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El regreso de la familia Marcos al Palacio de Malacañang

La familia Marcos ha conseguido establecer una sólida base de poder en Filipinas desde que regresó del exilio en 1991. Las frágiles instituciones nacionales y las características propias del sistema filipino -que favorecen el clientelismo y la consolidación de dinastías familiares- han facilitado el reingreso de los Marcos en la vida política pese a las acusaciones que enfrentaba Ferdinand Marcos, presidente entre 1965 y 1986: asesinatos extrajudiciales, torturas, detenciones arbitrarias y malversación de hasta 10.000 millones de dólares.

La familia Marcos en una comparecencia pública en 1965. Fuente: Getty Images

El retorno de una de las familias más poderosas de Filipinas ha sido evidente tras la victoria de Ferdinand ‘Bongbong’ Marcos en las elecciones celebradas el 9 de mayo. El candidato del Partido Federal ha obtenido más de 30 millones de votos según los datos provisionales, superando con creces a su principal adversaria Leni Robredo. Si bien ‘Bongbong’ y su compañera de fórmula Sara Duterte -que ha sido elegida vicepresidenta- se presentaban como el “liderazgo unificador”, han ofrecido pocos detalles sobre cómo gobernarán el país los próximos seis años.

Los desafíos, no obstante, son bastante más claros: ralentización económica agudizada por la pandemia, pobreza rampante fuera de las grandes ciudades, creciente deuda pública, conflicto armado con el Nuevo Ejército del Pueblo (NPA), guerra contra las drogas, disputas territoriales con China en el Mar Meridional y un largo etcétera. “Prometemos que haremos nuestro mejor esfuerzo, con total diligencia sin fatiga y continuaremos trabajando por nuestro país para que juntos podamos levantarnos nuevamente”, aseguró el presidente electo días antes de celebrarse las elecciones.

La campaña electoral de ‘Bongbong’

El sistema político filipino se caracteriza por la irrelevancia de la estructura ideológica de los partidos y la ausencia de programas electorales bien definidos. Como consecuencia, los candidatos utilizan sus conexiones familiares, redes de patrocinio e incluso su imagen pública para conseguir el apoyo de los votantes. ‘Bongbong’ Marcos era plenamente consciente de ello y elaboró una campaña electoral sumamente personalista centrada en tres pilares fundamentales.

En primer lugar, Marcos aprovechó su enorme popularidad en las redes sociales y el uso extendido de Internet en la sociedad filipina para crear una eficiente máquina de propaganda con un gran alcance. Especialmente a través de Facebook, TikTok y YouTube, el equipo del presidente electo difundió múltiples mensajes que promocionaban su candidatura, alababan la supuesta “época dorada” gobernada por su padre o criticaban a su adversaria Leni Robredo, entre otros. Twitter llegó a eliminar 300 cuentas y hashtags vinculados a simpatizantes de Marcos por violar las reglas de manipulación y publicar desinformación sobre las elecciones.

En segundo lugar, ‘Bongbong’ ha evitado participar en los debates electorales y en las entrevistas organizadas por medios de comunicación filipinos para evitar ser cuestionado o atacado por las múltiples controversias que le rodean. Asimismo, Marcos quería eludir que se produjese un episodio similar al que vivió en 2016, cuando se presentó como candidato para la vicepresidencia y falló nueve de las dieciséis preguntas de cultura general sobre Filipinas que le hicieron en un famoso programa de radio. El hecho de que las encuestas le situasen hasta 30 puntos por encima de Leni Robredo también le permitió mantener un segundo plano más allá de sus mítines.

En tercer lugar, su campaña ha estado marcada por los eslóganes políticos vacíos. Tal fue la magnitud que IBON, un think tank filipino, dejó en blanco su casilla en un infográfico que realizó sobre las plataformas económicas de los seis principales candidatos.

Ferdinand ‘Bongbong’ Marcos saluda a sus simpatizantes durante un mitin celebrado en Bocaue. Fuente: Ted Aljibe / AFP / Getty Images

‘Bongbong’ Marcos, por otro lado, también estableció en noviembre de 2021 la Alianza UniTeam con otras tres poderosas familias filipinas -Duterte, Arroyo y Estrada- para consolidar su poder y evitar la victoria de Leni Robredo, considerada como una enemiga política dado que centró su campaña en promover la buena gobernanza y luchar contra el clientelismo político. “Otros candidatos se postulan para mantener el poder en la familia, para rehabilitar un nombre manchado o simplemente para agregar una pluma a su tope de logros personales. Pero para Leni, la musa es ante todo el servicio”, señaló en un comunicado la actual vicepresidenta.

El mandato de ‘Bongbong’

La victoria de ‘Bongbong’ Marcos no supondrá ninguna ruptura sustancial respecto al mandato de Rodrigo Duterte y es previsible que continúe con las principales políticas adoptadas por su antecesor. Asimismo, qué papel tendrá Sara Duterte en su administración servirá para medir la sintonía existente entre ambas familias y el nivel de influencia que puede ejercer el actual presidente durante los próximos seis años.

En relación a la política doméstica, ‘Bongbong’ Marcos declaró que continuaría con la guerra contra la droga pero de “una manera diferente”, concediendo una mayor importancia a las campañas de prevención, rehabilitación y educación. No obstante, se espera que la operación que ha matado a más de 12.000 personas desde 2016 sea igual de intensa más allá de una narrativa más humanista que considere a los drogadictos como “pacientes que necesitan una cura” y no como “criminales”. El presidente electo también se ha negado a colaborar con la Corte Penal Internacional (CPI) para investigar los posibles crímenes de lesa humanidad cometidos durante el mandato de Duterte.

Asimismo, impulsará el programa ‘Build, Build, Build’ con el objetivo de mejorar la precaria red de infraestructuras del país. Buscará incorporar una vertiente digital para mejorar la débil conexión a Internet, un problema que sufre Filipinas y que se vio reflejado cuando los profesores tuvieron grandes dificultades para dar clase de forma telemática durante la pandemia. No ha ofrecido más detalles sobre cómo financiará los proyectos, pero aseguró que no permitirá que “los extranjeros sean dueños de tierras” en Filipinas, declaraciones que generará incertidumbre entre los inversores internacionales.

Durante su mandato también deberá hacer frente al Nuevo Ejército del Pueblo (NPA), el brazo armado del Partido Comunista de Filipinas (CPP) que está presente en 69 de las 81 provincias del país. Es posible que ‘Bongbong’ Marcos busque iniciar conversaciones de paz como hizo Duterte nada más asumir el poder, pero las aspiraciones maximalistas y revolucionarias de establecer un sistema socialista a través de la guerra popular que mantiene el NPA obstaculizarán cualquier acercamiento real con Manila. El presidente electo indicó que aumentará el presupuesto del Grupo de Trabajo Nacional para Poner Fin al Conflicto Armado Comunista Local (NTF-ELCAC), una organización paraguas del ejecutivo para coordinar las tareas de contrainsurgencia comunista en distintos ámbitos. Este órgano ha sido acusado, incluso por el Parlamento Europeo, de llevar a cabo “etiquetado rojo de organizaciones y personas, incluidos defensores de los derechos humanos y del medio ambiente, periodistas, activistas sindicales y trabajadores eclesiásticos y humanitarios”. Precisamente la actual vicepresidenta ha sido señalada públicamente sin pruebas por mantener vínculos con miembros del NPA y el CPP en un intento de socavar su campaña. 

Patrulla de la Guardia Costera de Filipinas en las inmediaciones del arrecife Julián Felipe. Al fondo, cuatro barcos de la milicia marítima china. Fuente: Guardia Costera de Filipinas

Respecto a la política exterior, ‘Bongbong’ Marcos ha declarado que buscará solucionar la disputa con China en el Mar Meridional a través de un acuerdo bilateral y sin la participación de Estados Unidos. Considera que el fallo de 2016 emitido por un tribunal formado por la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya “no es efectivo” dado que Beijing no respeta la sentencia. El gigante asiático ha mantenido desde entonces la política de los cuatro noes -no participación, no reconocimiento, no aceptación y no cumplimiento- y ha intensificado su presencia en el Mar de Filipinas Occidental desplegando buques de la armada del Ejército Popular de Liberación, la guardia costera y la milicia marítima. Cabe mencionar que la familia Marcos ha mantenido buenas relaciones con China desde el mandato de Ferdinand Marcos y en la actualidad tiene vínculos con la comunidad empresarial establecida por la diáspora china en Filipinas.

No obstante, el presidente electo deberá mantener un difícil equilibrio dado que los funcionarios encargados de formular la política exterior del país, la opinión pública nacional y las Fuerzas Armadas de Filipinas son partidarios de fortalecer las relaciones con Estados Unidos. Tampoco verá con buenos ojos perder soberanía o derechos marítimos frente al gigante asiático en el Mar Meridional por muy buenas relaciones que quiera mantener. Como declaró en uno de los pocos debates a los que asistió, su gobierno no “cederá ni un centímetro cuadrado a ningún país, en particular a China”. Por este motivo, señaló que enviará barcos de la guardia costera y la armada “para hacer sentir su presencia” y “responder” si China despliega buques de guerra. Asimismo, declaró que mantendrá la alianza con Washington dado que “es beneficiosa para los dos países (…) durante más de 100 años”, aunque es posible que busque renegociar algunos de los términos establecidos en el Acuerdo sobre las Fuerzas Visitantes (VFA).

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