El ferrocarril está siendo la columna vertebral de la logística de las fuerzas armadas ucranianas en la guerra que estas vienen librando contra Rusia desde el 24 de febrero de 2022. La red ferroviaria de Ucrania posee una densidad tal que le permite llegar a muchas partes del país y servir a los propósitos militares. En este artículo analizamos sus características y el impacto que está teniendo la conflagración en la logística ferroviaria ucraniana.
Para ampliar: Cobertura de la guerra ruso-ucraniana
Una introducción técnica
En la actualidad actual red ferroviaria ucraniana tiene una extensión de más 21.000 kilómetros de vías y está servida por cerca de 1.500 estaciones. Cerca de 9.900 kilómetros de vías se encuentran electrificados con catenaria, lo que permite la circulación de locomotoras eléctricas (de mayor potencia y mayor velocidad que las locomotoras diésel). El ancho estándar empleado en Ucrania es de 1520 milímetros, el mismo que se utilizaba en el Imperio ruso, la Unión Soviética y la mayoría de países sucesores de la URSS. Esto supone que no exista una correspondencia directa con los ferrocarriles de la Unión Europea que llegan hasta territorio ucraniano, cuyo ancho es de 1435 mm.
La red ferroviaria ucraniana está operada por la empresa estatal Ukrzaliznytsia, que cuenta con una plantilla de 231.000 trabajadores y con un amplio parque de locomotora y vagones. Constituye uno de los mayores operadores ferroviarios a nivel mundial y europeo, pues mueve un enorme tráfico de pasajeros y mercancías. Según un informe de la Unión Internacional de Ferrocarriles, en 2011 por las vías ucranianas fueron transportados 485 millones de pasajeros y 457 millones de toneladas. En este sentido, cabe recordar que hasta fechas recientes por el país también circulaba un importante tráfico ferroviario de mercancías de carácter euroasiático.
Durante los últimos 30 años los ferrocarriles ucranianos han mantenido en esencia el modelo heredado de la Unión Soviética, teniendo la burocracia un gran peso en la organización ferroviaria. Esta circunstancia ha sido criticada desde algunos sectores en la premisa de que ello constituye una rémora para los tiempos actuales, además de una fuente de corrupción e ineficiencia. Por otro lado, también se ha señalado la falta de inversiones que viene sufriendo la red ferroviaria desde hace años, tanto en infraestructuras como en equipo. En el caso de los talleres de reparación la falta de medios económico habría llevado a que estas instalaciones operen con falta de medios.
El tren como transporte militar
Desde el siglo XIX el ferrocarril ha constituido un importante medio de transporte para fines militares, facilitando el movimiento de tropas, suministros y armamento. Aquellos países que poseen una red ferroviaria muy arraigada han sido tradicionalmente los que un mayor uso han hecho de este medio. Tanto el Imperio ruso como la Unión Soviética destacaron en este aspecto, habida cuenta de las grandes distancias que debían cubrir sus fuerzas armadas a la hora de movilizarse contra un enemigo. También hay que tener en cuenta la fuerte implantación que tuvo el ferrocarril en Rusia y la URSS, lo que reforzaba el uso militar que se hacía de este instrumento.
Esta situación se está viviendo en Ucrania desde que el 24 de febrero se iniciase la invasión rusa, habiendo adquirido la red ferroviaria un papel preponderante. Pero no se trata solo de mover grandes masas de suministros o miles de efectivos humanos. Los convoyes de mercancías resultan cruciales para el traslado a grandes distancias de armas pesadas como carros de combate, vehículos mecanizados o artillería, así como camiones y vehículos blindados de ruedas. Esto no solo supone un importante ahorro de combustible, sino que además se evita un desgaste adicional para el equipo que se produciría en caso de que cubrieran esas distancias por carretera.
Unos ferrocarriles en guerra
Moscú es plenamente consciente de la importancia que tienen los ferrocarriles en la logística militar de las fuerzas ucranianas, por eso desde el primer día las líneas férreas han sido un objetivo de primer orden. La campaña de interdicción aérea se ha concentrado especialmente sobre los nudos ferroviarios, dado que los bombardeos en estos puntos contribuyen a generar una mayor desorganización en los transportes. También han sido bombardeados puentes, estaciones y playas de vías. Como resultado de los ataques, Ukrzaliznytsia ha ordenado que sus trenes circulen a una velocidad mucho menor a la habitual debido al mal estado en que se encuentran muchas vías.
En los primeros días de la contienda los ferrocarriles ucranianos habrían perdido cerca de un 25% de sus infraestructuras debido a los ataques rusos. Aunque en su momento se realizaron intensos trabajos de reparación, el deterioro ha continuado. Tres meses después, según la agencia Ukrinform el saldo de destrucción abarca unos 6.300 kilómetros de vías pertenecientes a las líneas principales y 41 puentes. Esto supondría que en la actualidad algo menos de un cuarto de la red ferroviaria ucraniana se encuentre fuera de servicio o no esté en condiciones óptimas de operatividad. Muchos kilómetros de vías han quedado situados dentro de las zonas bajo control ruso. Igualmente, desde febrero el material motor y el material rodante de Ukrzaliznytsia han sufrido fuertes bajas.
Para ampliar: Fase I de la guerra de Ucrania, ¿fracaso ruso?
Los ataques aéreos sobre el trazado, nudos ferroviarios o estaciones pueden ser reparados en un plazo de tiempo relativamente corto antes de restablecer la circulación. La principal adversidad viene por el caos que se genera en el tráfico, los horarios, etc. Cuando los bombardeos afectan a las instalaciones de electrificación (especialmente las subestaciones eléctricas), solventar la incidencia presenta serias dificultades técnicas. Una alternativa al problema es que los trenes circulen con locomotoras diésel, aunque ello suponga sacar las máquinas de sus cometidos originales. Mayor problema se genera cuando son atacadas las grandes infraestructuras, como los puentes, cuya destrucción puede suponer la interrupción del tráfico durante muchos meses.
Los fuertes ataques rusos contra sus infraestructuras no han sido la única adversidad a la que han tenido que enfrentarse los ferrocarriles. De la noche a la mañana han tenido que asumir una función logística militar que con anterioridad no ejercían, además de mantener en parte sus servicios civiles de tiempos de paz. A esa circunstancia se sumaron los miles de refugiados que durante las primeras semanas huyeron por tren hacia el Oeste, a territorio de Polonia y otros países. Bajo esas condiciones adversas la red ferroviaria de Ucrania no solo no ha colapsado, sino que además ha sido capaz de responder a las nuevas necesidades que aparecieron en apenas unos días.
Sin embargo, el panorama para los próximos meses no es tan alentador. Hasta ahora se han mantenido los ataques rusos contra infraestructuras ferroviarias, causando unos daños cuya magnitud hace difícil que se acometa una reparación completa. Ante la perspectiva de un conflicto prolongado, es previsible que el continuo desgaste sobre las infraestructuras y el material móvil acabe pasando factura a la red ferroviaria ucraniana. Ello puede comprometer el volumen de tráfico capaz de operar y, por ende, podría acabar influyendo en la logística del ejército ucraniano. Otro problema lo constituye la diferencia de ancho entre la red ucraniana y la red europea, que desde el comienzo de la guerra ha limitado seriamente la movilidad inter-fronteriza de mercancías.
La batalla del trigo
En las últimas semanas ha intervenido un actor a tener en cuenta dentro de las cuestiones logísticas. El bloqueo naval ruso sobre los puertos ucranianos ha cortado drásticamente la vía marítima para las exportaciones agrícolas ucranianas. Esto ha supuesto un serio varapalo para uno de los principales sectores económicos del país, que además abastece de trigo y grano a muchas naciones. Dado que el bloqueo naval se prolonga y, el grano empieza a acumularse en los silos, se están planteando otras vías para dar salida estos productos. Muchos han visto en el tren una alternativa que de respuesta al nuevo problema, aunque esta plataforma presenta serios obstáculos.
Para ampliar: El bloqueo naval ruso a Ucrania
Además del citado problema de la incompatibilidad de ancho de vías, en las actuales condiciones bélicas el ferrocarril difícilmente podrá satisfacer las grandes necesidades logísticas de la agricultura ucraniana. En todo caso, sería añadir una tarea más para una red ya sobrecargada por las condiciones bélicas. Tampoco existen instalaciones adecuadas en la frontera polaco-ucraniana que faciliten el intercambio de trigo y grano entre vagones de los dos anchos. Las autoridades de Kiev han anunciado la construcción de una gran instalación de transferencia junto a la frontera polaca, la cual se espera que esté operativa para finales de julio. En cualquier caso, su entrada en funcionamiento solo permitirá procesar una parte de todo el trigo y el grano ucranianos.
Suscríbete y accede a los nuevos Artículos Exclusivos desde 3,99€
Si escoges nuestro plan DLG Premium anual tendrás también acceso a todos los seminarios de Descifrando la Guerra, incluyendo directos y grabaciones.
Apúntate a nuestra newsletter
Te enviaremos cada semana una selección de los artículos más destacados, para que no te pierdas nada.