Con los resultados en mano ya podemos analizar qué ha ocurrido en Ucrania:
No es nada nuevo, Volodimir Zelensky ha ganado con un 30,24%, Petro Poroshenko ha quedado segundo, con un 15,94%, ambos se jugarán la presidencia en segunda ronda, Yulia Timoshenko ha quedado tercera, 13,39% y Yuri Boiko cuarto, con un 11,67%..Estos cuatro son los principales candidatos que aglutinan más del 70% del voto.
Ahora bien ¿Qué ha supuesto esto?
Lo primero es que las encuestas han logrado un acercamiento a la realidad bastante acertado, así, exceptuando Gritshenko, que se pronosticaba con un entre 9 y 10% del voto, y ha obtenido un 6,91% (quinto), el resto están sobradamente dentro del margen de error.
Para Zelensky los resultados han sido excelentes, ha ganado sin lugar a dudas y ha obtenido porcentajes de voto importantes a lo largo de todo el país, siendo bastante uniforme y predominando en el centro, con la excepción del Óblast de Dnipropetrovsk. Parte con más de 14 puntos de ventaja en la primera vuelta con respecto de Poroshenko, una ventaja muy cómoda.
Para Poroshenko, actual presidente, aunque no ha conseguido acercarse los suficiente a Zelensky como para tener serias posibilidades de remontar esto no significa que no pueda ingeniárselas para ello, ya sea por maniobras políticas durante estas semanas o militares, como por ejemplo ocurriera en noviembre de 2018, buscando un enfrentamiento limitado con Rusia en torno a Crimea, o una escalada en Donbass, aprovechando su posición de poder en el estado. De todas maneras ha conseguido remontar la baja popularidad que poseía a mediados del año pasado, cuando las encuestas no le otorgaban ni el 8% del voto, llegando a estar quinto. Aún puede dar batalla.
Para Timoshenko estas elecciones son la confirmación de un nuevo gran fracaso sin paliativos para su objetivo de ser presidenta, que lleva tratando de lograr desde 2010 infructuosamente. A mediados del año pasado partía con una cómoda ventaja en las encuestas que o bien no ha sabido manejar o ha sido eclipsada por movimientos de sus rivales. Se rumorea que pactará con Zelensky para obtener de nuevo el cargo de primera ministra y le apoyará en la segunda vuelta.
Para Boiko estos resultados son bastante buenos. Hace 5 años él obtuvo un 0,16% del voto y el conjunto de los candidatos ‘Pro-Rusos’ (Dodkin y Rabinovich) un 5%. Esta vez, él ha obtenido un 11,67% y el conjunto de candidatos ‘Pro-Rusos’ un 15,82%. Aun así, este resultado es un tanto amargo por la escisión de su propio partido con Oleksandr Vilkul, que le ha restado un 4,15%, que si no hubiera ocurrido, habrían podido quedar a un exiguo 0,15% de Poroshenko en la segunda plaza.
¿Y para Ucrania?
Por una parte tenemos la confirmación del giro europeísta de Ucrania, ya que de los 8 primeros candidatos, 6 son profundos europeístas y Otanistas. Pero si atendemos a los resultados respecto las pasadas elecciones, los rusofilos han avanzado mucho sus posiciones multiplicando por 3 sus resultados.
También podemos observar que la división este-oeste que aparentemente desapareció en 2014 (había cierta división, así Dobkin, con un 3% obtuvo casi todos sus votos en el este, mientras Timoshenko los obtuvo en el oeste, pero una división mínima) vuelve a resurgir con cierta notoriedad pero manteniéndose el voto pragmático de forma general:
Segunda columna: posición en la que han quedado. Tercera: número de votos.
Se aprecia como Poroshenko, más radical y ‘rusófobo’ tiene una mayor aceptación en el Oeste del país mientras que en el este sus votos se reducen bastante.
Situación opuesta vive Boiko, cuyo salto de voto entre Lugansk y Leópolis es mucho más acusado.
Destacamos también los casos particulares de: Transcarpatia y Chernivtsi, que pese a estar en el oeste, Zelensky ha obtenido unos resultados excelentes por contra de Poroshenko, que está fuerte en el resto del oeste. Esto se debe a que en Transcarpatia hay una importantísima minoría húngara. Así como en Chernivtsi una importante minoría rumana. Aunque el blanco de Poroshenko ha sido Rusia durante su mandato, en general el trato a las minorías ha sido bastante despectivo, haciendo gala de un nacionalismo ucraniano muy excluyente, que ha afectado mucho en ambas regiones e incluso ha provocado disputas diplomáticas con Hungría y Rumanía.
En el caso de Dnipropetrovsk, el Oblast dónde más votos ha tenido Zelensky, seguido de Boiko y tercero Vilkul, sus buenos resultados se explican más bien debido a la prevalencia en la mayoría de ayuntamientos de la región del partido UKROP, el partido de Kolomoisky. Kolomoisky, anterior gobernador del Óblast, se habrá asegurado de que Zelensky arrasa y además Poroshenko obtiene unos resultados paupérrimos solo superados por el Óblast de Lugansk, único lugar donde ha tenido peor resultado.
Conclusiones.
Para expandir: Entre las urnas, las trincheras y el futuro.
Parece que Zelensky va camino a ser el nuevo presidente de Ucrania, con el apoyo de Kolomoisky como una de sus grandes bazas (sus resultados en Dnipropetrovsk, coto privado de este oligarca) para derribar a su gran rival Poroshenko. Con un discurso en términos generales similar al que usó Poroshenko en 2014, hablando de pragmatismo entre la UE y Rusia, pero reconociendo la integridad territorial del país, ha triunfado en todo el país aunque lo cierto es que este discurso, ya sea por desidia (Poroshenko una vez alcanzó la presidencia se radicalizó contra Rusia) o por desconfianza se está desinflando. Como si de un transitorio desde 2014 se tratara poco a poco Ucrania va perdiendo este discurso para volver al régimen permanente de división entre Oeste y Este.
Poroshenko aun así no va a dar la batalla por perdida y tratará de usar todas sus armas para revalidar el cargo. De hecho ya ha acusado a Zelensky de ser alguien incapaz de enfrentarse a Rusia por su cargo de humorista. Existe una seria posibilidad de un evento de carácter militar, como ocurrió ya en noviembre de 2018, ya que Poroshenko ha anunciado repetidas veces la intención de, conjuntamente a una flota de países ‘aliados’ (no especificó cuales) avanzar hacia el estrecho de Kerch para forzar a Rusia a devolver los barcos y marinos capturados entonces. La OTAN ya ha anunciado medidas para fortalecer la flota ucraniana en el mar Negro.
Así mismo una posible ofensiva en el este del país, aunque mucho más improbable, no sería descartable, sobre todo si de cara a la segunda ronda Poroshenko se ve con el agua al cuello. Este tipo de acciones suelen ser bien recibidas en el oeste del país, lugar donde el nacionalismo ucraniano tiene más apoyo, buena parte de este siendo rusófobo.
Timoshenko, que guarda cierta rivalidad con Poroshenko podría optar por apoyar a Zelensky a cambio del ‘premio de consolación’ que correspondería a ser primera ministra.
Es bastante probable que los votantes ‘rusófilos’ que han votado a Boiko y Vilkul voten ahora a Zelensky debido a la actitud estos 5 años de Poroshenko que ha sido bastante beligerante tanto con Rusia como con los rusos y el ruso en Ucrania, por lo tanto preferirían experimentar un cambio a quedarse en la situación actual.
Fuentes: https://www.cvk.gov.ua/pls/vp2019/wp300pt001f01=719.html
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