika. El gobernador había manifestado su intención de rendirse pero los combates siguieron durante horas antes de la caída.
En el este de Kabul, durante la noche se siguieron dando combates en zonas rurales y el asalto a puestos militares de la provincia de Nangarhar. En el norte del país, el gobierno afgano cedió todo el control de la campaña de Mazari Sharif a los líderes locales, el uzbeko Dostum y el tayiko Noor, apoyados por intensos bombardeos de la aviación afgana. También se registraron ataques aéreos en Maimana, al noroeste, donde la resistencia local se negaba a rendirse ante los talibanes.
El Presidente afgano, Ashraf Ghani, realizó su esperado y pospuesto discurso televisado a la nación. No solo no dimitió sino que decidió llamar a la “removilización” de las fuerzas armadas contra los talibanes. Sin embargo, a no mucho tardar, se confirmaba la rendición y huida de tropas gubernamentales de Asadabad, la capital de la región de Kunar. Poco después se confirmaba la caída de Gardez, de nuevo una ciudad rendida el día anterior, cuya contraofensiva -en contra de lo dispuesto por el gobierno local- se enfrentó a la entrada de los talibanes. En su asalto, el grupo talibán se habría hecho con numerosos equipos militares.
Al atardecer se debilitaban las posiciones del gobierno en los dos focos del norte: los talibanes ganaban terreno en la importante Mazari Sharif mientras la situación de Maimana se volvía crítica. Al tiempo, la caída de Gardez ampliaba su significado con la supuesta retirada de la milicia KDF (Fuerza de Protección de Khost), desplegada en Gardez para evitar la rendición local y cuya salida dejaba la capital de Khost seriamente comprometida. Esta información, pendiente de confirmación, sería un duro golpe dado que esta fuerza fue entrenada por la CIA estadounidense.
Maimana terminaba de caer al cabo de unas horas, lo cual dejaba a Mazari Sharif como única resistencia al norte. Ambas llevaban casi una semana de combates pero quedaron aisladas tras el colapso del norte durante el primer fin de semana. La concentración de los ataques aéreos en Mazari Sharif, como pivote clave del norte, había dejado Maimana sin refuerzo aéreo. Junto a la capital, los talibanes confirmaban su control sobre toda la provincia de Faryab.
De nuevo en torno a Kabul, los talibanes anunciaban haber realizado una fuerte entrada en la ciudad de Mehtar Lam, capital de Laghman, tomando amplias áreas de la capital. Sin embargo, la siguiente ciudad en caer sería Nili, capital de la céntrica provincia de Daykundi, sin necesidad de combates. A los pocos minutos saltaba la noticia del día: la importantísima ciudad de Mazari Sharif, cuarta mayor del país, caía en el norte pocas horas después de que los talibanes alcanzaran la primera de sus puertas y después de la caída general del perímetro exterior, donde se habían dado los bombardeos. El tayiko Atta Mohammad Noor se habría rendido en la ciudad, lo cual sería un nuevo duro golpe ya que los líderes de Mazari Sharif representaban la vanguardia del gobierno en la campaña. Tanto las tropas de Kabul como los históricos líderes Dostum y Noor -sin confirmación completa- se dirigirían al aeropuerto de Mazari Sharif, dejando la ciudad, y con posible destino a Uzbekistán. Los talibanes tomarían el norte de la icónica ciudad con la imagen de los combatientes gubernamentales huyendo por la frontera de Uzbekistán, empleando el mismo puente que los soviéticos durante su salida en 1988.
El asalto sobre Mehtar Lam, al este de Kabul, sería definitivo tras apenas media hora de combates en las afueras. Y apenas una hora tras la caída de Mehtar Lam, llegaban reportes de que lo hacía también la capital de la vecina región de Nangarhar, Jalalabad, quedando Kabul casi rodeado por el sur y este. Aunque se dio la rendición del vicegobernador de Nangarhar, la ciudad de Jalalabad no cayó por completo sino que quedaban algunas unidades combatiendo, mientras huían ciertos oficiales. La ciudad sería entregada al día siguiente, según un acuerdo al que habrían llegado los talibanes con las autoridades locales para evitar el derramamiento de sangre. Serían así 7 las ciudades tomadas en el día 14 de agosto, el número más alto desde que comenzó la campaña.
Con la caída de la noche llegaba el asalto a Kabul, con los primeros incidentes en torno a la prisión de Pul-e-Charkhi -de las más peligrosas de Afganistán- y en algunos barrios. Los disturbios serían consecuencia de una revuelta dentro de la prisión, pero no de la entrada de los talibanes. Estados Unidos anunciaba que a los 3.000 efectivos en camino y a los 1.000 ya presentes en Kabul, se enviarían 1.000 nuevos, haciendo un total de 5.000. La tensión por que los talibanes dieran tiempo a Estados Unidos y sus aliados a evacuar antes de que tomen la ciudad se hizo notar con amenazas de respuesta armada estadounidense, peticiones de tiempo a cambio de la posibilidad de reconocimiento y bombardeos en las afueras de Kabul.
Día 15 de agosto: La caída de Jalalabad, Maidan Shahr, Khost, Bamiyán, Mahmud-i Raqi, Charikar, Parun y Kabul (33/34)
El día 15 sería histórico en Afganistán con la caída de más capitales: Jalalabad (provincia de Nangarhar), Maidan Shahr (provincia de Maidan Warzak), Khost (provincia de Khost), Bamiyán (provincia de Bamiyán), Mahmud-i Raqi (provincia de Kapisa), Charikar (provincia de Parwan), Parun (provincia de Nuristan) y Kabul (provincia de Kabul). El país amanecía con la caída de dos ciudades que venían horas resistiendo una inminente toma, las de Jalalabad y Maidan Shahr. Esta última habría sido rendida días antes pero defendida in extremis por un contraofensiva de tropas progubernamentales el día 14 frente al acuerdo de rendición. Tras menos de un día desde la retirada de la milicia KDF de Gardez, los talibanes entraban en la ciudad de Khost, dirigiéndose a la prisión. También se produciría la caída de Bamiyán, capital de la provincia homónima, al oeste de Kabul, famosa por sus budas monumentales -destruidos por los talibanes y reconstruidos en 2001 tras la invasión-. A continuación se daría el asalto sobre la importante base aérea de Bagram, al norte de Kabul, y la capital de su región, Charikar. Poco después se reportaría la huida de líderes locales de Mahmud-i-Raqi, al norte de Kabul. Los talibanes tomaban así su capital número 30 en 10 días.
El Ministerio del Interior aseguraba que los talibanes habían entrado en Kabul, lo cual se desmintió enseguida con el comunicado talibán asegurando que no iban a asaltar la capital por la fuerza, permitiendo la transición ordenada. Mientras tanto, el líder del parlamento afgano y un grupo de líderes políticos huían a Pakistán. El Aeropuerto Internacional de Kabul se llenaba completamente y así como se formaban largas colas ante las embajadas y bancos de la ciudad. Una delegación talibán llegaría al Palacio Presidencial para acordar un “gobierno de transición”, que posteriormente se desmentiría. La prisión de Pul-e-Charkhi, en Kabul, sería asaltada finalmente para lograr la liberación de sus acérrimos -especialmente peligrosos en esta prisión- después del motín del día anterior.
Al mismo tiempo, se confirmaba la caída de la base aérea de Bagram -de primer nivel para Estados Unidos- y, poco después, la capital de su región, Charikar. Al cabo de unas horas, también llegaban noticias de rendición desde las provincias de Nuristan y Panjshir. Y rumores, que posteriormente se confirmarían, de la huida del Presidente Ashraf Ghani hacia Tayikistán. Esto podría indicar que la negociación con la delegación talibán para formar un “gobierno de transición” conjunto habría fracasado. Los talibanes finalmente confirmarían la toma de la capital de Nuristan, Parun, posteriormente a la salida de Ghani del país.
Ante la huida del gobierno y el vacío de seguridad argumentado por los talibanes, éstos entrarían en Kabul al atardecer, se apoderarían de la ciudad y se prepararía la proclamación del futuro régimen, así como su forma y tiempos. A las horas se confirmaría la toma del Palacio Presidencial, mientras la situación en las calles se deterioraba y Estados Unidos pedía inicialmente no concentrarse en torno a la Embajada y el aeropuerto. Posteriormente retirarían esta recomendación. El aeropuerto de Jalalabad también cayó al final del día. Con Kabul, serían ya 8 las ciudades tomadas el día 15 de agosto, superando el record del día 14. Solo el valle del Panjshir restaría fuera de control talibán, marcando el único reducto del mapa dada su compleja geografía -permitiendo su aislamiento-, aunque una rendición completa del gobierno podría relativizar la importancia del Panjshir.
Ashraf Ghani, tras marcharse a Tayikistán, habría viajado a Omán, mientras su Ministro de Defensa ponía rumbo a Emiratos. Ismail Khan se habría marchado a Irán desde Herat según reportes periodísticos. El Embajador de Estados Unidos también se habría marchado. Francia desplegaba dos aviones en Emiratos Árabes para ayudar en las evacuaciones. Los talibanes aseguraban que no supondrían ningún peligro para los extranjeros en plena evacuación y, tras entrar en el Palacio Presidencial, retiraban las banderas de la República de Afganistán. Esa noche sería muy convulsa en el aeropuerto de Kabul tras la suspensión de vuelos comerciales y el control estadounidense, con disparos al aire, estampidas y fallecidos entre multitudes huyendo e intentando alcanzar un avión, incluso subiéndose sobre el fuselaje. Desde el exilio, Ashraf Ghani reconocía la victoria talibán en un comunicado, aunque no les consideraba legítimos.
Con la más que previsible proclamación del Emirato Islámico de Afganistán terminaría una campaña urbana relámpago que había logrado rendir la práctica totalidad de las capitales en apenas 10 días. La incógnita remanente sería la composición e idiosincrasia del nuevo régimen.
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