Los días 25 y 26 de septiembre la Casa Blanca con el presidente Joe Biden a la cabeza recibió a más de una quincena de líderes oceánicos. La escena contrasta con el histórico desentendimiento de la región por parte de Washington. De forma oficial, las temáticas principales a tratar han sido dos: la emergencia climática y el desarrollo económico de la región. En ambos asuntos, el Despacho Oval no ha escatimado en promesas, mostrándose dispuesto a poner encima de la mesa cifras que varían entre los 40 y los 800 millones de dólares, según la fuente citada.
Los compromisos han sido respaldados por la presencia de altos perfiles de las sucesivas administraciones demócratas en sus anuncios, tales como John Kerry, excandidato a la presidencia nacional, Secretario de Estado con Obama y actual enviado especial para el clima; así cómo Janet Yellen, secretaría del Tesoro y expresidenta de la Reserva Federal; o Joseph Yun, diplomático de una trayectoria impecable tanto en administraciones demócratas cómo republicanas; en un esfuerzo por dotarles de verosimilitud.
Indudablemente, las declaraciones del ejecutivo estadounidense se ven atravesadas por el momentum geopolítico que recorre el área en cuestión. Desde el anuncio de la firma de un acuerdo en materia de seguridad entre China y las Islas Salomón, Estados Unidos ha lanzado una ofensiva diplomática. En los primeros compases de esta se anunció la apertura de embajadas en Honiara y Nuku’alofa, que vinieron acompañados de una gira de Anthony Blinken por la región y por la celebración de la primera cumbre Estados Unidos-Foro de las Islas del Pacífico.
Seguidamente, Sogavare, ha profundizado en su acercamiento a Pekín, protagonizando la mayor de las ausencias en la cumbre y realizando un desplante público a Washington al declarar en la Asamblea de las Naciones Unidas su acuerdo para integrarse en la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, siendo acompañadas por el señalamiento de que “Estados Unidos necesita mostrar más respeto a los líderes del Pacífico”.
De la “decepción” del Despacho Oval, mostrada por las acciones de Sogavare, se transita rápidamente hacia un elevado grado de permisividad cuando el foco se desplaza hacia la derecha, centrándose en James Marape, presidente de Papúa Nueva Guinea. El mencionado país ha fungido en el presente año como catalizador de los movimientos geopolíticos, acogiendo una cumbre con Narendra Modi, acercándose a Japón, Australia, Corea del Sur y recibiendo en sus costas, en plena reunión con Biden, a un buque de la armada china.
En un segundo plano quedan las Islas Marshall, Niue y las Islas Cook. La primera, nación independiente, pero vinculada por un pacto de libre asociación con Washington, enfrenta unas arduas negociaciones con su socio a razón del financiamiento que este les debe aportar en compensación por la presencia militar y la eventual expansión de esta misma.
Acto seguido, las Cook y Niue, ambos territorios libres asociados con Nueva Zelanda, sobre los cuales Biden ha anunciado el establecimiento de relaciones. Tal acto trasciende la aparente nimiedad cuando la hemeroteca trae a colación el hecho de que en 2022 la victoria de Henry Puna, expresidente de las Islas Cook, en su candidatura a secretario general del Foro de las Islas del Pacífico provocó la práctica disolución de esta misma.
En aquella ocasión, las naciones que componen la subregión de la Micronesia, considerada un feudo de Estados Unidos en el área, anunciaron en bloque su intención de abandonar la organización si no se respetaban sus cuotas de poder. Un año después, cualquier resquemor entre el bloque anglosajón y esta micronación pareciese haberse disipado.
Finalmente, fuera del foco mediático, quedan dos grandes acontecimientos regionales:
- La ausencia de Vanuatu en la reunión, que atraviesa una crisis política interna potenciada en buena medida por la posibilidad de la firma de un pacto de seguridad con Australia. Sin embargo, pese a su falta de presencia el antiguo condominio francobritánico se ha hecho presente cuando el propio Joe Biden afirmó la intención de la superpotencia norteamericana de abrir una embajada en su territorio.
- El anuncio bilateral de una profundización de los lazos económicos entre China y Timor Oriental, nación que pese a no contabilizar directamente dentro de Oceanía mantiene estrechos y relevantes vínculos con la política del mencionado continente.
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