Primera parte – Segunda parte
La realidad del yihadismo en el Sahel es compleja, pues coexisten una multitud de grupos yihadistas de gran relevancia a nivel internacional debido al gran número de ataques y atentados que llevan a cabo en la región. Por ello, en este primer acercamiento al tema se profundizará en la realidad de Al – Qaeda, siendo el primer grupo terrorista que cambió el rumbo de la historia actual con el atentado del 11 – S de 2001.
Mitin del Frente Islámico de Salvación (FIS) antes de su ilegalización.
Fuente: La Vanguardia.
Argelia. El germen de Al – Qaeda en el Sahel.
No se puede entender la realidad yihadista del Sahel en la actualidad sin remontarnos a la proliferación de este movimiento en Argelia. Tras la guerra afgano – soviética que culminó con la retirada de los soviéticos de Afganistán a finales de los ochenta, muchos de los combatientes extranjeros retornaron a sus países de origen. Entre los retornados se encontraban más de cuatro mil argelinos instruidos en el combate y la yihad que volvieron al país en medio de un clima político y social turbulento. Las revueltas populares que se estaban produciendo en el país norteafricano fueron acalladas en 1989 con la aprobación de una nueva Constitución, que permitía la participación en la vida política a determinados partidos políticos.
En esta nueva realidad surgió el partido político liderado por Abbassi Madani de corte islamista, Frente Islámico de Salvación (FIS), el cual ganó la primera vuelta de las elecciones generales en 1992. El FIS cambió su estrategia política declarando sus verdaderas intenciones: la implantación de la Sharia o Ley Islámica en el país y el fin del multipartidismo. Ante esto, las Fuerzas Armadas argelinas dieron un golpe de Estado que culminó con la ilegalización del FIS y la encarcelación de sus líderes. El golpe de Estado no fue bien recibido entre la población y mucho menos entre los combatientes retornados de Afganistán, lo que llevó al país a sumergirse en un conflicto armado entre el Gobierno y los grupos rebeldes islamistas.
Entre dichos grupos rebeldes hay que destacar al Grupo Islámico Armado (GIA), el grupo armado más activo desde 1993, cuyos principios eran la lucha armada y la no participación en las instituciones como vía para la implantación de la Sharia. Las ofensivas del GIA implicaron la masacre y la violencia indiscriminada contra la población civil por ello, muchos líderes críticos con las acciones del GIA crearon en 1998 el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) bajo el liderazgo de Hassan Hattab.
La estrategia del GSPC consistió en la intención de instaurar una República Islámica en Argelia, a la par que conseguía el apoyo de la población denunciando las atrocidades del GIA. A partir de entonces, la lucha armada quedó prácticamente en manos del GSPC el cual aglutinó a una gran cantidad de yihadistas del GIA. Por otro lado, Argelia se estaba estabilizando políticamente con la victoria en 1999 de Abdelaziz Buteflika, el cual puso fin al conflicto armado con la amnistía promovida a partir de 2004.
Para expandir: “Argelia en la encrucijada”
El punto de inflexión del GSPC lo encontramos en el cambio de estrategia, producido por el apoyo del Grupo a Al Qaeda y a los talibanes promovido por su líder Nabil Sahroui. Tras la muerte de Sahroui, el GSPC avanzó mucho más en su posicionamiento en la región bajo el liderazgo del Abdelmalek Droukdel, conocido como Abou Mussab Abdelouadoud, el cual fue más allá dirigiendo los ataques contra las estructuras de poder argelinas y jurando fidelidad a Osama Bin Laden. A partir de 2007, el GSPC quedó integrado en la estructura de Al – Qaeda como un nuevo grupo conocido como Al – Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI) bajo el liderazgo de Abdelmalek Droukdel. La creación del AQMI suponía adoptar la estrategia de Osma Bin Laden de la expansión y la yihad global, por ello, el grupo amplió su radio de acción por el Magreb y la región del Sahel.
Grupo de Peuls junto a unos militares en Malí. Fuente: RFI.
La realidad interétnica del Sahel.
Otro de los puntos clave para entender la expansión del yihadismo por el Sahel es la realidad compleja del conflicto interétnico de la región. Una de las etnias más numerosas es la Fulani o Peul, constituida en su mayoría por pastores y ganaderos trashumantes de los cuales la gran mayoría son musulmanes. Esta etnia tuvo un papel muy importante en la expansión del islam por África occidental y que, desde el proceso de descolonización, se vio atrapada en comunidades nacionales lideradas por miembros de etnias del sur del Sahel. En la actualidad, existen más de 40 millones de Peuls sobretodo en Nigeria y Guinea, pero nos centraremos en Malí y Burkina Faso donde habitan 3 y 1.6 millones de Peuls respectivamente.
El yihadismo argelino se expandió por el norte y centro de Malí debido a la persecución que sufrían por parte de las autoridades de Argelia y la porosidad transfronteriza, que permitía una amplia movilidad. La expansión se llevó a cabo en un primer momento, a través de Katibas o grupos de combatientes procedentes de Argelia, pero se encontraron con una serie de dificultades: problemas de cohesión entre las diferentes Katibas debido a problemas de reparto de botines; falta de apoyo de la población autóctona, pues eran yihadistas en un país extranjero; falta de apoyo logístico y desconocimiento del terreno; limitaciones operativas, porque les era difícil pasar desapercibidos entre la población local. Estas dificultades, llevaron a AQMI a buscar el apoyo de la población de la población local a través de otras vías.
Grupo de tuaregs en el Azawad. Fuente: Cuartopoder.
La Rebelión Tuareg.
La vía para consolidar la expansión de Al – Qaeda en el Sahel vendría con la rebelión tuareg del norte de Malí en el 2012. El 21 de marzo de 2012 se produjo un golpe de estado en el país, el General Amadou Aya Sanogo, arrestó al Presidente Amadou Toumani Touré. Este acontecimiento produjo una desestabilización política en el norte de Malí, donde los grupos tuaregs rebeldes protagonizaron una rebelión por la cual, el 6 de abril de ese mismo año, proclamaron la independencia del Azawad.
Para expandir: “Una aproximación al Sahel desde el G5S”
Uno de los principales grupos tuaregs que encabezaron el levantamiento era el Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA) liderado por Bilal Ag Cherif. Los grupos tuaregs fueron apoyados por los yihadistas argelinos que habían penetrado en Malí años antes, entre ellos cabe destacar el grupo yihadista Tuareg de la región de Kidal liderado por Iyad Ag Ghaly, Ansar ad-Din “Defensores de la fe”.
Los tuaregs comenzaron una expansión hacia el sur con la ayuda de otros grupos yihadistas como Ansar Ad-Din, quienes se posicionaron del lado de Al Qaeda y expulsaron al MNLA de la ciudad de Tombuctú. Esta ruptura se debió a un conflicto de objetivos e intereses, por un lado, el objetivo de los tuaregs encuadrados bajo el MNLA y otros grupos similares, querían la independencia del Azawad del resto del país. Por otro lado, el objetivo de Ansar ad-Din era la imposición de la Sharia en todo Malí, objetivo que podría verse alcanzado con el apoyo de AQMI.
Ante la expansión del yihadismo por la zona norte y central de Malí, el país hizo una llamada internacional de ayuda que fue respondida por Francia con la Operación Serval en 2013. Junto con las tropas francesas, el ejército de Malí se hizo con el control del norte – región desértica – en julio de 2013. A partir de entonces, la mayoría de los grupos tuaregs que comenzaron la revolución se mantuvieron sin actividad después de su derrota ante las tropas malienses y francesas. Incluso se han llegado a posicionar del lado de Malí y de las tropas extranjeras en operaciones contra el yihadismo.
Para expandir: “El factor Tuareg en el norte de África”
Miembros de Al Mourabitun desmintiendo una de las veces que se ha dado por muerto a su líder, Mokhtar Belmokhtar. Fuente: HispanTV.
Tiempos de coexistencia.
Hasta ahora hemos visto como Al – Qaeda penetró en el Sahel en forma de Katibas y que no obtuvo el apoyo de la etnia local, pero su influencia se vio incrementada por el apoyo a la Rebelión Tuareg. Ahora bien, hubo una serie de grupos yihadistas que coexistieron con AQMI y que serían clave a la hora de afianzar la influencia de Al Qaeda en la región.
En el norte de Malí actuó el grupo del mauritano Ould Mohamed El Khairy, denominado Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental (MUJAO). Su líder también estuvo involucrado en operaciones llevadas a cabo en el Argelia, por las que se le acusa del secuestro de tres personas en el campo de refugiados saharauis de Tindouf, en octubre de 2011. Este grupo, además, tuvo un papel clave ya que junto con el grupo yihadista tuareg de Ansar ad-Din tomaron la ciudad maliense de Gao en mayo de 2012. Después de aquello, el grupo se dedicó a combatir a los tuaregs del MNLA para afianzar el yihadismo en el norte de Malí. Al mismo tiempo, uno de los personajes más influyentes de la región, Mokhtar Belmokhtar, argelino excombatiente en Afganistán y con vinculaciones familiares en el norte de Malí, fue destituido del mando de una Katiba por el líder de AQMI por desobediencia. Ante esta situación, los seguidores de Belmokhtar formaron el grupo yihadista disidente Almouakaoune Biddam “los que firman con sangre”. El 20 de agosto de 2013, el grupo de Mokhtar y MUJAO, se fusionaron bajo el nombre de Al Mourabitun. Desde ese momento, el grupo disidente de Mokhtar volvería a la esfera de influencia de AQMI ya que Al Mourabitun se asoció con éste para llevar a cabo ataques y atentados en Malí.
Con el creciente poder de AQMI en el Sahel debido a sus nuevas alianzas, el siguiente paso fue la consolidación de su influencia entre la etnia Peul. Siguiendo esta estrategia, un miembro y predicador influyente de la etnia, Amadou Koufa, fundó en 2015 el grupo yihadista Frente de Liberación de Macina o Katiba Macina.
Desde este momento, la influencia de Al – Qaeda había penetrado en los grupos étnicos históricos musulmanes del Sahel. La influencia yihadista entre los Peul no tardó en traspasar otras fronteras, como es el caso de Burkina Faso. En 2016, el imán salafista Ibrahim Malam Dicko fundó en Soum el grupo yihadista Ansarul Islam “Defensores del islam”. El propósito de dicho grupo es la vuelta al islam auténtico de los tiempos del Profeta y la restauración del Reino Fulani de Macina, fundado en el siglo XIX por Seku Amadu. Por ello, han llevado a cabo una serie de atentados contras las fuerzas de defensa y seguridad de Burkina Faso y masacres hacia la etnia Mossi, que habita el país. Actualmente el grupo yihadista se encuentra liderado por Jafar Dicko, tras la muerte del anterior líder en una operación policial en 2017.
El surgimiento de grupos yihadistas vinculados a la etnia Peul, ha llevado a la misma a vivir una discriminación sistemática e incluso una persecución por parte de otras etnias como la Dogon o la Bamabara en Malí. Con la expansión del yihadismo por Malí y las etnias locales han desarrollado milicias propias que cometen atrocidades contra los Peul.
Yahya Abou Al-Houmam de AQMI (izquierda), Iyad Ag Ghali de Ansar ad-Din y líder de la JNIM (centro) y Al-Hassan Al-Anssari de Al Mourabitun (derecha). Funte: Middle East Eye.
La consolidación de Al – Qaeda en el Sahel.
Con el surgimiento de Estado Islámico (DAESH) en 2014 comenzó una lucha internacional por el liderazgo de la yihad global. Esta disputa llevó a un enfrentamiento entre Al – Qaeda y DAESH, que se vio reflejado en múltiples divisiones internas y en la creación de nuevos yihadistas que juraron fidelidad a DAESH. En este sentido, en el año 2015 un miembro de Al Mourabitun, Adnan Abuwalid Al Saharaoui, creó una escisión denominada Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS), enfrentándose así a Al – Qaeda y jurando lealtad a DAESH.
Ante el notable incremento de seguidores de EIGS, Al – Qaeda tenía que afianzar toda la influencia ganada en el Sahel durante años, primero con los tuaregs y después con los Peul. El último paso para la consolidación de la influencia de Al – Qaeda en la región se basó en la unidad de los grupos bajo uno solo, coordinados a través de un consejo y liderados por una cabeza independiente de AQMI. De esta manera, Al Mourabitun, Ansar ad-Din, Katiba Macina y las Katibas bajo el paraguas de AQMI, se unieron bajo el grupo Jama’ atNusra Al-Islam wa-l-Muslimin (JNIM) “Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes”.
Para expandir: “Yihadismo en el Sahel”
Militares en la región tuareg del Azawad, norte de Malí. Fuente: Teller report.
La actualidad del yihadismo en el Sahel.
A principios de año, tras la reunión en Pau de los países que forman parte de la Fuerza Conjunta del G5S, determinaron que el principal peligro de la región y el enemigo número a abatir era EIGS. Además, se ha instaurado un clima de paz en el norte de Malí con la creación del partido político Coordinación de Movimientos del Azawad (CMA), cuyo líder es Bilal Ag Chérif y agrupa a: Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA), Movimiento Árabe de Azawad (MAA) y el Alto Consejo para la Unidad del Azawad.
En vistas a buscar la paz en un país que lleva en un conflicto permanente desde 2012, el Gobierno de Malí quiso iniciar conversaciones con la JNIM que en un primer lugar fueron rechazadas. En marzo, la JNIM expresó su deseo de negociar la paz con el Gobierno de Malí a través de un comunicado, con la exigencia de que las Fuerzas Armadas francesas salieran del país.
En este contexto, desde mediados de marzo la JNIM, junto a combatientes tuaregs, ha comenzado una guerra abierta contra EIGS en la región. Desde finales de abril, la JNIM y los tuaregs se han desplazo hacia el sur de Malí expulsando a los combatientes afines a DAESH del río Níger y de la región de Gourma, así como del norte de Burkina Faso.
A modo de conclusión podría decirse que el proceso de expansión de la influencia de Al – Qaeda en el Sahel no ha sido fácil, ya que ha costado mucho tiempo, vidas y enemigos. Pero lo que sí está claro es la capacidad de adaptación que ha tenido el grupo yihadista en la región.
En primer lugar, tras darse cuenta de que las Katibas procedentes de Argelia no eran bien vistas en la región, con el apoyo a la Rebelión Tuareg ganaron más confianza en la región del norte de Malí.
En segundo lugar, consiguieron afianzarse en el centro del país instrumentalizando el conflicto interétnico a su favor con el posicionamiento y el apoyo hacia los Peul. En tercer lugar, pese a las diferencias entre los grupos yihadistas tanto ideológicas como de enemistad o escisión en el pasado, ha creado una estructura de coordinación bajo la influencia directa de Al – Qaeda frente a sus enemigos yihadistas principales, el EIGS. Por último, los avances políticos en el norte de Malí y la disposición a negociar con el Gobierno del país, así como la guerra abierta contra el EIGS, ponen de manifiesto que buscan una mayor simpatía de la sociedad para afianzar aún más la influencia de Al – Qaeda en el Sahel.
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