La Batalla de Raqqa ha sido una conflagración bélica acontecida en la actual Guerra de Siria entre el 6 de Junio y el 17 de Octubre 2017, enfrentando al Estado Islámico y a una coalición de kurdos, turcomanos, árabes y cristianos bajo las siglas SDF, apoyados por la Coalición Internacional dirigida por EEUU, además de pequeños grupos de voluntarios extranjeros. Los combates se han desarrollado dentro de la ciudad ocasionando su completa destrucción, la muerte de al menos 4.000 personas y la derrota yihadista en su capital, último bastión en la Gobernación de Raqqa.
Contexto
La ciudad de Raqqa ha sido siempre un enclave estratégico destacado a las orillas del Éufrates, la puerta de entrada de infinidad de pueblos invasores hacia la cuenca mediterránea a lo largo de la Historia. A su enorme potencial agrario gracias a la irrigación de ese río, se suma desde el siglo XX una ingente producción petrolífera y gasística, además de ser capital de la gobernación que lleva el nombre de la misma ciudad, con el flujo burocrático que ello supone. Estos tres factores posibilitaron que en medio del desierto se levantase una populosa ciudad de más de 200.000 habitantes.
A pesar de ser una potente ciudad, donde el aparato de la burocracia estatal y militar estaban muy presentes, la estructura social tradicional se conservó, destacando cuatro grandes tribus: Al Breij y al Batrayath, históricamente opositoras y muy unidas al Baath iraquí y al movimiento unionista con Irak; y Al Jeel y Al Naim, mimadas generosamente por el gobierno sirio. Estas tribus, árabes, son generalmente hostiles a la presencia kurda, con quienes han tenido enfrentamientos en el pasado por los pastos, como es el caso de los Al Naim por las tierras de Ayn al-Arab (Kobane) y por reasentamientos de población árabe en zona kurda tras las construcción de la faraónica presa de Tabqa.
La invasión de Irak afectó seriamente a la región a partir de 2003, ya que no solo llegaron cientos de miles de refugiados, sino que también se convirtió en lugar de contrabando, de tránsito de combatientes y en la última retaguardia de la insurgencia. En estos años se comenzaron a tejer una serie de relaciones personales que resultarían claves para el auge yihadistas que vendría posteriormente.
En 2011, al comenzar el levantamiento rebelde, las tribus de al-Breij y al-Batrayath se unieron a las filas opositoras, junto a una parte amplia de la sociedad civil. Las protestas se sucedían y la rebelión prendió con fuerza en las zonas rurales, a la vez que comenzó un flujo de refuerzos desde el vecino Irak. Desde allí, el Estado Islámico de Irak, la marca local de Al Qaeda con una década de experiencia a sus espaldas, envió de vuelta a sus voluntarios sirios para infiltrarse en la rebelión y capitalizarla, conformando el Frente Al Nusra. De esta manera, la ciudad de Raqqa fue tomada al asalto por una amplia coalición dirigida por el Frente Al Nusra en marzo de 2013.
Pero la toma no fue completa, ya que los soldados del Ejército Sirio supervivientes se retiraron a su base en las afueras de la ciudad, atrincherándose y resistiendo gracias al apoyo aéreo. Y no era el único cuartel gubernamental que resistía en la zona rodeado de enemigos, ya que en la cercana ciudad de Tabqa resistía un importante aeródromo poderosamente fortificado.
Aparte de la resistencia gubernamental, en esta etapa Estado Islámico fue apartando y fagocitando progresivamente al resto de brigadas en la zona. Comenzó una guerra civil dentro del bando rebelde-yihadista, en la cual se hizo con el control del área por completo, canalizando el flujo de combatientes extranjeros. Una vez asegurado el control en el campo rebelde, el grupo tomó por asaltó tras duros combates los dos cuarteles que resistían en la zona en su ofensiva general de verano de 2014, ejecutando masivamente a sus defensores y obteniendo un cuantioso botín.
El 29 de junio de 2014 el grupo proclamó el Califato y Raqqa se convertía en su capital de facto, ya que estaba en una situación central entre sus territorios en Siria e Iraq y a salvo, alejada del resto de frentes. Con la ciudad lejos de la guerra, los combatientes extranjeros fluían hacia ella, considerándola un lugar de recreo. Se fue configurando una administración civil que proporcionaba una serie de servicios y colocaba a la población bajo el yugo de una interpretación extrema de la sharia, conformando una sociedad utópica con notables influencias de otros regímenes extremistas. Las ejecuciones y castigos corporales en público se sucedían diariamente, al calor de las recuperadas crueles formas de legislar de otros tiempos.
Conforme pasaban los meses, la situación en el campo de batalla se fue revirtiendo para el Califato: desde Iraq las fuerzas gubernamentales contaban con el apoyo de las masivas milicias chiíes y de la aviación de la OTAN; desde Siria, al Este las fuerzas gubernamentales eran reforzadas con el apoyo ruso y de diversas milicias, y, al Norte, los kurdos iban a la contraofensiva tras ser salvados in extremis por la OTAN en Kobane.
Esta situación conllevó al fin de la Arcadia yihadista instaurada en Raqqa, las bajas se acumulaban, los reveses en el campo de batalla se apilaban y los bombardeos empezaron a hacer acto de presencia. Atacar la ciudad desde el aire se convirtió en un símbolo recurrente para todo aquel que buscase sacar un titular fácil que resaltase su implicación en el combate contra el terrorismo.
El simbolismo de la ciudad como emblema de ISIS, además de su estratégica situación y dar un golpe de mano, hizo que en junio de 2016 el Ejército Sirio probase suerte en una catastrófica ofensiva desde Ithriya en dirección a Tabqa. Mientras las SDF se encontraban atascadas en Manbij, el gobierno sirio decidió aprovechar y adelantarse a recoger el premio gordo. Con este objetivo, se organizó un fuerte destacamento de 5000 hombres que avanzó inicialmente con rapidez por la carretera principal. Pero, tras un vigoroso contraataque de ISIS, los atacantes se retiraron de forma caótica con la misma rapidez. Tras esta fallida aventura, el gobierno sirio tardaría muchos meses en volver a acercarse a la región.
Mientras tanto, las SDF, tras conquistar el enclave de Manbij, volvieron su atención hacia el Sur, hacia la región de Raqqa, empezando un constante avance bajo el escudo protector de la aviación de la Coalición Internacional. Su mayor preocupación era que las Fuerzas Tigre del Ejército Sirio, tras asegurar Aleppo, avanzaran rápidamente por la orilla del Eúfrates tomando Tabqa e, incluso, llegando a las puertas de Raqqa. Con este fin se decidió posponer la toma de Raqqa y cruzar el Eúfrates, tomando Tabqa y su base para bloquear el avance gubernamental. El movimiento fue un éxito total, tras lo cual las SDF pudieron dedicarse tranquilamente a aislar y conquistar el valle de Jalab y, finalmente la ciudad de Raqqa.
La Batalla de Raqqa
Conquistar una ciudad del tamaño de Raqqa era un objetivo difícil para las SDF, ya que la cobertura aérea pierde parte de su efectividad en el contexto urbano, y sus precarias fuerzas terrestres habían sido extremadamente dependientes de la Coalición Internacional hasta ahora. Además, la creciente presencia del Ejército Sirio alrededor de Tabqa era una constante fuente de preocupación, ya que se temía que alcanzará Raqqa por el Sur. Por su parte, y como era previsible por el simbolismo de la urbe, ISIS decidió presentar una resistencia numantina en la ciudad, preparándose durante meses para su defensa construyendo trincheras, túneles, pasajes entre edificios, trayendo pertrechos… A su vez, buena parte de las jerarquías del grupo escaparon previamente a la batalla hacia Deir ez Zor.
Con esta situación, el 6 de junio las SDF anunciaron públicamente el inicio de la campaña para conquistar la ciudad, movilizando entre 30.000 y 40.000 milicianos y milicianas frente a unos 3000 defensores de ISIS. Los bombardeos de la Coalición fueron cada vez más intensos sobre la ciudad y sobre cualquier movimiento de militantes en sus alrededores a medida que se acercaba e intensificaba la batalla. Uno de los primeros objetivos de los bombardeos fueron los puentes que cruzan el Eúfrates al Sur de la localidad, su último acceso a territorio de ISIS.
Los defensores de la ciudad preveían el ataque por el Norte, y allí había dedicado buena parte de sus esfuerzos construyendo posiciones defensivas. Sin embargo las SDF, tras algún encuentro menor en el Norte, decidieron atacar Raqqa por sus flancos, lo cual permitió combatir en un terreno menos preparado y sorprender a los defensores.
El golpe por los flancos permitió a las SDF arrebatar rápidamente a ISIS el barrio viejo, cuyas callejuelas hubiesen resultado letales de haberse convertido en el último rincón de resistencia, tal y como ocurrió en Mosul. Los duelos de francotiradores fueron permanentes y, mientras ISIS desplegaba sus letales SVIED, las SDF contaban con el abrumador apoyo aéreo de la Coalición. Como combate urbano, una gran particularidad fue la carencia por parte de las SDF de grupos de vehículos de combate reseñables, más allá de un número limitado de humvees y vehículos diversos. Es de destacar la importancia de los cañones sin retroceso, utilizados ampliamente por los defensores para sorprender a posiciones y grupos de enemigos a largas distancias.
Avanzada la batalla, y más con el ánimo de evitar que el Ejército Sirio alcanzase Raqqa por el Sur que con el de aislar a los defensores, las SDF cerraron el cerco tomando la ribera occidental del Eúfrates. Los débiles contraataques de ISIS fueron desbaratados por el absoluto poder aéreo de la Coalición. A pesar de la dificultad de utilizarlos en zonas urbanas y de la enorme cantidad de civiles atrapados, utilizados como escudos humanos, los bombardeos no cesaron, sino que aumentaron exponencialmente a medida que continuaba la batalla. Fueron el factor determinante, sin el cual las fuerzas terrestres de las SDF, a pesar de su creciente material proveniente de Occidente, hubiesen sido incapaces de avanzar en la urbe y mantener sus posiciones a campo abierto con semejante éxito. Los combates siguieron siendo igualmente duros, aunque la ventaja de las SDF residía en que si se localizaba y enviaba la información sobre una posición de tiro o movimientos adversarios, la Coalición los volatilizaba.
A lo largo de toda la batalla, especialmente en sus fases finales, los civiles fueron emergiendo de entre las ruinas de su ciudad para huir y entregarse a las SDF. Abundan las imágenes de mujeres arrancándose sus burkas, pero mucho más comunes son las de civiles acobardados antes las posibles represalias. Se calcula que antes de la batalla había unos 200.000 civiles entre habitantes y refugiados de zonas aledañas, contando que muchos habían huido en los años anteriores hacia el exterior, especialmente a Turquía. Una vez en las líneas de las SDF, fueron tratados con corrección y llevados los refugiados a campos a la retaguardia (Hassaka). Desde las SDF se ha estado realizado una amplia campaña propagandística para ganarse el corazón y las mentes de los locales, aunque esto incluyese tratos con jefes tribales que beneficiase a antiguos colaboradores de ISIS.
En las últimas semanas, las líneas de ISIS colapsaron por completo, las fuerzas de las SDF irrumpieron embolsando a los supervivientes, que fueron masacrados en una brutal demostración aérea de la Coalición. El 9 de octubre, el portavoz de la Coalición reportó 75 bombardeos (que suelen implicar varios proyectiles/pasadas) solo en las precedentes 48 horas, lo cual implica una intensidad notable.
Diversos factores explican estos masivos bombardeos con el fin de terminar la batalla de Raqqa, que ya duraba cuatro meses y comprometía a buena parte de las unidades de las SDF disponibles.
- La Coalición siempre ha abogado porque es mucho más favorable a los intereses de sus miembros acabar con los miembros de ISIS en Siria e Iraq, que permitir que puedan retornar y atentar en otros lugares. En este caso, este interés entraba en conflicto directamente con la intención de proteger a los civiles, ni que decir de la infraestructura.
- Cada día de resistencia de ISIS era una victoria moral para el grupo, a la vez que entretenía a importantes unidades de las SDF, necesarias en las operaciones emprendidas en dirección a las zonas petroleras de Deir ez Zor, donde el Ejército Sirio se acercaba rápidamente.
Finalmente, tras los intensos bombardeos y la intermediación de diversos líderes tribales, buena parte de los supervivientes de ISIS llegaron a una especie acuerdo, del cual solo se sabe lo que ciertas investigaciones periodísticas han logrado sacar a la luz. Algunos miembros de ISIS se entregaron, otros se atrincheraron hasta el final y un gigantesco convoy evacuó a 250 junto a 3500 civiles hacia el Sur, tal y como desveló a mediados de noviembre una investigación de la BBC. Gracias a estos acuerdos, en los últimos días el frente se derrumbó rápidamente y, el 16 de octubre, la última resistencia terminó en el Hospital Nacional.
Las SDF habían logrado tomar la ciudad tras cuatro meses de intensos combates, pero el precio había sido elevado. Según comunicados oficiales, 655 milicianos murieron en la ofensiva, además de entre 1800-3200 civiles y aproximadamente 1200 militantes de ISIS. A su vez, unos 250 milicianos y 3500 civiles habrían logrado salir de la ciudad en función del acuerdo final entre las partes, sin contar la posibilidad de que otros muchos hayan logrado huir mediante contrabandistas y sobornos en distintas direcciones. Aparte de las importantes pérdidas humanas, la destrucción de la ciudad a causa de los combates y, especialmente, los bombardeos aéreos, ha sido absoluta. A lo largo de la batalla prácticamente la totalidad de la ciudad ha sido arrasada por cerca de 4000 ataques aéreos, infinidad de proyectiles de artillería de todos los calibres y unos 90 ataques suicidas. Además, habría que añadir la destrucción provocada en los choques y bombardeos a menor escala en los meses y años anteriores perfilados en el apartado de contexto.
Con tamaño balance, la ciudad se añade a la larga lista de ciudades “liberadas” pero, a su vez, arrasadas. El futuro abre diversos interrogantes interrelacionados: ¿serán capaces las SDF y su confederalismo democrático de controlar/aplacar a las tribus árabes?, ¿actuará el gobierno sirio en el futuro para recuperar un terreno que considera suyo?, ¿ha desaparecido ISIS o mantendrá focos de insurgencia como hizo en Iraq en 2009?, ¿quién y cómo reconstruirá la ciudad totalmente arrasada?…
BIBLIOGRAFÍA
- Los datos de Airwars acerca de la destrucción y los bombardeos sobre la ciudad. https//airwars.org/news/raqqa-capture/
- La investigación de la BBC acerca del acuerdo final entre ISIS y las SDF. www.bbc.co.uk/news/resources/idt-sh/raqqas_dirty_secret
- El seguimiento de la batalla realizado a tiempo real por el autor de este artículo para el mapa de Descifrando La Guerra, fundamentalmente los canales oficiales de todos los bandos en liza (YPG, SDF, ISIS y Coalición Internacional). De dicho seguimiento derivan los mapas a tiempo real de la Batalla de Raqqa.
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