Recientemente se ha celebrado el X Congreso del Movimiento al Socialismo – Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos (MAS – IPSP), partido que gobernó en Bolivia entre 2006 y 2019, y gobierna actualmente desde noviembre de 2020. En el cónclave se ha consumado lo que meses atrás se estaba fraguando: una división total entre el gobierno y la facción liderada por el expresidente Evo Morales. El congreso decidió expulsar a Luis Arce Catacora, actual mandatario del país, y al vicepresidente David Choquehuanca, del MAS-IPSP, además de ratificar a Morales como líder de la dirección nacional de la formación y como candidato para las elecciones presidenciales de 2025.
Las diferencias en el seno del partido han terminado en una ruptura que puede tener importantes consecuencias en la política interna del país sudamericano. Evo Morales representa la línea más izquierdista del MAS. Arce y sus aliados, en cambio, lideran una tendencia moderada y de corte renovador. Ambos bandos han intentado transmitir unidad, pero sus diferencias político-ideológicas no se han podido ocultar por mucho tiempo. Por ejemplo, en cuanto a la política exterior, Morales y sus aliados son partidarios de un antiimperialismo de mayor alcance y persistencia, confrontando directamente con Estados Unidos. No obstante, el actual presidente y algunos integrantes del gobierno pretenden ser más pragmáticos y tender más puentes con Washington.
Las discrepancias entre ambos bloques fueron notorias desde finales de 2021. Sin embargo, dichos enfrentamientos se han acentuado considerablemente este año. El 26 de marzo de 2023, aprovechando el acto por el 28 aniversario del MAS-IPSP que se celebró en Ivirgarzama, el actual presidente defendió la “pluralidad de las ideas” que reina en el MAS-IPSP y su gabinete de ministros. Evo Morales acusó a Arce de abrir las puertas al “neoliberalismo y al imperialismo” y criticó algunas figuras de la administración, reivindicando además la esencia antiimperialista del partido. Uno de los ataques más importantes de Morales ha girado en torno a la financiación externa de la economía boliviana. El expresidente ha culpado al Gobierno de obviar los logros de la Nacionalización y del Modelo Económico Social Productivo Comunitario para buscar préstamos de organismos multilaterales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, permitiendo una mayor penetración de las instituciones financieras alineadas con Estados Unidos.
El 20 de agosto de 2023, en el congreso para la elección de la nueva directiva de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), se produjo una batalla campal entre los simpatizantes del oficialismo y los seguidores del expresidente, causando un total de 450 heridos. Morales, acusó al Gobierno de usar a la policía boliviana para reprimir a opositores y pidió que se abriera un “proceso penal” por lo acontecido calificándolo como “hecho criminal”. Por el contrario, el Ejecutivo manifestó que fue un altercado entre distintos militantes del MAS, incluso el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, arguyó que el alcohol fue una de las causantes de las peleas.
Esta situación ha derivado en una gran ofensiva realizada por el expresidente. Días atrás, el 24 de septiembre de 2023, Morales presentó su candidatura para las elecciones presidenciales de 2025. Asimismo, la facción izquierdista decidió dar un paso más y convocar el X Congreso del MAS-IPSP. Morales ha salido fortalecido, pero el oficialismo sigue aún dividido. Estamos a la espera de la respuesta gubernamental ante la expulsión del actual presidente y vicepresidente del MAS-IPSP.
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