Contexto histórico y territorial
Ubicado entre el desierto del Sahara y la Sabana, el Sahel es una franja de terreno en África de varios millones de kilómetros cuadrados, y pese a que están escasamente poblados, el devenir de los acontecimientos hace suponer que a corto plazo serán el escenario de una confrontación a gran escala entre los ejércitos nacionales de los estados que componen esta región geográfica, milicias étnicas y tribales, grupos yihadistas y redes criminales comunes.
Poblado desde la Antigüedad, el Sahel ha sido cuna de grandes y ricos imperios que se han sucedido en el tiempo como el Shongay, los Emiratos Fulanis y muchos otros. Todo este poder y esplendor fue suprimido de golpe cuando las potencias coloniales se abatieron sobre el territorio imponiéndoles una cultura y unas formas de gobierno que les eran ajenas.
Tras un siglo de expolio de sus recursos naturales las potencias coloniales, básicamente Francia y Reino Unido, abandonaron el territorio dejando tras de sí a una élite educada para continuar al frente de unos estados cuyas fronteras habían sido trazadas sin basarse en criterios históricos o étnicos lo que a la postre han sido una fuente de conflictos permanente.
Estos países surgidos de la descolonización se caracterizan por una gran extensión territorial, una población mayoritariamente rural, que practica una economía de subsistencia debido al continuo avances de la desertificación y unos gobiernos incapaces de ejercer su soberanía en el conjunto del territorio, generando una fronteras porosas por las que contrabandistas, traficantes y yihadistas campan a sus anchas.
Fruto de estas condiciones de vida los enfrentamientos entre diferentes grupos étnicos y tribales han sido abundantes durante décadas al disputarse los pocos terrenos útiles disponibles para practicar la agricultura o la ganadería/pastoreo, junto al suelo cultivable. Otra fuente de conflictos ha sido control de los recursos naturales cuya explotación supone una parte sustanciosa de los ingresos estatales de países como Níger, siendo el tráfico de drogas y más recientemente de personas y armas, un recurso como otros para sobrevivir a la pobreza extrema.
El germen del Yihadismo
Si durante décadas las relaciones interétnicas han sido complejas en la región con guerras civiles perpetuas en Sudan y Chad, y recurrentes levantamientos tuaregs en Níger y Mali, para forzar el desarrollo de sus territorios o segregarse para formar nuevos estados, es con la irrupción del yihadismo en el Sahel cuando las relaciones entre diferentes étnicas y tribus se ha transformado, fruto de la instrumentalización que hacen grupos como Al Qaeda o Estado Islámico de los atávicos enfrentamientos entre sociedad nómadas y sedentarias por el control de los pozos y tierras cultivables o entre clanes por el control de las rutas del contrabando, para así implantarse en la zona.
Fruto de esa adaptación de organizaciones como AQMI, Mujao, Al Morabitum o Ansar Dine a las complejas dinámicas de países como Mali permitieron a estos instrumentalizar un movimiento de liberación nacional del norte del país para establecer un emirato islámico en un territorio similar a la suma de Portugal, España e Italia, amenazando con avanzar sobre la capital del país, siendo el temor de Francia y los países del entorno de que Azawad y quizás toda Mali se convirtiese en una base terrorista desde la que desestabilizar todo el Sahel.
Fusiones entre grupos islamistas
Pese a que la Operación Serval, creada para erradicar el bastión yihadista que suponía Azawad, tuvo un rápido éxito recuperando los 800.000 km del territorio en cuestión de semanas, el tiempo en el que AQMI, Mujao o Ansar Dine controlaron el norte de Mali, les sirvió para estrechar relaciones entre los diferentes grupos que con el tiempo han supuesto su unión en una organización nueva llamada Jamaat Nusrat ul-Islam wal-Muslimin (JNIM),repartirse el arsenal saqueado por los tuaregs al ejercito libio y servir de campo de entrenamiento para los diferentes grupos que han sembrado de violencia Túnez, Libia, Nigeria y Chad.
Jamaat Nusrat ul-Islam wal-MusliminEl 2 de marzo de 2017, Iyad Ag Ghaly líder de Ansar al-Din, Hassan Al Ansari, Yahya Abu Hammam, Amadou Kouffa, y Abu Abderaham al-Sanhaji publicaron un video anunciando la creación de Nusrat al-Islam, y su lealtad al Emir Ayman al-Zawahiri de al Qaeda, a Abdelmalek Droukdel Emir de al Qaeda del Magreb Islámico, y Hibatullah Akhundzada Emir de los Talibanes. Y elogiando a los antiguos líderes ya difuntos de la organización Osama Bin Laden y Abu Musab al-Zarqawi. Cuatro días despues comenzaron sus acciones militares atacando un puesto de control militar en Mali, matando a 11 soldados malienses. El 16 de marzo, Abdelmalek Droukdel lanza un mensaje de audio dando la aprobación de AQMI a la formación del grupo, tres días mas tarde Al-Qaeda emitió un comunicado aprobando el nuevo grupo y aceptando su juramento de lealtad. La organización cuenta con unos 4.000 combatientes y distribuye sus campos de entrenamiento entre el norte de Mali y algunas regiones remotas del África Occidental. |
Esfuerzos por derrotarles
Si la Operación Serval arrinconó a los yihadistas en la zona montañosa entre Argelia y Mali conocida como Adrar de los Ifoghas, estos no estuvieron mucho tiempo a la defensiva y en pocos meses habían desbordado a la Operación Barkhane (sucesora de Serval) lanzando continuos ataques contra sus componentes, milicias tribales pro Bamako y al MLNA. Por otro lado, esa academia del terror en que se transformó Azawad sirvió para crear unas sinergias entre grupos yihadistas que facilitaron la comisión de grandes atentados contra objetivos industriales o turísticos como lo el asalto a la planta gasística de In Amenas en Argelia o a los hoteles de Uagadugú, Bamako o Grand Bassam en Costa de Marfil en el periodo que va desde 2013 a 2016.
La acción conjunta de milicias tribales, ejércitos nacionales de la región como son los de Chad, Níger, Mali o Senegal, el continuo envío de tropas desde Francia y la ayuda en inteligencia o entrega de material por parte de países como Italia, España o Alemania no ha frenado el avance de los diferentes grupos yihadistas que operan en el Sahel y es poco probable que lo hagan en un futuro próximo.
Expansión del yihadismo en la región
En la actualidad la presencia yihadista ya no se limita al norte de Mali (Azawad) sino que Al Qaeda a través de JNIM están implantándose en lugares donde su presencia era ocasional como es el centro de Mali, desierto de Mauritania, y las provincias occidentales de Níger, Ansarul Islam ha irrumpido en el oeste de una Burkina Faso que hasta hace un par de años desconocía el yihadismo y el Estado Islámico intenta enlazar sus filiales de Libia con Boko Haram a través de la adhesión de grupos minoritarios como los restos del Mujao comandados por Abu Walid Al Sahrawi.
Futuro desesperanzador
De cara al futuro la situación en el Sahel no tiene visos de mejorar, la desertificación lleva años avanzando, lo que redunda en una menor cantidad de tierras útiles y por consiguiente un crecimiento de los conflictos violentos entre etnias y tribus por el control de las mismas tanto en Mali como en Darfur, Chad o Sudan del Sur, así como un gran crecimiento en el número de personas que se incorporan a grupos yihadistas ya sea por ideología o como única salida laboral posible.
A pocos miles de kilómetros de Europa se está gestando un conflicto de alcance desconocido si no se ponen medios para que se desarrolle económicamente la región y sus habitantes puedan vivir dignamente ya que en un momento dado puede que los conflictos étnicos localizados se transformen en un conflicto regional como ya ocurrió en la zona de los Grandes Lagos entre hutus y tutsis o que la debilidad de un estado de la región provoque su colapso y su lugar sea ocupado por JNIM, Ansarul Islam y Estado Islámico como pasó en Azawad o en partes de Siria o Iraq. Tanto en el primer caso como en el segundo o en una factible unión de ambos, se generaría una situación de emergencia humanitaria en una zona donde ya los organismos internacionales están interviniendo para alimentar a cada vez mayores contingentes de personas a causa de la sequía y el avance de a desertificación. Una emergencia humanitaria que como en el caso de Siria-Iraq vendría complementada con columnas de refugiados huyendo del hambre, los conflictos y en busca de una vida mejor.
Conclusión
Ha pasado mucho tiempo desapercibida la situación de un territorio que se puede considerar el patio trasero de Europa, pero posiblemente estemos en la antesala de una catástrofe sino actuamos pronto y con cabeza. Porque aunque la yihad sea erradicada de Oriente Medio no desaparecerá de la tierra sino que buscará nuevos frentes y el Sahel es el candidato ideal con sus permeables fronteras y gobiernos débiles, así que en cuanto el conflicto sirio entre en vías de solución miles de voluntarios de Al Qaeda y Estado Islámico llegarán en aluvión a resucitar el trabajo inacabado en Azawad. Pero es que aunque no se diese el trasvase de militantes islámicos porque el conflicto en Oriente Medio se dilatase, una cosa tan aleatoria y fuera del control humano como un verano más caluroso de lo normal y/o una sequía prolongada podría provocar una hambruna de mayores proporciones que las actuales, con unos efectos tan devastadores o más que un conflicto interétnico o un enfrentamiento a gran escala entre ejércitos y grupos yihadistas.
Fuentes:
Los verdaderos PanAfricanistas: Yihadistas disuelven fronteras en el Sahel
El Gran Sahel y la región del lago Chad
Degradación ambiental, inestabilidad política y vulnerabilidad social en la región del Sahel, África
Salafismo en el Sahel: lo que Europa se juega
El Sahel, una zona fuera de control
Suscríbete y accede a los nuevos Artículos Exclusivos desde 3,99€
Si escoges nuestro plan DLG Premium anual tendrás también acceso a todos los seminarios de Descifrando la Guerra, incluyendo directos y grabaciones.
Apúntate a nuestra newsletter
Te enviaremos cada semana una selección de los artículos más destacados, para que no te pierdas nada.