“Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias.”
Ryszard Kapuściński (1932-2007) periodista e historiador
“No hay poesía en la cobertura periodística de una guerra, ni componente romántico alguno” dice el periodista Juan Tortosa. La guerra es destrucción, es miseria, dolor, es el género humano llevado a la peor de sus versiones, eso es lo que en definitiva presencian los periodistas que se aventuran a un conflicto bélico con el consiguiente riesgo de que quizás nunca volverán a casa. Nueve periodistas españoles han perdido la vida en zonas de conflicto.
La profesión de corresponsal de guerra es peligrosa y necesaria, es el testigo y el encargado de contar lo que está sucediendo, hecho que puede incomodar a según qué actores que están más interesados en gestionar ellos la información. Eso lo entendió muy bien Luis Espinal cuando fue torturado y ejecutado en 1980 por orden del Estado boliviano al haber tocado las narices al poder, o el cámara José Couso asesinado por el disparo de un tanque estadounidense en Iraq, un claro aviso hacia los periodistas que estaban cubriendo el conflicto.
Pero la mala suerte también tiene su rol en la profesión, una bala perdida, un obús en retaguardia pueden acabar con tu vida, como les pasó a Jordi Pujol Puente y Julio Anguita Parrado.
Es necesario recuperar el nombre y la memoria de aquellos periodistas que fallecieron en la guerra, recordando lo que conlleva a veces el precio de estar informado.
Agradecer la ayuda de David Couso y Malena Mangas de Reporteros Sin Fronteras
Luis “Lucho” Espinal Camps (2/02/1932-22/03/1980): Periodista, poeta, cineasta y sacerdote jesuita. Director de un semanario de izquierdas, mostró su apoyo a las huelgas mineras y las manifestaciones contra las dictaduras lo que valió la enemistad del dictador boliviano Luis García Meza Tejada.
La noche del 21 de marzo de 1980 Luis Espinal fue detenido por paramilitares enviados por el Ministro del Interior Arce Gómez. Es enviado al matadero del barrio de Achachicala en La Paz. Es torturado durante toda la noche destrozándole el cuerpo hasta que finalmente es acribillado a quemarropa.
Su cadáver es encontrado a la mañana siguiente a orillas del río Choqueyapu, su cuerpo se encontraba amordazado y con las manos atadas a la espalda. Su asesinato causó gran conmoción y rechazo en la sociedad boliviana acudiendo 80.000 personas a su entierro, en su lápida puede leerse la inscripción “Asesinado por ayudar al pueblo”.
Nadie fue condenado por el asesinato de Luis Espinal.
Juan Antonio “Juantxu” Rodríguez Moreno (1957-22/12/1989): fotógrafo de El País, colaboró en medios como El New York Times y Libération, además de en españoles como la Vanguardia. Enviado especial junto a Maruja Torres a Panamá, fue abatido a tiros por una tanqueta del Ejército estadounidense durante la invasión al país centroamericano por parte de Estados Unidos que depuso al general Noriega.
Los mandos estadounidenses dispararon sin control sobre una zona que estaba ocupada por prensa debidamente identificada. En la ráfaga que mató a Juantxu resultaron heridos el periodista francés Patrick Chauvel y el británico Malcom Linton. Juantxu tenía 32 años cuando perdió la vida.
Jordi Pujol Puente (1967-17/05/1992): fotoperiodista que trabajó para el diario Avui y Asociated Press. Mientras cubría la Guerra de Bosnia en la antigua Yugoslavia estalló una granada de mortero de autoría desconocida en el vehículo en el que circulaba por Sarajevo muriendo en el acto. Jordi intentaba dejar la ciudad para reunirse con los cascos azules de la ONU. Fue el primer periodista muerto en el conflicto bosnio, su muerte no fue denunciada ante un tribunal.
Jordi Pujol Puente (derecha) con su compañero Eric Hauck (izquierda)
Luis Valtueña (1965-18/01/1997): cooperante y fotográfo de la Agencia Cover, también trabajo para Antena 3 y El Mundo. Es asesinado en Ruanda de un disparo a la cabeza por guerrilleros del Frente Patriótico Ruandés (partido actualmente en el Gobierno) junto a dos cooperantes españoles, los médicos Manuel Madrazo y María Flors Sierra.
Según Javier Zúñiga, director de operaciones de Derechos Humanos de la ONU, Valtueña, Madrazo y Flors fueron ejecutados, “estos ataques estaban claramente dirigidos a los cooperantes”, destaca Zúñiga. En 2008 el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu atribuyó en su auto al actual Presidente de Ruanda Paul Kagame la orden de matar a los cooperantes. Kagame al ser presidente tiene inmunidad en su país, no puede ser juzgado por ningún tribunal nacional mientras permanezca en el cargo, aunque la fiscalía del Tribunal Penal Internacional para Ruanda sí podría hacerlo.
Luis tenía 30 años cuando fue asesinado
Valtueña estaba de voluntario en Médicos del Mundo, actualmente esta ONG ha creado el Premio Internacional Luis Valtueña de Fotografía Humanitaria en su memoria.
Miguel Gil Moreno de Mora (21/06/1967-24/05/2000): cámara de televisión para Associated Press TV, también colaboró para El Mundo y la Cadena Ser. Miguel tuvo una dilatada carrera como corresponsal de guerra estando en los conflictos de Bosnia, Kosovo, Congo, Liberia, Ruanda, Sudán, Chechenia y Sierra Leona. En este último lugar murió cuando su convoy fue alcanzado por disparos de la guerrilla del Frente Revolucionario Unido, su compañero y corresponsal de Reuters Kurt Schork también falleció.
El vehículo en el que se encontraban Miguel y Kurt fue alcanzado por un lanzagranadas ARPG7 muriendo en el acto.
Miguel sólo contaba con 32 años cuando murió. Recibió numerosos premios como el Rory Peek a freelance del año 1998, el Royal Television Society como mejor cámara en abril del 2000.A título póstumo recibió el Mohamed Amin Award en el 2000 y el Luka Brajnovic en 2001.
En 2002 su familia crea la Fundación Miguel Gil Moreno que anualmente entrega el Premio de Periodismo Miguel Gil Moreno.
Julio Fuentes Serrano (11/12/1954-19/11/2001): reportero de guerra y periodista de El Mundo, también trabajó para la revista Cambio 16. Cubrió conflictos como la Guerra de Yugoslavia y la Primera Guerra del Golfo. Julio murió en Afganistán entre Kabul y Jalalabad cuando el convoy de periodistas en el que viajaba sufrió una emboscada. También murieron dos periodistas de Reuters, Harry Burton y Azizula Haidari junto a la corresponsal del Corrielle della Sera María Grazia Cutuli.
Durante la emboscada los periodistas fueron obligados a bajarse de los vehículos para después ser apedreados y ejecutados. Se cuenta que algunos opusieron resistencia, de ahí que el cadáver de Julio apareciese con la mandíbula rota por un culatazo. Sus cuerpos fueron recuperados 24 horas después del asesinato.
En 2005 un afgano llamado Reza Khan confesó en una entrevista en Kabul TV haber sido el autor del asesinato de Julio Fuentes. Khan había sido detenido dos meses antes, en la entrevista confesó que su patrulla asesinó a los periodistas para robarles. Dos años después fue ejecutado.
Julio Fuentes es autor de dos libros, Sarajevo Juicio Final de 1997 y Rebelión publicado en el año 2000.
Julio Anguita Parrado (3/01/1971-7/04/2003): periodista y corresponsal Julio colaboró con medios como el diario Córdoba y para El Mundo en la sección internacional. También escribió para el canal mexicano Conexión Financiera y la revista Fortune. Anguita estuvo en Argelia, Bosnia, el Sáhara, Filipinas… Hasta que recaló en Nueva York allí donde estuvo de corresponsal para El Mundo.
Julio era uno de los cuatro corresponsales del diario El Mundo en la Guerra de Iraq de 2003. Su muerte se produjo cuando un misil tierra-aire iraquí estalló en medio del centro de operaciones tácticas de la 2ª Brigada de la Tercera División de Infantería de Estados Unidos, situado en la retaguardia en Bagdad. En ese ataque también murió el fotógrafo del diario alemán Focus, Christian Liebig, junto a dos soldados estadounidenses. Julio tenía 32 años cuando falleció.
En 2007 el Ayuntamiento de Córdoba junto con el Sindicato de Periodistas de Andalucía crearon el Premio Julio Anguita Parrado de periodismo en su memoria.
José Couso Permuy (5/10/1965-8/04/2003): cámara y reportero gráfico colaboró con medios como FORTA, la Agencia Efe o Canal Plus. Con la cadena de televisión Telecinco con la que colaboró 8 años cubrió episodios como los bombardeos estadounidenses en Bagdad en 1998 y la Guerra de Kosovo de 1999. Tras el comienzo de la Guerra de Iraq de 2003, Telecinco envía varios equipos de periodistas, de los cuales se quedan al final Couso como cámara y Jon Sistiaga.
El 8 de abril Couso se encontraba en el Hotel Palestina en Bagdad, en este se alojaban la mayoría de los periodistas internacionales que cubrían la información de la guerra. La 3º División de Infantería de Estados Unidos se encontraba luchando al otro lado del río Tigris, es esos momentos cuando un tanque M1 Abrahams apostado en el puente Al- Yumhuria dispara su cañón contra el hotel, el proyectil impacta en el 15 piso y mata en el acto al periodista ucraniano Taras Protsyuk de la agencia Reuters. José Couso que se encontraba en el piso inferior resulta gravemente herido, fallece finalmente en el Hospital San Rafael de Bagdad.
Paralelamente esa mañana un bombardero estadounidense dispara dos misiles contra la sede de Al Jazeera en Bagdad, en el ataque muere el reportero Tareq Ayyoub que estaba grabando en directo. Un tanque Abrahams ametralla la sede de Abu Dabi televisión que resulta en decenas de heridos.
El Pentágono dio varias versiones distintas que se fueron contradiciendo, alegando que los soldados al mando del sargento Thomas Gibson estaban respondiendo al fuego enemigo, versión que negaron los periodistas que estaban en esos momentos en el Hotel Palestina. Los tanques Abrahams que dispararon al Hotel Palestina (a 1.700 metros de su posición) llevaban horas apostados en el puente. Tras una breve pausa el teniente coronel Philip de Camp autorizaba el disparo ordenado por el capitán Philip Wolford y ejecutado por el sargento Shawn Gibson. El disparo del tanque estalló a tres metros del objetivo dispersando metralla sin apenas dañar el edificio. Según expertos este tipo de munición se usa para matar no para destruir edificios.
La familia Couso se querelló contra los tres militares estadounidenses que realizaron el ataque acusados de “crímenes de guerra”. La Fiscalía del Estado intentó archivar dos veces el caso.
Posteriormente Wikileaks filtró y denunció que la embajada estadounidense presionó al Gobierno y al Fiscal General del Estado para que se archivase el Caso Couso. José M. Mena, ex fiscal jefe de Cataluña en el programa de la Sexta Salvados declaró que “en España había un artículo que permitía perseguir delitos cometidos por extranjeros fuera de España siempre que se produjera en el ámbito de la justicia universal”, pero agrega que “hubo presiones internacionales sobre el Gobierno de Zapatero para que quitaran ese articulito”. Se produjo la derogación de ese artículo y por tanto “hubo que archivarlo (el caso Couso) porque ya no correspondía a la jurisdicción española”.
En el año 2014, el Partido Popular en el Gobierno y con mayoría absoluta modifica la ley orgánica del poder judicial que supuso archivar todas las causas que estaban abiertas en el concepto de jurisdicción universal.
La familia Couso ha presentó un recurso ante el Tribunal Supremo tras la reforma del Partido Popular en 2014 contra el archivo de la causa como consecuencia de la reforma legal. El Supremo lo tumbó y volvieron a presentar recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional en 2017 alegando inconstitucionalidad de la reforma y vulneración de la Convención de Ginebra, actualmente está pendiente de resolver.
En 2005 el Colegio Profesional de Periodistas de Galicia y el Club de Prensa de Ferrol crearon el Premio José Couso a la Libertad de Prensa en memoria a José Couso.
Ricardo Ortega (1/10/1966-7/3/2004): periodista y corresponsal trabajó como traductor para la agencia Efe en Moscú mientras colaboraba con Antena 3 Radio. Con ésta última estuvo de corresponsal en Moscú durante 8 años y cubrió la Guerra de Bosnia y de Chechenia llegando a ser detenido por el ejército ruso en Grozni.
En el 2000 empezó como corresponsal en Nueva York donde narró los atentados del 11-S, también cubrió las invasiones de Afganistán e Iraq. Sus crónicas sobre la política estadounidense no gustaron al Gobierno de Aznar (aliado del Estados Unidos de Bush), Ortega fue muy crítico con la versión de Estados Unidos sobre las inexistentes armas de destrucción masiva en Iraq. Eso le valió a Antena 3 una llamada de la Moncloa (sede presidencial española) y a Ricardo que le cesasen de la corresponsalía.
En 2004 Ortega se traslada a Puerto Príncipe, capital de Haití como freelance con un acuerdo con Antena 3, en el contexto de las revueltas contra el Gobierno de Jean-Aristide Briand, revueltas apoyadas y alentadas por Estados Unidos.
El 7 de marzo durante una manifestación contra Aristide se produjo un tiroteo, Ortega fue alcanzado por dos balas, una en el abdomen y otra en el tórax, falleció finalmente en el hospital Canape Vert.
En una primera versión se dijo que los autores de la muerte de Ortega fueron partidarios de Aristide, varios años después el juez haitiano encargado del caso contradecía esa versión y concluía que el disparo que mató a Ricardo provenía de alguna de las tropas extranjeras destacadas en la zona. Finalmente en 2011 el juez Eloy Velasco archivó la causa “al no poder determinar el autor del disparo”.
Desde 2004 Antena 3 y la Asociación de Corresponsales de las Naciones Unidas entregan el Premio Ricardo Ortega de Periodismo en reconocimiento a su labor.
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