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Gustavo Petro toma posesión como presidente de Colombia al frente de un gobierno plural y de mayorías

El domingo 7 de agosto Gustavo Petro toma posesión del cargo de presidente de Colombia. Por primera vez desde que el país elige a sus líderes, el ocupante de Casa Nariño será de izquierdas. Es también el candidato más votado de la historia colombiana, con once millones de sufragios apoyando la candidatura del Pacto Histórico que lidera Petro. Junto a Francia Márquez, primera vicepresidenta afrodescendiente, el nuevo presidente del país caribeño cuenta con cuatro años para poner en marcha las ambiciosas reformas que promete su programa electoral. Colombia, que se mantuvo ajena a las dinámicas regionales durante la marea rosa de inicios de siglo, tendrá ahora un gobierno autodefinido “progresista y de izquierdas”.

La fotografía oficial de Gustavo Petro
La fotografía oficial de Gustavo Petro. Fuente: Twitter del presidente

Petro ha alcanzado el máximo cargo del país como candidato del Pacto Histórico. Se trata de una coalición de 18 fuerzas políticas que se adscriben en la izquierda y el centroizquierda, constituida como plataforma para las elecciones de la primavera pasada. PH es la confluencia más amplia de la izquierda colombiana, y emerge tanto de las consecuencias del conflicto de las FARC como de una fuerte movilización de los movimientos sociales del país – feminista, antirracista, LGTBIQ… – que la represión del Ejecutivo saliente no ha logrado disolver. En la propia victoria del Pacto, los segmentos electorales históricamente marginados como los pueblos indígenas fueron determinantes. En su movilización ha jugado un papel fundamental su compañera de fórmula, ya que Francia Márquez es una conocida activista antirracista y por los derechos humanos en el país.

Esta transformación de la sociología electoral colombiana ha sido lo que ha permitido a Petro lograr, tras dos intentos fallidos, la presidencia. La trayectoria del nuevo presidente, economista de formación, comenzó como miembro del movimiento armado M-19 en 1977, siendo encarcelado durante dos años por ser parte del brazo político de dicha guerrilla. Fue parte de las negociaciones por la paz entre M-19 y el gobierno colombiano, y su posterior carrera política le llevó al Senado y a ser alcalde de Bogotá, capital del país, entre 2012 y 2015. Petro estuvo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en 2018, un ascenso meteórico tras no alcanzar el 10% de los votos en la primera vuelta de 2010, su primera intentona presidencial.

Una base amplia para sostener al gobierno

A pesar del éxito arrollador del Pacto Histórico en las elecciones presidenciales –en cuya primera vuelta Petro ya rompió su propio techo con más del 40% de los votos –, la coalición no logró tan buen resultado en las elecciones parlamentarias del pasado 13 de marzo. Bajo acusaciones de fraude por parte de prácticamente todos los contendientes, la actual composición de las dos cámaras del Congreso de Colombia otorga la bancada mayoritaria al Pacto Histórico en el Senado, con veinte escaños, y al Partido Liberal en la Cámara de Representantes, con 32. Pero el Senado colombiano tiene 108 sillas, y la Cámara tiene 188: la fragmentación en ambos es altísima.

Teniendo en mente este complejo escenario en el legislativo, el equipo del ya presidente electo ha buscado mantener buenas relaciones e incorporar a su bloque de gobierno a formaciones de todas las tendencias ideológicas desde la campaña por la segunda vuelta. En Colombia, la ley vigente obliga a los partidos presentes en las cámaras legislativas a elegir entre categorizarse como “De Gobierno”, “Independencia” u “Oposición”: de acuerdo a los posicionamientos durante la campaña, parecía que el bloque de gobierno de Petro quedaría muy lejos de la mayoría. No ha sido así, y la configuración de alianzas ya ha demostrado su solvencia al permitir que los presidentes de las dos cámaras parlamentarias sean miembros del Pacto Histórico.

El apoyo a Petro agrupa a formaciones de izquierda, como la Unión Patriótica, el Polo Democrático Alternativo, o Colombia Humana, integrados en Pacto Histórico, o Alianza Verde; a sectores del autodenominado “centro político”, como el Partido Liberal y segmentos de Coalición Centro Esperanza; y a formaciones y personalidades de la derecha y el conservadurismo, como el Partido de la U, fundado como apoyo a la elección de Álvaro Uribe en 2005. Actualmente, el bloque de apoyo al gobierno cuenta con 63 senadores y 114 representantes, garantizándose una sólida mayoría que el ejecutivo también refleja.

En asegurar el apoyo de tantos partidos fue esencial el trabajo de Roy Barreras, uno de los políticos más conocidos del país, exdirigente del Partido Liberal que se ha incorporado al Pacto Histórico. Barreras, elegido presidente del Senado en julio, se perfila como uno de los hombres fuerte, aunque con perfil propio, del nuevo mapa político colombiano. Su posición le concede un enorme poder, constitucional y también parlamentario y estratégico. Ha sido el encargado de configurar el reparto de las comisiones del parlamento como negociador por el Pacto, buscando una distribución que reforzase las alianzas establecidas por el ganador de las elecciones. En la cámara baja, David Rasero resultó elegido tras cierta ambigüedad sobre si el Partido Liberal le apoyaría o presentaría a su curul Katherine Miranda.

Composición de la Cámara de Representantes del Congreso de Colombia en 2022
Composición de la Cámara de Representantes del Congreso de Colombia en 2022. Fuente: CNN en Español

Tras la investidura de Petro, su trabajo pasará también por conseguir el apoyo de fuerzas que se declaran independientes, que son más de las que se han ubicado como Oposición. Entre ellas, sobresale el Partido Conservador, tercera fuerza en ambas cámaras, que dio la sorpresa al optar por ser independiente. También estará en manos de Barreras mantener al grupo de senadores del Pacto Histórico cohesionado. PH es una coalición heterogénea, por momentos contradictoria, que supo cohesionarse por la causa de ganar las presidenciales pero empieza a ver grietas en su luna de miel. Eso sí, las primeras fricciones entre ellos han surgido precisamente porque no toda la coalición apoyaba a Barreras para presidente del Senado.

Un ejecutivo que refleja la correlación de fuerzas

La pluralidad ideológica del gabinete de ministros 2022-2026 refleja bien la estrategia de construir un gobierno de “amplia base social” y parlamentaria. Así, el primer nombramiento del gabinete ha sido el de Álvaro Leyva como Canciller, en un gesto claramente simbólico: Leyva milita en el Partido Conservador, si bien no está vinculado a la actual dirección. Para una cartera de tanto peso como la Cancillería, Petro ha optado por un político experimentado que ha sido parte de la última asamblea constituyente y de las negociaciones de paz con las FARC. El conservador ya formó parte del gobierno de Belisario Betancourt, siendo la experiencia previa en un gabinete una cualidad que comparte con muchos de los ministros designados. Le acompañará como embajador ante Estados Unidos el candidato a la vicepresidencia por la Coalición Centro Esperanza Luis Gilberto Murillo, afrocolombiano y exgobernador del departamento de Chocó.

El nuevo ministro del Interior, Alfonso Prada, también proviene del conservadurismo, si bien cuenta con una evolución ideológica más amplia. Militante del Partido de la Unión por la Gente, más conocido como Partido de la U, pasó antes por el Partido Liberal y por Alianza Verde, y cuenta con una dilatada experiencia política. Ha sido concejal de Bogotá y ocupó varios cargos en el gobierno de Juan Manuel Santos, llegando a ser Secretario General de la Presidencia. En la campaña de Petro, trabajó en la preparación de los debates. Como Leyva con el Partido Conservador, es el único integrante del gobierno adscrito a su formación política. Sus labores pasan por la relación con el parlamento y el fomento de la cohesión territorial.

En el ámbito económico, el ejecutivo combinará a dirigentes del Pacto Histórico con otros del Partido Liberal y su coalición presidencial Centro Esperanza, que tras optar por ser parte del bloque de gobierno serán esenciales para impulsar la agenda del gobierno en el legislativo. En varias entrevistas durante la campaña de la segunda vuelta, Petro afirmó que su ministro de Hacienda sería un economista de su equipo, mencionando a tres candidatos liberales: el finalmente designado José Antonio Ocampo, Alejandro Gaviria, y Cecilia López Montaño. Los tres, exministros; los tres, parte de la Coalición Centro Esperanza; y los tres, desde hoy, compañeros de gabinete.

El nuevo responsable de Hacienda, José Antonio Ocampo, es uno de los economistas más reputados del ámbito público en Colombia. Militante del Partido Liberal, fue parte de los gabinetes de Gaviria y Samper en los años 90, y también candidato a presidir el Banco Mundial en 2012. En 2015, el expresidente Santos le designó primero director de su Misión Rural y luego codirector del Banco de la República. Ocampo se define como socialdemócrata y ha señalado que su tarea más urgente será la de articular una reforma fiscal que aumente la recaudación sobre la clase dominante y combata el fraude fiscal.

Alejandro Gaviria, por su parte, es uno de los políticos más conocidos del país y líder del movimiento ciudadano liberal Colombia Tiene Futuro. Será el nuevo ministro de Educación, tras haber competido – sin éxito – en las primarias para la elección presidencial en la Coalición Centro Esperanza y haber apoyado a Petro en la segunda vuelta. De familia política, Gaviria fue ministro de Salud con Santos y era hasta este año rector de la Universidad de los Andes, la más prestigiosa del país. Educación es una de las carteras con más peso para este mandato, pues Petro buscará fortalecer el sistema educativo y democratizar el acceso a la universidad, así como modificar los currículos. Ciertos analistas han señalado que, para Gaviria, entrar de nuevo en un gobierno supone un trampolín para una eventual candidatura presidencial.

La también militante de los liberales Cecilia López Montaño será la nueva ministra de Agricultura y Desarrollo Rural. Ministra de Minas y luego de Agricultura con Ernesto Samper, tras la derrota de su partido se posicionó en la campaña con Petro y ha sido parte de su equipo de transición. Asume una cartera que buscará aliviar la brecha territorial en Colombia, uno de los problemas sociales más acuciantes. La reforma agraria también es una de las piezas fundamentales del programa de Petro para el sector primario.

Composición del Senado de Colombia en 2022
Composición del Senado de Colombia en 2022. Fuente: CNN en Español

La pluralidad del Pacto Histórico, plasmada en el gobierno

La selección de tantos miembros del gobierno provenientes de partidos liberales y conservadores, sobre todo en carteras esenciales como Hacienda o la Cancillería, ha generado ciertas fricciones en el Pacto Histórico. Sin embargo, no puede decirse que la coalición liderada por Petro carezca de peso en el gobierno, contando hasta la fecha con seis ministros y varios independientes afines. Colombia Humana, el partido del presidente, está representado por Susana Muhamad, su Secretaria General en la Alcaldía de Bogotá. Asume la cartera de Ambiente y Desarrollo Sostenible que ya ocupó a nivel municipal en la capital colombiana, tras liderar el comité de empalme de este ámbito con el gobierno saliente. Sus primeros posicionamientos han sido el rechazo al fracking y las explotaciones mineras en páramos, así como el apoyo a la reforma agraria, que elaborará junto al ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.

Soy Porque Somos, partido de la vicepresidenta Francia Márquez, cuenta con más peso en el gabinete. Márquez será la próxima ministra de Igualdad, si bien el ministerio no se creará hasta 2024 y hasta entonces va a asumir un rol de coordinación de políticas sociales. El ministerio de Minas y Energía también lo asume una militante de SPS, Irene Vélez, reconocida militante por el medio ambiente y contra el extractivismo que tiene como labor impulsar la “Colombia, potencia mundial de la vida” que la candidatura de Petro tanto ha defendido. El nuevo gobierno da un gran peso a la transformación ecológica y energética del país, y busca dejar de ser un exportador de materias primas y perfilarse como productor de bienes y servicios a nivel global.

El Polo Democrático Alternativo, por su parte, tendrá asimismo presencia en el gobierno. María Isabel Urrutia, activista afrocolombiana y deportista profesional, será la representante del que es uno de los partidos de izquierda más grandes y con mayor poder institucional en Colombia. Urrutia es muy popular en el país, puesto que sus logros como halterófila dieron a Colombia la primera medalla de oro en unos Juegos Olímpicos en su historia. Por su trayectoria, ocupará la cartera de Deporte. El ministerio de Ciencia, uno de los que aún carecen de titular, también podría ir al Polo o a otra de las formaciones más a la izquierda dentro del Pacto Histórico, tras ciertos movimientos del sector liderado por Márquez y Urrutia para ganar fuerza en el gabinete.

El Partido Comunista Colombiano también tendrá voz propia dentro del gabinete. Su senadora Gloria Inés Ramírez, histórica sindicalista del país, será la ministra de Trabajo. Sus líneas políticas, según anunció al conocerse ayer su nombramiento, son el diálogo social y el trabajo digno, en línea con otras dirigentes como la chilena Jeanette Jara, también comunista, o la boliviana Verónica Navia. Asimismo, la Unión Patriótica de la que el partido es miembro fundador recibió el ministerio de Cultura, otorgado a la poetisa y activista por la paz Patricia Ariza. Hay que recordar que el PCC y la UP han sufrido durante décadas la persecución y el exterminio de sus líderes a manos del gobierno colombiano y distintos grupos paramilitares, llegando a recibir disculpas públicas de Juan Manuel Santos.

Petro nominó para Salud y Protección Social a Carolina Corcho, psiquiatra políticamente independiente que adquirió visibilidad pública por sus críticas a la gestión del COVID-19 en el país. La ministra se embarcará en la transformación del sistema de salud de Colombia, con el objetivo de eliminar las EPS, empresas privadas con competencias gestoras y de suministro de bienes sanitarios, y de fomentar la salud mental.

Finalmente, el ministro de Defensa Nacional será Iván Velásquez. Es también independiente, y se le considera uno de los ministros más rupturistas del nuevo gabinete: no es militar, sino defensor de los Derechos Humanos, y ha sido perseguido políticamente por el mismo departamento que ahora dirigirá. Velásquez fue miembro de la Corte Suprema de Colombia entre el 2000 y el 2012, donde investigó torturas y crímenes de lesa humanidad perpetrados por las autoridades del país, y posteriormente lideró la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) en 2013. Su trabajo en Guatemala implicó la salida del entonces presidente Otto Pérez Molina, militar y político implicado en varias tramas de corrupción, y una transformación del sistema político del país. Su labor ahora es la de poner límites al Ejército de Colombia, que desde que Petro fue designado ha visto la salida de varios generales reacios a servirle.

Una de las primeras tareas que asumirá el ministerio será eliminar la obligatoriedad del servicio militar. Asimismo, el ministro se ha comprometido a la cesión del control de la policía al Ministerio de la Paz, Convivencia y Seguridad, cartera sin ministro designado que implementará el gobierno de Petro. Esta medida ha sido la más duramente criticada por el presidente saliente, Iván Duque. Tanto el ministerio de la Paz como el de la Igualdad, ambos de nueva creación, han sido propuestas estrella del Pacto Histórico durante la campaña. Sin embargo, su viabilidad en el corto plazo se ve limitada porque Iván Duque y su gobierno aprobaron ya los presupuestos estatales de 2022 y 2023. El ministerio de la Paz, sin embargo, podría constituirse antes aprovechando los presupuestos policiales.

Alejandro Gaviria, ministro de Educación Nacional, con Gustavo Petro, presidente de Colombia. Fuente: uniminutoradio

Quedan aún por conocerse los titulares de Transporte, Comercio e Industria, Ciencia y Tecnología, y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Algunos nombres en las quinielas son el exsecretario de Hacienda de Bogotá Ricardo Bonilla, el exministro Rudolf Hommes, el periodista Luis Jorge Garay y los economistas Luis Fernando Medina y Jorge Iván González. Asimismo, varios de los ministros por anunciar serán mujeres o miembros de las comunidades originarias y racializadas de Colombia, destacando Aurora Vergara. Como parte de la inclusión de pueblos indígenas, ya se han otorgado las máximas responsabilidades de las oficinas de atención a los pueblos originarios y las víctimas del conflicto con las FARC a líderes originarios militantes del Movimiento Alternativo Indígena y Social.

En el proceso de nombramiento del nuevo gabinete, se ha informado de ciertas tensiones en el seno del Pacto Histórico, si bien los conflictos en los demás partidos han sido mucho más públicos. Así, la entrada en el gobierno y el apoyo al mismo no han sido posiciones unánimes en el Partido Liberal ni en el Partido de la U. En el caso del Conservador, la división se ha hecho pública a través de una carta pública de su expresidente rechazando apoyar a Petro como independientes. En el Partido Verde Oxígeno, liderado por Íngrid Betancourt, se acordó denominarse Oposición al gobierno; tras ello, fueron expulsados sus dos congresistas por estar en desacuerdo. Uno de ellos es el exvicepresidente Humberto de la Calle, antiguo miembro del Partido Liberal, al que podría reincorporarse.

Con un gobierno tan diverso y objetivos tan ambiciosos, quedará ver cómo inicia Gustavo Petro su mandato presidencial. El candidato ha presentado ya numerosas propuestas que quiere aplicar en el corto plazo, como la mencionada derogación del servicio militar obligatorio, la reforma fiscal o la prohibición de actividades extractivas. En política exterior, un ámbito de enorme relevancia para Colombia, el presidente ha dado muestras de cordialidad con EE. UU. y también con la vecina Venezuela, con quien reestablecerá el mismo 7 de agosto relaciones diplomáticas rompiendo así con años de “mano dura”. Gustavo Petro parece buscar proyectarse como un líder conciliador y asegurarse apoyos amplios a sus medidas. Las designaciones del resto de ministros y sus primeros meses al frente del país dejarán ver si estamos ante un líder más parecido a Boric o a Castillo.

 

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