El 17 de agosto de 2022 Turquía e Israel anunciaron el restablecimiento total de sus relaciones diplomáticas. Esta decisión fue acogida positivamente por la Unión Europea y es la culminación de un complejo proceso de acercamiento entre ambos países. Tanto Turquía como Israel son actores de gran importancia en Oriente Medio y las diferentes etapas en sus relaciones han influido en las dinámicas regionales.
Turquía reconoció al Estado de Israel en 1949, siendo uno de los primeros en hacerlo tras su fundación en 1948. Posteriormente, con la celebración de los acuerdos de Oslo las dos partes fortalecieron notablemente las relaciones. No obstante, el trato se ha alternado entre la cooperación y la tensión. Las crisis bilaterales se han ido sucediendo con el paso de los años.
El 31 de mayo de 2010, comandos israelíes atacaron un convoy de seis barcos pertenecientes a la “flotilla de la libertad” que llevaba activistas y suministros de 37 países con destino a Gaza, rompiendo el bloqueo de Israel a los territorios palestinos. Nueve personas perdieron la vida durante el ataque. Los hechos fueron condenados por la comunidad internacional, pero Ankara fue la voz más crítica ya que los tripulantes muertos eran ciudadanos turcos. Recep Tayyip Erdogan en ese momento ocupaba el puesto de primer ministro y llegó a calificar la actuación israelí como “terrorismo de Estado”. El entonces ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, asimismo, declaró que Turquía rompería relaciones con Israel si no se emitía una disculpa oficial, se daban indemnizaciones y se abría una investigación internacional sobre lo acontecido.
En 2010, el gobierno israelí pagó 20 millones de dólares como indemnizaciones por el asalto, pero no fue hasta el 2013 cuando Shimon Peres pidió disculpas formalmente en una llamada con su homólogo turco.
En el transcurso del 2016 se volvieron a nombrar embajadores como parte del acuerdo de reconciliación, pero las relaciones bilaterales habían sufrido un considerable deterioro. Anteriormente a esta crisis, ambos países habían firmado numerosos acuerdos en la gestión de recursos, energía y cooperación militar. Uno de los principales puntos de disenso era Hamas ya que es considerado como el enemigo de Israel, pero el gobierno turco mantiene buenas relaciones con dicho grupo.
El siguiente punto destacable del empeoramiento ocurrió en 2017 con el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel por parte de Estados Unidos y un año después la matanza de decenas de palestinos por parte del ejército israelí.
Desde 2002 los islamistas ocupan el gobierno en Turquía con Erdogan a la cabeza del mismo. Esto implica un compromiso con la comunidad palestina ya que la mayoría son musulmanes. Sin embargo, no sería beneficioso para Ankara dar la espalda a Israel ya que es otra potencia regional con la que tiene múltiples lazos. Esta situación hace imperativo para Turquía seguir una estrategia que le permita mantener relaciones cordiales con ambos actores y se apoye en la solución de dos Estados como vía para la paz. En los compases iniciales del proceso de acercamiento Turquía condiciona la mejora de las relaciones si Israel tomaba “medidas sensibles” con respecto a Palestina, aunque no se especificó qué se quería decir con eso.
Lo mismo ocurre con Israel: si quiere consolidarse como un Estado y potencia regional, necesita la colaboración de Turquía.
La estabilidad de Oriente Medio también se ve influenciada de manera decisiva por el carácter de las relaciones entre Israel y Turquía ya que ambos son importantes potencias militares, económicas y diplomáticas.
Como ya hemos comentado, les unen importantes lazos de cooperación en los que destacan el económico y de seguridad.
A nivel económico las transacciones no han sufrido disminuciones a pesar de los episodios de tensión. En 2021 el nivel de comercio alcanzó los 8.400 millones de dólares. La economía turca atraviesa un periodo de recesión en el que los problemas económicos se acumulan. El país se ha visto gravemente afectado por la pandemia de COVID-19 debido a su dependencia del comercio exterior por lo que necesita nuevos mercados. Israel, por su parte, ambiciona potenciar sus lazos económicos ya que también ha sufrido las consecuencias de la pandemia y, al mismo tiempo, por la inestabilidad política interna de los últimos años.
La gestión de recursos naturales y energéticos es una de las principales cuestiones en las relaciones entre Turquía e Israel. El territorio turco es un punto de cruce de redes energéticas que tienen como destino Europa y actualmente se encuentra en disputa con sus países vecinos por los derechos de explotación de las reservas energéticas encontradas en el Mediterráneo Oriental. Israel se beneficia de los gasoductos que van hacia Egipto, además de disponer de dos plantas propias de licuefacción de gas y controlar reservas de hidrocarburos operativas en la región.
Asimismo, la competición por los recursos del Mediterráneo Oriental supone un doble juego en las dinámicas turco-israelíes. El gobierno israelí se ha posicionado con Grecia, el principal competidor de Ankara en la región. En 2017, por ejemplo, Israel firmó un acuerdo de cooperación militar con Atenas, siendo uno de los principales proveedor de armamento del país heleno. El suministro de sistemas aéreos no tripulados Heron I con el objetivo de fortalecer la vigilancia marítima se presenta como un ejemplo significativo de esta conexión. Al mismo tiempo, Israel forma parte del Foro de Gas del Mediterráneo Oriental en el que no se encuentra Turquía.
Para ampliar: Crisis en el Mediterráneo Oriental
La posesión de estos recursos estratégicos ha aumentado su importancia como consecuencia de la guerra de Ucrania. La Unión Europea está buscando fuentes alternativas al gas ruso lo que llevó a la firma de un acuerdo con Israel y Egipto. Por su parte, Turquía se ha ofrecido como vía de suministro del gas ruso a Europa, si bien este ofrecimiento ha sido rechazado en pos de nuevas alternativas al gas de dicha procedencia.
La seguridad es una cuestión prioritaria para ambos países, provocando que en los últimos años se esté produciendo una estrecha colaboración en este ámbito. Sin embargo, no perciben como un enemigo directo a los mismos actores. Uno de los ejemplos en los que se ve esta dinámica de forma más evidente es en las relaciones que ambos gobiernos poseen con Irán. Israel considera a la República Islámica como uno de sus principales enemigos mientras que Turquía posee puntos de alianza con Teherán como el Grupo de Astaná.
Para ampliar: La normalización política entre Arabia Saudí e Israel vista desde Irán
En mayo de 2022, Israel asesinó al general de la Guardia Revolucionaria Iraní Hassan Jodayari e Irán anunció “terribles consecuencias” por ello. Un mes después el ministro de Exteriores israelí, Yair Lapid, aconsejó a los israelíes abandonar Turquía debido a que Teherán habría estado planeando el secuestro y asesinato de ciudadanos israelíes. En esta situación, Ankara colaboró con Israel deteniendo a ocho sospechosos de estar vinculados con la inteligencia iraní.
Siria ha sido uno de los escenarios en los que Israel y Turquía han coincidido en la persecución de sus propios intereses. El gobierno de Erdogan había tenido tradicionalmente una buena relación con las autoridades sirias. No obstante, durante la guerra civil fue cambiando de posición hasta empezar a promocionar a grupos contrarios a Damasco. Israel por su parte ha basado su estrategia en atacar objetivos sirios e iraníes, uno de los aliados de Turquía en el grupo de Astaná.
Actualmente las operaciones de Turquía se centran en el noroeste de Siria en el que se encuentran poblaciones y grupos armados kurdos. Israel tiene intereses en esa región del país y chocan frontalmente con los de Turquía. El gobierno israelí ha apoyado a las milicias kurdas ya que se muestran favorables a la independencia del Kurdistán. En 2019 cuando Turquía lanzó una ofensiva en el norte de Siria esta fue condenada por el por entonces primer ministro Benjamín Netanyahu que lo calificó como “limpieza étnica”. A pesar de esta disparidad de intereses se ha dado un acercamiento de ambos Estados.
Pese a las divergencias existentes, el 9 de marzo de 2022 el presidente de Israel, Isaac Herzdog, realizaba una visita oficial a Turquía. Esta era la primera de su tipo en 15 años y en la que se reunió con su homólogo turco con el fin de continuar profundizando las relaciones. Dos meses después el ministro de Exteriores turco visitaba Israel donde se reunió con mandatarios tanto israelíes como palestinos. Con el paso de los meses se reanudaron los acuerdos de cooperación, siendo el más destacable en el ámbito de la aeronáutica.
Turquía ha desplegado una estrategia exterior dirigida en intentar mejorar sus relaciones bilaterales con Estados con los que poseía importantes tensiones. Israel es un actor de gran importancia en Oriente Medio y este es consciente de que Ankara también goza de ese estatus, por lo que a ambas partes les resulta beneficioso mantener unos vínculos menos hostiles. Como consecuencia, se han producido importantes avances que no se veían desde hace más de una década. No obstante, cabe destacar que ambos gobiernos poseen una política exterior muy clara de velar por sus propios intereses y que este acercamiento tiene un carácter exclusivamente pragmático orientado a facilitar la materialización de sus estrategias en la región.
Suscríbete y accede a los nuevos Artículos Exclusivos desde 4,99€
Si escoges nuestro plan DLG Premium anual tendrás también acceso a todos los seminarios de Descifrando la Guerra, incluyendo directos y grabaciones.
Apúntate a nuestra newsletter
Te enviaremos cada semana una selección de los artículos más destacados, para que no te pierdas nada.