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Batallas electorales en Filipinas

Según se encauzaba el final de la administración de Rodrigo Duterte a lo largo de 2021, especialmente en los últimos meses del año, numerosos han sido los movimientos que han desatado la inestabilidad interna en el entorno del propio presidente y su formación, el Partido Democrático Filipino-Poder Popular (PDP-Laban).

La reelección de Duterte para un segundo mandato no es posible según la constitución. Por ello, son muchos los actores que se lanzaron a ocupar el espacio político que dejaría Duterte tanto en la carrera presidencial como en el seno del partido que él mismo logró relanzar desde la insignificancia en 2016. La popularidad de Duterte ha sido una de las claves para que busque la mayor influencia posible a la hora de dirigir su sucesión, permitiéndole mantener un importante peso político durante otros seis años.

Pero su tutela de la candidatura presidencial va estrechamente ligada con la carrera por el liderazgo del PDP-Laban, ya que en la batalla de posiciones sus críticos buscaban aprovechar el tirón electoral del legado de Duterte. La sombra de su gestión ha sido criticada, especialmente por su estrecha relación con China, pero el peso del PDP-Laban en este momento político es indiscutible aunque las candidaturas independientes forman parte de la normalidad en Filipinas.

Rodrigo Duterte (izquierda) y Manny Pacquiao (derecha). Fuente: Rappler

En esa batalla por el control del partido, en plena ruptura con los sectores internos críticos de Duterte, el contendiente aventajado era el ex boxeador Emmanuel “Manny” Pacquiao, senador y líder de la facción interna. Su presencia en las encuestas era importante pero no especialmente destacada hasta la crisis que se avecinaba. Su buena imagen entre la población se debía a su conocimiento de la realidad social filipina al provenir de ambientes pobres y lograr convertirse en uno de los más adinerados del país. Sin embargo, se le veía como inexperto dadas las temporadas de ausencia para boxear durante su periodo parlamentario. Pacquiao fue elegido presidente del partido de manera interina en 2020 con el apoyo de Aquilino “Koko” Pimentel III, ex presidente del Senado e hijo de Aquilino Pimentel Jr, fundador de la formación en 1982 y opositor contra el régimen de Ferdinand Marcos. Koko Pimentel III apostaba por confirmar plenamente a Pacquiao en la convención de 2021 mientras el boxeador negaba que la candidatura a la presidencia estuviera entre sus planes.

No obstante, el camino a la convención sería tortuoso. Pacquiao, anteriormente aliado de Duterte en la guerra contra las drogas, continuó criticando duramente la corrupción, la mala gestión de la pandemia y los supuestos apoyos del entorno de Duterte a otros candidatos para las presidenciales de mayo de 2022. Pacquiao seguía sin confirmar sus intenciones pero no apoyaba la posibilidad de que Sara Duterte-Carpio, hija del Presidente y alcaldesa de Davao, fuera la candidata. Las críticas por la tibieza de Duterte ante China tensionaron mucho el partido y enfrentaron al boxeador especialmente con Alfonso Cusi, secretario de Energía y cercano al presidente, asegurando que este estaba más preocupado por la política electoral y de partido que de los apagones energéticos que atravesaba Luzón. Finalmente fue expulsado en julio, con el rechazo de Duterte y las amenazas del propio Cusi de expulsar a Pacquiao por las críticas de corrupción al gobierno de su propio partido.

A mediados de julio de 2021, con Pacquiao fuera del ring político, preparando un combate en Estados Unidos, se celebraría una asamblea donde retornó Cusi al ser elegido presidente del PDP-Laban en sustitución de la interinidad de Pacquiao, al que se devolvía el derechazo. Esta asamblea sería boicoteada por los críticos, negando su legitimidad. Mientras tanto, la facción de Cusi-Duterte movería a los fieles de Pacquiao de la ejecutiva, como ocurrió con Koko Pimentel III.

A finales de agosto, el Presidente Duterte anunció su candidatura para la vicepresidencia, tratando de esquivar el veto constitucional usando esta vía y mantener la inmunidad frente a las acusaciones contra su gestión de la guerra contra la droga. Rodrigo Duterte buscaba que su compañero de fórmula presidencial fuera Christopher “Bong” Go, su asistente personal. Aunque “Bong” Go ya había manifestado su predisposición por suceder al mandatario, no había confirmado su candidatura.

La facción crítica liderada por Pacquiao decidió continuar sus procesos paralelos y promover en agosto al liderazgo del PDP-Laban a Koko Pimentel III, en sustitución de Rodrigo Duterte. El papel de Koko Pimentel III fue contestado por Duterte y sus acólitos con críticas de falta de legitimidad representativa. “[Koko Pimentel III] es irrelevante y no tiene ninguna posición en el PDP-Laban”. Por lo tanto el partido se encontraba en una crisis interna que impedía su presentación coordinada a las elecciones, con Cusi y Duterte reclamando frente a Pacquiao y Pimentel III la presidencia y el liderazgo del partido, respectivamente.

La Comisión Electoral se encontraría así con dos procesos de elección de candidatos por el mismo partido, siendo el organismo que terminaría teniendo que decidir su legitimidad en base a los estatutos y la documentación entregada. De cara a septiembre, además, se esperaba una nueva asamblea del partido para formalizar una candidatura. Por un lado, la idiosincrasia del proceso filipino hace que la presidencia y la vicepresidencia se elijan por separado, cuestión que dio lugar a que en 2016 la vicepresidencia recayera en Leni Robredo, del Partido Liberal. Por otro lado, los plazos permitían hasta noviembre modificar candidaturas. El favorito de Duterte, el senador Bong Go, rechazó finalmente su posible candidatura a presidente.

Rodrigo Duterte y su aliado Christopher “Bong” Go. Fuente: AP Photo / Aaron Favila

Llegado septiembre de 2021, la asamblea del partido nominaría a Duterte a la vicepresidencia, acto cuestionado por sus críticos, ya que lo consideraban una vía para evadir la justicia y bajo duda de constitucionalidad. A pesar de ello, ningún candidato fue nominado para la presidencia desde el PDP-Laban, presionando a Bong Go para que accediera. Los de Duterte y Cusi aprobaron también 8 candidatos para las elecciones al Senado de 2022. El sector de Pacquiao y Pimentel III celebraría su propia convención unas semanas después donde después de muchas evasivas, Manny Pacquiao aceptó su nominación como candidato a la presidencia. El compañero de fórmula de Pacquiao sería Lito Atienza, vicepresidente de la Cámara de Representantes. Cusi y su secretario general, Melvin Matibag, apostaron por deslegitimar ante la Comisión Electoral cualquier paso de sus rivales para la carrera electoral. Además Matibag planteó la expulsión de Pacquiao del partido si promovía el apoyo a otro partido, movimiento que hacía referencia al impulso de su partido local a nivel nacional.

Como se esperaba, finalmente la Corte Penal Internacional abriría una investigación contra Rodrigo Duterte por su campaña contra las drogas, en la que se indagaría sobre potenciales crímenes contra la humanidad. Su defensa criticó la apertura del caso como un intento por derrocarle. Así, Duterte se encontraba ante una posible erosión de su campaña y la falta de candidatos para acompañarle, mientras Pacquiao avanzaba en su proceso. En este contexto y ante la negativa de Bong Go, se sumó Sara Duterte a la negativa para acompañar la candidatura si su padre continuaba en el proceso electoral: “Acordamos que solo uno de nosotros se postulará a un puesto nacional” y continuaría en Mindanao. Las encuestas afirmaban que Sara seguía siendo el perfil que lideraba la carrera presidencial, con su padre en caída incluso dejando de ser el mejor valorado para la vicepresidencia. Pacquiao ya tomaba ventaja en el combate anunciando en los últimos días del mes el fin de su carrera en el boxeo para centrarse en la política.

A principios de octubre, Duterte anunciaba por sorpresa su retirada de la política tras las elecciones de 2022 y su paso atrás, no presentándose a los comicios para la vicepresidencia. Esta decisión permitía al sector de Duterte y Cusi desatascar su proceso, volviendo sobre Bong Go y Sara Duterte. El Presidente saliente confirmaría esta dupla enseguida tras su anuncio, con Duterte-Carpio como contendiente por la presidencia y Go por la vicepresidencia. Sin embargo, la última información oficial en torno a Sara Duterte era la formalización de su candidatura para la reelección al frente de la ciudad de Davao y seguía sin haber declaraciones en torno a su salto a Manila.

Y como se venía anunciando, Alfonso Cusi buscaba un nuevo golpe que dejara a Pacquiao fuera de combate. El PDP-Laban expulsaba a Pacquiao del partido por violación de los estatutos debido a que presentó su candidatura con otro partido: el Movimiento Progresista para la Devolución de Iniciativas (PROMDI), con sede en Cebú. Lito Atienza, por su parte, también se presentaría con el PROMDI para la vicepresidencia. A pesar de todo, el nocaut estaría aparentemente lejos, y su entorno, con Koko Pimentel III a la cabeza, aseguraba que los hechos no incurrían en incompatibilidades estatutarias sino que consolidaban a los socios de la alianza política.

En el plazo hasta el 8 de octubre, se adscribirían casi un centenar de candidaturas, entre las que destacaban las de Isko Moreno, alcalde de Manila; Panfilo Lacson, senador en dupla con el Presidente del Senado; Leni Robredo, Vicepresidenta con Duterte mediante el Partido Liberal; y Ferdinand “Bongbong” Marcos Jr, candidato por el Partido Federal (PFP), ex senador e hijo de Ferdinand Marcos, que gobernó durante más de 20 años en un régimen autoritario. Sin embargo, como existía otro plazo hasta noviembre para la modificación de candidaturas y Sara Duterte seguía sin pronunciarse para el cierre del plazo, el PDP-Laban presentó al senador Ronald dela Rosa como candidato con Bong Go de segundo, permitiendo al partido emplear la posición de comodín para posponer la decisión.

A pocos días del final del plazo, comenzaron los movimientos. Sara Duterte anunciaba que finalmente no se presentaría a la reelección como alcaldesa de Davao, entrando en juego presumiblemente otro miembro del clan familiar, y allanando sus posibilidades para entrar en una candidatura a nivel nacional. Según medios locales, se estaba valorando la posibilidad de que Sara Duterte se presentase a la vicepresidencia en lugar de la presidencia, permitiéndole ganar experiencia política de alto nivel bajo un gobierno de Bongbong Marcos. Como parte de esta posibilidad, el candidato de la papeleta temporal del PDP-Laban, Bong Go, anunciaba que podría cambiar su disposición de ir a por la vicepresidencia “debido a los deseos del presidente [Rodrigo Duterte]”. Otro factor a tener en cuenta era la posible inhabilitación a la que se enfrentaba el presidenciable Bongbong por una condena por fraude fiscal que pesaba sobre él desde 1995. A la petición de inhabilitación promovida por líderes sociales se uniría en diciembre la del líder del PFP, que aseguró que Bongbong no contaba con su beneplácito cuando se presentó por ese partido.

Ferdinand “Bongbong” Marcos Jr. y Sara Duterte en un mitin electoral realizado en Ilocos Norte Fuente: redes sociales de “Bongbong” Marcos Jr.

Efectivamente, Sara Duterte decidiría apostar por la vicepresidencia pero por el partido Lakas CMD, que se presentaría en coalición con el PFP. Así que la dupla con el Partido Federal haría que, como se venía comentando, Sara Duterte compartiera ticket electoral con “Bongbong” Marcos, candidato a la presidencia. Por otro lado, la propuesta del PDP-Laban terminó de confirmar el cambio adelantado por “Bong” Go: Rodrigo Duterte se presentaría a la vicepresidencia –sin su anunciada retirada de la política- y el propio “Bong” Go lideraría la candidatura para presidente. Esto implicaba la salida del senador placeholder Ronald dela Rosa y la competición entre padre e hija Duterte por la vicepresidencia. Parecía que se iban aclarando los bandos para el siguiente asalto. Nada más lejos de la realidad.

A pesar de que los tickets de PDP-Laban, PFP y PROMDI parecían decantados sobre los sectores de Duterte, Marcos y Pacquiao, todavía podían sucederse nuevos movimientos. “Bong” Go anunciaba el 30 de noviembre su retirada de la carrera presidencial tras la previa en la vicepresidencial. Por lo tanto la fórmula del PDP-Laban quedaba tocada aunque no tenía por qué afectar a las posibilidades de Duterte si quisiera presentarse ya que la elección de los dos cargos se realiza de manera separada. Por su lado la Corte Penal Internacional aflojó un poco la presión sobre Duterte al suspender la investigación de su campaña antidroga, con multitud de ejecuciones de por medio, dado que consideraba minuciosa la investigación que el propio gobierno de Filipinas había abierto. Sin embargo, Duterte volvía sobre su retiro de la política al anunciar que también anulaba su candidatura al Senado. “Planea retirarse para pasar más tiempo con su familia cuando termine su mandato”, según decía su gabinete.

Con este movimiento, el uso del PDP-Laban como partido institucional parecía sentenciado. Y las salidas de Duterte padre y “Bong” Go de la carrera electoral allanaban el camino para la dupla Bongbong-Duterte hija. El sector del presidente y Cusi quedaba finalmente fuera de los tickets electorales a pesar de su victoria inicial sobre Manny Pacquiao para hacerse con el control del partido, para terminar apoyando a Sara Duterte desde otra lista. En plena precampaña, candidatos presidenciales como la vicepresidenta Leni Robredo y el senador Pacquiao trataron de mostrarse como mediadores y centristas en favor de las víctimas del tifón que azotó Siargao o Mindanao.

En definitiva, los principales tándems que se presentarán a las elecciones del próximo 9 de mayo quedan de la siguiente forma:

  • “Bongbong” Marcos y Sara Duterte
  • Leni Robredo y Francis “Kiko” Pangilinan
  • Manny Pacquiao y Lito Atienza

Muchas posibilidades parecían seguir abiertas en la contienda electoral y en el PDP-Laban. 2022 llegaba con un tenso clima de mayo para despejar las dudas. ¿Duterte mantendrá la influencia? ¿Volverá la dinastía Marcos?

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