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La guerra se extiende por Etiopía

Por Jorge González Márquez

El alto el fuego unilateral en Tigray, anunciado el pasado 28 de junio por el gobierno etíope, ha fracasado. El primer ministro etíope, Abiy Ahmed Ali, oficializaba esta realidad el 14 julio en un discurso a la nación en el que se llamaba a la “movilización del pueblo etíope” para combatir a los enemigos internos y externos de la nación.

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Este llamado a la movilización se ha traducido, con el paso de los días, en el envío de tropas a Tigray por parte de todos los gobiernos regionales de Etiopía. Esta decisión supone un punto de inflexión en el desarrollo de la guerra que, como todo parece indicar hasta el momento, marca el inicio del desbordamiento del conflicto más allá de las fronteras de Tigray.

Mapa administrativo de Etiopía
Conflictos al borde del entrelazamiento

Etiopía tiene múltiples conflictos armados menores, principalmente de carácter interétnico, que transcurren al margen de la guerra de Tigray, pero esto pronto podría comenzar a cambiar. La solicitud de envío de tropas a Tigray, o mejor dicho a las regiones vecinas de Amhara y Afar, supone que los gobiernos regionales tendrán que reducir el número de efectivos disponibles para luchar contra las distintas insurgencias y grupos armados existentes en sus propios territorios.

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El de Oromia es, sin duda alguna, el caso más destacado. El gobierno de Oromia está inmerso en un conflicto de baja intensidad con el Ejército de Liberación de Oromia (OLA), un grupo armado formado por aquellos sectores del Frente de Liberación Oromo (OLF) que se escindieron de la organización tras la firma del acuerdo de paz de 2018. Las capacidades del OLA se han incrementado considerablemente desde su fundación y en la actualidad controlan algunas zonas rurales en el oeste y en el sur de Oromia desde las cuales llevan a cabo una guerra de guerrillas contra el gobierno regional.

El OLA no es el único problema para el gobierno regional de Oromia. La oposición civil al gobierno federal de Etiopía y al Partido de la Prosperidad, que gobierna en Oromia a través del Partido Democrático Oromo (ODP), también se ha incrementado enormemente en los últimos años, especialmente a raíz de todos los problemas surgidos en torno a la celebración de elecciones.

El descontento de la oposición civil en Oromia llegaría a un punto de inflexión, el pasado 2 de julio, cuando varios partidos de la oposición anunciaron la formación de un “Gobierno de Transición Nacional Regional de Oromia” (ORNTG). Este ORNTG, formado principalmente por el Congreso Federalista Oromo, el Partido Nacionalista Oromo y el Frente de Liberación Oromo, tiene como objetivo “servir como un gobierno de transición para Oromia durante tres años, dentro de los cuales se establecerá un gobierno legítimo del pueblo por parte del pueblo”.

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Este claro deterioro en la situación interna no ha impedido que el gobierno de Oromia esté siendo uno de los que más activamente se ha implicado en el conflicto de Tigray. Prueba de ello es que los combatientes oromo son los únicos sobre los cuales tenemos pruebas claras de su participación en los combates en el frente puesto que varios miembros de las Fuerzas Especiales de la Policía de Oromia (OSF) fueron capturados por las Fuerzas de Defensa de Tigray (TDF) durante los combates en la woreda (distrito) de Yallo.

Combatientes de las Fuerzas Especiales de la Policía de Oromia (OSF) capturados por las Fuerzas de Defensa de Tigray (TDF) durante los combates en la Región de Afar. 20.07.2021

Sin embargo, la situación en Oromia podría complicarse aún más en el futuro. Las derrotas sufridas por la Fuerza Nacional de Defensa de Etiopía (ENDF), el ejército federal, en el conflicto de Tigray no proyectan una perspectiva halagüeña para las fuerzas regionales enviadas al frente. Una mayor dependencia del gobierno en las fuerzas regionales, que a estas alturas parece inevitable, traerá consigo una creciente polarización en todo el país que podría facilitar el desarrollo de los escenarios más temidos desde Addis Abeba: el entrelazamiento de conflictos y el estallido de una revuelta armada antigubernamental a escala nacional.

Este escenario, que implicaría la formación de una alianza entre distintos grupos antigubernamentales de distintas regiones del país, podría estar comenzando a desarrollarse en estos momentos. El pasado 22 de julio se anunciaba la formación del “Frente de Liberación de Gambella” (GLF), un nuevo grupo armado que se declara “en rebelión contra el gobierno etíope del Partido de la Prosperidad”, y aunque lo cierto es que este grupo aún no ha llevado a cabo ninguna acción, por lo que incluso su mera existencia podría ser motivo de disputa, sus motivaciones son un ejemplo claro de lo que podríamos esperar en caso de que se desarrollara el escenario anteriormente descrito: oposición a la guerra en Tigray, preocupación por la inseguridad en la región sureña de Gambella y rechazo al gobierno del Partido de la Prosperidad de Abiy Ahmed.

Emblema del Frente de Liberación de Gambella

Sin embargo, y a pesar de los preocupantes indicios preliminares, ni el entrelazamiento de conflictos ni una revuelta antigubernamental son la principal preocupación para Addis Abeba en este momento.

La guerra desborda Tigray

La mayor amenaza para el gobierno etíope llega, sin duda alguna, de la mano del Frente de Liberación del Pueblo Tigray (TPLF), partido que encabeza el gobierno de Tigray y cuyo brazo armado son las Fuerzas de Defensa de Tigray (TDF), que no se ha detenido a esperar a que sus enemigos se reagrupen tras las derrotas sufridas en junio y, tras recuperar el control de la mayor parte de Tigray, ha comenzado una nueva etapa de la guerra lanzando ofensivas sobre las regiones vecinas de Afar y Amhara.

El frente de Afar

El paso a una nueva fase del conflicto se haría evidente cuando, el pasado 17 de julio de 2021, las Fuerzas de Defensa de Tigray (TDF) comenzaron una ofensiva en la región de Afar, ubicada al este de Tigray.

Según las declaraciones iniciales de Getachew Reda, portavoz del Frente de Liberación del Pueblo Tigray (TPLF) y asesor del presidente del gobierno de Tigray, esta ofensiva sería “una acción muy limitada” que había sido tomada para “dispersar a la milicia campesina de Oromia” en una suerte de escaramuza fronteriza limitada. Sin embargo, pronto aparecerían claros indicios de que había un plan más ambicioso en marcha. 

Tanque T-62 de las ENDF capturado durante los combates en Afar. 23/07/2021

Las escaramuzas de baja intensidad ocurridas entre el 17 y el 19 de julio pronto se verían sustituidas por una ofensiva generalizada de las TDF mediante la cual toda Fenti, la denominada zona 4 de Afar, se convertiría en el nuevo frente central del conflicto. Las woredas de Yalo, Golina y Ewa, limítrofes con las regiones de Tigray y Amhara, serían capturadas durante los días siguientes tras una serie de cruentos enfrentamientos entre los combatientes de las TDF, milicianos afar bajo las órdenes del gobierno regional y, en menor medida, soldados pertenecientes a la ENDF. Cerca de 100.000 personas se habrían visto forzadas a abandonar sus hogares a causa de estos enfrentamientos.

En el momento de la publicación de este artículo los combates han llegado a un punto muerto en la frontera entre la woreda de Ewa, ubicada en la zona 4, y la woreda de Chifra, ubicada en la zona 1. La resistencia en esta región es feroz, mucho mayor que al norte, puesto que, si las TDF consiguieran seguir avanzando hacia el sur, hacia la woreda de Mile, podrían tomar el control de la carretera Addis Abeba – Djibouti, la principal arteria comercial del país, lo que incrementaría enormemente la presión sobre el gobierno de Abiy Ahmed que hasta el momento ha estado disfrutando de un considerable apoyo entre la población de la capital.

Mapa administrativo de la Región de Afar. Fuente: Geology of Afar (East Africa)

La situación en Afar parece crítica para el bando progubernamental a pesar de que, aparentemente, hayan logrado frenar los avances de las TDF. El presidente de la Región de Afar, Awol Arba, ha llamado a la movilización general contra las TDF afirmando que “Todos los afar deben proteger su tierra con cualquier medio disponible, ya sea con armas, palos o piedras. Ningún arma puede hacer que nos arrodillemos.

El frente de Amhara

A los combates en Afar, de suma importancia para la evolución del conflicto, debemos sumarle también las ofensivas lanzadas sobre la Región de Amhara. Actualmente las TDF están avanzando en dos direcciones.

I) Desde Amba Madre, cabeza de playa de las TDF en el lado oeste del río, hacia el sur en dirección a Gondar, la capital de la Región de Amhara.

La progresión en este frente resulta complicada puesto que la voladura de los principales puentes sobre el río Tekeze, de la cual ambos bandos siguen acusándose mutuamente, ha impedido que las TDF envíen vehículos y dependan sobre todo de sus tropas de infantería para combatir a las milicias amhara. Sin embargo, esto no parece estar siendo más que un inconveniente pasajero puesto que, a pesar de esta debilidad, las TDF han conseguido irrumpir en la Región de Amhara y tomar la ciudad de Addi Arkay.

Es importante señalar que Addi Arkay se encuentra a menos de 120km de Gondar, antigua capital del imperio etíope y actual capital de la región de Amhara, puesto que Getachew Reda, el portavoz del TPLF, ha amenazado recientemente con marchar sobre la ciudad.

II) Desde Alamata, ciudad ubicada en la región fronteriza del sur de Tigray, hacia el sur en dirección desconocida.

Las TDF también avanzan hacia el sur y el sureste desde la ciudad de Alamata. Los avances desde esta localidad incluyen tanto la ofensiva en la Región de Afar, de la que hemos hablado anteriormente, como la apertura de un segundo frente en la Región de Amhara.

Lo cierto es que, al contrario que la ofensiva sobre Addi Arkay, aquí no resulta tan claro cual es el objetivo de las TDF. Las tropas tigray podrían continuar hacia el sur y avanzar sobre la capital del país, Addis Abeba, para lo cual tendrían que tomar varias ciudades de importancia en Amhara como podrían ser Weldiya, Dessie o Debre Birham, ciudad que también ha sido mencionada en las amenazas proferidas por Getachew Reda, pero lo cierto es que esto no es una certeza puesto que estos avances podrían servir simplemente para cubrir la retaguardia de la ofensiva en Afar.

Para expandir: Las Fuerzas de Defensa de Tigray capturan Alamata

Mapa del control territorial (aproximado) a fecha del 25.07.2021

Independientemente de cuales sean los objetivos finales del TPLF y de las TDF lo cierto es que estos últimos avances han hecho saltar todas las alarmas en el gobierno de la Región de Amhara. El último ejemplo de esta alarma es el hecho de que el secretario de prensa del gobierno de Amhara, Agegne Teshager, ha solicitado que “todos los jóvenes que puedan responder al llamado a filas” acudan al frente de inmediato.

Guerra civil en Etiopía ¿hacia un escenario de ruptura?

La propagación del conflicto de Tigray a las regiones de Afar y Amhara y la aparición de nuevos grupos armados antigubernamentales despeja, finalmente, cualquier tipo de duda: el país se encuentra inmerso en una guerra civil a escala nacional. Pero ¿qué consecuencias tendrá esto en el futuro de Etiopía?

El debate sobre estas posibilidades merece, sin lugar a dudas, un artículo aparte en el cual se aborden las distintas posibilidades. Sin embargo, y ante la reciente escalada, no podemos dejar de mencionar brevemente el que, probablemente, sea el peor escenario: la desintegración de Etiopía.

Un proceso habitual a la hora de hablar sobre la situación actual en Etiopía ha sido comparar su evolución con la de la República Socialista Federal de Yugoslavia, desaparecida en 1992, y plantear que, al igual que sucediera con aquella, la República Federal Democrática de Etiopía está sufriendo un proceso de “balcanización” que llevará a su disolución y a la aparición de, como mínimo, media docena de nuevos países en su lugar. Pero a la hora de hacer dicha comparación resulta necesario señalar que en caso de producirse la disolución violenta de Etiopía el resultado de dicho proceso sería, con casi total seguridad, mucho peor que el de la disolución yugoslava

Sin embargo, no parece claro, al menos por el momento, que la facción secesionista del TPLF sea la más influyente dentro del partido y aún menos claro parece que otras regiones fueran a seguir el camino de Tigray en caso de que esta región decidiera escindirse de Etiopía. Aun así, no debemos obviar esta posibilidad, especialmente si tenemos en cuenta las declaraciones realizadas por Debretsion Gebremichael, líder del TPLF, quien, sobre una hipotética secesión de Tigray, señaló recientemente que “dependerá de las decisiones del gobierno central” añadiendo que “La confianza se ha roto completamente. Si no nos quieren aquí, ¿por qué deberíamos quedarnos?

Independientemente de cuál sea el escenario final, está claro que no podemos sino reconocer que Etiopía se enfrenta a un futuro cada vez más complicado y marcado por una guerra civil que, si continúa creciendo descontrolada, podría consumir toda la región dando lugar a una catástrofe sin precedentes en el siglo XXI.

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