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Afganistán: ¿hay posibilidades de paz tras la retirada de las tropas extranjeras?

Joe Biden anunció que las fuerzas de EE.UU. dejarían el país antes del 11 de septiembre de 2021, tras veinte años en guerra

Un niño afgano observa un cómo marine estadounidense escanea el área durante una patrulla cerca de Sangin en la provincia de Helmand. Foto de Dusan Vranic / AP

El distrito de Zibak en la provincia nororiental de Badakhshan está situado a unos 450 kilómetros de Kabul, esta noche murieron allí ocho policías tras un ataque de los Talibán. Fuentes oficiales señalan que también se habrían producido bajas entre los atacantes, aunque el puesto avanzado sigue bajo control de las fuerzas gubernamentales.

Las “últimas noticias” en Afganistán siempre están teñidas de muerte a pesar de que el país está inmerso en un proceso de paz. En poco más de una semana, entre el 10 y el 18 de abril, 39 civiles fallecieron y 40 más resultaron heridos según la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán (AIHRC). Además, los datos de la ONU indican que en el primer trimestre de 2021 se produjo un aumento del 29 % en el número de civiles muertos y heridos con respecto al mismo período del año anterior: 1.783 víctimas civiles (573 muertos y 1.210 heridos).

El 14 el abril, el presidente estadounidense Joe Biden anunciaba de manera oficial que había llegado el momento de terminar “con la guerra más larga de Estados Unidos”. El mandatario puntualizó que no quería sentirse responsable de que el próximo presidente de su país mantuviera tropas en Afganistán: soy el cuarto presidente que tiene tropas en Afganistán. Ha habido dos republicanos y dos demócratas, no le pasaré esta responsabilidad a un quinto”. Ese mismo día, el Departamento de Asuntos de la Mujer de la provincia de Herat denunciaba que varios combatientes talibán habían azotado públicamente a una mujer, en el distrito de Oba, por haber mantenido una supuesta relación con un hombre. El portavoz de los Talibán, Zabihullah Mujahid, negó que se hayan celebrados “juicios” de este tipo en la provincia “durante los últimos meses”. La retirada de las fuerzas extranjeras del país ha desatado los temores entre las mujeres afganas.  Halima Salimi, presidenta de la Red de Mujeres en Herat, ha mostrado su preocupación por la situación: “Si la retirada de las fuerzas estadounidenses de Afganistán se realiza de manera irresponsable, las mujeres se enfrentarán a una paz insegura y se sacrificarán sus derechos y libertades humanitarias, las mujeres enfrentarán un futuro oscuro”.

Los asesinatos selectivos han sido una constante durante los últimos meses. Malalai Maiwand, periodista afgana; Abdi Jahid, activista por la sociedad civil en la provincia de Baghlan; Yousuf Rasheed, director del Foro de Elecciones Libres y Justas de Afganistán; Mahbubullah Muhibbi, vicegobernador de Kabul;¸Freshta Kohistani, activista por los derechos de las mujeres en Afganistán, son solo algunas de las personas que fueron asesinadas desde diciembre de 2020. Aunque el número de fallecidos en los “asesinatos selectivos” es mucho mayor.

Otra cuestión importante en el nuevo escenario será la posición de las diferentes minorías étnicas del país. El pasado 14 de marzo, la Autoridad Nacional de Estadísticas e Información (NSIA) añadió 54 “designaciones étnicas a los 14 grupos étnicos que se estaban utilizando en las tarjetas electrónicas de identidad nacional”. La medida fue ampliamente criticada por varios políticos y altos cargos afganos. Señalan que podría profundizar más las divisiones étnicas en el país, la califican como un error e instaron a la NSIA a rectificar esta decisión. Según la Autoridad Nacional de Estadísticas e Información, la introducción de más grupos étnicos se debe a las peticiones de las minorías. Ahmad Shakib Sanin, jefe del consejo para la movilización de las minorías en Afganistán, celebró la decisión y dijo: “hasta ahora, éramos como ‘cuerpos sin alma’, ya que nos insultaban en todas partes porque éramos minorías”.

En 2019 la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán, indicó que la “discriminación racial era un factor clave detrás del creciente nivel de violencia en el país”. Varias milicias “antitalibán” y otros líderes como Mohammad Mohaqiq (minoría hazara) han afirmado en las últimas semanas que están preparados para el combate.

La retirada de las fuerzas de Estados Unidos prevista para el 11 de septiembre de 2021 supone, para los Talibán, una ruptura de los Acuerdos de Doha y amenazaron con emprender las hostilidades contra las tropas extranjeras presentes en el país, responsabilizando a Estados Unidos de lo que pueda suceder.

“Los últimos días de los Talibán”, portada de la revista TIME, 17 de diciembre de 2001.

Resulta complejo para Washington responder a la pregunta de si han ganado esta guerra. Por el contrario, para algunos miembros de los Talibán, la respuesta es clara: “Hemos ganado la guerra, EE.UU. ha perdido”. Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, asegura que su país ha cumplido los objetivos tras dos décadas de presencia en el país. “Atacamos AlQaeda matamos a bin Laden, y lo hicimos hace 10 años (…) Desde entonces, varias tareas en esta guerra han cambiado y transformado, pero en cuanto a los objetivos fundamentales en este conflicto, los hemos logrado” declaró Sullivan. Actualmente hay unos 2.400 efectivos de Estados Unidos en el país centroasiático. Tras el anuncio de Biden, también la OTAN anunció sus planes de retirada.

Sullivan aseguró que la presencia  militar de Estados Unidos en Afganistán estará enfocada a proteger la Embajada y su misión diplomática. La crecientes tensiones en la región Indo-Pacífico habrían sido determinantes para que Washington haya tomado esta decisión.

Se estima que la guerra ha costado alrededor de 825 mil millones de dólares, unos 2.400 militares estadounidenses habrían muerto y otros 20.000 resultado heridos. El coste para los afganos es muy superior, en veinte años de conflicto se estima que fallecieron 60.000 miembros de las fuerzas de seguridad y más de 100.000 civiles.

Afganistán sin tropas extranjeras

El presidente afgano, Ashraf Ghani, se ha mostrado optimista sobre las capacidades de las fuerzas gubernamentales afganas para poder mantener la seguridad del país. Ghani aseguró que respeta la decisión de Joe Biden y “trabajará” con sus socios estadounidenses “para garantizar un período de transición sin problemas”. Otras voces dentro de Afganistán son más pesimistas. “La retirada de estas fuerzas responde a los deseos del pueblo afgano, pero por el momento no se han creado las condiciones para ello, existe el riesgo de una nueva guerra civil y esto convertirá a Afganistán en un centro del terrorismo internacional” dijo el presidente del parlamento afgano, Mir Rahman Rahmani.

Desde la ONU también han alertado sobre el posible deterioro de la situación en Afganistán cuando se hayan retirado las tropas de la OTAN. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, pide a la comunidad internacional que continúe apoyando al país tras la retirada de todas las fuerzas extranjeras y reconoce que las conversaciones se encuentran en un “punto crítico”. Grandi subrayó que si la situación empeora habrá un “aumento del flujo migratorio, incluso a través de Irán, a lo largo del Ruta de los Balcanes”. El presidente Biden pidió a otros países de la región, “especialmente Pakistán, pero también a Rusia, China, India y Turquía, que intensifiquen su apoyo a Afganistán”.

El representante especial del presidente ruso para Afganistán, Zamir Kabulov, indicó que las fuerzas armadas afganas no están bien preparadas y “están perdiendo ante el movimiento talibán”. Para el funcionario ruso es importante continuar el proceso de paz aunque haya retrasos en los encuentros. En este mismo sentido Ted Callahan, ex asesor de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos en el norte de Afganistán, asegura que las fuerzas gubernamentales afganas “carecen de la voluntad, el compromiso y la disciplina que tienen los talibán. Este factor intangible da a los talibán una ventaja sobre las fuerzas de seguridad afganas”.

Tras el estancamiento de las conversaciones de Doha se había propuesto celebrar una conferencia sobre Afganistán en Estambul, Turquía, prevista para finales de abril. Según una fuente del Alto Comisionado de Afganistán para la Reconciliación Nacional, la fecha se ha pospuesto “debido a la negativa de los representantes de los talibán a participar en ella”.

Zabihullah Mujahid, portavoz de los Talibán, afirma que “boicotearon la conferencia cuando algunos estados extranjeros querían interferir en los asuntos de Afganistán”. Los Talibán sostienen que las tropas han de reiterarse en la fecha acordada en Doha, 1 de mayo. Tras las últimas declaraciones parece que se ha allanado el camino para un mayor incremento de la violencia y los enfrentamientos en esta primavera.

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