Crisis política y nuevo gobierno en Italia, suena a redundancia, pero ahí lo tenemos. El experimento del gobierno de centroizquierda dirigido por Conte ha llegado a su fin. El líder de Italia Viva, Matteo Renzi, se ha cobrado su vendetta, provocando una crisis de gobierno que ha terminado con la llegada del ex Presidente del Banco Europeo, Mario Draghi. Este nuevo ejecutivo tendrá la misión de gestionar los fondos europeos y de capear el temporal de la crisis que ha dejado la pandemia del coronavirus. La pregunta es ¿cuánto durará este nuevo gobierno?
La caída de Giuseppe Conte
Los últimos años de la política italiana tienen un nombre propio, Matteo Renzi, el otrora alcalde de la ciudad de Florencia. Los últimos gobiernos transalpinos llevan su firma, recordemos que tras el referéndum sobre la reforma constitucional de 2016, Matteo Renzi decide dimitir como Primer Ministro del país. Esto derivó en las elecciones de 2018, tras el intervalo del gobierno de Gentiloni, en las que el Movimento 5 Stelle (M5S) sería el partido más votado, superando al Partido Democrático (PD) y a la Lega que consiguió un gran ascenso. Todo parecía indicar que se podría formar un gobierno M5S-PD, sin embargo, Renzi, en ese momento líder del PD, decide impedirlo, lo que fuerza al M5S a formar un ejecutivo con la Lega, en el Primer Gobierno de Conte, siendo una fórmula inédita en Europa.
Tras un poco más de un año de gobierno, Matteo Salvini, entonces Ministro de Interior y líder de la Lega, decide romper el ejecutivo ¿por qué? Su estancia como ministro se había mostrado muy fructífera, ya que las encuestas en verano del 2019 le catapultaban como primera intención de voto, con más del 30%. Salvini se veía fuerte y quería forzar la apuesta. Sin embargo, para su desgracia, Renzi decide permitir lo que en 2018 vetó, la formación de un ejecutivo del M5S con el PD, naciendo así el Segundo Gobierno de Conte.
Bajo este nuevo gobierno, la figura del Primer Ministro, Giuseppe Conte, empieza a brillar, tras ser eclipsado en la anterior legislatura por Salvini. Sin dudas, la gestión de la crisis del coronavirus convirtió a Conte en un líder político. Su defensa del Fondo de Recuperación en los distintos Consejos Europeos, y sus tomas y dacas con el Primer Ministro holandés Mark Rutte, le granjearon un aura de hombre de estado en Italia.
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En el momento más álgido de la carrera de Conte, Renzi decide cobrarse su venganza. A mediados de enero, el líder de Italia Viva, anuncia la dimisión de sus ministros del gobierno de coalición PD-M5S. Esto se produce tras varias amenazas de Renzi, que la opinión pública italiana leyó como una petición de más influencia del ex alcalde florentino en el Ejecutivo. Renzi, con apenas un puñado de senadores decide dinamitar el gobierno. La principal razón esgrimida por el ex Primer Ministro fue la gestión del Plan de Recuperación del gobierno, financiado con 200.000 millones de euros del fondo europeo de recuperación pos-coronavirus, al no ser “suficientemente ambicioso”. Renzi declaró, “no voy a ser cómplice del mayor derroche de la historia de la república”, lo que le sirvió para criticar el “estilo cesarista” del Primer Ministro Conte.
Tras el movimiento de Renzi, Conte necesitaba el apoyo de 13 senadores para poder seguir adelante, tras reunirse con el Presidente de la República, Sergio Matarella, el Primer Ministro intenta salvar la crisis. Tras ganar dos votaciones, en el Parlamento y en el Senado, y no conseguir la mayoría absoluta “para un gobierno estable” tal y como le pidió Matarella, Conte decide dimitir de su cargo. El objetivo en este caso, sería la formación de un tercer gobierno tras conseguir nuevos apoyos, o incluso volver a convencer a Renzi. Sin embargo, Conte fracasa en su intento de conseguir una mayoría parlamentaria, cae el Gobierno, Renzi sonríe.
Ante esta nueva situación de inestabilidad política en el país, el Presidente Matarella decide sacar de su baraja la carta de Mario Draghi, la apuesta es clara, un gobierno tecnócrata liderado por él, o elecciones. El expresidente del Banco Central Europeo, tras reunirse con Matarella, acepta el encargo para intentar formar un gobierno. La noticia es recibida con alegría en Europa y en las élites italianas, de hecho, se podría decir que es una apuesta de las últimas. El Partido Demócrata (PD), la Forza Italia de Silvio Berlusconi e Italia Viva de Matteo Renzi, confirman su apoyo a un ejecutivo liderado por Mario Draghi, no había dudas a este respecto.
Mario Draghi es una figura muy respetada y valorada tanto en Europa como en Italia, su “whatever it takes” que “salva” el euro en 2012 es su marca más reconocible en el panorama político. Hay que tener en cuenta que un personaje como Draghi, en un país muy dado a las crisis políticas como es Italia, representa la imagen del tecnócrata “que no busca la poltrona” y del buen gestor. Como apunta el periodista Nacho Alarcón, Mario Draghi, es una figura paternal en Italia, una persona que viene a salvar al país del caos político, en uno de los momentos más cruciales, en plena crisis del coronavirus. Un hombre que refuerza la imagen de Italia en el exterior.
La política italiana siempre sorprende
El viernes, Mario Draghi presentaba a su gabinete de Ministros tras certificar con Matarella el apoyo de la mayoría del arco parlamentario italiano. Finalmente, Draghi elige una forma mixta de Ejecutivo, con 15 políticos de todos los partidos, menos Hermanos de Italia, y 10 técnicos. El nuevo Primer Ministro se ha encargado de poner a gente de su confianza a cargo de Ministerios clave, es el caso de la cartera de Economía, que recae en el director general del Banco de Italia, Daniele Franco, para el Ministerio de Innovación Tecnológica y Transición Digital, Draghi elige al al exconsejero delegado de Vodafone, Vittorio Colao.
Cabe destacar que la figura política más importante en el nuevo gabinete es Luigi Di Maio, de M5S, que vuelve a repetir como Ministro de Asuntos Exteriores. Quizás es destacable la elección de Giancarlo Giorgetti, número dos de la Lega, como Ministro de Desarrollo Económico, cartera que será muy próxima a Draghi.
Como bien vemos el M5S vuelve a formar parte de un gobierno, ya van tres ejecutivos seguidos del partido “protesta” que creció en el calor del último gobierno técnico, el de Monti. Actualmente, el M5S tiene un papel difícil, la formación amarilla llegó al panorama italiano con el objetivo de “renovar” la política, sin embargo su política de pactos ha sido muy irregular. Primero gobierna con la Lega, recordemos, un partido independentista del norte de Italia, ahora convertido en una formación transversal, pero los orígenes siempre son importantes. Segundo, gobierno con el PD, el partido conocido por ser el “establishment”, el cual venían a combatir. Y tercero, el nuevo gobierno de Mario Draghi, otra figura de la élite italiana. Todos estos movimientos se han traducido en una bajada muy sustancial en las encuestas (ahora mismo están como cuarta fuerza) y multitud de luchas internas. El partido está dividido, como queda demostrado tras la consulta a sus bases sobre la intención de voto que debería tomar el partido ante el ejecutivo de Draghi, solo el 56% votó a favor. Sin un líder, el M5S queda a la deriva, aún así, este podría ser el momento para que Giuseppe Conte, huérfano político, tome las riendas del partido, después de todo el ex Primer Ministro sigue teniendo capital político.
Otro giro “sorprende” ha sido el de la Lega, dando apoyo a Mario Draghi, parece que se consuma el nuevo enfoque “europeísta” que toma Salvini, un hombre que hasta hace bien poco llevaba camisetas contra el euro. La Lega ha escogido un camino pragmático, la irrupción del partido de extrema derecha Hermanos de Italia, les ha hecho perder muchos apoyos en las encuestas, por tanto, unas elecciones ahora mismo no le serían del todo beneficiosas. Además Mario Draghi es bien percibido en el norte de Italia, (en especial las élites) de donde viene la masa de votantes de la Lega. Otro factor a tener en cuenta, es la posición errática que ha llevado a cabo en los últimos tiempos Salvini en la oposición, quizás, entrando al gobierno pretendan dar al partido un aire de “formación de Estado”. En cualquier caso, la noticia de la decisión de la Lega ha sentado muy bien en los despachos de Bruselas.
Por lo tanto, solo tenemos a un partido en la oposición italiana, a Hermanos de Italia, formación política que ha experimentado un crecimiento sustancial en los últimos meses. La líder Meloni ha decidido jugar la posición de la protesta, si finalmente la carta de Draghi se muestra como un fracaso, el partido de de extrema derecha conseguirá sacar réditos políticos importantes.
De momento, el gobierno de Draghi tiene un horizonte de dos años, con el objetivo claro de gestionar los fondos europeos de la mejor manera y activar la recuperación económica post coronavirus. Alguno compara el anterior gobierno tecnocrático de Monti con el actual, pero no es el caso, Monti vino para recortar en los peores años de la crisis de 2008, el nuevo ejecutivo tiene a su disposición 200.000 millones de euros para gastar, la diferencia es sustancial. En cualquier caso, Draghi tendrá que enfrentarse al desgaste de quien ocupa la silla del líder de Italia, la inestabilidad política es un hecho, y él puede ser la nueva víctima. También queda por ver el apoyo que tiene de verdad este nuevo ejecutivo, Italia es un país dividido entre un norte próspero e industrial, entusiasmado por la llegada del tecnócrata, y un sur deprimido, muy afectado por la crisis.
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