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Hacia una nueva etapa del conflicto libio (I): Rusia, Estados Unidos y la caída de Trípoli

Por Jorge González Márquez

Aproximadamente a las 10:00 de la mañana del 4 de junio de 2020, el mando militar del Gobierno de Acuerdo Nacional libio anunciaba la captura de la zona administrativa de Trípoli. Tras 427 días de combates, la batalla por el control de la capital había terminado.

Para expandir: [Cobertura] La Segunda Guerra Civil libia

El Gobierno de Acuerdo Nacional recupera el control de Trípoli [4/06/2020]
El Gobierno de Acuerdo Nacional recupera el control de Trípoli [4/06/2020] Vía: Suriyakmaps

Tal y como se preveía, la captura de la base aérea de Al Watiya ha supuesto un punto de inflexión en el conflicto libio que otorgó la iniciativa al Gobierno de Acuerdo Nacional. Pero la rapidez con la que se han desarrollado los acontecimientos durante el último mes ha sorprendido a propios y ajenos, ya que nos hemos encontrado ante situaciones difíciles de prever como el hecho de que las tropas del Gobierno de Acuerdo Nacional hayan sido capaces de revertir más de un año de avances del Ejército Nacional Libio en tan solo dos semanas. Teniendo en cuenta esto, y con el fin de ayudar a contextualizar la situación actual, damos comienzo a esta miniserie de artículos en la cual trataremos de mostrar los elementos clave de esta nueva etapa del conflicto libio.

Para expandir: La batalla por Al-Watiya

Comencemos pues por los acontecimientos de la misma tarde de la captura de AlWatiya ya que durante el transcurso de esta se produjo una llamada entre Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan. Resulta imposible saber sobre qué se hablo exactamente durante el transcurso de dicha llamada, pero está claro que durante los días siguientes se pondrían en marcha dos desarrollos íntimamente relacionados con la participación rusa en el conflicto de Libia.

¿Rusia sube las apuestas?

A última hora de la tarde del 20 de mayo comenzaron a surgir reportes de que más de una decena de cazabombarderos, procedentes de algún lugar al noreste de Libia, habían llegado a las bases aéreas de Al-Khadim (al este de Benghazi) y Al-Jufrah (al sur de Sirte) operadas por el Ejército Nacional Libio. El ministro de interior del Gobierno de Acuerdo nacional, Fathi Basagha, se haría eco de estos rumores al día siguiente señalando que estas aeronaves eran de fabricación rusa.

Estos reportes fueron tomados inicialmente con un elevado grado de escepticismo entre los observadores internacionales al considerarse que la posibilidad de un despliegue de aeronaves rusas en Libia era muy baja, ya que esto supondría un cambio drástico en la aproximación del Kremlim al conflicto libio. Debemos recordar que hasta el momento la participación rusa en la guerra de Libia había sido mucho más discreta centrándose en formas muy concretas de apoyo económico, como la impresión de moneda en Rusia para el gobierno de Tobruk, y en el envío de combatientes de la Empresa Militar Privada (PMC) rusa “Wagner”. Este escepticismo recibiría un duro golpe cuando Brian Castner (@Brian_Castner), investigador del equipo de Crisis Internacionales de Amnistía Internacional, publicó una imagen satelital, tomada el 19 de mayo, de la base aérea de Al-Jufrah en la que aparecía un MiG-29 lo que sería interpretado como la primera confirmación visual de la llegada de susodichas aeronaves al país.

 MiG-29 en la base de Al-Jufra [19/05/2020]
MiG-29 en la base de Al-Jufra [19/05/2020] Vía: Brian Castner

El golpe final a esta incredulidad lo daría, el día 26 de mayo, la oficina de prensa del Comando África de Estados Unidos (AFRICOM) cuando emitió un comunicado, apoyado por más de una decena de fotografías, en el que se afirmaba que “Moscú ha desplegado recientemente aviones militares de combate en Libia para dar apoyo a los contratistas militares privados, respaldados por Rusia, que operan allí sobre el terreno”. El propio comandante del AFRICOM, Stephen Townsend, iría aún más lejos señalando que “Rusia claramente está tratando de inclinar la balanza a su favor en Libia. Tal y como les vi hacerlo en Siria, están expandiendo su presencia militar en África utilizando grupos mercenarios apoyados por el gobierno como Wagner. Durante demasiado tiempo, Rusia ha negado el alcance total de su participación en el conflicto libio en curso. Bueno, ya no se puede negar. Vimos cómo Rusia volaba aviones de combate de cuarta generación a Libia, en cada paso del camino. Ni el LNA ni las compañías militares privadas pueden armar, operar y mantener a este equipamiento sin apoyo estatal, un apoyo que están obteniendo de Rusia”.

Cazabombarderos de orígen ruso en la base aérea de Al-Jufrah [20/05/2020]
Cazabombarderos de origen ruso en la base aérea de Al-Jufrah [20/05/2020] Vía: AFRICOM

Washington: entre la alarma y la reticencia

Antes de continuar con la narración de los últimos acontecimientos debemos hacer una breve pausa para hablar sobre la evolución de la aproximación estadounidense al conflicto libio ya que esta ha sufrido numerosos cambios con el paso de los años.

Tras el asalto al consulado estadounidense de Bengasi, ocurrido el 11 de septiembre de 2012 y en el cual fue asesinado el embajador Christopher Stevens, Estados Unidos trató de mantener, por norma general, una cierta distancia con el desarrollo de los acontecimientos en Libia.  

El comienzo de la Segunda Guerra Civil libia, sumado al desarrollo general de los acontecimientos en la región del Gran Oriente Medio, provocó algunos cambios en esta política, que sin embargo no llegaron a superar las reticencias generales, dando lugar a que Estados Unidos haya mantenido una aproximación errática, al menos en lo que al conflicto interno de Libia se refiere, centrando sus decisiones en la campaña global contra grupos armados vinculados a organizaciones terroristas transnacionales. Teniendo esto en cuenta podríamos definir la posición estadounidense en Libia en torno a dos pilares:

La política estadounidense en Libia mantuvo una cierta continuidad con el cambio entre las administraciones y durante los dos primeros años de la presidencia de Donald Trump el gobierno estadounidense se mantuvo cercano al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), ya que este era el gobierno surgido del proceso político amparado por Naciones Unidas. Pero esto cambiaría en 2019 de cara al estallido de la batalla de Trípoli.

Durante los meses anteriores al comienzo de la Operación “Inundación de Dignidad” se produjo un acercamiento de posturas entre Estados Unidos y el Ejército Nacional Libio que culminaron en un entendimiento por parte de este último de que Estados Unidos aprobaba su ofensiva sobre Trípoli. El principal indicador de esta aprobación fue una llamada entre Khalifa Haftar y el exconsejero Seguridad Nacional, John Bolton, a quien se atribuye haber afirmado “Si vais a atacar (Trípoli), hacedlo rápido”. Posteriormente, ya comenzada la batalla de Trípoli, se produciría una llamada entre Donald Trump y Khalifa Haftar en la cual el presidente estadounidense “reconocía el importante papel de Haftar en la lucha contra el terrorismo y la recuperación de los recursos petrolíferos del país”

El estallido de la batalla de Trípoli provocaría que el 7 de abril de 2019, tan solo tres días después del comienzo de la ofensiva, el Comando África de Estados Unidos (AFRICOM) evacuara a su personal de la ciudad publicando un comunicado en el que se afirmaba que “Las realidades de seguridad en el terreno en Libia son cada vez más complejas e impredecibles

Evacuación del personal estadounidense de Trípoli [7/04/2019]
Evacuación del personal estadounidense de Trípoli [7/04/2019]

La popularidad de la ofensiva de Khalifa Haftar sobre Trípoli descendió en picado tras el estancamiento de la misma en verano de 2019. El incremento de la participación de Rusia en el conflicto, a través del despliegue de combatientes de Wagner en septiembre de ese mismo año, provocó que saltaran múltiples alarmas en Washington y que el gobierno estadounidense volviera a su postura previa de llamar a un alto el fuego e incidir en la necesidad de resolver el conflicto mediante las conversaciones políticas auspiciadas por Naciones Unidas.

Una vez realizada esta explicación podemos volver a los acontecimientos más recientes. El incremento de la intervención de Rusia en el conflicto libio ha provocado una serie de reacciones por parte del AFRICOM, que además de publicar comunicados denunciando la presencia de aeronaves rusas en el país se ha reunido con ambos bandos y ha planteado el despliegue de tropas en Túnez para contrarrestar la presencia de Rusia en Libia, y del Departamento de Estado, que ha incrementado notablemente su actividad diplomática en torno al conflicto libio contactando con diversos actores locales e internacionales involucrados en su desarrollo. En la segunda parte de la serie hablaremos algo más sobre las últimas acciones de Estados Unidos y sus objetivos aparentes.

¿Un acuerdo turco-ruso para Trípoli?

Tal y como adelantábamos al comienzo del artículo, son dos las cadenas de acontecimientos relacionadas con Rusia que se pusieron en marcha poco después de la llamada Putin – Erdogan del 18 de octubre. De cara a hablar de la segunda de estas cadenas es importante señalar que el 21 de mayo se produciría una segunda llamada ruso-turca, protagonizada por los ministros de exteriores Lavrov y Cavusoglu, en relación con Libia. Es a partir de la finalización de esta llamada, sobre cuyo contenido exacto nuevamente solo podemos especular, que dan comienzo tres situaciones que, seguramente, están muy estrechamente relacionadas.

En primer lugar, la noche del 21 de mayo se frena en seco (durante diez días) la campaña de ataques aéreos realizada por los drones turcos desplegados en el país y que tan buenos resultados había producido para el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) durante las anteriores ofensivas. En segundo lugar, el GNA detiene por completo sus avances hacia el sur desde Gharyan, comenzados poco después de la captura de Al-Watiya, y se centra repentinamente en avanzar en el frente de Trípoli. Y, por último, los combatientes de la PMC rusa Wagner se retiran en masa de Trípoli viajando primero a Tarhuna, luego a Bani Walid y por último a Al-Jufrah.  

El GNA detiene repentinamente sus avances al sur de Gharyan y abandona  las posiciones capturadas [22/05/2020]
El GNA detiene repentinamente sus avances al sur de Gharyan y abandona las posiciones capturadas [22/05/2020] Vía: Suriyakmaps

Este conjunto de eventos ha hecho sospechar de la existencia de un acuerdo turco-ruso por el cual Rusia, que nunca fue muy favorable a la campaña de Haftar para capturar Trípoli, facilitaba la reconquista de Trípoli por parte del Gobierno de Acuerdo Nacional a cambio de tener la seguridad que sus combatientes desplegados en el terreno podrían redesplegarse a posiciones más seguras y alejadas del frente. Es importante señalar que, en términos generales, las relaciones entre Haftar y Rusia no atraviesan su mejor momento desde que, en enero de 2020, el general libio abandonara repentinamente las conversaciones de alto el fuego de Moscú con las que el Kremlim pretendía legitimarse como uno de los principales actores en el conflicto libio en asociación con Turquía.

Wagner se retira de Trípoli [25/05/2020]

La retirada de los combatientes de Wagner, los soldados más profesionales y mejor entrenados del conjunto de milicias y mercenarios que conforman la coalición militar en torno al Ejército Nacional Libio, hizo insostenible mantener las posiciones en el frente de Trípoli por lo que, poco a poco, las tropas de Khalifa Haftar comenzaron a retirarse de la zona justificando la acción, en palabras de su portavoz Ahmed Al-Mesmari, como una “recolocación estratégica de recursos”. Los primeros compases de este repliegue fueron lentos y las tropas del GNA pagaron un alto precio por cada kilómetro de terreno ganado, especialmente debido al gran número de trampas explosivas dejadas atrás por el LNA, pero tras la captura del Aeropuerto Internacional de Trípoli, ocurrida durante la tarde del 3 de junio, se produjo un colapso total de la línea de frente y una huida caótica hacia el este a través de la línea Tarhuna – BaniWalid – Al-Jufrah.

Colapso de las posiciones del Ejército Nacional Libio al sur de Trípoli [4/06/2020]
Colapso de las posiciones del Ejército Nacional Libio al sur de Trípoli [4/06/2020] Vía: Suriyakmaps

La retirada total de las tropas de Khalifa Haftar de Trípoli vino seguida por una sorpresiva evacuación de las ciudades de Tarhuna y Bani Walid en dirección al Golfo de Sirte. Esto permitió que las tropas del Gobierno de Acuerdo Nacional avanzaran con rapidez y que delegaran la consolidación del territorio a las unidades del ministerio del interior. Esta rápida, e inesperada, sucesión de victorias aceleró el desarrollo de los acontecimientos y llevó a que el mando militar del GNA decidiera lanzar anticipadamente la Operación “Caminos de la Victoria” con el objetivo de capturar la ciudad de Sirte y la base aérea de Al-Jufrah. Lo ocurrido en torno al lanzamiento de esta ofensiva y las reacciones internacionales a los grandes cambios sobre el terreno serán el tema principal del próximo artículo.

Para continuar: Hacia una nueva etapa del conflicto libio (II): Turquía, Egipto y la línea roja de Sirte

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