El pasado 18 de mayo se celebró una importante cumbre de dos días entre Xi Jinping y los líderes de los cinco países que componen Asia Central: Kazajistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Kirguistán y Tayikistán. En la ceremonia cobró un gran protagonismo la Nueva Ruta de la Seda –BRI por sus siglas en ingles–, un proyecto liderado por Pekín centrado en fortalecer la conectividad física especialmente en el continente euroasiático mediante el desarrollo de redes de infraestructura. Además de prometer 3.800 millones de dólares en nuevos prés
Este es un contenido exclusivo. Para acceder a la publicación completa, suscríbete.
Suscríbete y accede a los nuevos Artículos Exclusivos desde 3,99€
Si escoges nuestro plan DLG Premium anual tendrás también acceso a todos los seminarios de Descifrando la Guerra, incluyendo directos y grabaciones.