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Elbridge Colby, ex asesor del Pentágono: “Estados Unidos no está preparado para una guerra de alta intensidad con China”

Elbridge Colby, ex asesor del Pentágono y una de las voces más importantes en Estados Unidos sobre política exterior
Elbridge Colby, antiguo asesor del Pentágono y una de las voces más importantes en Estados Unidos sobre política exterior

Elbridge A. Colby (@ElbridgeColby) es un destacado analista de seguridad estadounidense conocido por desempeñar un papel clave en el desarrollo de la Estrategia de Defensa Nacional de Estados Unidos de 2018 bajo la administración Trump. Fue subsecretario adjunto de Defensa para Estrategia y Desarrollo de Fuerzas entre 2017 y 2018 y es autor de The Strategy of Denial: American Defense in an Age of Great Power Conflict (2021). También es cofundador y director de The Marathon Initiative, una iniciativa política centrada en el desarrollo de estrategias dirigidas a preparar a Washington para una era de competencia sostenida entre grandes potencias. Declarado a sí mimso como realista, Colby es una de las voces más importantes en Estados Unidos que apoya que se preste una mayor atención a los retos que plantea el ascenso de China.

En Descifrando la Guerra hemos tenido la oportunidad de preguntarle sobre la competición sino-estadounidense, la guerra de Ucrania, la situación en Oriente Medio y muchas otras cuestiones.

– [P] Uno de los principales temas de su análisis es la estrategia de Estados Unidos en Asia-Pacífico y el ascenso de China. ¿Por qué la amenaza de China es el mayor desafío para Washington? ¿Tiene Pekín potencial para convertirse en la primera potencia del mundo?

[EC] Miro las cosas a través de una lente realista. El realismo considera ante todo el poder. Solo los países poderosos pueden, en última instancia, presentar las amenazas más graves. Desde este punto de vista, China es, con diferencia, el actor más importante del sistema internacional, aparte de Estados Unidos. Es una economía casi paritaria y ya es el mayor Estado industrial del mundo. También por deducción, la amenaza más importante que China podría plantear a Estados Unidos –y, por extensión, a otros Estados de Europa y América Latina– es si consiguiera dominar Asia, que en el futuro representará más del 50% del PIB mundial. 

Para ampliar: ¿China invadirá Taiwán? ¿Qué consecuencias tendría para el mundo y Europa?

Si China pudiera alcanzar la hegemonía sobre una zona de mercado tan amplia, dominaría la economía mundial y podría utilizar esa enorme influencia para socavar la prosperidad y las libertades incluso del poderoso Estados Unidos. Y lo que es más importante, es muy poco probable que China consiga esta hegemonía de forma pacífica. Desgraciadamente, está llevando a cabo un despliegue militar histórico para poder perseguir este objetivo mediante la fuerza militar, probablemente primero a través de Taiwán, pero sin detenerse ahí. Está muy claro –por ejemplo, basándose en el desarrollo de la fuerza militar– que las ambiciones de Pekín van mucho más allá de Taiwán. Por tanto, si Estados Unidos pierde una guerra contra China en Asia centrada en Taiwán, las consecuencias repercutirán mucho, mucho más allá de esa isla. Una victoria así supondría un gran paso para Pekín hacia la consecución de la hegemonía regional en Asia y, desde esa posición, la preeminencia mundial.

Huelga decir que, si los estadounidenses temen este resultado, otros en lugares como Europa deberían estar aterrorizados. Debo subrayar que los incentivos de China para tratar de alcanzar esa hegemonía sobre Asia no me sorprenden, como realista, pero eso no significa que sean tolerables para nosotros.

– [P] Usted ha sido muy crítico con la política exterior de la administración Biden. ¿Cuáles cree que son sus principales errores? ¿Y aciertos?

[EC] La administración Biden ha hecho algunas cosas bien, por ejemplo, continuar con la política más dura hacia China que comenzó en 2017. También ha impulsado las relaciones en Asia y ha hecho algunos progresos en nuestro cambio militar para centrarnos en China.

Pero, en general, no se está moviendo ni de lejos con la urgencia, la escala o la velocidad necesarias para hacer frente a la amenaza que supone China. Creo que esto se debe, en última instancia, a su internacionalismo liberal en política exterior y a su consiguiente falta de énfasis en la importancia del equilibrio militar. Parecen pensar que las normas, las sanciones y las instituciones internacionales ayudarán a disuadir a Pekín en Asia. Se trata de una apreciación poco razonable. Lo que disuadirá y, en caso necesario, derrotará a la fuerza militar china en Asia es la fuerza militar estadounidense y de sus aliados. Y, dado que sólo los Estados asiáticos tienen ejércitos relevantes para Asia, las alianzas de Estados Unidos con Asia son clave.

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Esto también pone de relieve otro defecto de la administración Biden, que es un gran exceso de atención a Europa. Europa sigue siendo importante, pero ya no estamos en el mundo de 1900 cuando era el centro económico y geopolítico del mundo. Ahora lo es Asia. Esto es muy importante porque si consolidamos nuestra posición en Europa a expensas de Asia, será una falsa victoria. Si China domina Asia, acabará dominando también Europa. Además, Europa no proporcionará ayuda material en caso de guerra con China. Como demuestra cada vez más claramente el ejemplo de Rusia, las sanciones económicas no funcionan realmente y menos para coaccionar a un Estado resuelto y poderoso como China. 

En consecuencia, aunque los Estados europeos traten de ayudar a Estados Unidos en caso de guerra con China aplicando sanciones económicas, esas sanciones no tendrán mucha importancia. Y también soy escéptico de que los europeos realmente las apliquen. Francamente, me solidarizo después de los daños económicos de la guerra con Rusia. Mi opinión es que debemos pedir a Europa que se centre en garantizar su propia autodefensa, no en tratar de “globalizar” nuestras alianzas.

Esto se relaciona con otro defecto del planteamiento de Biden, que es su encuadre hiperideológico de “democracia frente a autocracia”. El mundo no funciona así. Los Estados persiguen en gran medida sus intereses geopolíticos, económicos y de seguridad. Obsérvese la reacción del Sur Global a la guerra de Ucrania. Por lo tanto, no se trata de un encuadre exacto. Pero también repele a socios potenciales al inyectar un moralismo arrogante en nuestra política exterior –véase el comportamiento de MBS de Arabia Saudí–. Y empeora innecesariamente nuestras ya muy peligrosas rivalidades con Pekín y Moscú. Deberíamos centrarnos en el realismo, en el equilibrio de poder, que requiere fuerza, pero también permite cierto grado de negociación y compromiso incluso con nuestros enemigos. Por eso terminé mi libro con una visión de “una paz decente”, no la realización del sueño de Francis Fukuyama.

Para ampliar: China y la estructura de seguridad de Asia-Pacífico: los casos de Camboya e Islas Salomón

Una última crítica que me gustaría hacer es la enorme brecha existente entre la retórica de la administración Biden sobre la amenaza a la que nos enfrentamos nosotros y nuestros aliados y lo que están haciendo al respecto. El presidente Biden habla como si estuviéramos en 1938, pero no reclama un mayor gasto en defensa, no está revisando ni renovando realmente nuestra moribunda base industrial de defensa y no está ejerciendo una presión real sobre nuestros deslucidos aliados en cuanto a su gasto en defensa. Si las cosas están tan mal, ¿por qué no hace este tipo de cosas?

– [P] Desde su punto de vista, ¿cuál debe ser el enfoque principal en la estrategia de Estados Unidos para Asia-Pacífico?

[EC] El foco principal de nuestra política en Asia debe ser restaurar nuestra ventaja militar para una defensa de negación. Esto suena anticuado, pero el hecho es que –como vemos en Ucrania– la fuerza militar es lo que importa para determinar si la agresión tiene éxito. Por eso los demás elementos de la geopolítica son mucho menos importantes, ya sean acuerdos multilaterales de alto nivel o medidas económicas. Éstas solo pueden funcionar si se basan en una sólida base de fuerza militar, concretamente en la capacidad de negar a China la posibilidad de apoderarse y mantener el territorio clave de un aliado o de Taiwán. 

Sin embargo, analistas objetivos y respetados –y de hecho algunos funcionarios de la administración Biden– consideran que no estamos en esta situación. Esto es extraordinariamente peligroso porque hace que la agresión militar resulte más atractiva para Pekín. Por eso debemos centrarnos en recuperar nuestra ventaja militar. Pero esto no será fácil porque China es una economía enorme y paritaria y está llevando a cabo una acumulación militar sin precedentes. Debemos responder en consecuencia, al igual que nuestros principales aliados relevantes en este problema, especialmente Taiwán, Japón, Australia, Corea del Sur y Filipinas. Todos debemos actuar con rapidez, urgencia y a gran escala para estar preparados. China podría actuar ya en los próximos años.

– [P] Taiwán es una pieza central de la estrategia estadounidense en el Pacífico, pero usted ha observado que Taipéi no está preparado para una confrontación con China. ¿Cree que existe la posibilidad real de un ataque chino contra Taiwán? Si este escenario se materializa, ¿debería Estados Unidos intervenir a favor de Taipéi?

[EC] Existe absolutamente una posibilidad real de un ataque chino a Taiwán. Es evidente que se están preparando para ello. Y es casi seguro que no hay otra forma de que Taiwán caiga en manos de Pekín o de que China pueda romper la naciente coalición antihegemónica. Muchos expertos en seguridad temen que los próximos años de la década de 2020 sean una época de máximo peligro de un asalto chino. Además, Pekín parece esperar que Estados Unidos intervenga, por lo que es muy posible que esto signifique una guerra regional de mayor envergadura, no solo una estrecha campaña contra Taiwán. 

Estados Unidos debería defender Taiwán si puede hacerlo con éxito y sin sufrir pérdidas abrumadoras. Para ello son vitales los esfuerzos de Taiwán por mejorar sus propias defensas. Sin embargo, Taiwán va claramente a la zaga en este aspecto. Se trata de una situación excepcionalmente peligrosa.

– [P] El presidente Joe Biden ha afirmado que Estados Unidos tiene capacidad para librar una guerra en varios frentes: Ucrania, Oriente Próximo, Asia… ¿Está sobrevalorando Biden el poderío estadounidense? ¿Cuáles son los riesgos para la hegemonía estadounidense de una guerra en varios frentes?

[EC] Sí, así es. La propia Estrategia de Defensa Nacional 2022 de la administración Biden deja claro que Estados Unidos no tiene capacidad para luchar eficazmente en una guerra con múltiples frentes. Esto me lleva de nuevo a mi crítica fundamental al presidente Biden: una especie de arrogancia despreocupada que no se corresponde con la gravedad de la situación.

Para ampliar: Pivot to Asia: ¿por qué Estados Unidos no quiere una guerra regional en Oriente Medio?

Si China ataca Taiwán, debemos esperar que otros frentes estén en peligro. ¿Por qué? Porque Pekín se beneficiaría de la distracción estadounidense; Pekín tiene una gran influencia sobre Rusia, Irán y Corea del Norte; y porque estos Estados tienen sus propias razones para aprovechar una oportunidad así. Así que todos debemos estar preparados. En particular, los europeos tienen que dar un paso adelante para asumir mucha más responsabilidad en su propia defensa, algo que no parece estar ocurriendo salvo en algunos casos como el de Polonia.

– [P] Hay una nueva gran crisis en Oriente Medio. ¿Cuál debe ser la estrategia de Estados Unidos en la región? Si Irán interviene en el conflicto palestino-israelí, ¿qué debe hacer Washington?

[EC] Por las razones aquí expuestas, Estados Unidos no debe verse envuelto en una gran guerra en Oriente Medio. Debe apoyar a su estrechísimo aliado Israel en su autodefensa y respaldar la capacidad de países como los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí para contrarrestar a Irán. En general, no podemos esperar razonablemente que Oriente Medio sea estable, pero tampoco podemos permitirnos intervenir fuertemente en la región. Los países de la región y quizá algunos Estados europeos como Reino Unido, Francia e Italia deberían asumir más esa carga.

Soldados del Ejército Popular de Liberación participan en un desfile militar celebrado en Pekín.
Soldados del Ejército Popular de Liberación participan en un desfile militar celebrado en Pekín. Fuente: Xinhua

– [P] La guerra ruso-ucraniana se ha convertido en una larga guerra de desgaste. En Washington hay cada vez más reticencias a seguir enviando más ayuda militar a Kiev. ¿Cuál cree que es el objetivo de Estados Unidos en Ucrania? ¿Cree que tiene que ayudar a Ucrania “mientras sea necesario”?

[EC] Estados Unidos debe apoyar a Ucrania en su justa autodefensa en la medida en que sea compatible con una auténtica priorización del teatro asiático y una defensa de negación frente a China. Desgraciadamente, Estados Unidos no lo ha hecho. Siendo realistas, tendrá que reducir su apoyo monetario y militar para poder centrarse más en Asia, especialmente en la defensa de Taiwán. Europa debería dar un paso al frente para llenar este vacío. Es manifiestamente capaz de hacerlo si tiene la voluntad. Varios países europeos tienen economías más grandes que Rusia. Solo Alemania Occidental tenía un ejército de quince divisiones en 1988. Así que esta es la principal solución. Pero Washington debe dejar muy claro que ésta es la necesidad y que no comprometerá sus intereses primordiales de negar a China la hegemonía sobre Asia para suplir la lasitud europea.

Para ampliar: Estados Unidos, China y Ucrania: el dilema de los dos frentes

En estos momentos no veo una estrategia clara, realista y convincente para Ucrania. ¿En serio esperamos sobrevivir a Rusia en una guerra de desgaste por Ucrania? Para mí no tiene mucho sentido. Yo miraría a Ucrania y a los europeos para encontrar la estrategia adecuada, pero coherente con el menor nivel de apoyo estadounidense que se ha esbozado aquí.

– [P] Hay muchos informes sobre los problemas para que la OTAN siga suministrando armas y municiones a Ucrania en función del ritmo de la guerra. Teniendo esto en cuenta, ¿cree que EE.UU. está preparado para una guerra de alta intensidad? ¿Y sus aliados de la UE?

[EC] Estados Unidos no está suficientemente preparado para una guerra de alta intensidad con China. Así que ése debe ser nuestro principal objetivo. 

Europa no está preparada para un conflicto con Rusia, pero afortunadamente Rusia sólo tiene una décima parte del PIB de China y es mucho más pequeña en términos económicos que la Europa de la OTAN. También se ha ensangrentado en Ucrania. Así que Europa tiene tiempo y espacio. Además, países como Polonia están mostrando el camino. Otros Estados europeos, especialmente Alemania, deberían seguir el ejemplo de Varsovia para construir una defensa colectiva europea fuerte con una contribución estadounidense más modesta.

– [P] Usted ha apoyado la idea de que la Unión Europea debe asumir la carga del esfuerzo bélico en Ucrania. ¿Cree que tiene capacidad para seguir ayudando a Kiev sin el liderazgo de Estados Unidos?

[EC] Sí, la creo. Es una cuestión de voluntad. La OTAN europea, cuando era mucho más pequeña en la Guerra Fría, gastaba mucho más en defensa y tenía ejércitos mucho más formidables. Europa tiene escala económica más que suficiente. La situación actual en Europa es de indefensión aprendida. Washington debería dejar claro que no comprometeremos nuestros intereses en Asia si Europa perpetúa esta situación.  

Para ampliar: ¿Cómo puede acabar la guerra de Ucrania?

– [P] La Unión Europea tiene que aumentar sus capacidades militares para convertirse en una potencia real en un contexto marcado por la competición de grandes potencias. Usted ha declarado que esto redundaría en interés de Estados Unidos, pero una Unión Europea más poderosa no podría ser más independiente de la estrategia estadounidense. ¿Supondría eso un riesgo para la política exterior estadounidense?

[EC] Creo que sería un buen negocio, como expuse hace varios años en Internationale Politik. Estados Unidos no necesita ni quiere ser dominante en todas partes. Necesitamos asegurar nuestros intereses al tiempo que evitamos agotarnos enredándonos en guerras en todas partes. Eso requiere socios fuertes que actúen con energía e iniciativa. Así que socios fuertes como India e Israel son lo que queremos, no socios deferentes que no tiran de su peso.

– [P] Si los republicanos ganan las próximas elecciones presidenciales en 2024, ¿espera un cambio importante en la política exterior de Estados Unidos?

[EC] Sí, lo espero. La administración Biden es una especie de verano indio de la vieja política exterior que manifiestamente no se adapta a los retos de nuestro tiempo. Creo que una administración republicana seguiría una más realista y sensata, más centrada en nuestros intereses geopolíticos y en la realidad y gravedad de la situación.

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