La región del Norte de África y Oriente Medio (MENA por sus siglas en inglés) se caracteriza por las alianzas líquidas entre los países que la integran y por ello las circunstancias y relaciones entre los países cambian a gran velocidad. Esto ha quedado plasmado claramente en agosto de este mismo año, cuando hemos asistido al acuerdo histórico por el que Israel y Emiratos Árabes Unidos normalizarán sus relaciones. Este acuerdo llega tras una serie de negociaciones que fueron auspiciadas por Estados Unidos. Se espera que el tratado sea firmado en las próximas semanas y lo más probable es que este evento se realice en el país norteamericano.
El hecho de que no hubiese unas relaciones normalizadas entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos no quiere decir que no existiesen, ya que en décadas anteriores ambos gobiernos han mantenido relaciones de cooperación en materia económica y de seguridad de manera extraoficial. Además, los primeros ministros han estados reunidos en varias ocasiones. La normalización de las relaciones abre la posibilidad al establecimiento de vuelos directos entre los aeropuertos de Jerusalén y Abu Dabi, la creación de líneas de comunicación y la capacidad para los emiratíes de peregrinar a la mezquita Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado para el Islam, situada en Jerusalén.
Acuerdo entre Israel y Emiratos Árabes Unidos ( via: Twitter de Donald Trump)
Sin embargo, Emiratos Árabes Unidos se muestra prudente con respecto a este acuerdo ya que podría desequilibrar la balanza de poderes de manera poco beneficiosa para los intereses del país de Golfo. Por este motivo declaró que a menos que hubiese un acuerdo entre israelíes y palestinos, el país no abriría una embajada en Jerusalén.
Al poco de conocerse este hecho sucede otro que resulta todavía más sorprendente: la suspensión de la anexión de Cisjordania, que aparece como uno de los objetivos para el Plan de Paz de Oriente Medio diseñado por Estados Unidos con el fin de “centrar sus esfuerzos en expandir sus relaciones con otros países del mundo árabe y musulmán”. El príncipe de Emiratos Mohamed Bin Zayed confirmaba esta noticia alegando que era uno de los puntos clave de las negociaciones para formalizar las relaciones bilaterales. No obstante, a los pocos días el primer ministro Benjamin Netanyahu alegó que se trataba de una suspensión temporal: “No hay cambios en mi plan de soberanía. Dijeron que la paz con los países árabes sería imposible sin ceder territorios. Demostré lo contrario. Traje la paz y traeré la soberanía”
La oposición israelí recibió positivamente la noticia y la mediación estadounidense. Las negociaciones y el acuerdo cogieron por sorpresa a toda Palestina ya que ni las autoridades fueron informadas de ello. El acuerdo fue presentado como algo beneficioso para la población palestina, pero grupos como Hamas, la Jihad Islámica Palestina y los Comités de Resistencia Popular en Gaza consideraron este acuerdo como una puñalada. Con esta alianza se resquebrajan décadas de apoyo del mundo árabe y musulmán a la causa palestina, e Israel obtendrá un mayor peso en la región. Las protestas palestinas en las calles no tardaron en aparecer, en las que los manifestantes quemaron la bandera de Emirato Árabes Unidos, además de imágenes a tamaño real del presidente estadounidense, el príncipe emiratí y el primer ministro israelí. Las relaciones entre Emiratos Arabes Unidos y Palestina son tensas desde hace años. Por ejemplo, en los registros del Ministerio de finanzas palestino se refleja que el gobierno de Abu Dabi no ha enviado fondos al gobierno de Palestina desde el año 2014.
Protestas palestinas contra el acuerdo
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La normalización de relaciones bilaterales entre los dos países fue acogida con alegría por los países aliados de Estados Unidos en el Norte de África y Oriente Medio. De acuerdo con las declaraciones del presidente de la potencia norteamericana, no sería de extrañar que otros países se sumasen a la normalización de relaciones diplomáticas con Israel. Según medios estadounidenses, habría dos países que se unirían a la normalización de relaciones con Israel, que serían Oman y Bahrein.
Las organizaciones internacionales como la ONU y la Unión Europea también celebraron este acontecimiento y se calificó como un paso positivo hacia la paz en Oriente Medio. Sin embargo, este acuerdo ha resultado un golpe para los intereses de otros países en la región.
La República de Turquía está llevando a cabo una política expansionista por todas las regiones que se encuentran a su alrededor. En el caso israelí, Turquía trata de realizar un mayor acercamiento y esto se puede ver en que ha aumentado paulatinamente sus inversiones desde el año 2017. Al mismo tiempo tiene que compaginarlo con ser uno de los aliados tradicionales de la casa palestina. En el caso de las relaciones turco-emiratíes son casi todo lo contrario. Ambos países sostiene una rivalidad que se ha acrecentado con el paso de los años, desde el inicio de las primaveras árabes en 2012, ya que se encuentran inmersos en un proceso de construcción de sus respectivas esferas de influencia que cada vez se extienden más lejos, habiendo llegado al norte y el cuerno de África. Esta competición se ha podido ver plasmada en los apoyos de ambas potencias a los bandos en conflicto de las guerras siria y libia, además de en movimientos más sutiles pero continuos en toda la región.
Para expandir: Emiratos Árabes frente a Turquía: el origen de una rivalidad
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La noticia de la normalización de relaciones entre las potencias israelí y emiratí despertó la ira del gobierno de Ankara. El presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, amenazó con el corte de relaciones diplomáticas con Emiratos Árabes Unidos. Realmente, este movimiento diplomático puede tener importantes consecuencias para Turquía ya que Israel es un aliado muy valioso, además, podría hacer que los países que se encuentran bajo la esfera de influencia turca decidan abandonarla.
El presidente Turco anunciando medidas por las acciones de Emiratos Árabes Unidos ( vía Son Dakika)
Otro de los países que ha visto este acuerdo como una amenaza ha sido Irán, que lo ha condenado enérgicamente. Emiratos Árabes Unidos e Israel mantienen rivalidad con Irán en la carrera por ganar influencia en la región. El hecho de que vaya a haber una mayor cooperación entre ellos hace que sea más difícil enfrentarlos y suponga un mayor riesgo.
Conclusión:
Este acuerdo ha supuesto una sorpresa para la mayor parte del mundo ya que hacía varias décadas que ningún país árabe firmaba un acuerdo con Israel con el fin de formalizar sus relaciones. Esto es debido a que existía una especie de acuerdo entre los países árabes para apoyar a Palestina pero que con los años se ha ido fragmentando. Esto sería un indicio del cambio de las dinámicas en la región pasando de unos ejes vertebradores, como puede ser el panarabismo, a otros nuevos.
Como consecuencia de este acuerdo, los países tendrán que readaptar sus estrategias y alianzas para poder continuar con sus objetivos en política exterior.
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