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Le Pen vs Zemmour, primaria en la extrema derecha francesa

La candidatura del polemista Eric Zemmour ha revolucionado el campo de la derecha francesa. Marine Le Pen, que veía asegurada su pase a segunda vuelta ha encontrado en Zemmour un duro competidor en su espacio. Mítines masivos cruzados, discursos similares y deserciones de miembros es la tónica de esta batalla ¿quién conseguirá ganarla? ¿Qué diferencia a Zemmour de Le Pen?

La campaña de Eric Zemmour

El 30 de noviembre, finalmente, Eric Zemmour proclamaba su candidatura oficial para las presidenciales francesas. Bajo una escenarística que recordaba a Charles de Gaulle, el polemista prometía “salvar a Francia”. Zemmour anunciaba así la creación de su partido Reconquista con el objetivo de devolver a Francia al sitio que merece.

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Durante meses, la campaña francesa se ha centrado en el marco de Zemmour y Le Pen, sobre todo el primero, es decir, seguridad e inmigración principalmente. Y es que Zemmour ofrece “soluciones drásticas” para esta “problemática” francesa; Cero inmigración, acabar con la “ideología LGTB” en las escuelas, ayudas a las empresas francesas y bajar cotizaciones sociales a trabajadores.

Zemmour aparece como un hombre providencial que debe de salvar a la derecha decadente. Es un hombre que tiene que dar un paso adelante. El polemista ataca la “desdiabolización” de Le Pen asegurando además que la candidata de Reagrupamiento Nacional ha demostrado que no puede ganar. Zemmour viene para crear una “nueva dinámica” para reconfigurar el campo de la derecha. En ese sentido es interesante destacar la exaltación en sus mítines, donde prolifera además la juventud, en definitiva, hay mucho más ambiente que en las movilizaciones de Le Pen. Zemmour es además idolatrado por sus militantes, es visto como una figura dotada de gran inteligencia y cultura.

Mitin de Eric Zemmour en Villepinte. Vía L’ Express.

Es destacable apuntar la importancia que ha tenido en la campaña de Zemmour el masivo mitin de Lille a principios de febrero. Por primera vez, el polemista abandonó el discurso monotemático sobre inmigración y seguridad, para centrarse en hablar del poder adquisitivo. Este cambio quizá fue debido a un deseo de empujar su candidatura en las encuestas, aprovechando la inflación y los precios de la energía como ancla para ganar más adeptos.

En Lille, Zemmour buscó hablar a la “Francia olvidada”, a los obreros y trabajadores pobres, uno de los núcleos en el electorado de Le Pen, además en una región donde Reagrupamiento Nacional tiene mucha fuerza. El candidato de ultraderecha basó su discurso en el “poder adquisitivo, el trabajo y el mérito”. El hilo conductor del mismo narraba como los trabajadores franceses han visto empeorar su situación económico-social debido a los inmigrantes musulmanes. Zemmour llegaría destacar que en Francia se cambian fábricas con mezquitas. Zemmour llegaría a mencionar la teoría del “gran desclasamiento” social de los franceses, expresión copiada a Marion Marechal.

¿Qué soluciones propone Zemmour a estos problemas? ¿Cómo pretende devolver el poder adquisitivo a los franceses? básicamente dejar de subvencionar a los inmigrantes “que no trabajan”, cortarles las ayudas médicas del Estado, quitar la financiación a las cárceles donde estén estos. A cambio los franceses recibirían un “bono cargo cero” que pagaría el empleador al trabajador “sin impuesto ni carga alguna” y que podría representar “hasta tres meses de salario neto”. En resumen, el objetivo es cortar a los extranjeros toda ayuda pública y expulsarles del país para “devolver a los franceses el pan y trabajo que les han robado”.

A pesar de los esfuerzos de Zemmour por intentar dar más profundidad a su discurso, lo cierto es que sigue prefiriendo una campaña basada en el marco inmigración-inseguridad donde se siente más cómodo. Le Pen es mucho más competitiva en el tema social, lleva cimentando su discurso de “chovinismo del bienestar” estatalista desde hace años, lo que le ha permitido cimentar una base sólida más popular. Las propuestas de Zemmour en materia económica-social se basan más en las recetas de la derecha clásica; menos impuestos y bajada del gasto social. Puede que Zemmour no consiga disputarle ese terreno a Le Pen, pero necesita aumentar su base social para así conseguir llegar a la segunda vuelta.

En ese sentido, desde hace meses Zemmour ha multiplicado sus desplazamientos a la Francia rural, con el objetivo de ganar más votos y romper de paso su imagen de “intelectual parisino”. No parece que el polemista vaya a tener mucho éxito, su figura es muy difícil que se vincule a las demandas del campo francés. Sus medidas de hecho parece que no van a ser muy populares ¿cómo revitalizar el medio rural? Zemmour como medida estrella propone una bonificación de 10.000 euros por “cada nuevo nacimiento en el medio rural”. Claro está, con la condición de que la familia beneficiaria sea de nacionalidad francesa y esté establecida desde al menos hace dos años en el país.

La invasión de Ucrania por Rusia ha supuesto también un revés para la campaña de ambos candidatos de la extrema derecha, pero especialmente para Eric Zemmour ¿por qué? Principalmente por los halagos pasados del polemista al Presidente de Rusia, Vladimir Putin. De hecho, Zemmour llegaría a pedir hace unos años un Putin francés para Francia. Más allá de eso, el tema de la invasión rusa ha eclipsado el marco inmigración-seguridad en Francia que tantos réditos estaba dando a la extrema derecha. También cabría señalar las denuncias de los presuntos vínculos de Marine Le Pen y su partido con el Kremlin, sobre todo en lo referente a la financiación de Reagrupamiento Nacional.

La guerra en Ucrania además ha puesto sobre la mesa nuevamente el papel de una Unión Europea más geopolítica revitalizando de paso la OTAN. Algo que daña a las propuestas en política exterior tanto de Le Pen como de Zemmour (calcadas prácticamente); oposición a la integración europea, abandono del mando único de la OTAN, Francia como potencia que tiene buenas relaciones con Rusia, y mira de tú a tú a China y Estados Unidos. En el contexto actual, el conflicto ruso-ucraniano parece que a quien más beneficia es al Presidente Emmanuel Macron.

Trasvase de partidarios

Desde el comienzo de la campaña, Eric Zemmour se ha ido nutriendo de miembros de Reagrupamiento Nacional, una opa hostil en toda regla con el objetivo de debilitar a la candidatura de Marine Le Pen. Las figuras más destacadas han sido el senador Stéphane Ravier, (admirador de Jean Marie Le Pen), el eurodiputado y muy apreciado por los militantes Nicolas Bay y por supuesto Marion Marechal, sobrina de Le Pen. Eric Zemmour ha sabido explotar las tensiones dentro de RN, el polemista ha buscado ahondar la fractura ideológica que ha creado Le Pen en su partido tras la estrategia de desdiabolización.

Los primeros en desertar de Reagrupamiento Nacional fueron los eurodiputados Jérôme Rivière y Gilbert Collard, figuras políticas no tan importantes, pero no por ello fue un movimiento despreciable ya que ellos marcaron el paso para los siguientes. Stéphane Ravier y Nicolas Bay se unirían después a los rangos de Zemmour, ambos, perfiles históricos de RN y con un CV prestigioso en el partido. Siendo Ravier el único senador del partido y Bay como antiguo secretario general de la formación de extrema derecha. “De ahora en adelante doy mi apoyo a Eric Zemmour en esta campaña presidencial porque estoy convencido de que él es el verdadero unificador”, declararía Ravier en Europe 1. Por su parte Bay antes de unirse oficialmente al partido de Zemmour, Reconquista, sería suspendido de RN acusado de mandar información privilegiada.

Sin embargo, el anuncio más importante sería la declaración de apoyo oficial de Marion Marechal a Eric Zemmour. El polemista se marcaría un tanto importante con la inclusión de Marechal, el objetivo, tener un perfil más “tranquilizador” para movilizar a su favor al electorado de derechas. Marechal representa una línea igual de radical que Zemmour, una vuelta a las raíces conservadores, cristianas que rechaza el matrimonio homosexual, preocupada por la inmigración musulmana y “el fin de la civilización occidental”.

Durante meses, los rumores del apoyo de Marechal a Zemmour fueron múltiples, tampoco extrañó, por las fuertes divisiones tanto estratégicas como políticas entre ella y su tía Marine Le Pen. La cuestión es que hacía años que Marechal ya no estaba en RN, aun así, sigue teniendo influencia dentro del partido. A pesar de que Le Pen se encargó de purgar a todos los partidarios de Marechal de RN, algo que denunció en su declaración oficial de apoyo a Zemmour.

Marion Marechal y Eric Zemmour en un mitin en Toulon.

Marion Marechal como representante del campo católico conservador busca la unión de las derechas, uno de los principales objetivos que tiene en mente Eric Zemmour. Uno de los momentos clave de la separación entre Le Pen y Marechal, sería la aprobación del matrimonio homosexual en 2013 bajo la presidencia del socialista François Hollande. En esos momentos se echarían a la calle miles de conservadores para protestar, sin embargo, Marine Le Pen decidiría contemporizar para no unirse oficialmente a las movilizaciones. Algo que criticaría públicamente Marion Marechal que llegaría a crear una corriente crítica contra la línea oficial del partido.

Marine Le Pen ha buscado una política de desdiabolización del partido, es decir, virar el centro y evitar la etiqueta de ultraderechista, contemporizando en algunas cuestiones como el aborto, el matrimonio homosexual, con el objetivo de generar menos rechazo y más consenso dentro del electorado francés. Para ello cambio hasta el nombre y el logo del partido (antes Frente Nacional). Sin embargo, esto fracturó el partido entre los que abogan por volver a las raíces del Frente Nacional, que es lo que defiende Marion Marechal. Marechal defiende que hay que atacar a las ideas del progresismo, al igual que Zemmour, una derecha “sin complejos” frente a la izquierda.

Sin embargo, a pesar de todas estas deserciones lo cierto es que Marine Le Pen sigue siendo la favorita para pasar a la segunda ronda de las presidenciales. La candidata del RN tiene un núcleo electoral más potente tras años de enarbolar un discurso social. Le Pen goza de solidez en este electorado que se considera perdedor de la globalización, también favorecido por el paisaje político y social francés.

El electorado de Le Pen es trasversal y está vinculado a según qué región francesa, por ejemplo, en el norte, (Pas-de-Calais) es un voto obrero fruto del declive económico de las ciudades por la desindustrialización. En el sur en cambio, Le Pen no es votada por “los olvidados”, en Bouches-du-Rhône su electorado es de clase media urbana caracterizado por tener propiedades inmobiliarias. En ese sentido, Le Pen ha conseguido crear una unión entre estos dos grupos de ciudadanos que sienten que son perdedores de la crisis y que su futuro se augura aún peor. Reagrupamiento Nacional les proporciona una seguridad, un repliegue nacionalista ante la inseguridad económica, social y cultural.

¿Última oportunidad para Marine Le Pen?

La candidatura de Eric Zemmour ha supuesto un schock para Marine Le Pen, quien se veía con absoluta certeza en segunda vuelta. Incluso según varias encuestas, la candidata ultraderechista tenía posibilidades de disputarle a Macron la presidencia. A pesar del terremoto Zemmour, Le Pen sigue siendo la principal favorita para pasar la primera vuelta junto al Presidente francés.

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Al igual que el polemista hace unas semanas, Le Pen ha dado un vuelco a su campaña fruto de la guerra en Ucrania. Le Pen ha vuelto a la línea populista que le dio tantos réditos en las presidenciales de 2017 y las europeas de 2019. La líder del RN comenzó la campaña dando signos de un tono más liberal y europeísta, pero ha vuelto a enarbolar con mucho más ahínco el discurso de la “Francia de los olvidados”, sobre todo señalando las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania.

Le Pen ha atacado duramente al Ejecutivo, a la Comisión Europea y a los grandes grupos empresariales energéticos, prediciendo una situación “catastrófica” por las consecuencias de las sanciones a Rusia. Le Pen vuelve a poner el foco en el poder adquisitivo de los franceses y cómo va a afectar la fuerte subida del combustible y del gas a su bolsillo. Le Pen vuelve a ser la candidata de la “protección” de los franceses y garante de su soberanía. A las medidas ya anunciadas en su programa sobre la bajada de impuestos sobre el combustible y la electricidad, Le Pen propone un impuesto excepcional para las “superganancias” de gigantes de la energía como Total y Engie. Además, ha propuesto otro impuesto excepcional sobre la recompra de acciones de los grandes grupos empresariales, como contramedida a la supresión del IVA a los productos esenciales. “Nunca en la historia contemporánea el nivel de ganancias de grandes grupos ha estado tan alejado con el nivel de vida real de los franceses”, declara la candidata.

Le Pen es consciente que con este tipo de discursos se puede distinguir de su principal competencia a la derecha como Pécresse y Zemmour, quienes tienen dificultades para captar el electorado más popular. Además, la candidata por RN ha aprovechado para atacar duramente a un viejo enemigo, la UE y la Comisión Europea, freno para la soberanía de Francia.

Intención de voto para la primera vuelta de las Presidenciales. Vía Ifop.

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Esta puede ser la última campaña presidencial de Marine Le Pen como candidata al Elíseo, tres derrotas seguidas son muy difíciles de digerir, sobre todo teniendo en cuenta que ha encontrado competencia en su flanco derecho con la aparición de Eric Zemmour. Le Pen además no se encuentra tan fuerte dentro de su partido como pueda parecer, lo que le hace tomar decisiones unilateralmente, por ejemplo, renunciando a la abolición de la doble nacionalidad, una medida marca de la casa del Frente Nacional. La victoria está prácticamente descartada, pero puede que una derrota “honrosa” pueda significar un nuevo insuflo a la carrera política de Marine Le Pen.

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