Este 2020 está demostrando ser un momento de inflexión para las relaciones entre los dos gigantes asíaticos. Originalmente este año iban a tener lugar las celebraciones del 70º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República de la India y la República Popular China, un evento para el que estaban previstas grandes celebraciones y un total de 70 cumbres de cooperación, 35 en cada país, además de una reunión entre los líderes de ambos países. Sin embargo, estos planes parecen haberse ido al traste debido a una serie de incidentes ocurridos durante el último mes en la disputada frontera conocida como la Line of Actual Control (LAC).
La actual crisis en la región de Ladakh comenzó en mayo cuando China acampó en zonas disputadas con India, y desde entonces la situación ha sufrido una escalada con una serie de enfrentamientos puntuales y despliegues de refuerzos en esta zona. India entendió las acciones chinas como un cambio del estatus quo en la zona. Los puntos de mayor tensión en la región disputada de Ladakh son el valle de Galwan y el lago Pangong Tso.
A finales de mayo China e India tratan de resolver diplomáticamente la disputa, activando el “Mecanismo de trabajo para consultas y coordinación sobre asuntos fronterizos entre India y China”. Sin embargo, el 31 de mayo se filtran imágenes de un enfrentamiento entre tropas de China e India en el lago Pangong Tso. Esto aumentó las tensiones lo que hizo necesario traspasar las negociaciones a nivel militar, entre los propios comandantes involucrados en el enfrentamiento, reuniéndose en la zona de Chushul. Estas fueron anunciadas por el ministro de Defensa de India: “A partir de ahora las negociaciones continúan a nivel militar, el 6 de junio habrá conversaciones entre altos oficiales militares”. Tras la reunión de ese día se emite un comunicado en el que ambas partes se comprometen a resolver pacíficamente la situación y la prensa habla de retiradas parciales en algunos puntos del valle de Galwan.
En el actual enfrentamiento del 15 de junio se da en el contexto de este acuerdo de retirada parcial acordado el 6 de junio, y las acusaciones entre ambos países no tardan en aparecer. El gobierno chino acuso a las tropas indias de estar detrás de la confrontación ya que, según ellos, cruzaron la frontera y agredieron a sus efectivos. Esta versión fue respaldada por el portavoz del Comandante del Teatro Occidental del Ejército Popular de Liberación de China, que llamó al país vecino a detener “todos los abusos y actos de provocación”, lo que daba a entender que los enfrentamientos y la tensión entre ambas partes continuaban latentes horas después del incidente. En el posterior comunicado emitido por china se declaraba que la soberanía del rio Galwan había pertenecido siempre a China, lo que fue considerado como un desafío a la Línea de Control Actual (LAC por sus siglas en inglés) por el gobierno indio.
En la noche del 15 al 16 de junio se daban enfrentamientos entre los ejércitos chino e indio desplegados en el valle de Galwan. A las pocas horas el ejército indio confirmaba haber perdido 20 soldados, de los cuales 17 de ellos murieron después del incidente a causa de las heridas. Cabe destacar que entre los fallecidos se encuentra el comandante del 16º batallón, Bikkumalla Santosh Babu. Además de las bajas, The Telegraph, citando fuentes no oficiales del ministerio de Defensa, reportaba la desaparición de 34 soldados tras los enfrentamientos en el valle de Galwan. Dos días después del incidente, Asian News International apuntaba a que hay 76 soldados indios heridos por el enfrentamiento, 18 de ellos en un hospital de Leh estarán recuperados en 15 días. Los otros 58 sufren heridas leves y se espera el alta médica en una semana. Además el diario “The Hindu” informa de que China habría capturado 10 soldados indios durante el enfrentamiento. Los soldados habrían sido liberados el día 18 de junio tras las negociaciones del 17. India habría puesto como precondición la liberación para continuar negociando. El Gobierno indio, en cambio, no ha confirmado estas informaciones.
El Ministro de Exteriores de India declaró que si bien los soldados llevaban armas de fuego, no se utilizaron debido a los protocolos establecidos en 1996 y 2005 con China sobre no hacer uso de armas de fuego, pero se ve difícil que murieran solamente por los golpes. Ante este escenario caben dos posibilidades: la primera es que sí existiera uso de armas de fuego y la segunda es que debido a lo accidentado del terreno, la altitud y las bajas temperaturas jugasen un factor determinante en el número de bajas.
A su vez La República Popular China no ha publicado cifras, sin embargo, han declarado la existencia de bajas, los rumores apuntan a 43 bajas. Todo ello muestra la gravedad de la situación siendo el primer enfrentamiento con fallecidos desde 1975. India por su parte emitía un comunicado sobre el incidente en el valle de Galwan en el que acusaba a China de haber pretendido cambiar la posición de la Linea de Control Actual y de no respetar el acuerdo de retirada alcanzado el 6 de junio. Así India citaba estos incidentes como los causantes del enfrentamiento entre las fuerzas de ambos países.
A consecuencia de estos acontecimientos, India puso a sus fuerzas armadas en máxima alerta y envió refuerzos a Ladakh. El 17 de junio, el primer ministro indio se dirigió a sus compatriotas: “Quiero asegurarle a la nación que el sacrificio de nuestros soldados no será en vano. Para nosotros la unidad y la soberanía del país es lo más importante. Queremos la paz pero daremos una respuesta adecuada si somos provocados”.
La República Popular China reaccionó enviando más efectivos a la zona y prosiguiendo con las maniobras militares con el fin de adaptar a las tropas a las condiciones de altitud que se dan en la región. A pesar de ello, el Ministro de exteriores del país afirmó que “China no desea que haya más enfrentamientos con India en la región”. La creciente tensión hizo que se empezasen a tomar medidas de precaución ante un posible conflicto, como el cierre de la autovía Srinagar-Ladakh al tráfico civil, por lo que fue imposible para los periodistas acceder al lugar.
Durante el día inmediatamente posterior al incidente se produjeron varias reuniones en el gobierno indio. El primer ministro, Narendra Modi, se reunía con los principales partidos para determinar una solución eficaz al conflicto. A su vez tenían lugar dos reuniones entre el ministro de Defensa, Rajnath Singh, y el ministro de Exteriores, Jaishakar. Posteriormente el primer ministro de India hablaba con el ministro de Asuntos Exteriores para ser informado de la situación y de las posibles opciones. También existen reportes de una reunión entre el primer ministro y el ministro de Interior que duró hasta medianoche. Se desconoce si el gobierno chino ha celebrado reuniones de similares características pero hubo una reunión entre el viceministro de Relaciones Exteriores Chino y el embajador de la India en China, el cual declaró que Beijing había presentado una queja sobre lo ocurrido en la noche del 15 de junio.
El 17 de junio, al día siguiente de producirse el incidente, tenía lugar una llamada telefónica entre los ministros de Exteriores de ambos países y ambos partes declaraban que se habían comprometido a trabajar con el fin de rebajar las tensiones. A pesar de ello, China continua sin replegar a ninguno de sus efectivos de Ladakh y uno de los generales de confianza de Xi Jinping ha sido designado para dicha zona, continúan los ejercicios de avituallamiento a las condiciones de altitud y se han establecido 5 nuevas unidades milicianas en Tíbet. Por su parte en India comenzaron protestas y peticiones de boicot a China, el gobierno ha cancelado contratos entre empresas estatales y corporaciones chinas, como en el sector de los ferrocariles. Además India ha comenzado la evacuación de civiles al este de Ladakh, y solo permite movimientos militares en la zona de la ciudad de Leh, la más cercana a China.
El incidente ha hecho que la región y el resto del mundo contengan el aliento. Estados Unidos declaraba que “Estamos siguiendo muy de cerca la situación y confiamos en que se resuelva pacíficamente”. El Kremlin emitía un comunicado en el que declaraba mantenerse informado constantemente de la situación y animaba a las partes a encontrar una solución pacífica al conflicto, el 23 de junio Moscú hospeda la reunión trilateral con China e India. La Unión Europea llamaba a ambas partes “a mostrar moderación, continuar con el diálogo, trabajar juntos para desescalar la situación”. Pakistán por su parte se encuentra muy pendiente de la situación de tensión ya que se han reportado varias reuniones entre el gobierno y el servicio de inteligencia.
A pesar de los reportes de la captura de soldados, el ministro de Exteriores indio ha declarado la inexistencia de soldados capturados por parte del Ejército Popular de Liberación China. Además trató de llamar a la calma declarando que la responsabilidad del enfrentamiento recae de su lado y tratan de hacer lo posible para solventarlo. De acuerdo a los medios indios, Beijin habría confirmado la muerte de un oficial durante los enfrentamientos del 15 de junio.
El 17 de junio el Jefe del Estado Mayor reanalizaba una visita a la ciudad de Leh para supervisar el despliegue aéreo en Ladakh donde se ha reportado el vuelo de cazas de MIG-29 y helicópteros apache. Desde el inicio del conflicto, el primer ministro indio ha subrayado la importancia de la soberanía del país y ese mismo día anunciaba la libertad de las fuerzas armadas para tomas las medidas que estas considerasen convenientes.
Uno de los focos de tensión principales en la región de Galwan es la construcción de un puente sobre el río que lleva el mismo nombre. Hace unos días tenía lugar la finalización del proyecto que ha supuesto una mejora de la infraestructura india pero un aumento de las tensiones con el país vecino.
Durante estos días se han continuado sucediendo las acusaciones entre ambos países. India Today mostraba imágenes satelitales que confirman las posiciones de China en el Valle de Galwan. El Primer Ministro Modi había declarado emitía un comunicado en el que insistía que no se había dado presencia china en su lado de la Linea de Control Actual. Por su parte China acusa a las fuerzas armadas indias de entrar en su territorio, en respuesta a ese comunicado India declaraba que la intención del país vecino es “tratar de construir estructuras a lo largo de la LAC en el Valle de Galwan”.
Durante 4ª ronda de negociaciones a nivel militar entre China e India en Chushul-Moldo. La República de la India buscaría restaurar el estatus quo con la retirada de tropas del Valle de Galwan, el lago Pangong Tso y el área de Hot Springs. Tras once horas de negociaciones la prensa india informaba de la llegada a un «consenso mutuo» para retirarse de las zonas disputadas que se habrían discutido distintas formas.
El 23 de junio, el Equipo de Repuesta de Emergencia Informática de India ha publicado una alerta de una potencial ofensiva cibernética del Ejército Chino. En el caso de confirmarse esta información supondría una nueva dimensión de la crisis de Ladakh.
Antecedentes Históricos
Las disputas fronterizas entre ambos países se remontan a la independencia de la India, la cual heredó las fronteras dibujadas por los británicos, conocida como línea MacMahon y que fueron cuestionadas por la República Popular China. Posteriormente ambos países comenzaron la instalación de puestos militares en la línea y el gobierno indio adoptó una política férrea en la cuestión territorial, negándose a negociar. Durante los años previos a la guerra de 1962 se dieron incidentes leves.
En 1959 el Dalai Lama se exilió a la India y fue perseguido por el ejército chino hasta la frontera según un informe del gobierno de Beijin. Ese mismo año tenía lugar la rebelión tibetana contra el gobierno chino lo que tensó las relaciones entre India y China por considerarle cómplice de los rebeldes tibetanos.
Sin embargo, la causa inmediata de la guerra de 1962 fue una disputa territorial entre India y China a lo largo de dos secciones de la frontera en el momento en que India ocupo territorios reclamados por china, lo que derivó en un ataque por parte del Ejército Popular de Liberación. El conflicto terminaba el 20 de noviembre con el alto el fuego unilateral de China tras una victoria indiscutible, trazándose posteriormente la Línea de Control Actual con el objetivo de dar lugar a un reparto territorial que pusiera fin a las tensiones. Hasta el día de hoy, Beijin continúa reclamando el estado indio de Arunachal Pradesh, mientras que Nueva Delhi reclama el territorio Aksai Chin controlado por los chinos. Desde la guerra ha tenido lugar una militarización progresiva de la frontera entre ambos países y se han dado incidentes y enfrentamientos durante años.
El último incidente con víctimas mortales en el conflicto se dio en 1967 cuando India perdió 80 soldados y China tuvo 400 bajas, de acuerdo a las estimaciones. No obstante existen confrontaciones posteriores en las que también se dieron bajas, como en 1975 cuando en una emboscada murieron cuatro soldados indios pero no se ha llegado a esclarecer si la autoría fue china. El gobierno indio sostuvo que las fuerzas chinas habían cruzado la Línea de Control Actual por lo que se vieron obligados a repelerlos, sin embargo, el gobierno chino desmintió la versión india.
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