En Oriente Medio y el Norte de África (MENA) es bien sabido que todos los conflictos internos son mucho más que meros enfrentamientos, revueltas o luchas de poder entre aquellos que habitan el país. Potencias globales, regionales, grupos armados con identidad propia y organizaciones terroristas internacionales interfieren en estos conflictos persiguiendo sus propias agendas. Esto ha sido particularmente visible en los conflictos surgidos a partir de las conocidas como primaveras árabes, siendo el caso más reconocible el de la guerra de Siria; pero ¿qué ocurre en los conflictos que se encuentran más allá de los focos mediáticos? Repasamos el conflicto libio.
Libia, un estado fallido
La guerra de Libia estalla el 15 de febrero de 2011 y tras meses de combates, el 20 de octubre de 2011 se produce la muerte de Muamar el Gadafi, lo que lleva tan solo tres días después al fin oficial de la guerra. El nuevo periodo es presidido por el gobierno de Abdurrahim El-Keib nombrado al cargo por el Consejo Nacional de Transición, hasta que esta institución fue reemplazada por el Congreso General de la Nación. La nueva institución convocó elecciones que ganó el moderado Alí Zeidan y se postuló a Primer Ministro el 14 de octubre de 2012; en esas mismas elecciones los islamistas perdieron por muy pocos escaños lo que les permitió colocar a Nuri Abu Sahmain como Presidente del Gobierno. Éste, además, desde su posición de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas favoreció la proliferación de milicias islamistas armadas con los arsenales saqueados del Ejército de Gadafi, que comenzaron a operar como señores de la guerra a lo largo y ancho del país. El gobierno de Zeidan fue incapaz de enfrentarse a ellas y se vio forzado a recurrir a sobornos para poder disponer de infraestructuras tan fundamentales como las plataformas petrolíferas, las cuales se encontraban bajo el control de estos grupos.
La situación fue degenerando con el país sacudido por grandes manifestaciones en sus principales ciudades y continuos enfrentamientos entre milicias. Algunos incidentes fueron de especial gravedad, como los del 10 de octubre de 2013 cuando el Presidente Zeidan fue secuestrado durante unas horas por el grupo Sala de Operaciones de los Revolucionarios Libios, en golpe de estado fallido motivado según éstos por la captura de un miembro de Al Qaeda en Trípoli por parte de fuerzas especiales de los Estados Unidos, considerada como una violación a la soberanía del país. Y empeoró aún mas con el asesinato de 31 manifestantes en la propia capital por parte de una milicia de la ciudad de Misrata leal a Ali Zeidan el 13 de noviembre.
Sala de Operaciones de los Revolucionarios Libios Se trata de un grupo armado formado por la fusión de varias milicias islamistas creadas durante la guerra contra Gadafi. Su fundador ha sido el presidente libio Nuri Abu Sahmain, ligado a los Hermanos Musulmanes, quien desde su posición de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Libias destinó partidas presupuestarias y armas para la creación de dicho grupo. Se ha postulado como el brazo armado de la coalición islamista en el parlamento y en consecuencia ha actuado para acallar a sus opositores realizando secuestros y asesinatos de diplomáticos, periodistas y grandes agricultores que apoyaron al débil gobierno de Ali Zeidan. |
El golpe final vendría en marzo de 2014 cuando el MV Morning Glory, un buque con bandera norcoreana, intentó extraer petróleo ilegalmente tras negociar directamente con las milicias que controlaban el Golfo de Sidra, hecho que provocó que fuese interceptado por un buque de la marina estadounidense. Y como consecuencia máxima Zeidan fuese destituido por una moción de censura, lo que le llevo a huir a Europa.
El siguiente gobierno sería el del también moderado Abdullah al-Thani quien fuera Ministro de Defensa de Zeidan; no duró mucho en el cargo puesto que renunció el 8 de abril ante amenazas hacia su familia. Para sucederle se postuló el islamista Ahmad Mitig que, con irregularidades, fue elegido como Primer Ministro el 5 de mayo. Su paso fue fugaz, ya que el Ministerio de Justicia, más tarde apoyado por la Corte Suprema, declararía su elección anticonstitucional, devolviendo así el cargo a al-Thani y por ende a los moderados. Un mes más tarde se producirían las elecciones a la Cámara de Representantes, que sustituiría al anterior Congreso General de la Nación, controlado por islamistas. Y es precisamente con estas elecciones del 25 de junio que se produciría el cisma total en el gobierno entre moderados e islamistas y comenzaría de nuevo la guerra.
La Guerra olvidada de Libia
Khalifa Haftar secular y nasserista confeso, ex-coronel del ejército libio, que fue encarcelado por Gadafi tras la guerra libio-chadiana (1978-1987) y exiliado a Estados Unidos en 1990, se pasó dos décadas preparando su propia milicia para derrocar al líder libio. Durante los combates contra Gadafi fue nombrado tercero al mando del conocido como Ejército de Liberación Nacional Libio, facción escindida del ejército libio que luego sería el eje vertebrador de las fuerzas armadas tras la guerra.
En febrero de 2014 Haftar emitió un comunicado ordenando la suspensión del Congreso General, considerándolo incapaz de llevar las riendas del país y reclamando la celebración de elecciones; tras unos meses Haftar comenzó la conocida como Operación Dignidad, para deponer al Congreso y acabar con las milicias islamistas que lo apoyaban.
En el Congreso, los Hermanos Musulmanes y sus aliados, tales como el presidente Nuri Abu Sahmain, llamaron a la operación “intento de golpe de estado”, mientras que la Alianza de Fuerzas Nacionales, organización secular, apoyaron la operación terminando de fragmentar así el poder político. La Operación Dignidad comenzó el 16 de mayo con el asalto a Bengasi, con enfrentamientos contra grupos como Ansar al-Sharia o la Brigada Escudo de Libia; días más tarde, milicias ‘seculares’ de Zintan, al oeste del país, asaltaron el edificio del Congreso General en Trípoli forzando la huida de los miembros del parlamento que pedirían apoyo a las milicias islamistas de Misrata. Dichas milicias, junto a las de Trípoli, darían lugar a la coalición conocida como Fajr Libiya o Amanecer Libio en un claro intento de montar una contraofensiva.
Por otro lado, al este del país, las milicias islamistas de Bengasi se agruparon en el conocido como Consejo de la Shura de los Revolucionarios de Bengasi, que rechazaron a las fuerzas de Haftar, obligándolas a replegarse hasta el Aeropuerto de Benina.
Ansar al-Sharia fue un grupo islamista salafista creado en la guerra contra Gadafi tras la fusión de varias milicias islamistas que llegaron a aglutinar a 5.000 combatientes. Desde sus inicios la organización ha sido calificada como el brazo armado de al Qaeda en Libia, además de poseer lazos directos con la organización caritativa Al-Dawa wa Al-Islah. Se han presentado siempre como contrarios a la democracia y han cometido masacres contra los santuarios sufíes. Participaron en el ataque a diplomáticos USA en Bengasi en 2012, lo que le llevó a enfrentamientos con el Ejército de Estados Unidos que le debilitaron. En la segunda guerra civil libia formaron parte de la sala de operaciones Consejo de la Shura de los Revolucionarios de Bengasi. Tras la muerte de su líder en combate, la unión de la organización se fue deteriorando y las deserciones en masa hacia el Estado Islámico provocaron su disolución. Antes de ello ya habían sido designados organización terrorista por la ONU, USA, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos y Egipto. |
Con el caos consumiendo el país, se celebraron finalmente las elecciones del 25 de junio, pero los resultados, que dejaban sin asiento a la mayoría de los miembros del Congreso General, no se dieron hasta mediados del mes siguiente. El nuevo órgano, la Cámara de Representantes (HoR), apoyado por Haftar, decidió que se reuniría en Tobruk lejos del alcance de las milicias de Misrata y Trípoli, lo que empujó a los diputados islamistas el sabotaje del HoR. Poco después, el Congreso General declara a la Cámara de Representantes inconstitucional, creando dos gobiernos en el país.
La comunidad internacional reconoció inicialmente a la Cámara de Representantes, por lo cual la Operación Dignidad pasó a ser abiertamente reconocida como el Ejército Nacional Libio (LNA) con Haftar como su comandante en jefe. En el otro lado, el Congreso General formaría el llamado Gobierno de Salvación Nacional, apoyado por la coalición Amanecer Libio.
El tablero libio
El 18 de agosto de 2014, aviones de Emiratos Árabes Unidos procedentes de bases egipcias bombardean a milicianos de Amanecer Libio en Trípoli, declarando la internacionalización del conflicto. A su vez, Qatar envió aviones cargados de armas desde Sudán a estos mismos milicianos. No mucho más tarde, a comienzos de 2015, Haftar confirmó el apoyo de Egipto y Emiratos Árabes Unidos mientras que Al-Thani denunciaba que Turquía estaba armando a Trípoli.
Los bandos sonarán familiares a los que sigan la política internacional en la actualidad: ecos de la actual crisis de Qatar, ya podían verse venir fruto del cruce de acusaciones por parte de Al-Jazeera y Al-Arabiya. Con estos apoyos, la guerra comenzó a crecer en dimensiones redoblándose así la intensidad de los combates en la periferia de Trípoli y en la ciudad de Bengasi.
La complejidad del conflicto no haría sino aumentar cuando, aprovechándose del vacío de poder, el conocido como Estado Islámico o Daesh interviniese en Libia: en primer lugar ocupando la ciudad de Derna al noreste del país para, tras reunir fuerzas, asaltar la céntrica ciudad de Sirte, arrebatándosela a Amanecer Libio. Tras esto comenzarían una agresiva campaña, extendiéndose por los alrededores de Sirte, hasta los suburbios de Bengasi, donde antiguos militantes de Ansar al-Sharia se les unirían tras la muerte de su líder Mohamed al-Zahawi.
Su primera gran derrota la sufrieron a manos del Consejo de la Shura de Derna, en julio de 2015, que tras matar a decenas de sus combatientes, consiguió expulsar al grupo del centro de la ciudad.
Ante el caos libio, Naciones Unidas estableció la llamada UNSMIL (United Nations Support Mission in Libya) coordinada por el español Bernardino León, con el fin de cesar los combates y formar un gobierno de unidad. Para ello las distintas facciones fueron amenazadas con un embargo petrolero y sanciones económicas de diverso calibre.
Bernardino León es un político español perteneciente al PSOE, ha labrado una extensa carrera como diplomático español en África, donde ha participado en misiones en Argelia, Burundi, Liberia, Libia, Ruanda, Sierra Leona y Zaire, también ha sido diplomático de la Unión Europea donde ha participado en las reformas en Jordania, Marruecos y Túnez. En 2014 fue nombrado Subsecretario General de Naciones Unidas como representante del Secretario General de la ONU para Libia para la misión UNSMIL donde fracasó. Su labor ha sido criticada tras conocerse por filtraciones de WikiLeaks que el diplomático podría no haber sido parcial en las negociaciones ya que tenia apalabrado un contrato con Emiratos Árabes Unidos de 49.000 € mensuales por dirigir un Think Tank estatal promoviendo la política exterior emiratí. |
Cuando parecía que las negociaciones se iban a llevar a cabo, el Estado Islámico ejecutó a 21 rehenes coptos en Sirte, ante lo cual el gobierno de Egipto decidió bombardear las posiciones del grupo dentro del país, decisión apoyada por el gobierno de Tobruk y repudiada por el de Trípoli. Ante esta situación, el gobierno de Tobruk acuso a Trípoli de estar apoyando a los yihadistas puesto que ciertas facciones de Misrata enviaban armamento a los grupos de Bengasi, canceló su participación en las conversaciones y prohibió contratar empresas turcas ante el apoyo del país a Trípoli.
Poco más tarde se volvería de nuevo a la mesa de negociaciones, donde tras varias reuniones infructuosas se redactaría el “4º Borrador” que fue razonablemente bien recibido por las partes. Sus principales puntos eran:
- Creación de un nuevo gobierno de Acuerdo nacional con presidente y primer ministro.
- La Cámara de Representantes sería el órgano legislativo, pero se formaría un Consejo de Estado Superior que actuaría como Cámara alta, del cual ¾ partes de sus miembros, 90 de 120, serían provenientes del Congreso General
- Los negociadores crearían el Comité de Diálogo Político que estarían contacto directo con Naciones Unidas para supervisar lo firmado.
Este acuerdo fue ratificado en Sjirat (Marruecos) el 12 de julio de 2015. Pese a que se consideraba definitivo, Bernardino León introdujo algunas reformas adicionales propuestas por el CGN, tales como que la sharia se convirtiera en fuente de ley, o que el Consejo de Estado pasara a ser un órgano con poder directo siendo necesaria su aprobación para muchos cargos relevantes. El Congreso General se negó a enviar su lista de candidatos si no se aplicaban aún más de sus reformas y la Cámara de Representantes amenazaba con retirarse después de estos cambios, considerándolos una traición. En un intento desesperado, León reunió a los representantes en Srijat sin el beneplácito de los parlamentos y seleccionó a los miembros del Consejo Presidencial, poniendo al cargo a Fayez al-Sarraj. La reacción fue de rechazo inmediato por parte de ambos parlamentos, y tras este escándalo León fue sustituido por Martin Kobler.
Mientras en Roma se producía una reunión para terminar de establecer el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), los presidentes del Congreso y la Cámara se reunieron en Malta para iniciar un nuevo dialogo sin presencia de países extranjeros, acusando al GNA de ser un gobierno títere impuesto desde el exterior. Tras diversos intentos de sabotaje, finalmente el GNA se estableció como tercer gobierno en el exilio con sede en Túnez y la Unión Europea sancionó a los líderes de los otros gobiernos.
En marzo de 2016, el GNA intenta saltar de Túnez a Trípoli en avión, siendo recibidos por baterías antiaéreas. Días más tarde desembarcaron en la base naval de Abu Sitta, provocando una división entre las milicias islamistas y las no islamistas como Qubat al-Radaa o la Brigada Nawasi en Amanecer Libio, apoyando las primeras al Congreso General de la Nación y las últimas al nuevo gobierno. Lo que derivaría en una división en el Congreso, llevando a un grupo de diputados a disolver el órgano y auto-nombrarse el nuevo Consejo de Estado Superior, llevando al gobierno islamista a su práctica desaparición, si bien no a sus milicias.
A partir de los meses de verano de 2016 es cuando más se intensifican los combates en Libia, con el lanzamiento de la Operación Odyssey Lightning contra el Estado Islámico por parte de Estados Unidos a petición del GNA, mientras el LNA lanzaba un gran asalto contra Bengasi, limitando la presencia yihadista a tan solo dos barrios a la par que el Consejo de la Shura de Derna expulsaba completamente al grupo de la ciudad.
El GNA agradecería a Estados Unidos, Reino Unido, Turquía e Italia su apoyo, en teoría meramente logístico o, en todo caso, aéreo, pero más tarde se demostraría la presencia de fuerzas especiales británicas y estadounidenses sobre el terreno en ciudades como Sirte o Bengasi. Por otra parte, Haftar comenzó a recibir apoyos, aparte de los vuelos de Emiratos Árabes Unidos y de Egipto, por parte de Francia, a través de fuerzas especiales. Esto ocurría antes de que Haftar en persona volase a Moscú a pedir apoyo de Rusia. Este apoyo se vería con el tiempo de numerosas formas: con contratistas rusos, fuerzas especiales, acuerdos armamentísticos o la escala del portaaviones ruso “Almirante Kuznetsov” a Libia, el cual fue visitado por Haftar.
Con estos apoyos Haftar lanzó una ofensiva sobre los campos petrolíferos de Ras Lanuf, Sidra y Zuetina no alcanzando el control total hasta 2017, puesto que sufriría varios contraataques por parte de diversos grupos milicianos. Mientras se producían avances por parte del LNA, en el GNA tenía lugar una nueva crisis con la reaparición del Congreso General en octubre de 2016 como Gobierno de Salvación Nacional, lo que desencadenó nuevos enfrentamientos en Trípoli y Misrata, ante lo cual Haftar declaró que estaban preparados para “marchar sobre Trípoli”, tomando los consejos locales de Misrata y Zintan una postura contraria.
Con la actual crisis de Qatar, se cree que el LNA podría avanzar sobre Misrata en cualquier momento, aprovechando el apoyo de Qatar a éstos y respaldado por sus aliados del Golfo. Incluso aunque no fuera así, es cuestión de tiempo que se produzca una ofensiva que quizá finalmente decida el destino de Libia.
Conclusión
Durante los pasados años Libia pasó de tener un único gobierno débil fruto de la revolución a tener hasta tres, apoyados por coaliciones de milicias. Si esto no diera ya lugar a un escenario complejo, el pasado 11 de junio, Saif al Islam, segundo hijo de Gadafi y rumoreado favorito para la sucesión, fue liberado de la cárcel de la ciudad de Zintan, en la cual llevaba casi 6 años encerrado después de ser capturado en noviembre de 2011. Se espera que este tenga un importante papel en el futuro del país.
Tomando todo esto en cuenta, la solución al conflicto sigue viéndose lejana, tanto por la vía militar como por la política, pero termine como y cuando lo haga, poco queda ya de aquella Libia que presumía del mayor PIB per cápita más alto del continente, de una elevada esperanza de vida y de uno de los IDH más altos de África.
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