Primera parte – Segunda parte
La creciente militarización de la frontera con Chechenia y un mayor despliegue de unidades policiales por parte del Estado ruso, unido a la idea de los islamistas chechenos de extender su lucha a todo el Cáucaso Norte e implantar el Emirato del Cáucaso, llevará a los señores de la guerra islamistas a invadir Daguestán el 7 de agosto de 1999. Pero antes conviene hablar un poco de la República de Daguestán en sí.
República de Daguestán
Daguestán es una república autónoma de Rusia situada en el Cáucaso Norte. Tiene frontera con la República de Chechenia al oeste y con el Mar Caspio al este. También tiene frontera con el krai de Stávropol al noroeste, con la República de Kalmukia al norte, con Georgia al suroeste y con Azerbaiyán al sur-sureste. Posee una superficie de 50.270 km2. Su capital es Majachkalá, situada en la costa del Mar Caspio.
La palabra “Daguestán” es de origen turco y persa, y quiere decir “tierra de las montañas”. Tiene una población de 3.085.738 personas (cifras de 2019). Daguestán es una de las repúblicas más heterogéneas y multiétnicas de la Federación rusa. No hay ninguna etnia dominante. Según el último censo elaborado en 2010, la etnia minoritaria más numerosa son los ávaros con un 35,68%, seguidos de los dargines con un 13,40%, los cumucos con un 13,36% y los lezguinos con un 12,64%. Los culturalmente rusos suponen un 3,5% de la población. Cada una de estas etnias tiene su propia lengua, sin embargo, debido a la necesidad de entenderse entre las distintas etnias, el ruso es la lengua principal de la república con bastante diferencia.
En cuanto a las religiones, en torno al 96% de la población de la república es musulmana sunní, de la jurisprudencia shafi.
Respecto a la economía, Daguestán ocupa el puesto 32º de 85 por volumen de Producto Regional Bruto. Las condiciones económicas para el desarrollo de la república son a priori favorables, no obstante, la corrupción es uno de los problemas más graves que afronta la república.
La zona de Kadar. El wahabismo echa raíces en la república
Aunque Chechenia era la región donde, con diferencia, más presencia tenía el islamismo radical, este fenómeno no será exclusivamente checheno. El wahabismo se extendía cada vez más en las distintas regiones musulmanas de Rusia (sobre todo del Cáucaso Norte), y en ese sentido, Daguestán no será una excepción.
Aún en la época soviética, en una fecha tan temprana como a finales de la década de 1970, aparecerán los primeros grupos wahabíes en Daguestán. Bagautdin Kebedov, un estudioso del islam, va a hacer proselitismo de un islam cercano al de los países del Golfo Pérsico e incluso intentará crear sus propias escuelas islámicas. Ante tal situación, el KGB no se quedó de brazos cruzados e impidió a Kebedov realizar sus actividades con normalidad y propagar el wahabismo. No obstante, en este caso tampoco se puede hablar de una gran represión por parte del KGB, pues si bien las actividades de Kebedov fueron fuertemente limitadas, tampoco llegaron a ser prohibidas del todo, y a pesar de estar en el punto de mira de los servicios secretos, Kebedov no llegó a pisar la cárcel en ningún momento. También será en este momento cuanto Kebedov entre en contacto con predicadores provenientes de los países del Golfo Pérsico.
Una vez se disuelva la Unión Soviética, Kebedov se dedicará a propagar el wahabismo de manera mucho más activa. En 1997, Kebedov creará la Asociación Islámica de Daguestán, que tenía como objetivo la extensión del wahabismo en la república y la separación de esta de la Federación Rusa. Poco a poco el wahabismo iba echando raíces en Daguestán. Habrá dos poblados en las profundidades de Daguestán, en el distrito de Buynaksk, donde el islamismo conseguirá una importante base social y las posiciones de los integristas se harán fuertes: Karamaji y Chabanmaji, así como en menor medida Kadar. No obstante, no todos los musulmanes veían con buenos ojos la imposición de esta “nueva” vertiente del islam, y no tardarán en surgir tensiones y enfrentamientos. En Karamaji, en mayo de 1997, durante un funeral, los wahabíes asesinarán a 2 personas por rezar en frente al ataúd en vez de rezar frente a la meca. Como respuesta, el gobierno daguestaní mandará un grupo de policías y de unidades OMON al poblado para prevenir un conflicto mayor. Debido a las crecientes tensiones entre musulmanes tradicionales y musulmanes wahabíes, Kebedov, temiendo por su vida, huirá a Chechenia a finales del año 1997. A pesar de la huida de Kebedov, las actividades islamistas no solo no cesarán, sino que aumentarán, y para más inri, el hecho de que hubiese huido a Chechenia no hará otra cosa que reforzar los lazos existentes entre los integristas chechenos y daguestaníes (incluso Jattab llegará a casarse con una daguestaní de la zona) [1].
El 15 de agosto de 1998, los islamistas de Karamaji deciden tomar el poder, y expulsan a la administración local y a la policía, y establecen varios checkpoints en los accesos al poblado. Este proceso se repetirá en Chabanmaji y en Kadar. El 18 de agosto los islamistas proclaman el “Territorio Islámico Independiente”, que será conocido como la Zona de Kadar. El líder militar de este enclave será Jarullah Gadzibagomedov. En los accesos al territorio, los islamistas izarán la bandera verde del islam y establecerán carteles en árabe y en ruso donde pondrá “habéis entrado a un territorio donde reina la ley islámica”.
Parte de la población se verá obligada a dejar los poblados y a refugiarse en otros lugares. Se producirán protestas frente a la administración y llegará a haber manifestaciones en Majachkalá, pidiendo a las autoridades que se restableciese el orden. Pero entonces las autoridades daguestaníes y sobre todo federales rusas harán oídos sordos frente a este hecho, pues entonces la política del Estado ruso consistía en intervenir lo menos posible en los asuntos del Cáucaso Norte para evitar nuevos problemas, y confiar en la buena voluntad de sus habitantes para resolver sus propios asuntos. Incluso en septiembre de 1998, el entonces ministro del Interior (y posteriormente Primer Ministro) Serguei Stepashin visitó la zona de Kadar y pronunció la siguiente frase: “Yo les diría a todos que tuviesen cuidado de acusaros de ‘wahabitas’, ‘extremistas’… Tenemos libertad religiosa. Vamos a tratar de solucionar el problema y de ayudaros de manera pacífica. Nadie va a batallar contra la población civil”. Stepashin ordenó entregar las armas a cambio de no llevar a cabo ninguna intervención. Nadie entregó un solo arma, sin embargo, no se llevó ninguna acción contra este enclave. Durante aproximadamente un año, la Zona de Kadar permanecerá en manos de los islamistas [2].
Mientras tanto, los islamistas chechenos seguían muy atentamente lo que estaba ocurriendo en Daguestán. En Grozni, en abril de 1998, Basayev y Udugov, con la participación del exiliado Kebedov, crearán el Congreso de los Pueblos de Ichkeria y Daguestán (CPID), organización cuyo fin era prestar ayuda a los wahabíes de Daguestán en su lucha contra el gobierno de la república. Bajo la tutela del CPID, se crearán varias formaciones militares, entre las que cabría destacar la Brigada Internacional de Pacificación Islámica, comandada por Jattab, y con fuertes vínculos con Al-Qaeda. Esta unidad militar llegará a tener entre 1000 y 3000 efectivos (dependiendo del momento) [2][3]. Los islamistas chechenos estaban preparados para realizar una incursión en Daguestán, solo hacía falta esperar el momento adecuado. En agosto de 1999, el hecho de que los islamistas se sintiesen fuertes tanto en Chechenia como en Daguestán, unido al hecho de que el despliegue policial y militar ruso en la frontera con Chechenia había hecho menguar los ingresos de los señores de la guerra, hizo que los islamistas pensasen que el momento era ahora o nunca.
Los islamistas invaden Daguestán
El 2 de agosto, un total de 200 islamistas, en su mayoría daguestaníes, tomarían el control de una serie de poblados en el distrito daguestaní de Tsumandinsk, un distrito montañoso situado al sur de Daguestán que tiene frontera tanto con Chechenia como con Georgia. Parte de los combatientes penetrarán en la región desde Chechenia y parte de los combatientes actuarán desde los propios poblados. La primera resistencia a los islamistas vendrá por parte de los policías locales, quienes harán todo lo posible por evitar que los islamistas tomen el control de la zona, sin embargo, se hallaban en inferioridad numérica y la mayoría de los policías acabarán asesinados. La primera reacción a este hecho vendrá por parte de las autoridades daguestaníes y consistirá en enviar 100 policías desde Majachkalá como refuerzo. Al día siguiente, Gennady Troshev, vicecomandante del Distrito Militar del Cáucaso Norte, autorizará el envío de refuerzos a la región. Se enviarán tropas pertenecientes a las distintas ramas del ejército, entre las que cabría destacar la 102ª Brigada de Ordenamiento Operativo (OBRON) de las tropas del MVD, que jugará un papel principal en la recuperación de la zona y en la eliminación y expulsión de los islamistas del distrito de Tsumandinsk [4]. Los islamistas no se esperaban ninguna reacción por parte de las autoridades (tenían el antecedente de la zona de Kadar), y para el 5 de agosto el Estado ruso había recuperado el control del distrito. Los que pudieron, huyeron a Chechenia. Sin embargo, esto no dejaba de ser una pequeña escaramuza. La verdadera invasión aún estaba por llegar.
El 7 de agosto, en torno a 1.500 hombres (la cifra varía ligeramente según la fuente), al mando de Jattab y Basayev, en su mayoría chechenos, y pertenecientes en su mayor parte a la autodenominada Brigada Internacional de Pacificación Islámica, penetrarán en el distrito fronterizo daguestaní de Botlij, situado ligeramente más al norte del distrito de Tsumandinsk. La operación recibió el nombre de Operación “Imán Gazi-Muhammad”, en referencia al primer imán de Daguestán. Comenzaba así la Guerra de Daguestán. En cuanto las autoridades civiles y los mandos militares daguestaníes y federales recibieron la noticia de la invasión, rápidamente procedieron a enviar tropas. Sin embargo, las tropas no llegarán de inmediato debido a la necesidad de desplazar tropas desde otras regiones (aunque también existe la teoría de que el GRU conocía las intenciones de los islamistas de invadir Daguestán y a pesar de ello no se actuó de inmediato para posteriormente tener una excusa para recuperar Chechenia). En esta situación en la que las tropas rusas aún no habían llegado, serán los propios ciudadanos daguestaníes los que tomen las armas y se enfrenten al enemigo. El presidente de Daguestán, Magomedali Magomedov, autorizará la creación de milicias de autodefensa. Estas milicias de autodefensa dirigidas por Gadji Majachev llegaron a sumar hasta un total de 4.000 hombres, de todas las edades, desde jóvenes a prácticamente ancianos. Basayev y Jattab habían invadido Daguestán con la idea de que serían recibidos como libertadores, pero en realidad fueron recibidos como invasores violentos que profesaban una ideología político-religiosa completamente ajena al modo de vida de Daguestán. Al contrario que en la Primera Guerra Chechena, donde el apoyo por parte de la población civil era ciertamente algo más limitado, en la campaña de Daguestán las tropas rusas tendrán el apoyo completo de la población. La población civil recibirá a las tropas rusas con júbilo, y les tirarán flores y comida. En un primer momento (aunque no únicamente en este momento), hasta la llegada de tropas rusas, las milicias de autodefensa jugarán un papel clave a la hora de defender su tierra del invasor [5].
Los islamistas se harán con el control de varios poblados fronterizos del distrito. El 9 de agosto, establecen posiciones en Oreja de Asno, un estratégico monte con dos picos: uno de 1.361,5 metros de altura y otro de 1.622,5. El 10 de agosto, la Shura Islámica de Daguestán llamará a la yihad contra la República de Daguestán con el fin de establecer un Estado islámico.
El 9 de agosto se produce un hecho que acabará teniendo gran importancia no solo en el contexto de la guerra de Daguestán, sino también (y probablemente más) a nivel nacional ruso e internacional. El presidente Yeltsin destituía al entonces Primer Ministro Serguei Stepashin y nombraba como nuevo Primer Ministro a un personaje entonces relativamente poco conocido: el entonces director del FSB Vladimir Vladimirovich Putin. A día de hoy, probablemente haya poca gente a la que no le suene este nombre. El presidente Yeltsin no gozaba de excesivamente buena salud ni tenía demasiada fuerza para seguir gobernando, y decidió buscar un sucesor (sobre todo de cara a las elecciones presidenciales del 2000). El elegido fue Vladimir Putin, que primero sería nombrado Primer Ministro, y tras la dimisión de Yeltsin a finales 1999 pasaría a ser Presidente Interino.
En cuanto a Masjadov (no olvidemos que seguía siendo él quien ostentaba la presidencia de Chechenia), buscará distanciarse de los combatientes islamistas y condenará la invasión. Argumentará que habían sido unos combatientes islamistas por su propia cuenta y no el gobierno oficial de Chechenia los que habían iniciado la invasión. Si bien esto último era en parte cierto, y Masjadov no estaba interesado en la invasión, pues deterioraría aún más las relaciones con el Estado ruso, más allá del discurso no tomo ninguna acción concreta contra los islamistas ni antes ni durante la invasión (más allá de declarar el Estado de excepción). Igor Zubov, viceministro ruso del Interior, envió una carta a Masjadov proponiendo una operación conjunta contra los islamistas, propuesta que Masjadov no aceptó. Tampoco nos podemos olvidar de que uno de los líderes al mando de los islamistas era Shamil Basayev, que no dejaba de ser el nº 2 de Chechenia después de Masjadov. Puede ser que participase en la invasión a título personal y no oficialmente como Primer Ministro, pero independientemente de eso no se puede negar que una parte importante de la cúpula y de la estructura del Estado checheno estaban volcadas en la invasión de Daguestán.
El 11 de agosto el Estado ruso comenzará la operación militar para eliminar a los islamistas de la zona. El primer y principal objetivo pasará a ser el monte Oreja de Asno. Se pretendía atacar las posiciones islamistas por medio de helicópteros. Sin embargo, los militares rusos cometieron el error de establecer el aeródromo demasiado cerca de la colina, y los combatientes de Basayev lograron derribar dos helicópteros Mi-8 con misiles guiados antitanque cuando estos se aproximaban a la cima. Tras este incidente, los militares rusos establecerían una nueva base para sus aviones y helicópteros.
El 13 de agosto comenzará el asalto a Oreja de Asno. La unidad encargada de tomar la colina será un grupo de 63 militares pertenecientes a la 108º Regimiento de la 7ª División Aerotransportada de Asalto, comandadas por el Mayor Serguei Kostin. Inicialmente el asalto tendrá cierto éxito y los paracaidistas lograrán hacerse con la cima inferior del monte. Pero entonces Basayev ordenará atacar esas posiciones desde la cima superior con una fuerza de varios cientos de hombres, por lo que había una clara desigualdad numérica entre los contendientes. Los paracaidistas conseguirán repeler el primer ataque de los islamistas, pero al encontrarse en tal inferioridad numérica no podían hacer mucho más y se retirarán de sus posiciones previas. En estos combates llegarán a morir 13 personas, entre ellas 12 paracaidistas y el propio Mayor Kostin, que sería condecorado a título póstumo como “Héroe de Rusia”.
Paralelamente al asalto a Oreja de Asno, las tropas rusas atacaran los poblados de Botlij que habían sido tomados por los islamistas. Entre estos poblados cabe destacar Gagatli, Rajata y en especial Tando. En este último la resistencia por parte de los yihadistas sería feroz y las tropas rusas sufrirían importantes pérdidas, entre las que se encuentran 6 vehículos BMP destruidos y 34 militares muertos.
Poco a poco, las tropas rusas iban recuperando el control de los territorios que habían invadido los islamistas, y parte de ellos se iba retirando de sus posiciones. El grueso de los combatientes islamistas seguía concentrándose en Oreja de Asno. El 18 de agosto se realizará un segundo intento de asalto al monte. Las principales unidades encargadas de realizar este asalto serán la 1ª y 2ª compañías del 247º Regimiento Aerotransportado. Los paracaidistas rodearan el monte desde los flancos y bloquearan a los combatientes. Tras todos estos días de combate, sin tener una línea de suministro establecida y ahora bloqueados por las tropas rusas, la munición de los combatientes comenzó a escasear y ahora estos se encontraban en una posición de debilidad. Buena parte de los combatientes habían abandonado ya los poblados que controlaban y huido a Chechenia, y ahora parte de los combatientes estaba en proceso de abandonar Oreja de Asno, el último foco de resistencia de los yihadistas. Sin embargo, los islamistas habían minado las posiciones cercanas a la cima superior, por lo que, a pesar de la cada vez mayor debilidad de los islamistas, el asalto no será sencillo. Finalmente, tras una serie de combates, la 1ª compañía del 247º Regimiento Aerotransportado logrará tomar ambas cimas. El 23 de agosto serán eliminados los últimos reductos de los islamistas, y Basayev huirá con todas las tropas que pueda hacia Chechenia [5][6]. El 24 de agosto, Viktor Kazantsev, comandante militar del Distrito Militar del Cáucaso Norte, declarará que las operaciones en la región de Botlij habrán terminado.
Tras repeler la invasión de Botlij, el alto mando ruso por fin se decidirá a acabar con la Zona de Kadar. El 29 de agosto comenzará la operación para acabar con los islamistas que desde hace un año se habían hecho con el control de la zona. Las tropas rusas rodearan el enclave. Un grupo de tropas de reconocimiento y fuerzas especiales intentarán penetrar en el territorio y tomar posiciones interiores, pero el ataque resultó un fracaso. Todos los accesos a la zona estaban completamente minados y bastante bien defendidos por los islamistas. Finalmente se decidió acabar con el enclave mediante el uso masivo de artillería pesada y aviación. Esta táctica para acabar con los insurgentes acabará teniendo un gran éxito, y los yihadistas sufrirán un número muy elevado de bajas. Sin embargo, esta poco sutil forma de atacar también tuvo un impacto negativo en cuanto a daños colaterales: en torno a 1.850 casas resultaron completamente destruidas.
La Zona de Kadar, aparentemente inexpugnable, estaba al borde del colapso. Ante esta situación, los islamistas chechenos no se quedarán mirando lo que sucedía y el 5 de septiembre realizarán una segunda invasión, esta vez en el distrito de Novolakskoye, situado más al norte, cerca de la ciudad de Khasav-Yurt. Los combatientes reunieron una fuerza de aproximadamente 2.000 hombres (una vez más, las cifras varían ligeramente según la fuente). La operación recibió el nombre de Operación “Imán Gamzat-Bek”, en referencia al segundo imán de Daguestán. El objetivo de esta operación era distraer a las tropas rusas para que así los islamistas daguestaníes de la Zona de Kadar tuviesen tiempo para reorganizarse y tomar un respiro. Y en parte lo consiguieron, pues parte de las tropas rusas que estaban en ese momento asaltando la Zona de Kadar tuvieron que desplazarse a Novolakskoye, no obstante, eso no impidió que la liquidación de la Zona de Kadar siguiese adelante. Al contrario que en la primera invasión de Botlij, donde los combatientes islamistas tenían cierta edad y experiencia, en este caso el grueso de las fuerzas lo compondrán jóvenes entre 16 y 20 años que por un lado apenas tenían formación militar, pero que por otro lado mostraban un nivel de fanatismo político y religioso absolutamente extremo.
El primer poblado en ser atacado será el propio poblado de Novolakskoye. La fuerza encargada de defenderlo estará formada por 60 policías y una unidad de 25 hombres del OMON de Lipetsk que estaban destinados ahí. Ya desde el primer momento de la invasión habrá una gran resistencia por parte de estos policías. Por un lado, la habilidad de estos policías, y por otro lado la inexperiencia de la mayoría de los combatientes, llevarán a que la defensa sea bastante buena y los islamistas sufran elevadas bajas. Sin embargo, por muy efectiva que fuese luchando esta unidad poco podía hacer contra varios cientos de combatientes. Se enviarán tropas del MVD para ayudar a los policías y para evacuar a los policías heridos. Un grupo de tropas de la MVD, junto con 2 BMPs (vehículo de combate de infantería) llegará a la zona. Conseguirán evacuar a la mayoría de policías y miembros del OMON y otros conseguirán escapar por su cuenta, pero unos pocos serán hechos prisioneros por los yihadistas. Tristemente célebre es el caso de Eduard Belan, médico del OMON que será capturado, y tras negarse a curar a los combatientes, será torturado y decapitado. Eduard Belan recibirá el título póstumo de “Héroe de Rusia”.
Paralelamente a este acto, los islamistas alcanzarán las posiciones de las tropas del MVD situadas en las proximidades de Tujchar. Las tropas del MVD, junto con los policías locales, sumaban varias decenas de hombres, mientras que los yihadistas sumaban un total de 200 efectivos. Una vez más, a pesar de la inferioridad numérica, los federales se defenderán bien, y causarán elevadas pérdidas a los islamistas sin tener demasiadas bajas. Pero a la larga era imposible seguir manteniendo las posiciones, y además los islamistas lograrán destruir el único BMP que tenían mediante el uso de un lanzagranadas. A las tropas rusas se les acabó la munición. Aunque unos pocos militares y policías lograron escapar, bastantes no lo consiguieron, pues los islamistas mantenían rodeado el enclave. La población civil esconderá a los militares en sus casas. Cuando los islamistas entren en el enclave, registrarán las casas en busca de soldados. Aquí es donde se producirá el acto más salvaje y criminal de toda la campaña de Daguestán: la Masacre de Tujchar. En un edificio, los combatientes avistaron a un grupo de militares, y bajo la amenaza de volar el edificio con un lanzagranadas, estos se entregaron. El grupo estaba formado por el teniente primero Vasily Tashkin y por 5 soldados. Los yihadistas tenían deseos de venganza debido a las bajas sufridas durante la toma de Tujchar. El teniente Tashkin y sus hombres, todos ellos soldados de reemplazo de 19 años, serán degollados uno a uno de manera absolutamente despiadada. Los yihadistas grabarán este acto en una cinta de vídeo, y ésta llegará a ser reproducida en la televisión chechena. 15 años antes del auge del Daesh, sus tácticas de propaganda ya habían sido empleadas. Posteriormente, durante la intervención en Chechenia las tropas federales se harán con una copia de la cinta, lo que les permitirá identificar a los autores de la masacre y los que aún estaban vivos serán capturados y condenados a pena máxima de prisión.
El 7 de septiembre, las tropas rusas lograrán frenar a los islamistas a 5 km de Kashav-Yurt y emprenderán una ofensiva que poco a poco irá recuperando los poblados ocupados por los combatientes.
Mientras tanto, continuaban los combates en la Zona de Kadar. La artillería y la aviación habían hecho su trabajo, y era cuestión de tiempo que el enclave cayese en manos federales. Los pocos islamistas que quedaban en la zona sabían lo que les esperaba y decidieron intentar escapar. A pesar de que las tropas rusas rodeaban el enclave, no se disponía del número suficiente de tropas para rodear el enclave de manera absoluta. Algo más de 50 combatientes encontrarán huecos y conseguirán huir de la zona por la noche. Los combatientes que permanecieron en el enclave serán liquidados, y el 11 de septiembre el enclave será definitivamente tomado por las tropas federales.
Ante esta situación, Basayev mandará a los combatientes retirarse del distrito de Novolakskoye, pues el principal objetivo de la invasión era distraer a las tropas rusas para que Kadar pudiese resistir y Kadar ya había caído. Seguirá habiendo combates hasta el 14 de septiembre, cuando las tropas rusas tomarán los últimos reductos en Novolakskoye. El 15 de septiembre el ministro de Defensa Igor Sergueyev declarará que el territorio de Daguestán había sido completamente liberado.
No obstante, a pesar de esta victoria, la sociedad rusa no se encontrará con los ánimos demasiado elevados, pues paralelamente a los últimos combates de Daguestán habían ocurrido una serie de atentados en varias ciudades rusas que se cobrarán la vida de cerca de 300 personas.
En cuanto al número de bajas, las cifras oficiales rusas hablan de 279 militares rusos muertos (a los que se sumarían varias decenas de milicianos) y de 2.500 islamistas muertos (aunque algunos analistas dan cifras más bajas).
Los atentados terroristas
Paralelamente a los últimos combates que se estaban llevando a cabo en Daguestán, se producirán una serie de atentados terroristas en bloques de viviendas en varias ciudades rusas.
El 4 de septiembre de 1999, un camión con 2700 kg de explosivos de nitrato de amonio y aluminio explotará al lado de un bloque de viviendas de 5 pisos de Buynaksk (Daguestán), donde vivían fundamentalmente familiares de militares rusos. Como resultado del atentado, morirán 64 personas (de las cuales 23 eran niños) y 146 resultarán heridas. Los islamistas no se conformaban con esto, y habían calculado que tras el acto los heridos serían trasladados al hospital más cercano, donde habían situado un segundo camión con explosivos. Por suerte, dentro de lo malo, un grupo de ingenieros conseguirá desactivar la bomba del camión, y además encontrará documentos a nombre de un tal Isa Zaynutdinov, lo que permitirá seguir la pista del atentado. Se acabarán deteniendo a los participantes del atentado, la mayoría daguestaníes que habían recibido entrenamiento militar junto a Jattab, quien estaba detrás del atentado [8].
El 8 de septiembre se producirá una explosión en un edificio de 9 pisos de la calle Gurianov de Moscú. Como resultado del atentado morirán 100 personas y otras 690 resultarán heridas, algunas de gravedad. Como explosivos se habían utilizado tanto RDX como TNT, y se habían situado en el primer piso. Se supo que la bomba había sido colocada en un local que había sido alquilado por un tal Mujit Laipanov, que en realidad era el seudónimo de Achimev Gochiaev, uno de los líderes del movimiento wahabí en Karachevo-Cherkessia.
El 13 de septiembre sería declarado día de luto por los atentados. Este mismo día, sin embargo, volverá a ocurrir otro atentado: se producirá una explosión en el sótano de un edificio de 8 plantas en la carretera de Kashira. Morirán 124 personas, casi la totalidad de las que vivían en el edificio, y 7 resultaron heridas. El organizador de este atentado volvía a ser Achimev Gochiaev [9].
El 16 de setiembre, en Volgodonsk (Rostov del Don) un camión explotará cerca de un edificio de 12 plantas. La explosión destrozará la fachada del edificio, y el atentado se cobrará la vida de 19 personas, y 89 resultarán heridas. Los autores de este atentado serán un grupo de islamistas karachevos [10].
En total, como resultado de los atentados hubo 307 personas muertas y 1700 heridas. Todas las pistas apuntaban a que detrás de todos estos atentados estaban los hombres de Jattab. Entre los objetivos que perseguían los yihadistas con estos atentados estaría el de golpear a la sociedad rusa para que el Estado se replantease su operación en Daguestán (no olvidemos que el acto terrorista en Budionovsk supuso una vuelta de tuerca en la primera guerra). Por otro lado, al ser los atentados cometidos en nombre del islam y por musulmanes de distintas nacionalidades, otro objetivo era generar odio por parte de la sociedad rusa hacia los musulmanes para que estos, a su vez, sintiéndose amenazados, abrazasen la causa islamista radical. También cabe apreciar que en este caso la mayoría de los participantes de los atentados eran karachevos y daguestaníes y no chechenos, lo que es una muestra de que el conflicto en el Cáucaso Norte había pasado de ser un conflicto etnonacionalista a un conflicto político-religioso.
No obstante, algo extraño ocurrirá en Riazán. El 22 de septiembre, un residente de un bloque de viviendas avistará a unos hombres que estaban colocando sacos en el sótano con una sustancia blanca parecida al azúcar, y vio que la matrícula que llevaba el camión que conducían era falsa. El hombre llamará a la policía, y ésta evacuará a los habitantes del edificio, y se llevará los sacos. Tras analizar el contenido de los sacos, la policía descubrirá que, además de azúcar, contenían RDX y detonantes. La primera reacción de las autoridades (incluyendo al Primer Ministro Putin y al ministro del Interior Vladimir Rushaylo) será declarar que se había conseguido prevenir un atentado en Riazán. Sin embargo, un par de días después, el director del FSB Nikolay Patrushev declarará que no había habido ningún intento real de atentado y que este hecho no era más que un entrenamiento para prevenir futuros atentados. A partir de este momento, esta versión de los hechos pasará a ser la versión oficial.
Sin embargo, esta versión no dejaba de ser bastante poco consistente. En un primer momento se había declarado que se había conseguido prevenir un atentado, y un par de días la versión oficial cambio radicalmente a que lo sucedido en Riazán no era más que un entrenamiento, lo que era bastante confuso. Además, si era cierta la versión de que se estaba produciendo un entrenamiento, un entrenamiento consistente en desactivar una bomba en un bloque de pisos tras varios atentados reales seguidos en edificios no era un entrenamiento cualquiera, y el primer ministro (que además había sido director del FSB) y el ministro del Interior desconocían el hecho de que este entrenamiento se estuviese realizando. Uno de los primeros en cuestionar la versión oficial de los hechos fue el diputado de la Duma Serguei Kovalev, que pidió al gobierno los detalles del plan de entrenamiento. Sin embargo, la petición de Kovalev fue rechazada argumentando que los detalles eran confidenciales y que no se debía inmiscuir en el trabajo de los servicios de seguridad.
La escasa consistencia de la versión oficial de los hechos dio lugar a la elaboración de diversas teorías de la conspiración. Entre estas teorías destaca la elaborada por el exoficial del FSB Alexander Litvinenko (que moriría envenenado por polonio en el Reino Unido) y por el profesor de universidad estadounidense de origen ruso Yuri Felstinsky, que llegarán hasta a publicar un libro, y que consistía en que lo sucedido en Riazán era un intento fallido de atentado de falsa bandera y el resto de atentados anteriores habían sido todos atentados de falsa bandera perpetrados por el FSB, para así tener el respaldo de la población civil en una operación antiterrorista en Chechenia y al mismo tiempo para aumentar la popularidad de Putin de cara a las elecciones presidenciales del 2000. No obstante, por muy inconsistente que fuese la versión oficial de los hechos, la teoría difundida por Litvinenko y Felstinsky resultaba aún más inconsistente, y no dejaba de ser una mera teoría de la conspiración. En esencia, la teoría consistía en que si era cuestionable la versión oficial de los hechos sucedidos en Riazán, también era cuestionable la versión oficial respecto a los atentados ocurridos en Buynaksk, Moscú y Volgodonsk, y que la inconsistencia de la versión oficial de lo sucedido en Riazán se debía a que en realidad había habido un intento fallido de atentado de falsa bandera, y que los atentados en el resto de ciudades rusas eran atentados de falsa bandera que se habían llevado a cabo con éxito. Esta teoría carece de lógica y parte de una falacia, pues si bien (como se ha dicho repetidas veces) la versión oficial de lo ocurrido en Riazán no era demasiado consistente, la versión oficial de los atentados en el resto de ciudades rusas sí que lo era, y todas las investigaciones demostraban la autoría de grupos islamistas radicales. Si los autores de esta teoría pretendían demostrar que los atentados en el resto de ciudades rusas eran atentados de falsa bandera, deberían desmontar una a una la versión oficial de los hechos de cada uno de estos atentados, no partir de la base de que siendo supuesta mentira la versión oficial en Riazán, también son mentira las versiones oficiales del resto de atentados. Otro argumento que dan los autores de esta teoría de la conspiración es que la forma de llevar a cabo el atentado volando bloques de vivienda no era común entre los combatientes chechenos. Esto es completamente falso, pues ya vimos anteriormente que se habían producido previamente atentados similares en Kaspisk en noviembre de 1996 y en Vladikavkaz en mayo de 1999 (otra cosa es que hasta ese momento este tipo de atentados solo fuesen comunes en el Cáucaso Norte). Por otro lado, se cita como objetivos conseguir el respaldo de la población civil para llevar a cabo una operación antiterrorista en Chechenia y también aumentar la popularidad de Putin (entonces aún desconocido y con una popularidad no excesivamente alta) de cara a las elecciones presidenciales del 2000. Realmente, en ese momento todo el mundo sabía que Chechenia era un nido de terroristas, y ya tras la invasión de Daguestán por parte de los islamistas la opinión pública era mayoritariamente favorable a una intervención militar, por lo que no hacía falta alguna organizar atentados de falsa bandera para convencer a la población de ello. Respecto a lo de aumentar la popularidad de Putin, es indudablemente cierto que gracias a la campaña de Chechenia su popularidad aumentó notablemente, y que su posterior victoria en las elecciones presidenciales del 2000 se debió en buena parte a los éxitos cosechados en esta campaña. Pero el ascenso de la popularidad de Putin se debió precisamente a la contundencia de las acciones militares posteriores llevadas a cabo contra los terroristas chechenos, y no debido a los atentados en las ciudades rusas, los cuales lejos de aumentar la popularidad de Putin, hacían que la población viese un gobierno débil incapaz de impedir estos atentados. El diputado Serguei Kovalev, justo el primero en cuestionar la versión oficial de los hechos en Riazán, afirmará que la teoría de Litvinenko y Felstinsky tenía aún menos credibilidad que la versión oficial de lo ocurrido en Riazán.
También aparecerán otras teorías acerca de lo sucedido en Riazán. Una teoría consistía en que la versión de que en Riazán se estaba produciendo un entrenamiento era cierta, pero debido al habitual secretismo de los servicios secretos el FSB se negó a dar detalles incluso a sus propios superiores. Otra versión afirma que, debido al fracaso de los servicios de seguridad en impedir los atentados en ciudades rusas, el FSB planeaba simular un atentado abortado para así mejorar su imagen de cara a la población. Desde luego, hay que admitir que el secretismo y opacidad de los servicios de inteligencia rusos no ayudaron a que no se difundiesen teorías de la conspiración acerca de lo sucedido. A día de hoy, los hechos sucedidos en Riazán siguen planteando incógnitas y siguen sin estar del todo claros.
Finalmente, tras repeler la invasión de Daguestán y tras estos atentados, el 23 de septiembre el ejecutivo ruso decidirá emprender una operación antiterrorista en la propia Chechenia.
Capítulo I
Referencias
[1] Biografía de Bagautdin Kebedov
https://www.kavkaz-uzel.eu/articles/203107/
[2] Congreso de los Pueblos de Ichkeria y Daguestán
[3] Brigada Internacional de Pacificación Islámica
[4] 102ª Brigada de Ordenamiento Operativo (OBRON) de las tropas del MVD
[5] Milicias de autodefensa daguestaníes
https://rg.ru/2012/09/06/reg-skfo/druzhiny.html
[6] Batalla por la colina Oreja de Asno
[7] Masacre de Tujchar
[8] Acto terrorista en Buynaksk
[9] Actos terroristas en Moscú
[10] Acto terrorista en Volgodonsk
Bibliografía
Daguestán (Wikipedia rusa)
https://ru.wikipedia.org/wiki/%D0%94%D0%B0%D0%B3%D0%B5%D1%81%D1%82%D0%B0%D0%BD
Invasión de Daguestán (Kavkaz-Uzel)
https://www.kavkaz-uzel.eu/articles/247053/
Invasión de Daguestán (Wikipedia, para algunas aclaraciones)
Atentados en bloques de viviendas
https://www.kavkaz-uzel.eu/articles/248627/
Segunda Guerra Chechena: Conferencia de Evgeniy Norin
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