La disolución de la Unión Soviética trajo consigo una época de inestabilidad e incertidumbre en el espacio euroasiático. Esto dio lugar a un gran número de tensiones y conflictos tanto entre antiguas repúblicas soviéticas como dentro de estos mismos países de reciente independencia.
Las motivaciones de estos conflictos eran diversas, desde pugnas políticas como fue el caso la crisis constitucional rusa de 1993, pasando por pugnas y revanchismos étnicos que llevaban décadas congelados como fueron los conflictos de Abjasia, Osetia del Sur y el Alto-Karabaj hasta conflictos religiosos que llevaban más de un siglo latentes como las guerras chechenas.
Sin embargo, lejos de los focos y la atención mediática, hubo un conflicto en el que convergieron todos estos motivos y desembocó en una larga y sangrienta guerra civil que se alargaría todo un lustro, provocando decenas de miles de víctimas mortales, centenares de miles de desplazados y unas secuelas aún latentes hoy en día: la guerra civil tayika.
El oasis persa en la estepa túrquica
Al igual que el resto de las repúblicas centroasiáticas modernas, la historia de Tayikistán como país es consecuencia de la dominación imperial rusa en primera instancia y posteriormente soviética de Asia Central. Al igual que en el resto de territorios de la región, la presencia rusa en los territorios del actual Tayikistán se remonta a mediados del siglo XIX, época en la que los imperios rusos y británicos pugnaban por la hegemonía euroasiática en el conocido como Gran Juego, el actual territorio tayiko jugó un papel clave en dicha disputa geopolítica debido a su situación limítrofe con Afganistán, territorio de influencia británica; por lo que pronto se consolidó la autoridad imperial rusa en la región. Esta situación continuó hasta las revoluciones de 1917, la consecuente Guerra Civil Rusa y las guerras de independencia consecuencia de ésta. Asia Central se vio de nuevo convertida en un campo de batalla entre rojos, blancos, expediciones británicas e iniciativas pantúrquicas; pugna de la cual los soviéticos saldrían victoriosos.
En 1929, quedaría formada la República Socialista Soviética de Tayikistán, con las irregulares y caprichosas fronteras que ha mantenido hasta hoy en día. Las irregulares fronteras del país se deben a su característica más distintiva: que esta república buscaba aglutinar al principal conjunto de población étnicamente tayika (persa) en una región predominantemente túrquica.
Por lo tanto, el país quedó dividido en dos regiones bien diferenciadas; en su zona occidental caracterizada por serpenteantes y fértiles valles donde se concentran los principales núcleos urbanos y en su zona oriental dominada por la infranqueable y elevada meseta del Pamir.
El Tayikistán soviético
Pese a que las fronteras del país se definieran con la intención de aglutinar al mayor número posible de personas pertenecientes a la etnia tayika y similares, éstas también acabaron englobando importantes poblaciones túrquicas, las más predominantes en Asia Central, principalmente uzbekos. Asimismo, tanto fruto de desplazamientos de población tanto forzosos como voluntarios dentro de la misma Unión Soviética, aparecieron otros núcleos de población en el país, especialmente rusos y ucranianos. Todo esto hizo que la población étnicamente no tayika de la República Socialista de Tayikistán representara un tercio de la población total, lo cual tendría importantes repercusiones en el futuro.
En el plano económico Tayikistán destacó negativamente por ser la república soviética menos desarrollada, sus antecedentes históricos y su extremadamente compleja orografía son algunas de los motivos detrás de esto. Las autoridades soviéticas, al igual que con el resto de las repúblicas centroasiáticas, enfocaron la economía de la R.S.S. de Tayikistán en la extracción de materias primas, en este caso las explotaciones mineras, donde cabe destacar la minería áurea; y el cultivo de algodón, aunque la producción de estos sectores se encontraba muy por detrás de la del vecino Uzbekistán.
Pese a su escaso valor económico y producto, debido a su situación geográfica, la R.S.S. de Tayikistán tenía un importante valor geopolítico para la Unión Soviética, especialmente durante la invasión soviética de Afganistán (1979-89), país con el que Tayikistán comparte más de 1.200 kilómetros de frontera. Sin embargo, la influencia de esta frontera pronto tornaría en algo negativo para el futuro del país.
Dentro de este contexto entran en escena dos personajes que serán decisivos en el porvenir políticos y social tayikos: los religiosos Abdullah Nuri y su mentor, Muhammad Rustamov Hindustani. Éstos, entrenados como muyahidines y financiados y apoyados por los talibanes afganos, crearon en un momento indeterminado a principios de los 80 y en la clandestinidad el Partido del Renacimiento Islámico, cuyo objetivo era la instauración de una república islámica en Tayikistán. La influencia de este grupo fue creciendo rápidamente tanto en las áreas rurales como urbanas a lo largo de una red de mezquitas y madrasas clandestinas cuyo desmantelamiento se convirtió en una prioridad para la sección regional del KGB.
De forma paralela, con la llegada de la perestroika, la situación económica y la calidad de vida en Tayikistán se vio gravemente dañada. La fallida adaptación a una nueva economía de mercado y la reducción de las capacidades del Estado para ofrecer bienes y servicios hicieron que el desabastecimiento y la escasez comenzaran a ser elementos diarios en las vidas de los ciudadanos de Tayikistán; elementos tan básicos como la educación infantil y la vivienda dejaron de estar asegurados por parte de la administración pública. De este mismo modo, la sensación de que la gran parte de los beneficios de la producción algodonera y minera acababan fuera de Tayikistán incrementó el descontento de la población hacia la autoridad central soviética.
Este descontento estalló en las jornadas del 12 al 14 de febrero de 1990, en Dushanbe, la capital tayika. El conflicto del Alto Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán provocó el movimiento de decenas de miles de refugiados por parte de ambos bandos, muchos de ellos, en pro de huir de las zonas de conflicto decidieron buscar refugio en los hogares de familiares residentes en otros lugares de la Unión Soviética. Entre la población tayika comenzó a circular el rumor, promovido enérgicamente desde autoridades religiosas, de que refugiados armenios recién llegados a la república eran provistos de vivienda y otros servicios por parte de las autoridades soviéticas, mientras que la población local se encontraba en una situación precaria.
Pronto comenzaron las manifestaciones en los principales puntos de la ciudad, encabezadas por proclamas de carácter religiosos y nacionalista. Éstas se tornaron violentas y la muchedumbre tomó como objetivos no solo a la población armenia, sino también a otros grupos de población foráneos, principalmente eslavos. La violencia continuó durante dos días, hasta que fueron desplegadas tropas del Ministerio del Interior. Según las fuentes oficiales, el saldo de estos eventos, que posteriormente se conocerían como Pogromos de Dushanbe, fue de 23 víctimas mortales y más de 110 heridos.
Estos eventos supusieron un punto de inflexión en la política del país, poco después se legalizarían los partidos políticos (incluyendo el Partido del Renacimiento Islámico), el Partido Comunista Tayiko se disolvió y el 9 de septiembre, la República de Tayikistán se proclamó como estado independiente.
Independencia y pugna política
Poco después de la independencia tuvieron lugar las primeras elecciones libres del país, para elegir al presidente del país. La pugna estaba disputada entre el candidato del Partido Socialista Tayiko y el Partido Demócrata.
El primero de éstos, era el partido heredero del antiguo Partido Comunista y estaba liderado por el antiguo gerifalte soviético Rahmon Nabiyev. Por otra parte, el Partido Demócrata, de corte más liberal, tenía como candidato al activista político Davlat Khudanazarov.
Nabiyev resultó victorioso con un 57% de los votos, frente al 34% obtenido por Khudanazarov, pese a las acusaciones de fraude por parte de la oposición que llevaron a la anulación de un porcentaje de los votos, la victoria del Nabiyev le hizo alcanzar la presidencia del país.
Uno de los factores clave de la victoria del Partido Socialista fue la de conseguir las simpatías y los votos de la población no tayika del país (alrededor de un 32% del total de la población) quienes veían con temor la victoria de un partido con un carácter tan marcadamente nacionalista como el PD, debido a lo ocurrido en Dushanbe poco tiempo antes.
El gobierno del Nabiyev fue bastante continuista con las dinámicas de la época soviética, debido a los existentes vínculos de dependencia económica que se mantenían con la, ahora, Federación Rusa, el gobierno tayiko era más complaciente con las políticas dictadas por la Confederación de Estados Independientes (CIS).
Por otra parte, la oposición se unión en un mismo bloque llamado Frente de Salvación Nacional, integrado tanto por el Partido Democrático como el Partido del Renacimiento Islámico y otros grupos de poder de carácter religioso.
Las tensiones entre el gobierno y oposición fueron incrementando hasta ir alcanzando cotas de gran violencia. Desde el alzamiento de parte del ejército demandado autonomía para la región oriental de Gorno-Badajshan y unas mayores y mejores relaciones con Afganistán (gobernado por los talibanes desde la retirada soviética) e Irán hasta el secuestro de varios miembros del parlamento por grupos de ciudadanos armados vinculados a la oposición.
La desconfianza en fidelidad del ejército motivó al gobierno a crear una milicia fiel al Partido Socialista conocida como Guardia Nacional (GN), que fue desplegada en las regiones donde la oposición contaba con más apoyo. A modo de respuesta, la oposición organizó e incrementó sus milicias leales en los conocidos como Cuerpos Voluntarios Populares (PVC).
Estos hechos fueron la antesala del conflicto civil.
El comienzo de las hostilidades
4 de mayo de 1992, fecha que se toma como el comienzo de la Guerra Civil Tayika, cuando tropas de la oposición capturan la sede del canal público de televisión y comienzan a transmitir proclamas en favor del Frente de Salvación Nacional y del régimen talibán afganos, quienes había prometido asistencia a los grupos opositores. Tras esto, el gobierno decretó el estado de emergencia.
En pocos días los PVC se hicieron con el control de casi todos los puntos clave de la capital tayika y el presidente Nabiyev, asediado, llegó a un acuerdo con la oposición a través del cual conseguiría mantener la presidencia, a cambio de aceptar a un primer ministro del PD y a un vicepresidente del Partido de Renacimiento Islámico. Esto abrió un breve periodo de tregua en el que el gobierno tayiko, forzado por su frágil equilibrio de poderes se distanció del CIS para enfocar sus relaciones exteriores con las repúblicas islámicas de Irán y Afganistán. La conflictividad y este cambio de paradigma en la diplomacia dañó gravemente la economía local, extremadamente dependiente de Rusia y cerró posibles oportunidades, como los proyectos de colaboración y asistencia que estaba llevando a cabo el gobierno turco por toda Asia Central.
Los anteriores acuerdos no fueron vistos con buenos ojos por ciertos elementos de la Guardia Nacional quienes continuaron combatiendo a los PVC, así que, de forma secreta y consciente de una inevitable escalada del conflicto, Nabiyev solicitó al CIS la intervención de una fuerza militar internacional en Tayikistán, tras lo cual intentó huir, pero fue capturado por milicias de la oposición y forzado a dimitir.
Escalada del conflicto
Nabiyev fue desplazado del escenario y sustituido por su vicepresidente Akbarsho Iskandrov, sin embargo, el conflicto no redujo su intensidad, sino todo lo contrario, la cifra de muertos y desplazados crecía cada día.
La llamada de ayuda de Nabiyev ante la CIS no quedó sin respuesta. Los líderes de las recién establecidas repúblicas centroasiáticas seguían muy de cerca los acontecimientos que estaban teniendo lugar en Tayikistán, temiendo que una desestabilización allí pudiera crear un efecto dominó que extendiera la conflictividad y violencia por toda la región. Asimismo, el gobierno ruso también tenía muy en consideración el conflicto tayiko, ya que, al mismo tiempo, en Chechenia, estaban siendo testigos de las implicaciones y peligros de grupos armados de carácter islamista. Pese a esta disposición conjunta a una intervención armada para contener el conflicto tayiko, se tardó un tiempo en reunir y coordinar un contingente del CIS, debido a que su miembro más poderoso, Rusia, no quería liderar esta misión debido a que al mismo tiempo estaba lidiando con el conflicto checheno.
Al mismo tiempo, el gobierno uzbeko, llevaba un tiempo financiando y equipando a milicias gubernamentales y a la Guardia Nacional, como forma de proteger a los centenares de miles de ciudadanos tayikos de etnia uzbeka (segundo grupo étnico más numeroso en el país). Este país, liderado por el antiguo líder comunista Islam Karimov fue el responsable de llevar el liderazgo militar de la intervención en el conflicto tayiko. Esto se debe a que este país compartía una extensa frontera con Tayikistán, el anteriormente mencionado componente étnico y finalmente por su potencial demográfico, que quedaba representado en las fuerzas armadas más numerosas y mejor equipadas de la región en aquel momento.
De forma paralela, en el escenario político tayiko, Iskandrov era percibido por sus compañeros de partido como un líder débil y dispuesto a aceptar las condiciones de la oposición, por lo que el parlamento, en su gran mayoría compuesto por miembros del Partido Socialista votó el 27 de noviembre de 1992 para cambiar la forma de estado de un sistema presidencialista a uno parlamentario que le dio el liderazgo del país a Emomali Rahmon, antiguo alto cargo del Partido Comunista de Tayikistán.
Con un nuevo y revitalizado liderazgo en el gobierno tayiko al que apoyar, comenzaron las operaciones militares conjuntas entre las fuerzas de la CIS y las tropas gubernamentales tayikas contra las fuerzas de la oposición, las cuales pobremente equipadas y comandadas poco pudieron hacer contra fuerzas profesionales con apoyo blindado y aéreo. Las operaciones conjuntas tuvieron un gran éxito y para la primavera de 1993, casi la totalidad del territorio occidental tayiko, con los núcleos urbanos más importantes, estaba de nuevo bajo control gubernamental.
Conflicto de baja intensidad y cese de hostilidades
Tras la imparable acometida de las fuerzas gubernamentales apoyadas por las tropas de la CIS, la gran mayoría de fuerzas opositoras optaron por buscar refugio en la infranqueable meseta del Pamir, en la conocida como región Badajshan, la cual gozaba de un estatus de autonomía especial desde los primeros días del Tayikistán independiente. La región en sí constituía una fortaleza natural frente al territorio tayiko controlado por fuerzas gubernamentales, además contaba con una extensa frontera con Afganistán lo que permitió a las fuerzas opositoras seguir recibiendo apoyo material talibán. De esta forma a lo largo de los años se dio un conflicto de baja intensidad en el que la oposición efectuaba ataques esporádicos contra el territorio bajo control gubernamental, para después retirarse a la seguridad del Pamir mientras que las fuerzas gubernamentales realizaban infructuosos ataques contra esa fortaleza natural.
Pese a ello, desde la Confederación de Estados Independientes se fue llevando una estrategia para asegurar la frontera tayiko-afgana. El éxito y la seguridad de estas operaciones de control fronterizo fue tal que Rahmon y Yeltsin acordaron que la seguridad de dicha frontera estuviera en manos de las fuerzas armadas rusas, las cuales desplegaron un total de 15.000 soldados con ese propósito.
Como resultado de esto, las líneas de suministro de la oposición se vieron severamente afectadas, al mismo tiempo que la asistencia de otros países centroasiáticos para la recuperación de Tayikistán mejoró poco a poco la situación de los tayikos que vivían en las áreas bajo control gubernamental, lo que melló la moral de ciertos sectores de la oposición y aquellos afines a ellos, fatigados por la prolongación de un conflicto que parecía estar destinado al estancamiento, en el mejor de los casos.
Este estancamiento y desgaste sumando a las incipientes presiones internacionales en busca de la resolución del conflicto, hicieron que en 1997 Rahmon y Nuri, quien había asumido el liderazgo de la oposición firmaran en Irán el 17 mayo, el acuerdo de cese de hostilidades que supondría el final del conflicto civil en Tayikistán.
Tayikistán tras la guerra
Tras cinco años de conflicto ininterrumpido, en el que murieron alrededor de 100.000 personas, que provocó alrededor de ¾ de millón de refugiados y que dejó la economía e infraestructuras de Tayikistán en ruinas, el país alcanzó la paz.
Con la firma de la paz, el gobierno estaba dispuesto a asumir la presencia del Partido de Renacimiento Islámico en las instituciones, siempre y cuando este respetara el orden legal e institucional del país.
En la práctica, Emomali Rahmon se hizo con el control total del país y su régimen sigue vigente a fecha de hoy, siendo el temor de la ciudadanía a un nuevo conflicto de la magnitud de su guerra civil, uno de los principales pilares de su poder.
A nivel regional, los atentados del 11 de septiembre de 2001 hicieron ver al mundo los peligros del terrorismo islámico a nivel global y desde ese momento los regímenes centroasiáticos comenzaron a recibir instrucción y apoyo internacional con la finalidad de combatir al terrorismo, aunque en muchas ocasiones, la lucha contra el terrorismo se convirtió en una tapadera de los regímenes centroasiáticos para anular cualquier tipo de oposición real contra su poder.
Pese a que el país lleve en paz casi un cuarto de siglo, Tayikistán sigue siendo uno de los países más pobres del continente asiático, donde más de un tercio de su economía depende de las remesas enviadas por su diáspora desde el extranjero; y con un régimen autoritario sin ninguna oposición plausible con la capacidad de cambiar o mejorar la situación del país en un futuro cercano.
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