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Tribalismo e islam: Somalia en el Laberinto

Escrito por Àngel Marrades

KU SOO DHAWOOW SOMALIA

El 12 de Abril de 2017 Estados Unidos desplegaba tropas oficialmente en Somalia por primera vez desde hacía 23 años, bajo el marco de la AFRICOM en misión en el Cuerno de África (CJTF-HOA) para combatir al grupo islamista Al- Shabaab y a su rival por la yihad, el Estado Islámico. Ambos han provocado un cisma en los grupos islamistas locales, entre los partidarios de la yihad global y los que prefieren centrarse en acciones limitadas en la región. Todo esto coincide con una nueva crisis humanitaria que se cierne sobre el país, fruto de sequías que ya han provocando millones de desplazados. Para entender las causas deberemos remontarnos al pasado reciente de Somalia.

Independencia, bloque soviético e interferencia estadounidense

El 26 de Junio de 1960 la Somalia Británica consigue la Independencia, 5 días mas tarde la Somalia Italiana hace lo propio y ambas se fusionan en un solo estado La República de Somalia. Sin embargo la independencia de la joven nación no logró mejorar los estándares de vida mientras la economía se deprimía y el estado colapsaba. Muhammad Siad Barre, general mayor del ejército, influenciado por las ideas marxistas en su paso por entrenamientos con el ejército soviético, da un golpe de estado el 21 de Octubre de 1969 aprovechando el vacío de poder existente tras el asesinato del presidente Abdirashid Ali Shermarke a manos de un guardaespaldas.

Tras el exitoso Golpe, Barre establece relaciones con la Unión Soviética, entre ambos logran mejorar la economía, modernizar el país y crear probablemente el Ejército mas potente de África, pero Barre tomó una serie de decisiones que no contentaron a la URSS:

A nivel interno, no desarrolló un partido único de corte marxista-leninista y permitió una pequeña presencia al sector privado en la economía. Además, una de las decisiones más importantes fue la de incluir preceptos coránicos en las tesis socialistas para ganarse al sector religioso, pero impidiendo que el clero interfiriese en las estructuras del Estado, a quienes reprimió con dureza en cada intromisión. Este Socialismo tolerante con el islam no gustaba a los soviéticos, así que Barre fue virando a tesis maoistas provocando un cisma con la URSS.

No obstante no fueron los únicos desacuerdos ya que Estados Unidos aprovechó esas discrepancias para en plena Guerra Fría tratar de ganar el control del Mar Rojo atrayendo a su influencia a la República de Somalia. Junto con Arabia Saudita presionaron a Barre y le financiaron para que se negara a que la URSS colocase una base de misiles en Berbera aduciendo a la soberanía somalí. Mientras tanto financiaba con apoyo estadounidense al ELF (Frente de Liberación de Eritrea) frente a la República Democrática Popular de Etiopía y URSS. Estas acciones conllevaron a un acercamiento a las monarquías del Golfo Pérsico, con las que Barre tejió lazos diplomáticos y culturales y posteriormente en 1974 ingresó al país en la Liga Árabe provocando el distanciamiento del bloque soviético que culminaría en ruptura con la guerra de Ogaden.

Guerra de Ogaden

Barre influenciado por las ideas nacionalistas de una Gran Somalia que se extendiera por todo el cuerno de África, incluyendo Djibouti, el distrito noreste de Kenia y la región etíope de Ogaden, llevaría a cabo la

Rebeldes Somalies en la región de Ogaden contra Etiopia

invasión de Etiopía, debilitada tras un golpe de estado de corte marxista-leninista (1974) contra el Emperador Haile Selassie, e inmersa en revueltas de las que no se había recuperado. Con apoyo de los movimientos nacionalistas somalíes en Ogaden, la invasión y ocupación del territorio fue fácil, poniendo rápidamente en jaque al gobierno militar.

La grave situación llevó a la URSS a intentar negociar un alto al fuego, pero tras los fracasos se decantaron por apoyar a Etiopía, enviando asesores soviéticos, 15.000 soldados cubanos y 2.000 de la República Democrática Popular de Yemen (Yemen del sur). A pesar de la resistencia somalí en 1978 la ofensiva etíope-cubana expulsó a Somalia de Ogaden. Los grupos nacionalistas somalíes de Ogaden continuaron la resistencia mientras Somalia y Etiopía cesarían las hostilidades.

 

Clanes e Islam

Si bien Somalia es étnica, religiosa y culturalmente homogénea. El país está formado por una sociedad tribal en la cual las 6 principales tribus se dividen en decenas de poderosos clanes, que dividen a la población políticamente. El territorio fue polarizado por estos clanes en las épocas anteriores al colonialismos lo que marcó la relación de la sociedad civil con las potencias coloniales.

Mapa tribal de Somalia

El clan se basa en la filiación paterna o materna igual que en Oriente Medio, pero debido a la alta natalidad tienden a crecer demasiado, lo que conlleva a la aparición de subclanes y linajes que forman confederaciones a través de un acuerdo contractual tradicionalmente oral.

Pese a todo, el papel tradicional del Islam se mantuvo fuera de la escena política aplicándose la sharia solamente en el ámbito familiar, mientras que entre clanes se aplicaba la ley tradicional, el contrato dado entre los grupos. Esto cambió radicalmente con el regreso de estudiantes becados en universidades egipcias y sauditas portadores de las ideas de los Hermanos Musulmanes y el Wahabismo, así el Islam comienza a tener un papel central en la política creándose grupos que serán el germen de los futuros movimientos pan-clanistas de corte yihadista.

El intento de Siad Barre de crear un nacionalismo pan-clanista manteniendo las ideas del socialismo científico junto a una suerte de Islam moderado era ciertamente complicado. Para evitar que el Islam se radicalizara lo más fácil era utilizar a los clanes o la represión estatal. En cuanto a los clanes para derribar la estructura tradicional tribal se aplicaba una política pan-clanista. Estas medidas sin embargo acabaron favoreciendo la unión de los musulmanes bajo grupos salafistas como Wahdat al- Shabaab al- Islaamiyya o al- Jama’a al- Islamiyya.

La caída de Siad Barre

La derrota en la Guerra de Ogaden dejó en mal lugar a Siad Barre y en Abril de 1978, un grupo de oficiales del clan Majeerteen perteneciente a la tribu Darood realizó una intentona golpista fracasada y posteriormente reprimida con dureza. Para realizar las persecuciones a sus rivales políticos Barre dio rienda suelta a su unidad de élite, los Duub Cas (Boinas Rojas), compuesta por el clan Mareehaan también de la tribu Darood, el mismo al que pertenecía el presidente y comandado por Said Morgan, hijo político de Barre.

Yusuf Ahmed líder golpista consiguió escapar a Etiopía desde donde articuló un grupo armado opositor el Frente Democrático de Salvación Somalí (SSDF), que con apoyó del movimiento comunista etíope consiguió hacer frente al ejército somalí. La represión contra la tribu Isaaq en 1988 tuvo como consecuencia de que estos tomasen las armas creando el Movimiento Nacional Somalí (SNM) con respaldo etíope. Los combates pronto escalaron y en 1988 la campaña de persecución sistemática contra los Isaaq fue calificada por Naciones Unidas de genocidio, contabilizándose entre 50,000-100,000 muertos obligando a Estados Unidos aliado de Barre hasta el momento a congelar la financiación.

Forenses peruanos asisten a una exhumación de cadaveres Isaaq

Este aislamiento le llevo a realizar numerosas purgas internas a mandos intermedios que no le parecían de confianza, tanto en el ejército como a funcionarios del gobierno. Error que le llevaría a su caída ya que la tribu Hawiye aliada, había ocupado tradicionalmente esos cargos en la administración, y los empujo a crear el Congreso Unido Somalí (USC), los pocos leales a Barre no pudieron hacer frente a 3 guerras simultaneas. Tras la derrota de los Duub Cas en 1991 el gobierno colapsó, el ejército abandonó al presidente; el 26 de enero de 1991 Siad Barre escapó de Mogadiscio. Con su caída, cada clan trató de tomar todo el poder posible en torno a sus Señores de la Guerra; siendo particularmente relevantes los Majeerten, que bajo el SSDF, junto a otros subclanes del linaje Darood establecieron el estado autónomo de Puntlandia y los Isaaq proclamaron la independencia bajo un estado de facto independiente hasta hoy en día: Somalilandia.

Germina la semilla de los Movimientos Islamistas

La derrota en la guerra contra Etiopía provocó que Barre tuviese que cortar la financiación de los grupos nacionalistas de Ogaden, quienes a falta de patrón tuvieron que acudir a la financiación saudita, lo que entierra el nacionalismo y lo sustituye unicamente por el islamismo, este hecho junto a la llegada de estudiantes islamistas procedentes de Arabia Saudita germina con el nacimiento de varios grupos islamistas:

Infográfico sobre la transformación de las milicias somalies del Nacionalismo al islamismo

Al- Ittihad al- Islamiyya fue un grupo de corte yihadista creado con la fusión de los grupos islamistas Wahdat al- Shabaab al- Islaamiyya y al- Jama’a al- Islamiyya. Con la financiación directa de hombres de negocios Sauditas y las aportaciones de Osama Bin Laden quien envió a cientos de expertos extranjeros de la yihad para entrenar a miembros de clanes somalíes y etíopes principalmente a los Ogaden. El grupo participó en los atentados contra la Embajada de EEUU de Nairobi (Kenia) y tuvo un rol importante en la creación de los Tribunales Islámicos que mas tarde generarían la Unión de los Tribunales Islámicos (UTI).

Guerra Civil

Con la derrota de Barre, la República se sume en un caos del que jamas se recuperaría. La división es tal que se forman hasta 27 facciones armadas, de entre las cuales destacan 4:

Principales facciones en Somalia tras la caida de Barre

Congreso Unido Somalí (USC) liderado por Ali Mahdi Mohamed y formado por el Clan Hawiye, aliado a SDM/SAMO/SPM, controlando Mogadiscio y la costa central/sur del país.

Frente Nacional Somalí (SNF) dirigido por Said Morgan ‘El Carnicero de Hargeysia’ compuesto por leales a Barre y los remanentes del ejército, el núcleo duro era el clan Mareehaan, establecidos en la zona central y sur del interior.

Frente Democrático de Salvación Somalí (SSDF), comandado por Yusuf Ahmed, el grueso estaba formado por los Majerteen, dominando el Noroeste.

Movimiento Nacional Somalí (SNM), con Ahmad Mahammad Culaid al frente y formado por los Isaaq y aliado a USF/SDA dominaban la mitad noroeste.

Ali Mahdi Mohamed, líder político del USC, aprovechando el vacío de poder dejado por Barre se autoproclamó presidente en 1991 anunciando un Gobierno Interino. Las facciones rivales no aceptaron esta proclamación unilateral que incluso fue despreciada por un grupo de sus partidarios dirigidos por el General Mohamed Farrah Aidid, lo que finalizaría en escisión.

En julio de 1991 Ali Mahdi consiguió convocar una conferencia en Djibouti donde fue elegido como Presidente interino para un periodo de dos años, requisito indispensable para recibir el apoyo de la Comunidad Internacional y rápidamente fue reconocido como presidente por Djibouti, Italia, Egipto y Arabia Saudí. Aidid boicoteó la conferencia e inició enfrentamientos armados que tras cuatro meses se congelaron con un precario alto al fuego donde se establecieron áreas de influencia.

Los enfrentamientos habían provocado un éxodo de personas del clan Daarood de las inmediaciones de Mogadiscio hacía el puerto de Kismaayo, territorio controlado por los islamistas de AIAI. Ante esta situación Hersi ‘El Turco’ líder de la organización, pidió una acción militar. A la que Aidid respondió con contundencia derrotando a los islamistas y obligándoles a huir a la fronteriza Ogaden.

La ONU en Somalia

En 1992 las Naciones Unidas intentan finalizar con el caos para ello se centran en enviar ayuda humanitaria y apoyar el dialogo exigiendo una solución regional. Para facilitar la tarea impone un embargo de armas (UN res. 733) y un alto el fuego (UN res. 746) además de enviar Cascos Azules de la Unión Africana (UN res. 751). La primera misión de la ONU sobre el terreno sería la UNOSOM I (UN res. 767). Algunos elementos de la sociedad somalí rechazaron de manera vehemente lo que veían como una injerencia a su soberanía, tomando acciones contra los convoyes de ayuda humanitaria, Aidid fue especialmente agresivo hacia las fuerzas de paz pues las veía como un apoyo a Ali Mahdi tras su reconocimiento internacional.

El problema de las fuerzas de la UNOSOM es que no tenían la capacidad de tomar parte en el conflicto de forma directa, al usar a intermediarios la información llegaba a los señores de la guerra y repelían los combates fácilmente. Ante esta situación, Estados Unidos se ofrece para liderar una fuerza multinacional bajo su liderazgo, la United Task Force (UNITAF), conocida también como la operación ‘Restaurar la Esperanza, que sería aprobada en diciembre de 1992 para asumir el papel de la UNOSOM I ante la ineficacia de esta (UN res. 794). Esta misión estaría capacitada para realizar ataques en busca del mantenimiento de la paz con el auspicio del Capítulo VII de la Carta de la Naciones Unidas y serviría de transición hasta la aprobación de la UNOSOM II en mayo de 1993 (UN res. 814).

El asesinato de 24 soldados pakistaníes fue la coartada esgrimida para iniciar una petición de captura de Aidid, por parte de la ONU (UN res. 837), una vez aprobada, soldados italianos, canadienses y estadounidenses entre otros iniciaron acciones armadas contra su clan, alcanzando el clímax en la 1ª Batalla de Mogadiscio, que consistía en capturar a Aidid y sus lugartenientes mientras estaban reunidos. Las fuerzas especiales fallaron y la misión se convirtió en un desastre retratado en la conocida película Black Hawk Derribado.

Desalojo de los ocupantes de uno de los helicopteros Black Hawk

Las imágenes retransmitidas por la CNN, en las que se mostraron a soldados estadounidenses siendo arrastrados por las calles de Mogadiscio, culminaron en el fulminante anuncio del Presidente Bill Clinton retirando a las fuerzas estadounidenses en territorio somalí. La salida de EEUU se hizo efectiva el 3 de marzo de 1994 y tras la Resolución 954 en noviembre UNOSOM II se disolvió el 31 de marzo de 1995, quedando fuera de Somalia toda fuerza de la ONU.

En junio de 1995 Farrah Aidid se auto proclama presidente pero su segundo, Ali Atto, se rebela contra tal decisión aliándose con Ali Mahdi y logran matarlo. Su clan elige a su hijo Hussein Farrah Aidid como nuevo líder. Quien había emigrado a USA en 1981 con 17 años y pertenecido a los marines en 1987 con quienes sirvió en Somalia en la operación “Restaurar la Esperanza, donde sirvió como traductor, lo que le sirvió para ser tildado como traidor por parte de la sociedad. Con 30 años acudió a la llamada de su clan y tras conversaciones con la ONU y el Gobierno de Transición, firmó la Declaración del Cairo renunciando a su título en 1997, Ali Mahdi y él formaron un plan de paz compartiendo el poder sobre Mogadiscio.

Con la Conferencia de Paz de Djibouti, realizada el 20 de abril del 2000, se decidió crear un Gobierno Nacional de Transición. Tras varios desacuerdos en 2004 se celebró la Conferencia de Nairobi, en la que se acordó un Gobierno Federal de Transición. El Parlamento eligió en este caso a Yusuf Ahmed quien había dado un golpe de estado fallido contra Barre y en ese momento presidente de Puntlandia.

AIAI crece a la sombra de la ONU

Durante el periodo en el que la ONU luchó contra los señores de la guerra, y principalmente contra Aidid, Al-Ittihad Al-Islamiyya se benefició apoyando las acciones de la UNOSOM consiguiendo ganar terreno e influencia sobre más clanes.

Bandera de Al-Ittihad Al-Islamiyya

El grupo proporcionó escoltas de seguridad para la operación a cambio recibieron grandes pagos por los servicios prestados. Cuando la UNOSOM se fue del país había dejado una red de empresarios y ONG’s para ayudar a la reconstrucción que los islamistas controlaron con facilidad. Con esto pasaron de ser casi exterminados por Adidi a desplegar un gran poderío militar, religioso y económico, que utilizaron para ofrecer sus servicios a aquellos clanes que buscaban estabilizar su zona, a cambio se reservaban la potestad de establecer tribunales de la sharia, que actuarían como soporte legal. Los tribunales islámicos se establecerían con fuerza en Mogadiscio en la zona controlada por Ali Mahdi.

El auge de los tribunales Islámicos

En el 2000 pese a la creación del Gobierno Federal de Transición la anarquía reinaba en el país, tal era la virulencia que en su mayor parte se intentaba gobernar desde Nairobi (Kenia). La falta de instituciones estatales acarreó que los Tribunales Islámicos se convirtieran en la autoridad de la sociedad. Su expansión fue exponencial cada año, aprovechando su elemento estabilizador se convirtieron en el principal sistema judicial del país. Con el tiempo asumieron nuevas competencias en educación, sanidad o policía local. Los empresarios locales también solicitaban sus servicios quienes le prestaban cobertura para poder desarrollarse.

Los tribunales eran independientes unos de otros, siendo incluso contradictorios pues cada uno aplicaba la ley de la sharia con una interpretación más o menos estricta. Cuando fueron conscientes de su fuerza individual vieron la oportunidad de marcar la diferencia uniendo fuerzas, formando ese mismo año la Unión de Tribunales Islámicos (UTI), herramienta que además desactivaba el monopolio tribal. En 2004 perfilan un líder: Sharif Sheikh Ahmed.

Unión de los Tribunales Islámicos durante un juicio

Ahmed reforma la estructura de la UTI para crear un proto-estado que tenga la posibilidad de gestionar la vida de la ciudadanía, teniendo además una clara división de poderes delimitada. El Tribunal Supremo Islámico, presidido personalmente por Sharif Sheikh, se encarga de las cuestiones más amplias, las relaciones con otros grupos y el comando de las fuerzas armadas. Un Consejo Consultivo de la Shura, presidido por Hassan Aweys, que aprueba las decisiones tomadas por el Tribunal Supremo Islámico. Por debajo se encuentran los Tribunales Regionales que se encargan de los asuntos civiles y la vida cotidiana. Aden Ayro se ocupó del brazo militar, Harakat al- Shabaab (Movimiento de los Jóvenes).

Sharif Ahmed afirmaba que su objetivos era el restablecimiento del orden después de años de violencia, traer la justicia social y combatir la injusticia, aunque sus dos grandes obsesiones eran la salida de las tropas extranjeras y la implementación de la Sharia como principal fuente de ley. Una de las grandes victorias que se les puede atribuir es la reducción y casi destrucción de la piratería. Esto es gracias a dos factores, dar una mejora en las condiciones de vida, un incremento en las salidas laborales, y patrullar las costas evitando tanto la piratería local como la explotación extranjera sobre los recursos pesqueros.

El regreso a la guerra

En 2006 la UIC comienza su ofensiva militar, frente a la cual los señores de la guerra crean la Alianza por la Restauración de la Paz y Contra el Terrorismo (ARPCT), y aprovecharon el miedo de Washington a que Al- Qaeda se extendiera al país para recibir financiación de la CIA. Tras la segunda batalla de Mogadiscio los tribunales controlan la ciudad, restablecen el orden y reabren el aeropuerto internacional y el puerto, cerrados desde 1995, además se expanden por la mitad del territorio nacional.

Ante la amenaza, Etiopía interviene en el país apoyando al Gobierno Federal Transitorio, y pese al apoyo de Eritrea en forma de suministros, armas, asesores y financiación a los islamistas. Estos son derrotados por los etíopes. Tras la derrota las cortes se disuelven y la mayoría de sus líderes pactan una representación en el congreso y una hoja de ruta.

Sharif Ahmed sería amnistiado y en 2009 elegido como nuevo presidente, ya que era visto como una figura de reconciliación y estabilidad.

Nace al-Shabaab

Un conglomerado de miembros de las UTI ve el acuerdo de Sharif Ahmed como una traición, lo que lleva a su ala militar a la escisión y fusionarse con grupos islamistas independientes, fundando el grupo fundamentalista de Harakat al-Shabaab al-Mujahideen (Movimiento de los Jóvenes Combatientes Musulmanes) bajo el liderazgo de Ali Zubeyr ‘Godane’. En 2012 juraron lealtad a al-Qaeda pese a que la relación ya venia de lejos, estrecharon lazos a través de Yemen y su filial al-Qaeda en la Península Arábiga (AQAP). Gracias a esta alianza obtendría mayor financiación del exterior y combatientes mujahideen extranjeros.

Convoy de al-Shabaab

Este grupo no busca simplemente el establecimiento de un estado somalí islámico ni la gran Somalia, sino que desea un Califato Islámico en el Cuerno de África, amenazando a toda la región. Para ello golpean como una guerrilla, traspasando las fronteras de los países vecinos atentando en Kenia, Etiopía y Djibouti. Además modernizó sus métodos de reclutamiento frente a sus rivales comenzando a utilizar redes sociales como Twitter o publicando elaborados vídeos a través de su agencia Al- Katāi’b.

Desde 2007 la Unión Africana se ha establecido en Somalia como apoyo del Gobierno Federal Transitorio desplegando soldados de Uganda, Burundi, Kenia, Etiopía y Djibouti bajo la misión de la AMISON, su principal tarea es la de mantener la paz y frenar al grupo terrorista. Lo que ha generado represalias a modo de atentado en lugares tan lejanos como la Universidad de Garissa (Kenia), donde asesinaron a 151 personas por no ser musulmanes o Uganda acabando con la vida de 78 personas por mirar el Mundial de Fútbol. Estos atentados han llevado a Kenia a iniciar la Operación Linda Nchi, que culminó en 2012 con la expulsión de los yihadistas de varias ciudades incluída Baidoa y partes de Mogadisio.

Soldados Keniatas entran en Somalia

Al-Shabaab en 2015 ha tenido que afrontar el cisma por el liderazgo de la Yihad global entre Al-Qaeda y el Estado Islámico. Pese a las reiteradas peticiones de fidelidad de ISIL, Ahmad Umar su nuevo lider rechazó la oferta y dio caza a cualquier disidencia; hasta que varias deserciones del grupo juraron lealtad a Bagdadi bajo el nombre de Estado Islámico en Somalia, estableciéndose en la región de Puntlandia, lejos de la influencia de la rama principal de Al-Shabaab.

Por el momento la Yihad Somalí se decanta por al Qaeda. Para establecer una comparativa el ISS cuenta con una precaria fuerza de 300 combatientes, Al- Shabaab sin embargo unos 7000-9000.

Estados Unidos tropieza en la misma piedra otra vez

Ante la situación del Cuerno de África, y tras la elección de Donald Trump, fuerzas especiales estadounidenses han sido desplegadas en el país africano con la intención de acabar con los grupos terroristas de la región. Esto se enmarca dentro de la nueva visión política de la nueva administración de la Casa Blanca sobre la lucha contra el yihadismo, en la cual los mandos militares tienen mayor libertad de actuación. Junto a este despliegue cabe destacar dos acciones tomadas por Estados Unidos, el renovado veto migratorio, el 25 de septiembre de 2017, que incluye a Somalia. Y la reunión celebrada con el Primer Ministro Hassan Ali Khayre, que reafirmó el apoyo de Estados Unidos para derrotar a Al-Shabaab e ISS.

Conclusiones

Somalia no es la única amenazada, el problema va más allá de sus fronteras. Las células de las futuras organizaciones yihadistas están plantadas alrededor de África Oriental, tanto en el Cuerno de África como en la región de los Grandes Lagos con fuerte presencia cristiana, terreno fértil para generar polarización entre la población.

Estos factores, sumados a la crisis humanitaria que vive la región generarán sin duda un auge del extremismo islámico. Ya en 2011-2012 una crisis similar a esta dejó a millones de desplazados, la mayor parte del ganado muerto y a la mitad de la población de Somalia pasando hambre traduciéndose en un aumento significativo del reclutamiento a las filas de Al- Shabaab. Una situación similar sería catastrófica, pudiendo empeorar si la epidemia del cólera en Yemen se extendiese al país. También deben ser cuidadosas las ONG, y quienes en general suministren ayuda humanitaria al país, pues tanto en los 90’ como en 2011 esta fue a parar a manos de los grupos yihadistas que las utilizan para extorsionar a la población.

La piratería es otro factor de riesgo, se deben arrebatar las áreas costeras a la insurgencia, y crear un grupo de guardacostas que se ocupé tanto de los piratas regionales como de las empresas y países que ilegalmente faenan en aguas del país o vierten residuos tóxicos sobre sus costas a cambio de pagos a los políticos.

Estas problemáticas urgen de una solución regional que implique a todos los países vecinos para darle una solución sostenible y duradera. A su vez, si Estados Unidos quiere resolver el conflicto y crear un país con capacidades para desarrollarse, que pueda enfrentar a los extremistas, la solución militar no es suficiente. Somalia debe desarrollar infraestructuras, explotar sus recursos, tener control efectivo sobre su territorio terrestre y marítimo, y lo más importante, dar tanto salidas a su población como las ayudas sociales necesarias para crear expectativas de vida dignas.

Mientras tanto, Somalia permanecerá atrapada en el laberinto.

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