Escrito por Àngel Marrades
Un Presidente desaparecido, un primero ministro autoproclamado, la Casa Blanca (el complejo donde se encuentran los principales edificios del gobierno) tomada por los manifestantes, Estado de Emergencia declarado en Bishkek y caos por las calles de la capital. Ante la situación en Kirguistán tras el estallido de esta crisis política surgen las preguntas: ¿quienes son los principales actores? ¿por qué ha ocurrido? ¿quien ostenta el poder? ¿como podría resolverse?
Elecciones y protesta
El pasado 4 de octubre Kirguistán celebrabá elecciones parlamentarias. Los resultados mostraron una clara victoria para los partidos pro-gubernamentales, siendo los principales vencedores el partido Unidad (Birimdik), del Presidente Sooronbai Jeenbekov, y Mi Patria Kirguistán (Mekenim Kirguistán), este asociado a la poderosa familia-clan Matraimov, quienes controlan gran parte de las rutas comerciales con China debido a su posición en el entramado aduanero del que se enriquecen. Tanto observadores electorales como la oposición acusaron a estos partidos de compra de votos, una práctica habitual en el país, con unas élites políticas cercanamente asociadas a clanes y esquemas de corrupción. De los 16 partidos que se presentaron tan solo cinco consiguieron superar la barrera electoral del 7%, con Unidad y Mi Patria Kirguistán controlando completamente la cámara con mayoría absoluta.
Los partidos de la oposición se decidieron por movilizar a sus bases para protestar por los resultados y la compra de votos, consiguiendo arrastrar miles de simpatizantes. Esto se debe al enorme hartazgo de la población, que ya había sido movilizada en el último año en protestas contra la corrupción, pidiendo la investigación de funcionarios y políticos de alto rango, incluidos los Matraimov. Pero a esto se sumo la débil respuesta del gobierno a la crisis del coronavirus, que golpeo de manera especialmente dura en el mes de julio. Lo único que pudo mantener a muchos a flote fue el apoyo de organizaciones juveniles, ciertos empresarios de nuevo cuño y organizaciones civiles que proveyeron de ayuda médica esencial. Además la misma élite sufre de una crisis interna con la ruptura entre el ex-presidente Almazbek Atambayev, encarcelado, y su delfín, el actual presidente Sooronbai Jeenbekov.
Cuando las protestas estallaron el 5 de octubre en la Plaza Ala-Too, de la capital Bishkek, en un primer momento la policía trato de desalojarlos con un importante operativo. La batalla campal duró gran parte de la noche y la madrugada saldándose con más de 700 heridos y un muerto (un joven de 19 años). A la mañana siguiente, el 6 de octubre, los manifestantes habían tomado la Casa Blanca, donde se alojan la oficina de la presidencia y el parlamento, y el Comité de Seguridad Nacional. Con el caos producido con las protestas y la huida del Presidente Jeenbekov distintos grupos aprovecharon el momento para liberar a figuras políticas clave que se encontraban detenidas principalmente por cargos de corrupción entre las que destacan el ex-presidente Almazbek Atambayev, Sadyr Zhaparov (Japarov) o el ex-primer ministro Sapar Isakov.
El Presidente Jeenbekov publicaría posteriormente una declaración, desde un lugar desconocido, acusando a “algunas fuerzas políticas de tratar de tomar el poder”, pedía a las fuerzas de seguridad que no disparasen a los manifestantes y llamaba al diálogo con la oposición, recomendando a la Comisión Electoral Central realizar una investigación, pudiendo anular los resultados de ser necesario. Poco después la Comisión Electoral Central declaraba nulas las elecciones del 4 de octubre.
Vacío de poder
Con la anulación de la elecciones, y la desaparición del Presidente, en la capital se presentó un escenario en que todos los aliados de Jeenbekov se encontraron aislados, con las instituciones tomadas por los manifestantes, y la oposición dividida, al estar representada por múltiples partidos. En esas condiciones, y debido a la crisis de legitimidad, gran parte de las autoridades comenzaron a dimitir en cascada mientras que distintas figuras de la oposición tomaban estos puestos autoproclamándose con el apoyo de sus partidarios. Así el vacío de poder que se iba creando fue ocupado por distintas fuerzas creando cada vez divisiones más claras entre las distintas agrupaciones políticas.
Algunos ejemplos: Omurbek Suvanaliyev, del partido Kirguistán Unido (Butun Kirguistán), autoproclamado Secretario de Seguridad Nacional. Suvanaliyev que ha forjado su carrera en el Ministerio de Interior fue Vicesecretario de Seguridad Nacional bajo el actual presidente Jeenbekov. Con esta posición ha podido discutir con Rusia la situación en el país. Almambet Shykmamatov, del partido Bir Bol y ex-ministro de justicia, se auproclamo ante los medios como Fiscal General interino cursando ordenes de detención contra los miembros de la familia Matraimov: Iskander, Raimbek y Tilek. Cuando dimitió el alcalde de Bishkek (la capital), Aziz Surakmatov, un hombre, Zhooshbek Koenaliyev, se dirigió ante los medios para anunciar que era el Alcalde del Pueblo. Así sucedería sucesivamente con otros cargos y figuras como el ministro de Interior, tomado por Kursan Akanov (de Butun Kirguistán), el de salud y el de finanzas; los gobernadores de Naryn, Issyk-Kul, Batken y Talas o el director de la televisión estatal (OTRK).
Con las calles sumidas en el caos, y con el crimen organizado fuera de control, comenzaron a formarse nuevas organizaciones tanto para tratar de dar un rumbo al país tras la crisis política como para intentar de recuperar algo de orden, lo que dio lugar a la aparición patrullas de vigilantes civiles junto a veteranos de guerra. En primer lugar se crea el Consejo de Coordinación en el cual participan políticos de renombre de los partidos de la oposición, incluyendo a: Omurbek Babanov (ex-primer ministro, del partido Respublika), Sapar Isakov (ex-primer ministro), Adakhan Madumarov (líder de Butun Kirguistán) y partidos como SDPK, Ata-Meken, Respublika, Bir Bol, Zamandash o Butun Kirguistán.
La creación de este Consejo de Coordinación supuso un agravamiento de la crisis generacional en el liderazgo político entre las viejas guardias de los partidos, que han colaborado con el gobierno y recibido cargos durante años, y las nuevas generaciones. Los líderes de los partidos de oposición están igual de manchados de corrupción que los partidos de gobierno, la diferencia radica en que el parlamento constituido en 2015 estaba fragmentado y había un reparto amplio del poder, mientras que tras estas elecciones el poder iba a ser monopolizado por los clanes Jeenbekov y Matraimov. Las juventudes, que desde la oposición han participado en las protestas anti-corrupción de manera muy activa, se vieron apartadas de una posible transición y reaccionaron contestando con sus propias organizaciones y no reconociendo la legitimidad de este Consejo de Coordinación:
“En la revolución de 2005 estaban Madumarov, Babanov, Sariev, que estaban en el Consejo de Coordinación. En 2010, también estaban en el Consejo de Coordinación. Ayer estuvimos en la plaza por la noche, y ninguno de estos políticos estaba allí. Todo pasó gracias a la juventud. No reconocemos este consejo de coordinación. Nosotros, jóvenes, caras nuevas, nos uniremos”
Así se creo el Consejo de Coordinación de Jóvenes Políticos y Activistas. Este grupo de políticos tiene un carácter más liberal, sus miembros pertenecen a nuevas clases sociales y su educación en muchos casos viene de universidades occidentales. El partido “Reforma” es el mejor ejemplo de estas juventudes, ya que esta constituido netamente por este tipo de fuerzas.
En tercer lugar también se organizaron otros partidos, de corte nacionalista, que no han ocupado puestos en el gobierno, como Chon-Kazat, que piden una purga de la élite del país. Este grupo se denominó Consejo de Coordinación del Pueblo. Con tres poderes formados y el Presidente deslegitimado, la única autoridad real con poder era el Parlamento anterior, cuyos miembros aún ostentan sus cargos de diputados hasta que se celebren nuevas elecciones.
El 7 de octubre el Primer Ministro Kubatbek Boronov y el portavoz del parlamento dimitían terminando de crear un vacío de poder que ahora muchos querían ocupar para dirigir la transición. Un grupo de parlamentarios, apróximadamente unos 35, liderados por Sadyr Zhaparov (Japanov), recordemos liberado la noche anterior de prisión, se reunió en sesión extraordinaria en el Hotel Dostuk adelantándose al resto y, sin contar ni con el consenso ni con el quórum necesarios, proclamaron a Zhaparov como nuevo Primer Ministro. En este acto, celebrado a puerta cerrada y sin presencia de periodistas, también nombraron un nuevo portavoz parlamentario, Myktybek Abdyldaev, del partido Bir Bol. Los diputados que apoyaron estas candidaturas son de Birimdik y Mekenim Kirguistán, lo cual ha levantado sospechas de que detrás de Zhaparov estén realmente los clanes Jeenbekov y Matriamov. El otro grupo parlamentario, minoritario, declaró ilegal estos nombramientos en una reunión aparte, pero no pudieron realizar ninguna acción al carecer también de quórum.
Con el parlamento dividido en dos y un Primer Ministro autoproclamado la situación se ha tensando cada vez más en la capital con intentos de los partidarios de Sadyr Zhaparov de acceder a la Casa Blanca, ocupada por el Consejo de Coordinación del Pueblo. Los vigilantes nocturnos han tenido que hacer notables esfuerzos por evitar una escalada en múltiples ocasiones. Con Zhaparov como contendiente más asertivo y tratando de tomar el poder el Consejo de Coordinación del Pueblo y los líderes jóvenes de los principales partidos opositores (Bir Bol, Ata-Meken, Reforma, Respublika y Zamandash) se unieron para tratar de de plantear una alternativa. Mientras tanto el primer Consejo de Coordinación, liderado por la vieja guardia, se disolvió para tratar de conseguir cierta influencia y nominar a los antiguos líderes para puestos clave.
En un primer momento Tilek Toktogaziev, del partido Ata-Meken, un empresario y activista agrícola se presento como la principal alternativa. Como parte de estas nuevas generaciones, y con tan solo 30 años, Toktogaziev recibió el apoyo de las juventudes para presentar su candidatura a Primer Ministro ante el Consejo de Coordinación del Pueblo y el parlamento. Pero el problema es que, a pesar de las negociaciones, no se consiguió reunir el quórum necesario de 60 diputados (de 120) para que el parlamento vote una candidatura. Ante la creciente desestabilización, y amenazas, se acepta un pacto con la vieja guardia nombrando a Omurbek Babanov, ex-primer ministro del partido Respublika, como candidato a Primer Ministro y a Tilek Tokotogaziev, como viceprimer Ministro, con el apoyo de los partidos Respublika, Bir Bol, Reforma y Ata-Meken. Traicionando el ideal inicial de realizar un cambio generacional con esta coalición se espera derrotar a Sadyr Zhaparov. También se negocian otras posibles soluciones como la destitución del Presidente mediante juicio político.
¿Comienza la contrarrevolución?
Con los distintos polos de poder definidos junto a su composición interna podemos señalar que hay tres grupos en liza en este momento: (1) los que se agrupan alrededor de Zhaparov, (2) el Consejo de Coordinación del Pueblo cuyos partidos han elegido al tándem Babarov – Tokotogaziev y (3) el Presidente Jeenbekov.
Durante los días 8 y 9 de octubre ha comenzado lo que podríamos calificar de una contrarrevolución. El alcalde de Bishkek ha vuelto a su cargo desplazando al autoproclamado “Alcalde del Pueblo”. Lo mismo hicieron los gobernadores de las regiones de Talas y Batken. El propio gobierno ha vuelto ha trabajar con su Viceprimer Ministro, Erkin Asrandiev, a la cabeza tras la renuncia de Kubatbek Boronov, aunque por el momento no han podido recuperar el control de las oficinas de gobierno. Sin duda hay un proceso en marcha en el que los oficiales del gobierno están tratando de recuperar sus cargos. En la ciudad de Osh, segunda mayor del país y capital geográfica del sur, se han organizado manifestaciones en apoyo a Jeenbekov. Hay que señalar que los clanes Jeenbekov y Matriamov son sureños y que el propio presidente gobernó esta región antes de aliarse con el ex-presidente, Almazbek Atambayev. La brecha norte-sur es algo que hay que tener en cuenta en esta crisis.
El único conato de revuelta contra Jeenbekov en Osh ha sido el regreso de Melis Myrzakmatov, antiguo alcalde de la ciudad, exiliado después de que le acusaran de realizar discursos de odio contra la población uzbeka. Myrzakmatov fue recibido por miles de sus partidarios pero, al menos por el momento, no ha hecho ademán de querer tomar la alcaldía, a pesar de que se lo hayan ofrecido tras destituir al actual alcalde, Taalaibek Sarysbashov, aliado de Jeenbekov. Es posible que prefiera pactar, pues Sarysbashov ha recuperado el cargo y se ha reunido con el hermano del presidente.
Mientras tanto en la capital el Presidente Jeenbekov ha aprovechado el sentimiento de inseguridad y la situación anárquica en la capital para decretar el Estado de Emergencia, imponer un toque de queda a partir de esta noche (9 de octubre) y desplegar al ejército. Esta por verse como son recibidas estas medidas que suponen el primer movimiento del Presidente desde el inicio de la crisis y una reafirmación de su autoridad. Es bastante posible que sea bien visto por la inseguridad de la capital para poner orden. A su vez Jeenbekov ha continuado ofreciendo diálogo, llegando a poner sobre la mesa su renuncia siempre que se establezca antes un nuevo gobierno y se firme la dimisión del actual por los procedimientos legales, pues todas estas decisiones deben ser ratificadas por el presidente. Jeenbekov esta sin duda tratando de retomar las riendas del país y ofreciendo una transición dirigida por él.
Los grupos de la oposición no han tomado ninguna postura hasta el momento ante estos anuncios. Por otro lado en el día de hoy (9 de octubre) se organizó una marcha en la capital contra el crimen organizado, muestra de la seriedad de la situación. La manifestación en la Plaza Ala-Too ha servido para que los dos principales contendientes, Zhaparov y Babarov, midan fuerzas. Babarov espera poder reunir en el día de hoy el quórum necesario para ser elegido Primer Ministro con el apoyo del Consejo de Coordinación del Pueblo. A la manifestación también acudió el ex-presidente Almazbek Atambayev, junto con sus partidarios y seguridad, en aparente apoyo de Babarov.
Las tensiones en la manifestación comenzaron con insultos, y pronto estalló una batalla campal en que se lanzaron piedras entre los partidarios de Zhaparov y Babarov, que acusan a los primeros de estar coaligados con el crimen organizado. En un momento dado comienzan a escucharse disparos, varios hombres han sacado pistolas, la seguridad del ex-presidente Atambayev lo evacua y puede verse como disparan a su vehículo. Tras los enfrentamientos hay varios heridos entre ellos el candidato a Viceprimer Ministro, Tilek Toktogaziev, que ha recibido una pedrada en la cabeza.
Los enfrentamiento en Bishkek son solo un pequeño ejemplo de como podría escalar la violencia los próximos días entre las distintas facciones que tratan de hacerse con el poder. Las próximas horas y días serán cruciales para ver si hay un compromiso entre las élites o si se desencadena un conflicto mayor. El parlamento debería reunirse con el quórum suficiente entre la noche del 9 de octubre y el 12 de octubre. Sin embargo, las posibilidades son varias ya que podría darse que la coalición Babarov – Toktogaziev haya conseguido los apoyos suficientes. Pero también es posible que el parlamento de una muestra de apoyo al Presidente Jeenbekov aprobando el Estado de Emergencia, ya que este debe recibir el visto bueno del parlamento en un máximo de tres días. Por último se rumorea la posibilidad de que también apoyen la candidatura de Sadyr Zhanparov, lo cual confirmaría la alianza de este con el Presidente. Y a pesar de todo no sabemos cual es la postura real del clan Matriamov, ni tampoco la del ex-presidente Atambayev. Quedan muchas incógnitas por resolver en esta revuelta kirguiz.
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