Cisjordania cuenta con aproximadamente tres millones de habitantes, siendo en esta región donde reside un mayor número de palestinos si exceptuamos a la diáspora. Limitada por la frontera jordana y la Línea Verde –demarcación establecida tras la guerra de 1948 entre el recién creado Estado de Israel y diversos países árabes–, la población palestina de Cisjordania sufre desde hace años una pérdida paulatina de autonomía y territorios, hecho especialmente visible tras la construcción del muro y la creciente aprobación de asentamientos para el establecimiento de colonos sionistas en lo que desde Israel denominan Judea y Samaria.
El Área A comprende las principales ciudades palestinas de Cisjordania –Nablus, Yenín, Ramala, Belén, Tulkarem Qalqilya, Jericó y parcialmente Hebrón–. Esta zona es la única en la que la administración civil y la seguridad recae sobre la Autoridad Nacional Palestina (ANP). La Zona B abarca aproximadamente un 25% de Cisjordania e integra a la mayoría de poblaciones palestinas. En ellas, la ANP controla la administración civil, pero el control de la seguridad es ejercido de forma conjunta por el gobierno palestino e israelí. Al resto se le denomina como Área C, que incluye los asentamientos, puestos militares y carreteras. Esta zona, que abarca aproximadamente un 63% de Cisjordania, se encuentra bajo el control civil y militar de Israel. En ella se hallan la práctica totalidad de los recursos naturales, impidiendo el acceso de los palestinos a, por ejemplo, los pozos de agua. Esto tiene unas consecuencias catastróficas para la economía palestina, muy dependiente del sector agrícola.
A grandes rasgos, lo que conseguía esta división es que no existiese una conexión territorial entre las poblaciones palestinas, creando una serie de islas o bantustanes, así llamados por su similitud con el sistema del Apartheid sudafricano. A esto habría que sumarle la progresiva calificación por parte de Israel de zonas del Área C como “tierras estatales”. En ellas, declaradas ilegales por la legislación internacional, se establecen los asentamientos de colonos, pero también son a menudo consideradas como campos de tiro para el ejército, reservas naturales o se establecen factorías para la agroindustria israelí.
Pero el punto álgido de la anexión de tierras palestinas por parte de Israel llegó con el inicio de la construcción del muro que debería dividir Cisjordania del Estado de Israel. En la práctica, solo el 22% del muro transcurre estrictamente por la Línea Verde, el resto atraviesa en mayor o menor grado territorio de Cisjordania, llegando a penetrar en algunos puntos más de veinte kilómetros. Esta barrera de hormigón, que incluye torres de vigilancia y caminos de uso únicamente militar a ambos lados, también cruza en algunos puntos el interior de poblaciones palestinas
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