El 24 de febrero Rusia lanza una “operación militar especial” contra Ucrania. Tras unas horas de bombardeos, inicia la intervención terrestre por cuatro frentes. En los primeros prolegómenos los rusos consiguen avances rápidos, pero antes de las dos semanas de conflicto el frente se estanca. A principios de abril el mando ruso decide retirarse del norte de Ucrania, para dar comienzo la fase II de la guerra. En este artículo se analizará la primera fase de la contienda. ¿Ha sido un fracaso ruso? ¿Qué errores ha tenido el ejército ruso? ¿Cuánto puede durar la guerra?
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Objetivos rusos de la guerra
Tras anunciarse el comienzo de la invasión, Vladimir Putin enumera los objetivos de la “operación militar especial” -Moscú no ha declarado formalmente la guerra a Ucrania-, a saber, “desnazificar” y desmilitarizar Ucrania, conseguir la neutralidad de Kiev -que no ingrese en la OTAN-, la protección de las minorías rusófonas del Donbás, y conseguir el reconocimiento de Crimea como parte de Rusia y las repúblicas autoproclamadas de Donestk y Lugansk.
En cuanto a los objetivos militares de la estrategia rusa, todo parece indicar que Moscú buscaba una rápida toma de Kiev para provocar el colapso del gobierno ucraniano. Otra de las claves era el establecimiento de un corredor terrestre para Crimea con la toma de Kherson, Rusia podría volver a abastecer de agua a la península (el gobierno ucraniano desde 2014 ha intentado cortar los suministros de Crimea). Además, esa región es clave para irrigar los cultivos de trigo y maíz. Por otro lado, la conquista de Mariupol también era un objetivo importante para poder asegurar el control ruso sobre el Mar de Azov, además de que permite crear un corredor desde Crimea al Donbás.
A la hora de intentar llevar a cabo sus objetivos, Rusia llevaría a cabo durante meses un gran despliegue de tropas y armamento. Según varias fuentes, para la primera fase de la operación en Ucrania, Moscú desplegó entre 150.000 y 200.000 tropas, así como de más de 40.000 soldados de las autoproclamadas repúblicas del Donbás. No obstante, hay que clarificar, que, en los primeros compases, Rusia habría iniciado la operación terrestre en los cuatro frentes con aproximadamente 80.000 hombres. Lo que explica en una parte, las dificultades rusas para romper el frente ucraniano.
¿Errores de cálculo rusos?
Se puede adelantar que Rusia no ha conseguido los objetivos que se propuso a la hora de invadir Ucrania, y eso se explica por varios motivos. Primero de todo, hay que entender que Ucrania es un país muy grande. De hecho, es el país de Europa continental más grande (tiene 603.500 km2), aún excluyendo Crimea y las zonas no controladas por Kiev en el Donbás. Su vastedad y heterogeneidad de terrenos supone un gran desafío para cualquier planificador militar que desee conquistarla parcial o totalmente. Otra cuestión a tener en cuenta es el mismo terreno ucraniano, Rusia decide invadir Ucrania en un momento en el que hay gran cantidad de barro, lo que evidentemente supone una dificultad para los elementos mecanizados. Ante esto, los rusos tuvieron que aglutinarse en las carreteras para moverse, suponiendo un blanco más fácil para la artillería y las emboscadas ucranianas.
Ucrania como se ha comentado, es un país grande, donde además hay muchas ciudades. ¿Qué ocurre? Para avanzar los rusos deben de conquistar cada centro urbano para asegurar su posición y no ver comprometidas sus rutas de suministro o su retaguardia. En el combate urbano, los defensores gozan de mayor ventaja, conocen mejor el terreno, lo que aprovechan para sorprender a los asaltantes.
Para ejecutar una invasión de Ucrania harían falta ingentes cantidades de hombres, material recursos, todo ello encuadrado en una gran organización militar cuyos soldados, oficiales y estrategias sepan interactuar de acuerdo con la escala y objetivos marcados por los últimos en varios ejes de avance simultáneo; y como hemos visto, con 80.000 soldados eso no es posible.
En los últimos años, la Federación Rusa ha intervenido militarmente en una serie de países como Georgia (2008), Ucrania (2014) o Siria (2015), pero la escala e implicación en las mismas se asemejan más a las operaciones de paz de países occidentales que a unas de gran escala. En términos cuantitativos, el ejemplo más aproximado a nivel nacional para Moscú sería la invasión de Afganistán en las navidades de 1979, y aun entonces se trató más de una acción de paracaidistas y fuerzas móviles contra una oposición inicial casi inexistente que aquello que estamos viendo en el este de Ucrania.
Operaciones militares de la Fase 1
En los primeros compases de la ofensiva rusa sobre Ucrania, la artillería y la aviación empezó a bombardear el país intensamente. A las pocas horas, el ejército ruso comenzaba el ataque terrestre. Cuestión importante, los rusos no fueron capaces de destruir toda la infraestructura militar ni de realizar un bombardeo suficientemente potente como para debilitar decisivamente al ejército ucraniano. ¿Por qué? Quizás Moscú esperaba el rápido colapso de las fuerzas ucranianas y Kiev.
Como se ha explicado, la invasión rusa se produjo en cuatro frentes:
Frente de Kiev: Las tropas estacionadas en Bielorrusia son las que llevan a cabo el primer avance sobre la capital. En unas horas el ejército ruso tomaría Chernobyl con el objetivo de asegurar el camino a Kiev, a la que llegarían en menos de 48 horas. El primer día, se produce un asalto aerotransportado sobre el aeropuerto de Hostomel que acaba en un fracaso rotundo. Parece claro que Moscú buscaba una toma rápida de Kiev, ya que múltiples columnas rusas se dirigen para apoyar el asalto a la capital, por ejemplo, se dejan atrás ciudades importantes como Chernigov.
El objetivo ruso pasaba por hacer una pinza sobre Kiev, sin embargo, la presencia de tropas ucranianas en Chernigov y Sumy amenaza considerablemente las líneas de suministro rusas. En los primeros días de marzo los combates se suceden en el oeste de Kiev, Bucha, Irpin y Hostomel. Mientras, en el este de la capital, los rusos intentan avanzar hacia Brovary. Tras semanas de combates, los rusos parecen incapaces de doblegar la resistencia ucraniana. Entre los días 19 y 24 de marzo llegan reportes de fuerzas rusas cavando trincheras, lo que parece indicar que desisten de su objetivo de tomar Kiev en el corto plazo. Ya a finales de marzo y principios de abril, las fuerzas rusas comienzan a retirarse del norte de Ucrania. El 2 de abril, el gobierno ucraniano anuncia que controla el 100% del oblast de Kiev, a los que se irán sumando los oblast de Zythomyr y Chernigov.
Frente de Kharkov: El ejército ruso emprende el ataque desde Belgorod, donde llegan rápidamebte a los alrededores de Sumy y Kharkov. Al igual que ocurrió con Chernigov, los rusos deciden dejar atrás Sumy, que es sitiada, para apoyar el asalto a Kiev. Sin embargo, este movimiento deja muy expuestas las líneas de suministro rusas.
Frente de Donetsk y Lugansk: Este es el frente en el que se producen menos avances rusos. El Donbás es una zona muy fortificada donde están desplegados la flor y nata del ejército ucraniano dado que es el frente de guerra desde el 2014. El objetivo de Moscú es crear un embolsamiento de las fuerzas ucranianas en el Donbás, la toma de Izyum se convierte para ello en una prioridad. No será hasta el 1 de abril cuando el gobierno ucraniano admite la toma de la ciudad por los rusos.
Frente de Kherson: El ataque ruso se produce desde Crimea. En los primeros días de la invasión, Rusia realizó grandes avances por este flanco llegando a los alrededores de Kherson. A los dos días, las fuerzas rusas toman el importante puerto de Berdyansk. Será a primeros de marzo cuando se produce la importante toma de Kherson y Melitopol, lo que da vía libre para el avance sobre Nikolayev (el 3 de marzo se toma el aeropuerto, que sería retomado días más tarde), mientras que la toma de Melitopol permitiría enviar refuerzos para atacar Mariupol, cuyos combates habían comenzado desde hacía días. El 7 y 8 de marzo Mariupol es completamente cercada por las tropas rusas. Se producen fuertes combates en la ciudad, que es arrasada por los bombardeos rusos. A principios de abril, según la inteligencia británica, los rusos controlan más del 75% de Mariupol, la resistencia ucraniana es muy fuerte capitaneada por el Regimiento Azov y los marines.
Todo apunta a que la estrategia rusa pasaba por tomar rápidamente los centros urbanos, sobre todo las grandes ciudades, con el objetivo de romper la moral ucraniana y así forzar al gobierno a capitular. Sin embargo, dichas capturas no se produjeron, de ahí que a principios de marzo comenzaron a intensificarse los bombardeos sobre las ciudades ucranianas. A mediados de mes, los avances rusos se estancan, el ejército ruso parece incapaz de llevar a cabo grandes ofensivas en varios frentes, salvo quizás en el Donbás.
La estrategia ucraniana pasaría por retirarse a los centros urbanos para forzar la lucha en las ciudades donde podrían tener mayor ventaja. Además, los ucranianos se centrarían en emboscar las líneas de suministro rusas. El ejército ucraniano lanzaría varias contraofensivas de carácter local, debido a su incapacidad para realizar operaciones de mayor envergadura. A principios de abril, como se ha comentado, comienza la retirada rusa del norte de Ucrania. Kiev resiste el primer embate.
Los problemas de la campaña para el ejército ruso
Como se ha podido observar en la Guerra de Ucrania, el ejército ruso no está preparado para combatir en el terreno urbano. Las tropas rusas están diseñadas para luchar en campo abierto y así aprovechar su gran artillería y sus numerosos tanques. Muchos de los combates se producen en terreno urbano donde los tanques tienen dificultades a la hora de maniobrar.
Hay varios motivos que explican los problemas del ejército ruso en este escenario. Primero, la falta de organización. En una ciudad las unidades deben de estar bien coordinadas para realizar ataques en calles o barrios. Son los suboficiales quienes aseguran está coordinación, deben de estar en el combate y poner en práctica las órdenes de más arriba, aunque también deben de tener flexibilidad para tomar la iniciativa. Sin embargo, según el CSIS, Rusia goza de pocos suboficiales experimentados porque no tienen suficiente presupuesto para entrenarlos y remunerarlos. Otro de los problemas es la dificultad del combate urbano en sí, los atacantes están más expuestos a los disparos de los defensores y para ello necesitan una buena moral para realizar los asaltos a posiciones enemigas. Además, el soldado ruso no está acostumbrado a luchar calle por calle, de ahí que Moscú haya buscado la presencia de mercenarios provenientes de Siria, avezados en este tipo de combate tras años de guerra.
Desde el principio de la guerra, la fuerza aérea rusa ha intentado neutralizar los aviones ucranianos y sus sistemas de defensa antiaérea con el objetivo de tener el campo libre para bombardear las posiciones ucranianas y avanzar sin miedo a un ataque en el aire. Sin embargo, la aviación rusa ha tenido un problema a pesar de su superioridad numérica. No dispone de muchas bombas inteligentes, por tanto, debe usar otro tipo de armamento que gozan de menos precisión. Para acertar a sus objetivos, la aviación rusa debe de volar bajo, lo que les hace vulnerables a los sistemas de defensa antiaérea ucraniana, y sobre todo los sistemas ligeros proporcionados por la OTAN (por ejemplo, los Stinger).
Otra cuestión que ha sorprendido a los rusos es la fuerte resistencia ucraniana, y es que las Fuerzas Armadas de Ucrania han mejorado ostensiblemente en estos últimos años. Hay que tener en cuenta que el presupuesto militar ucraniano ha aumentado considerablemente desde 2013, de hecho, según el SIPRI, se ha triplicado. Además, desde 2014, el ejército ucraniano entrena a decenas de miles de reservistas. Del mismo modo, en los últimos años el nacionalismo ha aumentado entre los ucranianos y, por ende, su voluntad de resistir a los rusos.
El envío de armas occidentales también parece que ha jugado un papel clave para la resistencia ucraniana. Sobre todo, el material anticarro y antiaéreo, eficaz para retrasar el avance ruso. La durabilidad del conflicto hace que los rusos tengan problemas de logística. Moscú ha aprovechado su extensa red ferroviaria para mover a tropas y equipo, pero el frente está a cientos de kilómetros de Rusia, y el abastecimiento debe realizarse con camiones. Al parecer, según fuentes occidentales, los rusos no cuentan con suficientes camiones, y nuevamente deben de concentrarse en las carreteras donde son presa fácil de los ucranianos (drones, lanzacohetes…). El abastecimiento es lento y deben de realizarse pausas debido a la falta de combustible. Incluso han tenido que abandonar los carros que han sido recuperados por los ucranianos, como se ha podido ver en las redes sociales.
Dificultades en el ejército ucraniano
No solo el ejército ruso ha tenido problemas en el campo de batalla, a pesar de que el desempeño de los ucranianos ha sorprendido para bien, tanto para los occidentales como para los rusos, lo cierto es que hay varias cuestiones a tener en cuenta. Primero de todo, el mando ucraniano ha sido incapaz de efectuar una movilización a gran escala en las semanas previas a la invasión, a pesar de las advertencias y las pruebas de que se iba a producir un ataque ruso.
La estrategia de armas a los civiles también hay que ponerla en duda por la escasa probabilidad de que personas sin entrenamiento puedan resultar de utilidad en el frente, y por los episodios de caos que se pueden suceder, y se han sucedido, en la retaguardia. También hay que tener en cuenta la dificultad en el post-conflicto de desmilitarizar a la población. Además, parece que apenas ha habido resistencia en las zonas ocupadas por Rusia, quizás también precipitada por la huida masiva de civiles.
Ucrania ha sido incapaz de llevar a cabo grandes operaciones, se han limitado a realizar intervenciones locales. Esto es producto de la mala organización y coordinación (¿falta de mandos? entre unidades, además de la falta de recursos. El ejército ucraniano tiene grandes dificultades para el remplazo de bajas, no hay gente preparada en reserva, ni disponen de tiempo para entrenar a nuevos cuadros. Todo esto en un contexto de guerra de alta intensidad donde la ratio diaria de bajas es considerable.
Otra cuestión que también enfatiza este caos ucraniano es la implantación de la legión extranjera, unos 20.000 voluntarios llegaron a Ucrania para luchar contra Rusia. Sin embargo, muy pocos han estado en el frente, ha habido mucha desorganización, las autoridades no sabían donde incorporarles. Según los testimonios, estos voluntarios tenían dificultades para armarse, abastecerse y encontrar una unidad para poder ir al frente. Hay que tener en cuenta la barrera del idioma y el hecho de que muchos abandonaron el país tras darse de bruces con la realidad de la guerra.
Fase 2 de la guerra ¿Qué futuro le espera a la guerra?
A mitad de abril, Rusia anuncia la segunda fase de la guerra, tras su retirada del norte de Ucrania. Esta vez el objetivo es acabar con el ejército ucraniano en el Donbás (continuación del intento de embolsamiento) y tomar el sur de Ucrania. Si tienen éxito en esta fase 2, la cual se desconoce su duración, Moscú podría intentar en el futuro la toma de Odessa, el puerto militar y civil más importante de Ucrania. Esto haría que Ucrania careciera de salida al mar, lo que sería un duro golpe para su economía. Por otro lado, Rusia ganaría mayor poder en el Mar Negro, contrabalanceando la previsible pérdida de influencia en el Mar Báltico tras la futura adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN.
La guerra de Ucrania podría durar todavía meses o incluso años. La resistencia ucraniana no parece que vaya a colapsar, al igual que los intentos de Rusia de llevar a cabo sus objetivos. Para ambos países este conflicto es una cuestión de supervivencia, es clave para su percepción de seguridad. Tampoco parece que haya actores dispuestos a apostar por la paz de manera decidida, la OTAN está apoyando militar, económica y diplomáticamente a Ucrania con el objetivo también de debilitar a Rusia, mientras que potencias como India y China no quieren inmiscuirse, ni condenan la invasión. El futuro es incierto, pero lo que queda claro es que esta guerra será decisiva para el futuro del sistema internacional.
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