Escrito por Pablo del Amo
El pasado 17 de noviembre comenzó el llamado movimiento de los gilets jaunes -chalecos amarillos por su prenda característica-. Este movimiento espontáneo, nacido de las redes sociales congregó a 280.000 manifestantes en toda Francia realizando 2.000 bloqueos, debido a la decisión del ejecutivo de aumentar el impuesto del carburante. En unas semanas estos gilets jaunes han provocado una seria crisis en el Gobierno de Emmanuel Macron, que no da su brazo a torcer a pesar de las continuas movilizaciones y su aceptación por parte de los franceses -84% según un sondeo de Le Figaro-.
¿Quiénes son los gilets jaunes?
Los gilets jaunes se definen como un movimiento ciudadano apolítico, es decir, al margen de toda asociación política o sindicato. Nació de una página Facebook que llamaba a una movilización para reducir el impuesto de los carburantes -aumento de un 5% del precio-. La propuesta fue ganando adeptos según pasaban las semanas desembocando en las imágenes que llevamos viendo semanas de miles de personas realizando diversos actos de protesta por toda Francia.
El movimiento no está ni estructurado ni centralizado, y ha sido recientemente cuando se han elegido a ocho representantes para tratar con el Gobierno francés. Las reivindicaciones mismas son dispersas, no sólo incumben los precios de los carburantes, sino también el precio de los peajes, las medidas desfavorables para los conductores, las pensiones, la educación… Se podría resumir en que el movimiento de los gilets jaunes es la cristalización de un descontento masivo de los franceses debido a la reducción de su poder adquisitivo. De manera que no es extraño ver en las protestas gente con símbolos y demandas tan opuestas e irreconciliables.
Los manifestantes en su mayoría provienen de entornos rurales, son representantes de la pequeña clase media empobrecida por la crisis que se sienten despreciados y abandonados por las élites urbanas. Según ha ido ganando notoriedad se han unido otros sectores como el sindicato de los transportistas y los estudiantes, además ha conocido una expansión en las ciudades, especialmente París. Es un movimiento nacido del enfado que ha explotado en la cara del Gobierno francés.
Mención aparte merece el caso de la Isla de la Reunion, donde en palabras de muchos corresponsales, se han vivido verdaderas ‘escenas de guerra’ entre los manifestantes y la policía. Se ha llegado a desplegar al ejército y a establecer un toque de queda.
Las protestas de la Reunion se deben principalmente a las malas condiciones de vida, el 40% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza; el coste de los bienes y servicios son un 7% más altos en la isla; el fuerte desempleo que llega al 23%, y asciende al 60% en menores de 25 años.
Los gilets jaunes han contado con el apoyo político de los dos principales partidos de la oposición; el ultraderechista Rassemblement National de Marine Le Pen, esto ha hecho que el Gobierno acuse a los gilets jaunes de estar dirigidos por la extrema derecha; y el izquierdista La France Insoumise de Jean Luc Melenchon, el día 1 sus diputados se movilizaron con los gilets jaunes. Aparte el ex presidente Hollande (más por su rechazo a Macron), el centrista Bayrou, el socialista Juppe y la nueva izquierda de Hamon también mostraron su aprobación a las manifestaciones. El ejecutivo se encuentra solo ante esta crisis.
Acciones de los gilets jaunes
Los gilets jaunes han llevado a cabo acciones de protesta tales como el bloqueo de carreteras, manifestaciones y operaciones de peaje gratis. Las movilizaciones se han ido sucediendo durante las últimas semanas sin interrupción, con días de mayor y menor afluencia. Destacar sin embargo los días 17, 24 de noviembre y el 1 de diciembre.
El sábado 17 fue la puesta en escena de los gilets jaunes que bloquearon París durante horas para finalmente manifestarse por los Campos Elíseos. En el resto de Francia se producen también bloqueos y manifestaciones, por ejemplo en Troyes centenares de protestantes consiguen entrar en la prefectura para después ser rechazados por la policía.
La jornada deja un balance de más de 280.000 manifestantes y 2.000 bloqueos, según cifras del Ministerio de Interior.
Las movilizaciones siguen durante toda la semana, decenas de miles de gilets jaunes prosiguen con los bloqueos. Mientras, el caos se apodera de la isla de la Reunion, durante días se producen incendios, pillajes y combates entre los manifestantes y la policía. Debido a esto el ejército se despliega por orden de Macron, aún así siguen los bloqueos en toda la isla.
El 24 de noviembre se produce la segunda manifestación de los gilets jaunes en París tras días de convocatorias en las redes sociales. El Gobierno intenta que la manifestación se haga lejos del centro de la ciudad lo que enfada aún más a los manifestantes. Interior pone en marcha un potente despliegue policial para bloquear el centro. Debido al gran número de manifestantes los policías se ven obligados a dejar que los gilets jaunes penetren en los Campos Elíseos. Allí se producen serios enfrentamientos durante horas, en varios lugares los antidisturbios utilizan gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los protestantes.
La jornada acaba con más de 24 heridos -5 de ellos policías- y 101 detenciones. El Gobierno acusó a grupos de extrema derecha de impulsar la reacción violenta en la manifestación, lo cierto es que fueron grupos de izquierdas, a los que se unen algunos gilets jaunes, los que se enfrentaron a la policía. Por la tarde Interior habla de más de 100.000 manifestantes en toda Francia -5.000 en Campos Elíseos)- cifra muy contestada por los medios y la oposición al Gobierno.
Las movilizaciones siguieron durante la siguiente semana sumándose colectivos estudiantiles y traspasando las fronteras del país con manifestaciones en Bélgica. Pero fue otra vez el sábado cuando los disturbios tomaron Francia. Sin lugar a dudas el 1 de diciembre fue la jornada más violenta de las semanas de movilizaciones de los gilets jaunes. Hubo batallas campales en los Campos Elíseos entre los antidisturbios y los manifestantes, se montaron barricadas, se quemaron coches y se produjeron algunos pillajes en tiendas como Nike.
Pero no sólo en París hubo enfrentamientos, en ciudades de la importancia de Marsella, Toulouse y Tours se vivieron altos momentos de tensión que degeneraron en fuertes disturbios. Destacar sin embargo el incendio de la prefectura -centro de gobierno del departamento- de Haute-Loire, en Puy-en-Velay por los gilets jaunes. Al final de la jornada se declararon más de 200 incendios, 412 detenciones y 263 heridos, con una movilización de 166.000 personas según datos de Interior. Un desafío muy serio para el Gobierno de Macron que no ha descartado establecer el Estado de Emergencia si se producen otra vez enfrentamientos de esta magnitud en el país.
Conclusiones
Las reacciones de los distintos partidos políticos a la jornada de ayer dice mucho de quien realmente está apoyando las protestas. Mientras que Marine Le Pen y Hollande se han mostrado comedidos en sus declaraciones, han pedido una reunión con el Gobierno y el apoyo a la policia. Jean Luc Melenchon habló de “día histórico en Francia” y de que “la insurrección ciudadana hará caer el macronismo y el mundo del dinero”. Toda una declaración de intenciones.
El balance de estas semanas de movilizaciones de momento es de 1148 heridos (manifestantes, policías…) y 1192 detenidos, cifras que muestran la importancia que ha adquirido el movimiento. Queda por ver si la postura del Gobierno sigue igual de pasiva, de momento su estrategia es intentar aguantar el chaparrón, o por si el contrario ofrece algo que contente a los gilets jaunes y solvente así esta crisis. Veremos cómo se precipitan los acontecimientos.
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