De la insurgencia armada al terrorismo contra la población civil
Una vez las fuerzas rusas vayan acabando con los restos de combatientes que estaban llevando a cabo una insurgencia armada, éstos, desesperados, decidirán apostar por el terrorismo como última baza. Sabían la conmoción y el duro golpe que suponían para la sociedad rusa los actos terroristas realizados contra la población civil, por lo que se decidirán a llevarlos a cabo sin ningún tipo de escrúpulos con el fin de obligar al gobierno ruso a cumplir sus exigencias.
Los combatientes chechenos llevarán a cabo numerosos ataques terroristas contra la población civil rusa, como el atentado en un festival de rock en 2003 donde murieron 16 personas y resultaron heridas 57, o el atentado en el metro de Moscú en 2004 donde murieron 39 personas y 122 resultaron heridas. Durante la década de los 2000, Rusia se va a ver fuertemente golpeada por la lacra del terrorismo yihadista.
En especial cabría destacar dos atentados que causarán un elevado número de víctimas civiles y dejarán auténticas secuelas en la sociedad rusa: el secuestro del Teatro Dubrovka en 2002 y la Masacre de Beslán en 2004.
Suicidas y viudas negras
De todos los distintos tipos de atentado que habían cometido los insurgentes chechenos (y de otras regiones del Cáucaso) en Rusia, habrá un nuevo tipo de atentado que se cometerá de manera cada vez más frecuente (y no solo en Rusia, sino en todo el mundo): el atentado suicida.
Muchos islamistas habían alcanzado un nivel de fanatismo tan alto que estaban dispuestos a inmolarse en caso de que hiciese falta, pues creían que serían premiados por ello en el más allá. Si se encontraba gente dispuesta a cometer un atentado suicida, este atentado resultaba más eficaz que cualquier otro tipo de atentado. En primer lugar, era menos costoso, pues no hacía falta invertir tanto tiempo en preparar el atentado, colocar los explosivos, etc., sino que directamente el terrorista se acercaba al lugar donde se iba a realizar el atentado y se inmolaba. Por otro lado, suponía un golpe psicológico mayor para la sociedad, pues el terrorista estaba dispuesto a todo por cumplir sus objetivos, y esto hacía que fuese más difícil combatir este tipo de terrorismo. Finalmente, el terrorista fallecía tras inmolarse y de esta manera iba a resultar imposible capturarle e interrogarle.
Entre los terroristas suicidas habrá un número elevado de mujeres, que serán conocidas como “viudas negras”. Normalmente estas mujeres tenían un perfil muy específico; o bien eran chicas jóvenes de 17-20 años a las que habían lavado el cerebro, o bien eran viudas o familiares cercanos de combatientes muertos. El primer atentado de este tipo lo cometerá Hava Barayeva (sobrina de Arbi Barayev), de 17 años, quien conducirá un camión hasta un puesto de policía en Aljan-Yurt y lo explotará ahí, matando a dos policías. Este atentado no será el único, y a lo largo de la década de los 2000 se producirán varios atentados de este tipo [1].
Secuestro del Teatro Dubrovka
El 23 de octubre de 2002 los combatientes chechenos llevarán a cabo uno de los actos terroristas que tuvieron mayor repercusión y de mayor escala en la Rusia de hoy: el secuestro del Teatro Dubrovka. Un grupo de islamistas radicales tomará el control de un teatro cerca del centro de Moscú y tomará a todos los espectadores y actores como rehenes. El secuestro durará hasta el 26 de octubre, día en el que las fuerzas especiales rusas introducirán un gas somnífero en el teatro, a continuación, asaltarán el teatro, y conseguirán liberar a los rehenes y capturar a los secuestradores.
Según el FSB, en agosto de 2002 se celebró una reunión del círculo de Masjadov y otros líderes islamistas y separatistas en la que se apostó por llevar a cabo un acto terrorista a gran escala con el fin de golpear duramente a la sociedad rusa y de esta manera forzar al gobierno a suspender las operaciones militares y policiales en el suelo checheno. Aunque Masjadov seguía intentado ofrecer al mundo la imagen de un líder moderado y secular, el 18 de octubre de 2002 declarará en una entrevista a la agencia francesa AFP que “no tenía ningún problema en asociarse con Basayev y otros líderes radicales” y que “estaban preparando una operación única”, por lo que parece ser que la versión del FSB es cierta [2]. Shamil Basayev será el autor ideológico y el organizador del atentado, mientras Movsar Barayev (sobrino de Arbi Barayev) será el líder de los secuestradores y quien se encargue de llevarlo a cabo.
Para llevar a cabo el acto terrorista, se elegirán a 21 hombres y 20 mujeres. Se barajarán varios sitios para llevar a cabo el secuestro, y una de las mujeres, Yasira Vitalieva, se encargará de visitar y estudiar la seguridad de todos esos sitios para elegir el sitio ideal para llevar a cabo el atentado. Finalmente, se escogerá el Teatro Dubrovka, situado no demasiado lejos del centro de Moscú, donde en ese momento se estaba representando el musical “Nord-Ost”. La fecha inicial elegida para llevar a cabo el acto terrorista era el 7 de noviembre, pero ante la presión policial optarán por adelantarlo al 23 de octubre.
El 23 de octubre de 2002, a las 21:05, los secuestradores llegarán al teatro en tres minibuses. Entrarán al teatro por la fuerza, eliminando a los escasos guardias de seguridad que había (en torno a 5). El grupo principal se dirigirá al salón donde se estaba representando el musical Nord-Ost (donde se encontraban en torno a 800 personas), mientras el resto de secuestradores buscarán al resto de personas que pudiese haber en todo el edificio para trasladarles al salón principal. Entre estas personas estaban los actores que aún no habían entrado en escena y otros trabajadores de la obra, y 30 estudiantes de la Escuela de Danza Irlandesa de Moscú.
En ese momento se estaba representando el musical, y de repente saltó a la escena un secuestrador armado con un fusil que comenzó a disparar al techo y exigió a los actores que bajasen de la escena al salón. Declararán a todos los espectadores como rehenes y minarán la sala. Buena parte de las mujeres estaban equipadas con cinturones explosivos. Los secuestradores afirmarán que, por cada uno de ellos eliminado, ellos asesinarán a 10 rehenes. Algunos actores y trabajadores del teatro tendrán suerte y conseguirán escapar en los primeros minutos del secuestro. A algunos espectadores se les permitirá llamar a sus familiares y avisarles de que estaban secuestrados.
Nada más conocerse la noticia del secuestro, se enviarán unidades de policía, OMON y SOBR, y todos los medios de comunicación rusos se trasladarán al lugar. Los secuestradores declararán que no tienen pretensiones sobre los ciudadanos extranjeros y liberarán a 75 personas procedentes de otros países. El teniente coronel Vasiliev conversará con los secuestradores y ofrecerá servir él como rehén a cambio de liberar a los niños. Los secuestradores no le creerán y será asesinado.
Durante los días 24 y 25, los rehenes continuarán encerrados en el teatro. El día 24, los secuestradores exigirán la suspensión de las acciones militares en Chechenia. Las autoridades rusas intentarán convencer a los secuestradores de dejar las armas y liberar a los rehenes a cambio de permanecer con vida. Los secuestradores harán oídos sordos a estas peticiones. Se intentarán establecer algunos canales de comunicación, y numerosos personajes públicos rusos acudirán al teatro a pedir a los secuestradores que por favor liberen a los rehenes. Entre estos personajes públicos podemos citar a la periodista Anna Politkovsksaya, al cantante Iosif Kobson, al pediatra Leonid Roshal, el ex primer ministro Evgeniy Primakov, y a los políticos de tendencia liberal-prooccidental Boris Nemtsov, Irina Jakamada y Grigoriy Yavlinsky (los cuales defendían una política más blanda respecto a Chechenia y con los cuales los secuestradores estaban dispuestos a hablar). Los secuestradores no recularán en sus posiciones, pero se conseguirá liberar a algunos rehenes, sobre todo niños.
Finalmente, el 26 de octubre, las autoridades rusas se decidirán por tomar el teatro y neutralizar a los secuestradores. Las unidades encargadas de llevar a cabo esta acción serán los grupos Alfa y Vympel dependientes del FSB, especializados en la lucha antiterrorista. Los Spetsnaz cortarán la electricidad y dejarán a la sala donde estaban todos los rehenes sin luz. A continuación, introducirán un gas somnífero por la ventilación, y al cabo de unos pocos minutos, tanto los secuestradores como los rehenes caerán profundamente dormidos. Entonces los Spetsnaz entrarán, capturarán a los secuestradores, y los rehenes serán trasladados al hospital, en el que se tratará de curarles tras haber inhalado el gas.
Según las cifras oficiales, como resultado del acto terrorista murieron 130 personas (aunque cifras no oficiales hablan de 174 muertos). De estas 130 personas, 10 eran niños. De todo el equipo del musical Nord-Ost, murieron 17 personas, incluyendo dos actores niños que interpretaron a los personajes principales durante su juventud.
De estas 130 personas, 5 fueron fusiladas por los secuestradores, mientras el resto murieron en los hospitales al no poder tratarse los síntomas del gas somnífero. En cuanto a los secuestradores, absolutamente todos, los 21 hombres y 20 mujeres, resultarán muertos. El resto de rehenes, en torno a unos 786 de un total de 916, logrará sobrevivir.
No se puede decir que la operación fuese un éxito, pues si bien se consiguió acabar con los secuestradores y liberar a la gran mayoría de los rehenes con vida, 130 muertos es un número muy elevado, y mucho más teniendo en cuenta que la mayoría de estos muertos lo fueron por no poder tratarles correctamente tras inhalar el gas somnífero. No obstante, las unidades Alfa y Vympel realizaron sus deberes de manera completamente profesional y cumplieron con el plan establecido, y los médicos pusieron todos sus empeños en curar a los heridos. El problema vino precisamente por la burocracia y por la falta de coordinación entre ambas partes. Si bien la parte exclusivamente antiterrorista de la operación estaba bien planificada, no lo estaba el posterior traslado de los rehenes al hospital ni el suministro del tratamiento necesario para que se recuperasen del gas somnífero. La situación de los rehenes durante el secuestro (situación de estrés, estar sin apenas comer ni beber) hizo que los efectos del gas fuesen más severos. También cabría añadir que las autoridades rusas no querían revelar la composición del gas somnífero para evitar que posteriormente otros terroristas lanzasen ataques con ese gas, algo en parte lógico, pero que dificultó en buena medida la tarea de los médicos a la hora de tratar a los heridos.
Por otro lado, hay una importante diferencia en cómo se actuó frente a este acto terrorista y como se actuó frente a otros actos terroristas anteriores (como en Budyonovsk en 1995). La operación completa, como bien se ha dicho antes, no se puede calificar de éxito, pero ya desde un principio las autoridades rusas tenían claro como había que actuar y que no había que ceder ni en un milímetro a las exigencias de los terroristas. Si se cedía ante las exigencias de los terroristas, se les proporcionaba un soplo de aire fresco y su moral se veía aumentada, y se les demostraba que el terrorismo en verdad funcionaba, lo que no los llevaría a otra cosa que a cometer más actos terroristas con el fin de cumplir sus objetivos. La decisión de seguir hasta el final y de no negociar con los terroristas es una decisión dura y probablemente no sea la más popular, pero mirando los hechos desde una perspectiva histórica se ha demostrado que, al menos para el caso de Rusia y del conflicto checheno, ha sido la decisión adecuada.
La masacre de Beslán
El 1 de septiembre de 2004 se llevará a cabo el que probablemente sea el acto terrorista más terrible en toda la historia de Rusia: la masacre de Beslán. Un grupo de islamistas radicales de distintos orígenes tomará como rehenes a niños, profesores y familiares en el colegio Nº1 de Beslán (Osetia del Norte). El secuestro del colegio durará hasta el día 3 de septiembre. Los secuestradores colocarán explosivos a lo largo del colegio, y como resultado de la detonación de estos explosivos, así como por el fuego cruzado entre asaltantes y secuestradores durante el asalto al colegio, acabarán muriendo un total de 333 personas, entre ellas 186 niños.
Se eligió el colegio Nº1 de Beslán como objetivo del acto terrorista por varias razones. En primer lugar, tomando a niños como rehenes se buscaba atestar un golpe aún más duro a la sociedad rusa que en ocasiones anteriores, pues la sociedad civil se mostraba mucho más sensible cuando los rehenes eran niños que cuando eran adultos. En segundo lugar, era un colegio donde estudiaban muchos de los hijos de los dirigentes de Osetia del Norte. Se eligió Osetia del Norte debido a que se pretendía, además de golpear a la sociedad civil rusa, deteriorar las relaciones entre osetios e ingusetios (ambas naciones tenían rivalidades históricas), pues parte de los secuestradores eran de origen ingusetio.
El organizador de este acto terrorista será, una vez más, Shamil Basayev. Se formará un grupo de 34 personas, dirigidas por el ingusetio Ruslan Juchbarov. En el grupo había tanto ingusetios como chechenos, e incluso llego a haber un ruso culturalmente ruso que se había convertido al wahabismo. En cuanto a Masjadov, según la comisión parlamentaria rusa encargada de investigar cómo se llevó el acto terrorista, tomó parte en la planificación de éste, aunque Masjadov siempre lo negó.
El día 1 de septiembre de 2004, a las 9:05 los secuestradores llegaron a la escuela Nº1 de Beslán en varios automóviles. Era el primer día de colegio en toda Rusia, y los niños se habían reunido en el patio para un acto de ceremonia de inicio de las clases. Muchos padres y familiares también habían asistido al colegio ese día. Los terroristas entraron en el colegio, y comenzaron a disparar al aire y a obligar a los niños, profesores y familiares a entrar al edificio del colegio. Un número reducido de policías conseguirá llegar y se producirá un cruce de disparos entre los policías y los secuestradores, algunos de los cuales llegarán a recibir alguna herida.
A las 9:20, los terroristas consiguieron encerrar a la mayoría de niños, profesores y familiares en el interior del colegio. Los terroristas rodearon el edificio por varios lados para evitar que nadie escapase. 1100 personas habían sido tomadas como rehenes. Aun así, entre 50 y 150 personas, mayoritariamente alumnos de una mayor edad, conseguirán escapar. Sin embargo, ese día buena parte de las guarderías estaban cerradas, y los familiares de los alumnos se habían traído consigo a sus bebés y niños en edad preescolar, que también acabaron siendo rehenes.
Los terroristas llevarán a la gran mayoría de los rehenes al pabellón polideportivo. El resto fueron llevados al comedor y a otras aulas. Los terroristas requisarán todas las cámaras y teléfonos móviles. Los secuestradores mandarán construir barricadas en todas las entradas y ventanas del edificio. Los terroristas colocaran varios explosivos a lo largo del edificio. En el pabellón polideportivo, los explosivos conectados estarán unidos por un cable desplegado alrededor de toda la sala, y se colocarán dos pedales en los extremos de la sala que al pulsarlos detonarían los explosivos.
Los terroristas obligarán a los rehenes a hablar en ruso, para así entender todo lo que pudiesen decir. Un padre intentará calmar a sus dos hijos en idioma osetio y será asesinado por los terroristas. Otro rehén fue fusilado por negarse a ponerse de rodillas.
A las 10:00 se reunirá en la administración local de Osetia del Norte una comisión de emergencia dirigida por el presidente Alexander Dzajozov. Se evacuarán a los civiles de las zonas cercanas, se bloqueará el acceso a la zona y el colegio será rodeado tropas del MVD, de la policía y de fuerzas especiales.
A las 11:05 los secuestradores liberarán a una rehén con una nota en la que se pedía la asistencia de, entre otros, los presidentes de Ingusetia y de Osetia del Norte para establecer conversaciones y se proporcionó un teléfono para contactar con los secuestradores. Sin embargo, el teléfono estaba mal indicado y no se pudo establecer ningún contacto con ellos.
Entre las 16:00 y las 16:30, se produjo una explosión. Una mujer terrorista activará su cinturón explosivo por error. Uno de los secuestradores resultó gravemente herido y varios rehenes murieron. Para evitar que los rehenes mostrasen oposición ante esta situación de caos, los terroristas les dispararon. 21 personas resultaron muertas.
Los secuestradores no daban de comer ni de beber agua a los rehenes, e impidieron el acceso de estos a comida y bebida. Las autoridades rusas y algunos personajes públicos intentaron proporcionar comida y bebida a los rehenes, pero los secuestradores rechazaron dársela. En esa época en Osetia del Norte hacia bastante calor y las salas donde estaban los rehenes carecían de ventilación, por lo que al menos sin beber agua iba a ser difícil sobrevivir durante varios días.
El siguiente día, el 2 de septiembre, se seguirá intentando contactar con los secuestradores por varios canales para convencerles de que liberen a los rehenes. A las 15:30, el ex presidente de Ingusetia Ruslan Aushev consigue acceder al edificio y entablar conversaciones con los secuestradores. Aushev consigue que los secuestradores liberen a 26 mujeres con sus bebés.
Tras las negociaciones con Aushev, los secuestradores se volverán más agresivos hacia los rehenes. Los terroristas no dejaban traer agua a los rehenes, les impedirán ir al baño y ante ambas exigencias les obligarán a hacer sus necesidades en cubos de agua y a beberse su propia orina en caso de que tuviesen sed.
El 3 de septiembre los rehenes estaban en una situación desesperada y muchos habían caído inconscientes. Los secuestradores trataron de recolocar su sistema de explosivos, y acabaran activando dos bombas por error, lo que resultará en dos fuertes explosiones y en la destrucción parcial del tejado del edificio. Se producirá un incendio. Ante esta situación, muchos rehenes tratarán de huir, ante lo cual serán disparados por parte de los terroristas con armas automáticas y lanzagranadas, muriendo 29 personas. A los rehenes que sobrevivieron los terroristas les intentarán trasladar a otras salas, y a aquellos rehenes que eran incapaces de moverse, les fusilarán en el acto.
Tras estas explosiones, les será encomendada a las unidades Alfa y Vympel la misión de salvar a los rehenes y eliminar a los terroristas. Asimismo, se habían acercado a las afueras del colegio numerosos civiles. Algunos de estos civiles iban armados y habían formado milicias de autodefensa. También habrá presencia de policías, tropas del ejército y helicópteros.
Conforme los rehenes iban escapando, los trabajadores del Ministerio de Emergencias ruso y los civiles en sus automóviles les trasladarían al hospital más cercano.
Las unidades Alfa y Vympel asaltarán el edificio desde tres direcciones. Los terroristas tratarán de frenar el asalto mediante el uso de lanzagranadas y usando a los rehenes como escudos humanos. Se conseguirá apagar el incendio del edificio. Los civiles armados, desesperados por ayudar a sus familiares o cercanos, dispararán sin ningún tipo de coordinación a los terroristas y harán que la misión de las fuerzas especiales resulte más complicada.
Una vez todos los rehenes sobrevivientes se encontrasen fuera del edificio, se efectuarán varios disparos desde un tanque T-72 para acabar con los secuestradores que aún se encontraban ahí. A las 22:30 se declara que todos los terroristas están muertos o capturados.
En total, como consecuencia del acto terrorista murieron 334 personas, de las cuales 186 eran niños. 810 (entre los rehenes y las tropas que formaron parte) resultaron heridas. De esas 810, 479 eran niños, y 44 de ellos en edad prescolar. 163 fueron gravemente heridas, entre ellas 97 niños y 6 niños en edad prescolar. 72 niños y 69 adultos quedarían minusválidos. 17 niños resultaron huérfanos. 10 miembros de los Spetsnaz Alfa y Vympel murieron durante la operación, entre ellos 3 oficiales.
Este atentado fue, con diferencia, el atentado más terrible ocurrido en toda la historia contemporánea de Rusia, pues los terroristas no habían tenido absolutamente ningún reparo en secuestrar una escuela llena de niños y la mayoría de víctimas del acto terrorista fueron menores. No solo la sociedad rusa, sino toda la opinión pública internacional quedó en un auténtico shock. Las escasas simpatías pro separatistas chechenas que todavía quedaban en occidente acabarían desapareciendo, aunque lamentablemente en 2005 el canal estadounidense ABC emitió una entrevista a Basayev en la que se le permitió defenderse de las acusaciones rusas y en la que se blanqueó la imagen del terrorista. Esto suscitó fuertes protestas por parte de las autoridades rusas [3].
Asesinato de Ajmat Kadirov
Ajmat Kadirov fue la figura elegida para encabezar la nueva administración leal en Chechenia. En octubre de 2003, tras aprobarse la nueva constitución y las nuevas leyes electorales, se celebrarán elecciones en las que resultará ganador y se convertirá en el nuevo presidente de la república.
Tras convertirse en el líder de la administración leal a Rusia en la república, Ajmat Kadirov se convertirá también en el objetivo a eliminar de los islamistas. Desde que Kadirov se pasó al bando federal, sufrirá varios intentos de atentado, pero logrará salir ileso de todos.
Esta vez será distinto. Los insurgentes eligieron como día para llevar a cabo el atentado el 9 de mayo de 2004 y como lugar el palco VIP del estadio “Dinamo” de la república, pues ese día se iba a celebrar un acto en conmemoración de la victoria soviética en la Gran Guerra Patria. Los terroristas habían logrado hacerse pasar por albañiles durante la reconstrucción del estadio y habían conseguido colocar una serie de explosivos debajo de la tribuna. El día 9 de mayo de 2004, a las 10:35, mientras Ajmat Kadirov estaba sentado en el palco VIP observando el desfile, los terroristas activarán la bomba y una fuerte explosión sacudirá el palco. Ajmat Kadirov, así como las 6 personas que le acompañaban, resultarán muertas. Más de 50 espectadores resultarán heridos.
Tras su muerte, el primer ministro Serguei Abramov ejercerá como presidente en funciones. En agosto de 2004 se celebrarán unas nuevas elecciones, en las que Ali Aljanov resultará ganador y se convertirá en el siguiente presidente de la república.
Eliminación de los líderes insurgentes
A lo largo de la década de los 2000, los servicios secretos rusos conseguirán eliminar a los principales líderes insurgentes chechenos que no pueden recibir otra calificación que no sea la de terrorista (como Jattab o Basayev) y a aquellos que quizás no se les pueda calificar abiertamente de terroristas, como Masjadov, pero que no tenían problema alguno en asociarse con los que sí lo eran.
Tras la derrota de buena parte de las tropas separatistas en marzo de 2000, Jattab permanecerá escondido en las montañas junto a un grupo de guardaespaldas, y continuamente se moverá de un sitio a otro para evitar ser localizado por las autoridades rusas. Jattab estará prácticamente aislado, y la única forma que tenía era por medio de cartas, que enviaba a través de una cadena de mensajeros para evitar ser localizado.
Los servicios secretos rusos lograrán contactar con uno de estos mensajeros y sobornarlo. En marzo de 2002, este mensajero informará que se le había enviado una carta a Jattab desde Arabia Saudí. Un especialista en venenos rociará la carta con un agente nervioso-paralítico. Tras entrar en contacto con este agente nervioso, el sujeto moría al cabo de dos días. Finalmente, Jattab recibió la carta, y tras leerla, murió a los dos días. Las autoridades rusas se enterarán de la muerte de Jattab un tiempo después, cuando arresten a uno de sus guardaespaldas [4].
El siguiente en la lista será Ruslan Gelayev. Tras las distintas operaciones que se llevarán a cabo tanto por Rusia como por Georgia contra él y sus fuerzas, ahora solo disponía de un número limitado de hombres, y se movía de un sitio a otro sin ninguna base establecida. En diciembre de 2003, se trasladará junto con un grupo de 36 hombres desde Chechenia a Tsuntinsk, una región de Daguestán fronteriza con Georgia, pues buscaba huir a Georgia para pasar ahí el invierno. Ahí se encontrará con la Guardia de Fronteras dependiente del FSB, y se producirá un combate entre ambas fuerzas. Aunque al principio las tropas de Gelayev lograrán imponerse sobre la guardia fronteriza, pronto llegarán refuerzos, y el grueso del grupo de Gelayev será eliminado. Gelayev, una vez más, conseguirá escapar, pero esta vez solo. Gelayev permanecerá escondido durante un tiempo. A finales de febrero del 2004, se topará por sorpresa con dos guardias fronterizos, y Gelayev conseguirá abatir a los guardias, pero resultará gravemente herido en el brazo izquierdo. Desangrándose casi por completo, se sentará en un árbol a 50 metros y se cortará el brazo con el objetivo de amputarlo y evitar un desangramiento mayor. No le saldrá demasiado bien, y a los pocos minutos resultará muerto como consecuencia de la enorme pérdida de sangre. A principios de marzo, el FSB encontrará su cuerpo y confirmará su muerte [5].
Masjadov resultará muerto en marzo de 2004 como resultado de una operación de las fuerzas especiales del FSB. Masjadov se escondía con algunos de sus hombres en un búnker situado debajo de una casa en un poblado en Tolstoy-Yurt. El objetivo inicial era capturar vivo a Masjadov, pero él y sus hombres ofrecerán resistencia, y se producirá un enfrentamiento entre ambas partes. Masjadov acabará herido, y su sobrino y guardaespaldas le matará para evitar que cayese preso en manos rusas [6]. La muerte de Masjadov despertará algunas críticas desde occidente, pues se seguía viendo a Masjadov como un líder moderado con el que se podía negociar, y se acusó a Rusia de eliminar a este líder para no negociar con los separatistas, y de que a Rusia le interesaba que fuesen los islamistas los que liderasen el movimiento separatista para así justificar la vía militar. Sin embargo, hay que entender que Masjadov se convirtió en un rehén de los islamistas radicales ya en el periodo de entreguerras, y en este momento no era más que una marioneta que los islamistas utilizaban para dar una cara amable del independentismo de cara a occidente y a la opinión pública mundial, mientras en Rusia actuaban como auténticos salvajes.
El último en morir será Basayev. Los servicios secretos rusos llevaban bastante tiempo buscándole. Finalmente será localizado en junio de 2006 en la localidad de Tirniaus, en Kabardino-Balkaria. A partir de ahí se seguirán los pasos de Basayev. El 10 de julio de 2006, en Ekazevo (Ingusetia), un camión cargado con 100 kg de TNT explotará y se llevará consigo el automóvil donde se encontraba Basayev en ese momento. Los combatientes se habían dirigido a cenar y a dormir en un motel, en el que se les echó somnífero en la comida. Posteriormente agentes del FSB se llevaron el camión y lo cargaron de explosivos hasta arriba. Cuando los combatientes fueron a arrancar el camión, este explotó, llevándoselos por delante. De esta manera resultaba aniquilado el terrorista Nº1 de la Federación Rusa [7].
Fin de las operaciones antiterroristas
El 16 de abril de 2009 se levantará el Régimen de Operación Antiterrorista en Chechenia. El conflicto checheno se daba por finalizado. A partir de ahora, si hiciese falta efectuar una operación antiterrorista se llevaría igual que en el resto del país, y no participarían más unidades policiales que las estrictamente necesarias.
Realmente, la Segunda Guerra Chechena había acabado mucho antes de abril de 2009, pero las autoridades esperaron a asegurarse de que se hubiesen acabado con los últimos reductos de los combatientes para levantar el Régimen Especial. Tampoco podríamos decir que la guerra hubiese acabado en marzo del año 2000 tras acabar las operaciones militares a gran escala, pues la lucha contra la insurgencia armada y el terrorismo causó un número de bajas comparable a la guerra convencional. Pero quizás si podamos decir que para los años 2003-2004 la guerra ya había acabado y aunque continuarían llevándose a cabo operaciones antiterroristas (incluso alguna vez a día de hoy), ya no se podía hablar de guerra.
Situación después de la guerra. Conclusiones
En la Segunda Guerra Chechena, según las cifras oficiales rusas, hubo un total de entre 7.217 y 7.425 bajas por parte federal, y un total de 16.299 bajas por parte separatista. 11.272 separatistas/islamistas acabaron presos o entregaron las armas. En cuanto a las bajas civiles, es difícil saber cuál fue el número real de víctimas. Según el economista ruso especializado en demografía Sergei Riazantsev, para el año 2003 hubo entre 5.000 y 6.000 civiles muertos, por lo que para el año 2009 probablemente la cifra sea ligeramente superior (posiblemente en torno a 10.000).
La Segunda Guerra Chechena fue una guerra mucho más cruel y despiadada que la primera, ya bastante dura de por sí. Esta vez el Estado y las fuerzas rusas aprendieron las lecciones de la primera guerra y llevaron a cabo las operaciones militares con una mayor planificación y una mejor estrategia. Asimismo, los éxitos militares de las tropas rusas en esta guerra llevaron a un aumento de la popularidad de Vladimir Putin, y debido a varios factores, pero entre ellos a estas victorias militares, Putin conseguirá consolidar su poder y ocupar el trono que tras la retirada de Yeltsin de la política aún no estaba del todo claro quien lo ocuparía.
Una vez acabada la guerra, la situación en el Cáucaso Norte volvió a ser relativamente estable. No obstante, aún sigue habiendo cierta presencia de grupos extremistas y de manera esporádica continúan produciéndose incidentes. El terrorismo yihadista no desaparecerá tras la derrota de los islamistas chechenos, y por desgracia desde el segundo lustro de la década de los 2000 hasta nuestros días Rusia se verá afectada por no pocos atentados. Entre estos atentados podríamos citar el atentado en el metro de Moscú en 2010, con 37 muertos, el atentado en la estación de tren de Volgogrado en 2013 con 34 muertos, o el más reciente atentado en el metro de San Petersburgo en 2017 que se cobró la vida de 15 personas [8].
En cuanto a los separatistas, tras la muerte de Masjadov, Abdul-Jalim Sadulayev se convertirá en el líder de la República Chechena de Ichkeria en el exilio en 2005. Sadulayev será liquidado en 2006, y su lugar lo ocupará Doku Umarov. En 2007, Doku Umarov disolverá la República Chechena de Ichkeria y anunciará la creación del Emirato del Cáucaso. Si aún quedaba algún islamista con la careta puesta, ahora todos mostraban su verdadera cara. En 2015, el Emirato del Cáucaso jurará fidelidad ante el Estado islámico, y muchos islamistas chechenos, de otras regiones del Cáucaso e incluso de otras regiones musulmanas de Rusia se irán a combatir a Siria e Irak. Según estadísticas rusas de 2017, en torno a 786 chechenos han combatido en Siria e Irak en las filas yihadistas, y según estadísticas de la empresa estadounidense Soufan Group (datos también de 2017) un total de 3.417 ciudadanos rusos han llegado a combatir en Oriente Medio en las filas integristas islámicas [9][10]. Este hecho es una de las razones por las que Rusia está interviniendo en Siria, pues es preferible acabar con los yihadistas sobre el terreno para evitar que vuelvan a Rusia con experiencia militar y lleven a cabo nuevos ataques. También, aunque en menor medida, algunos islamistas chechenos llegarán a combatir en la Guerra Civil en el este de Ucrania, apoyando al bando estatal contra las autoproclamadas repúblicas populares. Esto se debe en buena parte a las excelentes relaciones de los islamistas chechenos con algunos militantes de la extrema derecha ucraniana, y a la animadversión de ambos a Rusia.
En cuanto a la situación de la República de Chechenia ahora integrada en la Federación Rusa, continuará el rumbo que había iniciado anteriormente. En febrero de 2007, el sucesor de Ajmat Kadirov Ali Aljanov presentará su dimisión, y Ramzan Kadirov, el hijo de Ajmat, ocupará el puesto de presidente de la república. Ramzan Kadirov continuará siendo presidente de Chechenia hasta el día de hoy. Bajo su mandato se continuarán las políticas de sus predecesores, Chechenia pasará a ser una república estable, y se combatirán con efectividad los últimos reductos de terrorismo, aunque también es cierto que acabará estableciendo un dominio prácticamente incuestionable y algunos críticos y activistas le acusarán de autoritarismo. Chechenia pasará a disponer de una gran autonomía, probablemente mayor que cualquier otro sujeto federal ruso. El Estado ruso inyectará enormes cantidades de dinero a la república y se volcará a fondo en la reconstrucción, para así asegurar la estabilidad de la república, y para mantener contentos y fieles a sus habitantes. Como resultado del esfuerzo invertido en la reconstrucción, hoy en día no queda prácticamente ningún rastro de la guerra (y eso que Grozni quedó reducido a prácticamente escombros). Debido al hartazgo de la guerra y del dominio islamista, y del gran apoyo económico que recibirá por parte del Estado ruso, la anteriormente separatista Chechenia pasará a ser una de las repúblicas donde el sentimiento unionista alcanza las cifras más altas.
Como probablemente en muchos sitios, la situación en Chechenia y el Cáucaso Norte está lejos de ser perfecta, y hay no pocos problemas políticos, económicos y sociales a los cuales hay que hacer frente. Pero si se puede afirmar, tras dos sangrientas guerras que se cobraron la vida de numerosos civiles y militares, que hoy en día por fin hay paz en el Cáucaso Norte y en Chechenia.
Referencias
[1] Actos terroristas suicidas cometidos en Rusia.
[2] Declaraciones de Masjadov en relación al acto terrorista en el Teatro Dubrovka
[3] Reacción rusa ante la emisión de la entrevista a Basayev por parte del canal estadounidense ABC
[4] Liquidación de Jattab
[5] Ruslan Gelayev
[6] Liquidación de Aslan Masjadov
[7] Eliminación de Shamil Basayev
[8] Atentados en Rusia entre 2008 y 2018
[9] Cifras de chechenos en las filas del Estado Islámico
[10] Cifras totales de ciudadanos rusos que combaten en las filas yihadistas en Oriente Medio
Bibliografía
El conflicto en Chechenia. Félix Vacas Fernández y José Luis Calvo Alberto. Publicación del Ministerio de Defensa de España.
Segunda Guerra Chechena: Conferencia de Evgeniy Norin
Secuestro del Teatro Dubrovka
Masacre de Beslán
Asesinato de Ajmat Kadirov
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