La situación que vive estos últimos días Estados Unidos es fruto de una idea de país no resuelta, de una historia y un legado propio al que Estados Unidos aún no se ha enfrentado con rigor. Lo que estos días toma forma y se manifiesta de una manera violenta es la suma de un pasado que clama venganza. Los sucesos de Minnesota y que vive con conmoción todo el país, no son en absoluto focos de violencia fruto de la exaltación.
Tras la muerte de George Floyd a causa de la brutalidad policial miles de personas, tanto en EE.UU como en todo el mundo, se han lanzado a la calle para protestar contra un sistema político e institucional que protege estas prácticas. Con un bagaje histórico nada encomiable, EE.UU sigue discriminando por razón de raza a una gran parte de la población afroamericana, y su población más joven, bajo el lema Black Lives Matter, ha revolucionado las redes y puesto en duda la realidad racial de norte América, atrayendo la atención mundial y poniendo al límite al temple presidencial.
Para ver más; Estados Unidos se sumerge en el caos
Para entender el estallido de furia en Estados Unidos hace falta retroceder en el tiempo y recordar sobre qué historia se construyó la tierra de la libertad y del sueño americano.
La Independencia y la esclavitud
En la Declaración de Independencia firmada el 4 de julio de 1776 se promulgó que “todos los hombres son iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”. A expensas de estas palabras Estados Unidos, ya independizado de Gran Bretaña y decidido a ocupar un lugar de importancia entre las potencias mundiales, se lanzó a la revolución industrial en un crecimiento desmedido que provocó un rápido crecimiento, territorial, económico demográfico. Estados Unidos, lejos de las matanzas y guerras del viejo continente se mantendría más o menos impermeable a los sucesos europeos permitiéndole generar riqueza y abundancia. Sin embargo este crecimiento se fraguaba a expensas del sudor y el sufrimiento humano de más de 600.000 esclavos. Desde sus colonias británicas hasta el inicio de la Guerra Civil en Estados Unidos creció en población más que ningún estado europeo. El mercado de esclavos en norte América se convertiría en uno de los más importantes del planeta.
Entre 1770 y 1860 Estados Unidos se benefició de la mano de obra esclava en su raíz económica sobre la venta de tabaco y otros productos especialmente el algodón como materiales de exportación así como la construcción de grandes infraestructuras. Los estados del sur lo producían, y los estados del norte, haciendo caso omiso a la esclavitud, se aprovechaban de la producción agrícola del sur para producir a nivel industrial bienes comerciables. Tanto en el sur como en el norte se crearon nuevas clases dirigentes, marcándose una diferenciación social cada vez mayor: el norte industrial y el sur agrícola. La población esclava se concentraba en el sur donde la mayoría de los estados contemplaban legalmente la esclavitud. Estos factores sumados a la convulsión política desencadenó el mayor conflicto que ha se ha vivido en suelo americano; la Guerra Civil norte americana (1861-1865).
La Guerra Civil y el abolicionismo
El detonador de la guerra no fue en un principio la esclavitud, sino las profundas discrepancias políticas y divergencias sociales entre los estados del Sur y los del Norte. Desde hacía décadas el Sur se arraigó más y más a una economía agraria dependiendo de la esclavitud. Por el contrario en el Norte la industrialización había traído consigo ideales más progresistas que se habían traducido en leyes que no contemplaban esta práctica (la esclavitud) en sus respectivos estados. A medida que EE.UU. crecía e incorporaba nuevos estados a la Unión, el debate sobre si estos nuevos miembros debían permitir la esclavitud en sus territorios se recrudeció hasta el punto de estallar disturbios. Los que podríamos llamar los primeros disturbios y manifestaciones antiesclavistas en EE.UU., la más famosa de ellas la incursión de John Brown, abolicionista convencido, contra un depósito de armamento en Harper’s Ferry en Virginia del Oeste.
Estos debates llevaron a la guerra, y pese a que en el norte existía una mayoría muy recelosa de liberar a los esclavos, la determinación de unos pocos, personificados en la figura de Abraham Lincoln, presionaron al Congreso hasta que este en 1863 aprobó la Decimotercera Enmienda de la actual Constitución Norte Americana, donde se reconoce que: “Ni la esclavitud ni el trabajo forzado, excepto como castigo de un delito del que el responsable haya quedado debidamente convicto, existirá dentro de los Estados Unidos ni en ningún lugar sujeto a su jurisdicción”. En un inicio esta medida se promulgó para presionar al Sur a aceptar la derrota e incitar a los esclavos de la Confederación a abandonar a sus amos y unirse al ejército de la Unión. Sin embargo la Decimotercera enmienda se mostró como el camino a seguir para liberar a todos los esclavos en territorio norte americano. En 1865, al derrotar a los estados Confederados del Sur, Estados Unidos conseguiría formalmente erradicar la esclavitud en todo su territorio.
Mapa de EE.UU durante la Guerra Civil (1861-1865)
En azul los Estados de la Unión (abolicionistas).
En Amarillo otros territorios.
La post-guerra y la segregación racial
Sin embargo, y especialmente en el Sur, derrotado, pocos estaban dispuestos a adoptar un cambio de actitud de su estilo de vida que reconocía de facto la esclavitud y el racismo. En los años posteriores a la guerra civil la conmoción de la guerra no restó efecto al racismo latente en Estados Unidos. La libertad que se había logrado tras la guerra no protegía en cualquier caso de los abusos. Así, de esta rabia y frustración, empezaron las persecuciones y marginación de la población negra. Des de su extremo más violento materializado en organizaciones como el Ku Klux Klan hasta sus formas institucionales organizando a la población negra en guetos o dividiendo a la población en servicios para blancos y negros entre otros muchos casos. Así se fraguó la segregación racial: el efecto social resultante de la costumbre esclavista del Sur confederado y de las instituciones que habían protegido la esclavitud durante 3 siglos. Estados Unidos cerraba el siglo XIX solucionando sobre el papel la cuestión de la esclavitud pero sin solucionar el cisma racial que esta había dejado.
Para entender como esta lacra perseguiría a EE.UU. hasta hoy hay que diferenciar EE.UU. de otros países con herencia esclavista como España y Francia. Donde la esclavitud se vivía en los lejanos territorios de sus colonias. Y la inmigración de población árabe o negra era común y por tanto la tolerancia fue paulatinamente más llevadera. En Estados Unidos no solo no se dio esta convivencia, sino que en muchos casos se procuró evitar, sumado al hecho que la esclavitud se vivía en propio suelo americano. Institucionalmente se promovió el racismo y se mantuvo un discurso de no aceptación de la población negra en todo el país. La segregación racial empezó a tomar forma en políticas públicas y de orden social.
El siglo XX y la lucha por los Derechos Civiles
En este escenario de clara división entre blancos y negros el país entraba en el siglo XX. Por otro lado, en este siglo, la población negra intensificó su participación política y social a fin de mejorar su relación con la población blanca y demostrar su valía frente a un sistema político que los marginaba y no los contemplaba. Siguiendo este objetivo muchos negros se lanzaron a apoyar a su país en los grandes retos del siglo; la Primera y la Segunda Guerra Mundial como voluntarios.
A finales de este siglo la población negra lanzó el grito al cielo y se enfrentó públicamente al racismo institucional que había imperado desde la fundación misma del país. Fue en este período cuando grandes nombres como Martin Luther King Jr., Malcolm X o Rosa Parks en el marco del Movimiento por los Derechos Civiles (1959 -1968) en Estados Unidos, pusieron de nuevo la cuestión racial sobre la mesa. En esa época se empezó a materializar el embrión de los sucesos que se viven hoy en Minnesota y otras ciudades americanas. Eso se debe a que: ante estas nuevas manifestaciones que exigían libertad e igualdad la población afroamericana se sublevó y en muchos casos se amotinó contra la normalidad racista de muchos estados. En sus expresiones políticas mayoritariamente se trató de luchas pacifistas, de resistencia activa y denuncia de la segregación racial que existía aún en el país. La respuesta estatal fue, mayormente, represiva y violenta. Tanto las administraciones demócratas como republicanas, respondieron o contemplaron la violencia policial como respuesta a las manifestaciones de la población negra. Como consecuencia de esto se dieron muchas víctimas civiles.
Sin embargo fueron estos defensores de los derechos civiles los que forzaron en 1964 a aprobar el Acta de Derechos Civiles de EE.UU. que reconocía que ante la ley no debe darse ningún tipo de discriminación basada en cuestiones de sexo o raza. Más adelante se lograría con la Civil Right Act de 1968 terminar con las prohibiciones de cualquier tipo por razón de raza o género. Estos reconocimientos de derechos supusieron grandes logros para la población afroamericana y la base legal para ser reconocidos con verdadera igualdad ante la ley.
Tras estos avances institucionales la práctica de políticas raciales a nivel institucional menguó. Sin embargo, como apuntábamos antes, la sociedad blanca americana arrastraba aún el recelo racial y los prejuicios de raza contra sus conciudadanos negros. Esta discriminación estigmatizó y estigmatiza a la población negra. Siguiendo el ejemplo de sus predecesores abolicionistas y anti-segregacionistas se han dado muchas manifestaciones y enfrentamientos de la población civil contra el sistema político. Especial entorno, el Rust Belt, ha sido testimonio en los últimos años de disturbios a la altura de Minneapolis como los de Baltimore en 2015, los disturbios por la muerte de Eric Garner en 2014 y un largo etcétera: pasando por las muertes de universitarios en el estado de Kent a los asesinatos de Malcom X o Luther King Jr.
La lacra racial en la actualidad
En la actualidad estamos siendo testigos, de nuevo, de unos hechos que como hemos visto ya se han repetido en el pasado. Parece que la suma de la excesiva facilidad para acceder a armas, sumado a un debate al que Estados Unidos aún no se ha enfrentado. Resultan una explosión de violencia entre la población que se siente más indefensa y menospreciada por las instituciones y la sociedad. La historia de norte América está labrada sobre la segregación racial y la esclavitud, y sus efectos son latentes aún hoy.
Ante una administración que hace caso omiso a los constantes indicadores que avanzan unos sucesos como los que vive ahora mismo Estados Unidos y una amplia población que apoya la represión como método para sofocar este problema de base, será imposible llegar a una paz duradera en la tierra de la libertad.
Bibliografía
The Civil War, a history. Harry Hansen.
La Guerra Civil de los EEUU. Montserrat Huguet.
The American Revolution. Official National Park Sysytem.
Ahora y para siempre libres. Abraham Lincoln y la causa de la Unión. Martin Alonso.
https://www.muyhistoria.es/contemporanea/fotos/fotos-independencia-estados- unidos/fotos-declaracion-independencia- estados-unidos-2925
https://www.archives.gov/founding-docs/declaration-transcript
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