Artículo escrito por Àngel Marrades y Ander Sierra
21 años después del Acuerdo del Viernes Santo, la violencia que caracterizó Irlanda del Norte durante los “Troubles” reaparece en la agenda política y mediática de Europa. Con las derrotas del acuerdo para el Brexit en el parlamento británico, se multiplican las voces preocupadas por el posible retorno de la confrontación entre católicos y protestantes a causa de la implementación de una frontera física entre las dos Irlandas. Sin embargo, la violencia nunca ha desaparecido de la provincia del Ulster. El rencor y el sectarismo han polarizado a la sociedad norirlandesa entre los partidarios de una Irlanda unida y los leales a la corona británica y las heridas aún sin cicatrizar del conflicto armado no hacen más que empeorar la situación. Además, existen grupos paramilitares activos que siguen siendo una amenaza, así como quienes que rechaza profundamente lo firmado en 1998.
Por otro lado, los números evidencian la inestable paz existente en Ulster: tan solo en 2018 se contabilizaron 3 muertos, 17 explosiones, 36 tiroteos, 53 palizas y 166 detenciones relacionadas con el “terrorismo”. En los últimos 4 años, los ataques sectarios han crecido en un 60%, según el Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI). Asimismo, el nivel de alerta terrorista sigue siendo ‘severo’, el segundo rango más alto que establece el MI5, el servicio de inteligencia británico.
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Grupos armados activos
El 20 de enero de 2019 la ciudad norirlandesa de Derry anochecía con el estruendo de un coche bomba colocado cerca del Palacio de Justicia. La autoría de la explosión, que solo causó daños materiales -el PSNI acordonó la zona tras recibir el aviso-, fue atribuida días después a una escisión del Ejército Republicano Irlandés conocida como Nuevo IRA. En su manifiesto amenazaron con seguir atacando al personal “de las fuerzas de la Corona y su establishment imperial” y aseguraban que el Brexit no iba a influir en su lucha y toma de decisiones.
El Nuevo IRA se creó oficialmente en 2012 tras la unificación bajo un mismo mando del IRA Auténtico, la Acción Republicana Contra las Drogas y facciones republicanas independientes. Rechazan la “falsa paz” lograda con el Acuerdo de Viernes Santo y defienden la lucha armada para alcanzar una Irlanda unida e independiente. Asimismo, en la declaración elaborada para anunciar la unión, firmada por el “Consejo Militar del IRA”, acusan al Reino Unido de ser el principal promotor de la violencia en Irlanda del Norte por no aceptar los derechos nacionales y democráticos en Irlanda, así como por la represión ejercida contra los republicanos.
“Los republicanos están siendo objeto de hostigamiento, arresto y violencia por parte de las fuerzas de la corona británica. Es Gran Bretaña, no el IRA, el que ha elegido la provocación y el conflicto”
Declaración del Consejo Militar del IRA
Por otro lado, tildan de fracaso las políticas adoptadas por el nacionalismo irlandés en una clara alusión al Sinn Fein. El Nuevo Ejército Republicano Irlandés rechaza la participación del que fue su antiguo brazo político en el proceso de paz de 1998 y en el Stormont, el “ilegítimo” parlamento norirlandés. Muestra de ello son los ataques con explosivos a las viviendas de Gerry Adams y Bobby Storey, dos de las figuras más prominentes del partido irlandés.
Poco más de 250 combatientes son los que se estima que conforman las filas del Nuevo IRA, el grupo armado activo más importante en Irlanda del Norte. Son los responsables de numerosos asesinatos y ataques, convirtiéndose en la principal amenaza para Reino Unido en el Ulster, especialmente, en Derry, el este de Belfast y zonas rurales. Entre los más destacados se encuentran:
- IRA reclamó la autoría de cinco cartas bomba enviadas el 5 y 6 de marzo de 2019 al aeropuerto de Heathrow, al aeropuerto de la ciudad de Londres, a la estación de Waterloo y a la Universidad de Glasgow. No hubo daños personales.
- En 2018 lanzaron dos granadas y dispararon en diez ocasiones con fusiles AK-47 contra la policía tras los enfrentamientos producidos durante la marcha de Orange. El ataque demostró que el Nuevo IRA tiene la capacidad de atacar a las fuerzas de seguridad británicas. Nadie resultó herido.
- El Nuevo IRA es responsable de atacar a dos funcionarios de prisiones en 2012 y 2016. El primero murió a tiros y al segundo le colocaron una bomba en su furgoneta, murió 11 días después por un ataque al corazón.
- En 2016 un joven católico de 33 años murió tras recibir tres disparos en la pierna. El Nuevo IRA reclamó la autoría, pero aseguró que su intención no era asesinarle, sino darle una lección por unos comentarios desfavorables dirigidos a la hija de un combatiente.
- En 2014 el Nuevo IRA mandó cartas bomba a oficinas de reclutamiento para el ejército británico situadas al sur de Inglaterra, siendo la primera vez que el grupo ataca directamente a Gran Bretaña. Poco después otras dos cartas cargadas con explosivos fueron enviadas a un funcionario de prisiones. El IRA aseguraba que los republicanos encarcelados estaban recibiendo un trato desfavorable.
Desde la firma del Acuerdo de Viernes Santo 156 personas -74 a manos de republicanos y 71 por leales a la corona- han muerto en actos relacionados con el conflicto y no todos son responsabilidad de la escisión de 2012. El IRA de Continuidad (CIRA), el IRA Provisional (PIRA) y el Ejército Irlandés de Liberación Nacional (INLA) son tres grupos nacionalistas que siguen en activo hoy en día.
Según un informe elaborado por el MI5 y la PSNI, los miembros del INLA están involucrados en actos criminales tales como extorsión, tráfico de drogas, fraude, intimidación y asaltos. Asimismo, a pesar de haber accedido al desarme en 2010, la inteligencia británica sospecha que todavía tienen acceso a algunas armas, además de llevar a cabo acciones de reclutamiento.
El CIRA y PIRA son grupos mucho más reducidos, pero tampoco han cesado su actividad. Los primeros decretaron su desarme en 2017 pero todavía continúan con su lucha armada tras asegurar poco después que no iban a llevar a cabo el alto el fuego. Son los principales sospechosos del asesinato a un ex líder de la organización y en 2014 intentaron atentar contra la PSNI, pero el ataque fracasó después de caerse la carga explosiva colocada en un coche de policía.
Los Provisionales, responsables de 1771 asesinatos durante el conflicto norirlandés, están implicados en casos de contrabando y violencia. Varios de sus combatientes decidieron abandonar el grupo y unirse a la Acción Republicana Contra las Drogas, hoy reunificado bajo el nombre de Nuevo IRA. En 2015 miembros del PIRA asesinaron a Kevin McGuigan, un ex miembro del grupo, porque creían que era el responsable de haber matado dos años antes a Gerard Davinson, uno de los líderes del Provisonal. Las disputas internas siempre han estado presentes en el Ejército Republicano Irlandés y las múltiples escisiones realizadas desde su creación son una clara muestra de ello.
En el bando unionista, en cambio, siguen activos la Ulster Volunteers Force (UVF), Ulster Defence Association (UDA) y Loyalist Volunteer Force (LVF). Son grupos con pocos miembros entre sus filas, pero todavía llevan a cabo actos criminales como desórdenes públicos, atracos, robos, extorsiones, contrabando y tráfico de drogas. La LVF, por ejemplo, asesinó en 2001 a Martin O´Hagan, un periodista irlandés que investigaba las conexiones entre el grupo y el narcotráfico. Los líderes de UDA, por su parte, difundieron un comunicado en la revista ‘The Loyalist’ asegurando que no se disolverán mientras persista la amenaza paramilitar republicana.
Conflicto social
No obstante, la violencia existente hoy en día en Irlanda del Norte no es solo fruto de los grupos paramilitares -convertidos en algunos casos en bandas criminales. En las zonas más desfavorecidas de la provincia del Ulster, principalmente, también se manifiesta en forma de discriminación y sectarismo.
Las calles de Belfast todavía están divididas por las Peace Lines, muros de hasta 7 metros de altura levantados entre barrios católicos y protestantes con el objetivo de evitar la confrontación. A media noche las puertas que conectan ambas comunidades se cierran por seguridad y los residentes se ven obligados a tomar rutas alternativas. Además, se pueden observar pintadas y murales que honran a los distintos grupos paramilitares y líderes fallecidos o encarcelados. También es habitual ver objetos como bombas de humo, ladrillos, piedras o pelotas de golf lanzarse de un lado a otro de la tapia. Por otro lado, en la capital, más del 90% de los colegios están segregados entre católicos y protestantes y se dan casos discriminatorios en el reparto de viviendas y en el mercado laboral.
Asimismo, durante las marchas de Orange, que conmemoran la victoria en 1690 del rey protestante Guillermo de Orange sobre el monarca católico Jacobo II, la tensión aumenta y se producen graves incidentes entre las dos comunidades -hasta los niños participan. El desfile culmina con la quema de enormes hogueras, donde los unionistas aprovechan para provocar a los nacionalistas al colocar banderas de la República de Irlanda, caras de miembros del Sinn Fein o líderes de grupos paramilitares rivales.
El Brexit y el Acuerdo de Viernes Santo
El Brexit marco un punto de inflexión a un conflicto que se encontraba congelado desde los Acuerdos de Viernes Santo, y que desde entonces se había visto reducido a la delincuencia habitual en el Norte de Irlanda y al juego político entre republicanos y unionistas. Hay dos razones principales por las que la salida de Reino Unido de la Unión Europea supone un cambio sustancial para Irlanda del Norte: el 55,78% de la población voto a favor de mantenerse dentro de la Unión, y lo más importante que la salida hace peligrar el Acuerdo de Viernes Santo, que es el sustento de todo el proceso de paz en Irlanda del Norte. Este acuerdo, firmado en 1998, supuso la desaparición de controles en la frontera con la República de Irlanda haciendo desaparecer para muchos la separación que existe en la isla. Debido a la incertidumbre que creó la apertura de este proceso y sus consecuencias el principal partido republicano, Sinn Fein, pronto tomó la iniciativa, así como gran parte de la comunidad católica. Esto se vio reflejado en las elecciones al parlamento del Ulster en marzo de 2017, que dejo a los republicanos a las puertas de lo que habría sido su primera victoria electoral, con 39 parlamentarios frente a los 40 de los unionistas.
Con estas elecciones no solo se terminó de romper el “pacto social”, sino que también se destruyó el consenso político nacido del Acuerdo de Viernes Santo, el cual ahora está en serias dudas de supervivencia. Según el acuerdo está establecido que el ejecutivo debe ser ocupado por una coalición obligatoria entre las dos mayores fuerzas políticas, lo que siempre ha involucrado a gobiernos de unidad entre el republicano Sinn Fein y el unionista Partido Unionista Democrático (DUP). Pero tras unas elecciones adelantadas por la ruptura del pacto por parte de Sinn Fein, ante casos de corrupción del DUP, y un aumento al apoyo a los republicanos quedando Sinn Fein a solo escaño del DUP ha sido imposible que se llegue a un nuevo pacto de gobierno y Stormont continúa tras 2 años con un ejecutivo en funciones.
Las disputas son varias, desde la cuestión del idioma gaélico, el matrimonio homosexual o una investigación sobre los asesinatos durante los “Troubles”. El DUP es un partido ultraconservador unionista que se niega a ceder terreno ante los republicanos tanto en cuestiones progresistas, como el matrimonio homosexual o el aborto, como en cuestiones de identidad, siendo uno de los escollos para el acuerdo del Brexit pues se niegan a que haya diferencias de trato entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido, pues abre la puerta para la separación. Esto último se debe a las elecciones generales de 2017, donde May perdió la mayoría que tenían los conservadores y se vio obligada a pactar con el DUP para mantenerse en el ejecutivo. Desde entonces ha tenido que ofrecer generosas partidas para el Norte de Irlanda al igual que favorecer al DUP en su agenda ultraconservadora.
El ejecutivo británico continúa intentando favorecer el diálogo entre los partidos norirlandeses y a pesar de la falta de gobierno en el Ulster no ha tomado medidas para no agravar la situación, aprobando partidas económicas Westminster para que los funcionarios puedan mantener los servicios públicos, a pesar de que el DUP pide que se declare la “Direct Rule From London”. Recientemente el Secretario General del DUP dijo específicamente que esto debía hacerse si el 30 de marzo había un Brexit sin acuerdo. Pero esto podría rompería definitivamente el Acuerdo de Viernes Santo, que ya está moribundo, al liquidar el autogobierno. La última vez que esto ocurrió fue en 2002, y duró hasta 2007.
Esta batalla política se ha traducido en que Sinn Fein ha terminado por pedir oficialmente un nuevo referéndum para la unión con Irlanda, esto se apoya en las premisas del propio Acuerdo de Viernes Santo, que establece que si hay una mayoría que desea la unificación con Irlanda debe realizarse un referéndum. En base a la ruptura de una frontera sin controles, como establece el acuerdo, y teniendo en cuenta que el Acuerdo de Viernes Santo se votó con Reino Unido dentro de la Unión Europea y el resultado del Brexit, los republicanos reclaman ahora que estas condiciones justifican la celebración de un nuevo referéndum. El argumento continúa en esta línea y Sinn Fein reclama que el pueblo de Irlanda del Norte no ha dado su consentimiento para dejar la Unión Europea, es este concepto, el de consentimiento, la base del Acuerdo de Viernes Santo y es por ello que encuentran la legitimidad para pedir esta votación.
“Si los políticos británicos son incapaces de reconocer y defender el Acuerdo de Viernes Santo y prevenir una frontera dura, con la salvaguarda como último recurso, la única opción final es un referéndum para la unidad irlandesa”
Mary Lou McDonald, presidenta de Sinn Fein
La aquí mencionada “salvaguarda” ha sido uno de los grandes escollos del Brexit, aunque sirve para evitar esa frontera dura el necesario aliado de los conservadores, el DUP, se opone frontalmente. Pues para los unionistas esto derivará tarde o temprano en una ruptura del país a medio o largo plazo. En palabras de Arlene Foster, líder del DUP: “Nadie quiere una barrera en la isla de Irlanda. Pero esto no puede evitarse a costa de levantar una frontera interna en el Reino Unido. Eso es inaceptable”
Esta salvaguarda establece que en caso de que no hubiera acuerdo pasado el periodo de transición hasta 2020 para negociar la nueva relación entre la Unión Europea y Londres, la frontera irlandesa mantendría un estatus especial siguiendo en la unión aduanera. Es por ello que May intenta renegociar un acuerdo que pueda llevar ante el DUP y el sector más conservador de su partido, pero las autoridades europeas se niegan a reabrir negociaciones respecto al Acuerdo de Salida. El resultado es que en este momento no hay acuerdo y dependerá de las próximas negociaciones entre el ejecutivo británico y Bruselas si es posible otro escenario.
Conclusiones
Lo que ocurra en Irlanda del Norte, su futuro, está ligado al devenir del Brexit y las acciones que lleve a cabo Reino Unido para mantener su posición en la isla. El escenario ideal para los británicos sería crear un nuevo status quo que resuelva el foco de las tensiones: la frontera. Para ello se abren distintos escenarios, uno sería la derrota del Brexit al no abandonar la Unión Europea, lo cual supondría una humillación, aunque seguramente calmaría la situación. Otra posibilidad es un acuerdo favorable que acepten todas las partes y permitan una frontera abierta, pero este escenario es muy complicado por la composición del parlamento y el poco tiempo, de primeras necesitaría de una extensión del artículo 50 del TUE, sería más probable con un gobierno laborista y un parlamento nuevo, lo que necesitaría elecciones generales.
Si la situación es más complicada, y puede serlo, Reino Unido podría verse en la situación de tener que tomar acciones directas en Irlanda del Norte ante un eventual Brexit sin acuerdo que restauraría una frontera dura con Irlanda. Este hecho haría aumentar la serie de movimientos que hemos estado viendo por parte de los grupos armados al igual que redoblaría los esfuerzos políticos de los republicanos. En esta situación, sin un gobierno en Irlanda del Norte y ante un aumento de los problemas, no sería raro un restablecimiento de la “Direct Rule From London” y de hecho el MI5 ha aumentado su presencia desde los últimos acontecimientos.
Por último, sería posible que se diera un referéndum para resolver la cuestión, pero para ello hace falta un gobierno que no dependa del Partido Democrático Unionista. Las posibilidades al final son varias, una resolución del problema a corto plazo tratando solamente la frontera, a largo con el referéndum o podemos tener un aumento de las tensiones y estancamiento, que no haya gobierno ni se arregle el problema fronterizo.
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