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Ascenso de Le Pen camino a las presidenciales: ¿Sedición militar?

A un año de que se celebren las elecciones presidenciales en Francia, una polémica ha revuelto la opinión pública francesa; el 21 de abril una tribuna firmada por generales retirados en una conocida revista de extrema derecha denunciaba la desintegración de Francia y la amenaza de una guerra civil. Le Pen no tardó en sumarse a los militares, consiguiendo estar en el foco mediático. El asunto podría tomar relevancia en una próxima campaña electoral que gire en torno al islamismo y la seguridad en un contexto social de hartazgo y crisis económica dando alas a la extrema derecha.

¿Militares llamando a la sedición?

El 21 de abril se publicaría la tribuna firmada por más de 20 generales retirados y un millar de militares, algunos de ellos en activo. No se pudo elegir una fecha más simbólica, ya que ese mismo día era el 60 aniversario del intento de golpe de estado de una parte del ejército francés en Argel contra el Presidente De Gaulle. La tribuna, que añado a continuación resulta bastante grave, ya que sobrevuela la idea de la sedición militar “si no se actúa contra la desintegración de Francia y los males que la aquejan”.

“La situación es seria, Francia está en peligro, varios peligros mortales la amenazan. Nosotros que, incluso jubilados, seguimos siendo soldados de Francia, no podemos, en las circunstancias actuales, permanecer indiferentes al destino de nuestro hermoso país.

Nuestras banderas tricolores no son solo un trozo de tela, simbolizan la tradición, a lo largo de los tiempos, de aquellos que, sea cual sea su color de piel o su fe, han servido a Francia y dado su vida por ella. En estas banderas encontramos en letras doradas las palabras “Honor y Patria”. Sin embargo, nuestro honor hoy radica en la denuncia de la desintegración que golpea a nuestra Patria.

– Desintegración que, a través de un cierto antirracismo, se manifiesta con un único objetivo: crear en nuestro suelo malestar, incluso odio entre comunidades. Hoy algunos hablan de racismo, indigenismo y teorías anticoloniales, pero a través de estos términos es la guerra racial lo que quieren estos seguidores fanáticos y odiosos. Desprecian nuestro país, sus tradiciones, su cultura y quieren verlo disolverse quitándole su pasado y su historia. Así atacan, a través de estatuas, antiguas glorias militares y civiles analizando palabras que tienen siglos de antigüedad.

– Desintegración que, con el islamismo y las hordas de los suburbios, lleva al desprendimiento de múltiples parcelas de la nación para transformarlas en territorios sujetos a dogmas contrarios a nuestra constitución. Sin embargo, todo francés, sea cual sea su creencia o no, se siente como en casa en todas partes de Francia; no puede ni debe existir ninguna ciudad o distrito donde no se apliquen las leyes de la República.

– Desintegración, porque el odio prevalece sobre la hermandad durante las manifestaciones donde las autoridades utilizan a la policía como chivos expiatorios frente a los franceses con chalecos amarillos que expresan su desesperación. Esto mientras individuos encubiertos y encapuchados saquean negocios y amenazan a estas mismos agentes de la ley. Sin embargo, estos últimos solo aplican las directivas, a veces contradictorias, dadas por ustedes, los gobernantes.

Los peligros aumentan, la violencia aumenta día a día. ¿Quién hubiera predicho hace diez años que un profesor sería decapitado algún día cuando dejara la universidad? Sin embargo, nosotros, servidores de la Nación, que siempre hemos estado dispuestos a poner la piel al final de nuestro compromiso, como exigía nuestro estado militar, no podemos ser espectadores pasivos ante tales acciones.

Por tanto, es imperativo que quienes dirigen nuestro país encuentren el valor para erradicar estos peligros. Para hacer esto, a menudo es suficiente aplicar las leyes existentes sin dudar. Recordad que, como nosotros, una gran mayoría de nuestros conciudadanos se sienten abrumados por vuestros silencios perdidos y culpables.

Como dijo el cardenal Mercier, Primado de Bélgica: “Cuando la prudencia está en todas partes, el coraje no está en ninguna parte”. Entonces, señoras y señores, basta de dilación, la situación es seria, el trabajo es colosal; no pierda el tiempo y sepa que estamos dispuestos a apoyar políticas que tomen en consideración la salvaguarda de la nación.

Por otro lado, si no se hace nada, la laxitud seguirá extendiéndose inexorablemente en la sociedad, provocando finalmente una explosión y la intervención de nuestros compañeros activos en una peligrosa misión de proteger nuestros valores civilizados y salvaguardar a nuestros compatriotas en el territorio nacional.

Como podemos ver, no hay más tiempo para posponer las cosas, de lo contrario, mañana la guerra civil pondrá fin a este caos creciente, y las muertes, de las que ustedes tendrás la responsabilidad, se contarán por miles.

Quizás la tribuna no hubiera llegado más allá si Marine Le Pen, líder del partido de extrema derecha Regrupación Nacional, y candidata a la Presidencia de Francia no se hubiera pronunciado. Le Pen, a pocos días de la publicación mostró estar de acuerdo con el contenido de la tribuna de los militares e instó a los mismos a que se unieran a su movimiento. Esto evidentemente generó un eco muy importante en el debate francés, la izquierda respondió muy alarmada pidiendo sanciones a los militares ante la “amenaza de golpe de estado”.

El Gobierno en un primer momento mantuvo silencio, pero la presión de la izquierda y el tamaño de la polémica les obligó a manifestarse. La Ministra de Defensa, Florence Parly, calificó la actitud de Le Pen de “irresponsable”, para después prometer sanciones para los firmantes de la tribuna. A los pocos días, el Jefe del Estado Mayor declaró que 18 de los militares en activo que firmaron la tribuna pasarían por un Tribunal Militar, pudiendo ser sancionados e incluso retirados del servicio, el mismo destino les depararía a los generales retirados también. El Primer Ministro francés, Jean Castex, recalcó que la tribuna de los militares era “contraria a los principios republicanos, al honor y al deber del ejército.”

Le Parisien informaría posteriormente de que el número de firmantes de la tribuna ascendería a 8.000 militares. Esto parece indicar que parte del estamento militar sí parece comulgar con las ideas de la tribuna, porque, de hecho, el 14 de abril, 16 generales franceses pertenecientes a un think thank militar escribieron un documento dirigido al Gobierno y los grupos parlamentarios donde reclamaban una “estrategia global contra el islamismo y la desintegración de Francia”. En ese mismo documento se declara que “una guerra híbrida nos ha sido declarada, es multiforme y se acabará o con una guerra civil, o con una cruel derrota”. La cuestión no acaba ahí, ya que el 9 de mayo Valeurs Actuelles publicó una nueva tribuna “por la supervivencia de nuestro país”, esta vez firmada por militares en activo y que aseguran haber combatido, alertando de una posible guerra civil, del “odio” a Francia, el comunitarismo y la violencia. Misma línea que la primera tribuna.

“Muchos de nosotros hemos estado en la Operación Sentinelle (operación antiterrorista tras los atentados de 2015). Hemos visto con nuestros propios ojos los suburbios abandonados, el alojamiento de la delincuencia…Esta decadencia la hemos visto en muchos países en crisis, precede al colapso. Anuncia caos y violencia, y contrariamente a lo que ustedes afirman aquí y allá, este caos y esta violencia no vendrán de un “pronunciamiento militar” sino de una insurrección civil”.

Puede ser, que lo más preocupante de la cuestión de la tribuna sea que su contenido parece que ha sido acogido positivamente por la sociedad francesa. El medio LCI publicó un sondeo para tomar la temperatura de lo que pensaban los franceses sobre la tribuna, los resultados impactan. Un 58% de los encuestados afirmaron estar de acuerdo con los militares, de hecho, un 79% pensaba que Francia está en proceso de desintegración, mientras que un 84% declaraban que la violencia en Francia aumenta día a día. Pero lo más inquietante es que un 49% de los encuestados consideró que el ejército debería intervenir para restablecer el orden sin la autorización del gobierno. Es cierto que estos datos son producto de una sola encuesta, pero no debería tomarse a la ligera, ya que muchos sondeos demuestran el hartazgo político francés, así como la percepción de inseguridad que hay en Francia.

La delincuencia en Francia ha aumentado, los incidentes referentes a las “guerras de bandas” han aumentado en un 24% en el último año. Las imágenes de violencia en los suburbios de la ciudad han sido una constante en el país, por no hablar de los siempre presentes disturbios y enfrentamientos con la policía que se dan en estos lugares. Además, como en muchas partes del globo, la juventud francesa sufre una enorme precariedad económica, junto a las pocas perspectivas profesionales, en un contexto de crisis sanitaria-económica. Todo esto aboca a que según un barómetro publicado en Le Figaro, el 84% de los franceses teman que los problemas de los jóvenes de 18 a 34 años se traduzcan en un aumento de la delincuencia. Sin embargo, los franceses encuestados atribuyen este posible aumento de la delincuencia a problemas en la educación, y a la falta de severidad y aplicación de las sanciones judiciales, es decir, a “la falta de mano dura y civismo” en las nuevas generaciones.

Otra cuestión importante a tener en cuenta es el islamismo y como el Gobierno francés planea luchar contra él con su ley de “reforzamiento de los valores republicanos”. El Gobierno ha hablado claramente de “separatismo islámico”, incidiendo en el deseo del islamismo radical de crear un sistema de valores, e incluso jurídico, alternativo en las escuelas y organizaciones. Esta idea como puede verse, está presente en la tribuna de los militares. Los últimos atentados yihadistas en Francia, especialmente el asesinato del profesor Samuel Paty (mencionado en la tribuna) refuerzan la idea de inseguridad y del peligro del islamismo, e incluso de la inmigración para la sociedad francesa.

Funeral de Estado para el profesor asesinado Samuel Paty. Vía El Elíseo

Para ver más; El Gobierno francés contra el islamismo político

Islamismo, seguridad e inmigración son temas centrales del partido de extrema derecha Reagrupación Nacional de Le Pen. Según una encuesta realizada por el instituto Viavoice los franceses ven a Le Pen cualificada para hablar de sus temas estrella, la inmigración (un 49%) y la seguridad (un 54%). Es decir, tienen en cuenta su opinión positivamente. El movimiento por tanto de Le Pen dando apoyo a la tribuna de los militares ha sido bien calculado, ya que como dice la encuesta de LCI ya comentada, el 89% de los votantes de Reagrupación Nacional preguntados apoyaron el movimiento de la líder de su partido. El 40% en el caso de Los Republicanos, la derecha conservadora.

Camino a las presidenciales francesas

En abril de 2022 tendrán lugar en Francia las elecciones presidenciales donde previsiblemente se volverán a enfrentar en segunda vuelta el actual Presidente Emmanuel Macron y la líder de extrema derecha Marine Le Pen. Según los sondeos esta nueva reedición del duelo por la presidencia de 2017 no gusta a la mayoría de franceses, sin embargo de momento parece que no hay alternativa seria ni desde la izquierda ni desde la derecha conservadora.

El Presidente Macron no es querido entre la población francesa, incluso podríamos decir que es odiado por una gran parte de ella, ello se debe a que es visto como un presidente “enamorado de sí mismo” que toma las decisiones en solitario o en un entorno muy opaco. Una Presidencia “jupiteriana” alejada de la sociedad. A esto hay que sumarle las profundas críticas a su gestión de la pandemia, actualmente focalizadas en las medidas de confinamiento que han mantenido la hostelería y los lugares culturales cerrados durante meses. Macron se ha enfrentado además a dos grandes movimientos sociales, los chalecos amarillos y la contestación por la reforma de las pensiones. La polémica ley de seguridad global y las denuncias de autoritarismo tampoco es que le granjeara grandes simpatías. Así pues ¿por qué Macron es el principal favorito a llevarse la Presidencia nuevamente? Principalmente por la nula articulación de una candidatura seria en la oposición.

Primero analicemos a la derecha conservadora, los Republicanos. Estos están en una difícil posición ya que el giro a la derecha del gobierno, junto con la “desdemonización” de Le Pen, ha conseguido que su intención de voto se vea mermada. Los Republicanos aún no cuentan con candidato, con lo cual tampoco sabemos muy bien cuál es su proyección real de cara a las elecciones. De momento parece que todo se juega entre Xavier Bertrand, Presidente de la región de Alta Francia y Valerie Pecresse, Presidenta de la región de Isla de Francia. En junio tendrán lugar las regionales francesas, que además de tomar temperatura al panorama político francés, podría descolgar de la carrera a uno de los dos candidatos republicanos dependiendo de los resultados.

La izquierda francesa está profundamente dividida, socialistas, verdes, comunistas e insumisos se reparten el electorado progresista. En primera vuelta, el partido que más apoyos cosecha es la Francia Insumisa de Jean Luc Melenchon, que oscila entre el 13-16%, los socialistas y verdes no llegan al 10% en muchos sondeos. Estos resultados son claramente insuficientes ya que el resultado que se baraja para llegar a segunda vuelta es el 25%. Por separado ya vemos que fracasan estrepitosamente, pero ¿y juntos? Pues una hipotética unión de la izquierda tendría una intención de voto de entre el 25 y el 30%, claramente suficiente para pasar a una segunda vuelta y seguramente tener serias posibilidades para llevarse la Presidencia. Sin embargo, a pesar de que se hayan hecho reuniones para explorar esa vía (no está claro que hayan sido contactos serios), dicha unión queda aún muy lejos. En un artículo reciente del diario de izquierdas Liberation, se ataca con dureza a la izquierda francesa a la que denomina como la más “idiota del mundo”, básicamente por anteponer sus intereses personales, en lugar de unir fuerzas en una candidatura única que pudiese pasar la primera vuelta. “Prefieren que gane Macron o Le Pen antes que dar un paso atrás y unirse en una candidatura, la izquierda no es irreconciliable, es irresponsable”, reza el artículo que representa muy bien el sentir de la situación de la izquierda en el país.

Los participantes en la reunión de las izquierdas francesas del 17 de abril. Vía Le Monde

Por último, la extrema derecha en Francia, encarnada en Marine Le Pen, está más fuerte que nunca, con sondeos que le dan la primera posición en la primera vuelta de las presidenciales, y una segunda vuelta muy ajustada, con una intención de voto del 48%. Como se ha comentado anteriormente, todo apunta a que Marine Le Pen acompañará a Emmanuel Macron en la vuelta decisiva de las Presidenciales de 2022.

Hay varios factores que explican este ascenso de Reagrupación Nacional, en primer lugar como ya hemos comentado el descontento hacia el Gobierno francés, por otro lado la cada vez mayor normalización del discurso de Marine Le Pen, que impregna al partido los Republicanos y a sus votantes que ven con mayor cercanía al partido de extrema derecha. Para conseguir ese voto más de derecha moderada, Le Pen ha buscado centrarse en el tablero político, un ejemplo paradigmático ha sido su cambio de postura respecto a la Unión Europea, pasando de defender la salida de Francia del euro y de la Unión, a criticar el proyecto europeo, pero sin querer abandonarlo.

Que el islamismo, la inmigración y la seguridad sean temas clave en el debate público francés también ayuda a este surgimiento de Le Pen, recordemos que son sus temas estrella y según varias encuestas los franceses tienen en cuenta la opinión de la líder de extrema derecha. Otra cuestión destacable la señalaba el diario Le Monde a principios de abril; Reagrupación Nacional es la primera opción para los votantes franceses de 25-34 años. Según el artículo, la dicotomía izquierda-derecha ha perdido fuerza entre los jóvenes franceses. Estos se inclinan más por el voto protesta, y es ahí donde entra Le Pen, con un discurso marcadamente populista con ciertos tintes sociales. Es destacable que muchos jóvenes que votan a Le Pen dicen que no se identifican ni con la izquierda, ni con la derecha.

Todo hay que decir que entre los jóvenes de entre 18-24 años, Emmanuel Macron es el candidato preferido, sin embargo, la principal opción de los jóvenes en esta franja de edad sigue siendo la abstención. Y esta última cuestión es lo que puede ayudar a que Le Pen sea Presidenta de Francia. El llamado “frente republicano” está más desmovilizado que nunca por la animadversión que siente el votante progresista hacia Macron, además del hartazgo político. Macron se presentó en 2017 como un candidato de centro, liberal y con ideas progresistas, sin embargo su giro a la derecha ha desencantado a la izquierda, en especial al votante socialista-verde. De hecho los socialistas han anunciado que se abstendrán en segunda vuelta ante un hipotético Macron vs Le Pen. Aún así, Macron sigue dando por seguro el “frente republicano” a su izquierda, ya que desde hace meses su objetivo es conseguir el voto conservador. Es posible el dirigente francés esté en lo cierto y a última hora la izquierda francesa acuda a votar para evitar que la extrema derecha gane.

¿Es posible por tanto una victoria de Le Pen? Sí, pero no hay que equivocarse, es difícil, porque no hay que olvidar que Reagrupación Nacional causa mucho rechazo en amplías capas de la sociedad francesa. A pesar de la “normalización” del partido, Le Pen tiene dificultades para mostrarse como una candidata creíble para llegar a la presidencia francesa, no se la ve capacitada para ello. Según la encuesta de Viavoice, ya citada, solo el 31% de los franceses piensa que Le Pen vaya a ganar las presidenciales, y solo el 26% quiere que gane. Las dos cuestiones clave para que Le Pen acceda al Elíseo serán, una fuerte abstención en segunda vuelta, especialmente de la izquierda, y que el voto conservador se incline hacia la candidatura de extrema derecha.

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