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Crisis humanitaria en Tigray: Crónica de un desastre anunciado

Introducción

El pasado mes de noviembre, las fuerzas federales del gobierno etíope se adentraban en una lucha abierta contra el gobierno de la región del Tigray, al norte del país. El conflicto es el resultado de años de disputas y desencuentros entre esta región, fronteriza con Eritrea y, antaño, la más poderosa del país, con Etiopía.

 El gobierno etíope acusó al Ejecutivo de la región tigriña de atacar cuarteles del Ejército federal, por lo que envió sus tropas a la zona, tomando la capital, Mekele, el 28 de noviembre. El Ejército etíope contó con un inusual aliado: su vecino eritreo. Motivado por el acuerdo de paz firmado en 2018 con el presidente de Etiopía (poniendo fin a más de 20 años de estado de guerra entre ambas naciones), y por su rivalidad con el FLPT (partido gobernante en el Tigray), el presidente Isaias Afwerki intervino en el conflicto mandando tropas.

Tigray era una zona con diversos problemas humanitarios previos a la guerra, antes del conflicto, 96.000 refugiados eritreos acampaban en la zona, huyendo del gobierno de Afwerki y del servicio militar nacional que es, en la práctica, un régimen de esclavitud. Con la guerra, esta situación de crisis se ha recrudecido. Pese a su rápida conquista de la capital en noviembre, el Consejo de Seguridad de la ONU ha sido informado de que, probablemente, el gobierno etíope apenas controla el 40% de la región. El FLPT, con gran experiencia en la guerra de guerrillas, ha decidido continuar la lucha contra las fuerzas federales etíopes y las tropas eritreas. El cierre total de la región decretado por el presidente etíope Abyi Ahmed, podría todavía empeorar la situación humanitaria en esta pequeña región del Cuerno de África.

Transporte de tropas etíope durante los combates de noviembre. Fuente-AP

La guerra

La guerra del Tigray empezó en noviembre, cuando las tensiones entre el gobierno tigriña y el Ejecutivo etíope llegaron a su punto álgido. El presidente Abyi Ahmed y la región llevaban ya varios años de desencuentros, en un país en el cual el equilibrio étnico es muy frágil. El conflicto comenzó el 4 de noviembre, cuando tropas etíopes marcharon sobre el Tigray, capturando rápidamente sus principales ciudades. Poco después, el gobierno eritreo decidió intervenir en favor del gobierno etíope, lo que empeoró la de ya de por sí delicada situación del ejecutivo tigriño.

Sin embargo, pese a la pérdida de los principales núcleos urbanos, el FLPT sigue luchando. Contando con una vasta experiencia en la guerra de guerrillas (que les otorgó grandes éxitos durante la guerra civil etíope de 1974-1990), el FLPT continúa con los combates en las zonas rurales de la región, luchando al mismo tiempo contra etíopes y eritreos.

Por si fuera poco, la región se encuentra, además, en una situación de aislamiento. Como parte de su política para asfixiar a la resistencia tigriña, el gobierno de Etiopía ha cerrado los accesos a la zona, cortando la conexión a Internet y al teléfono,  evitando que entre cualquier ayuda humanitaria en la mayor parte del país.

Refugiados eritreos

Un total de 96.000 refugiados eritreos se encontraban en el Tigray antes de la guerra. Eritrea ha sido gobernada ininterrumpidamente, desde su independencia en 1993, por Isaias Afwerki, cuya política tiene, como eje central, el servicio militar. Concebido más allá de su función principal (el adiestramiento militar de la población para casos de guerra), el servicio militar eritreo ha sido definido como esclavitud por varios organismos internacionales, como las Naciones Unidas o el Parlamento Europeo .

 Usando las antiguas tensiones con Etiopía como excusa, el gobierno eritreo mantiene un sistema de servicio militar en el que, tras un breve período de instrucción militar, fuerza a los reclutas a realizar todo tipo de trabajos: desde servicios en hospitales y escuelas, a trabajar construyendo carreteras o en las minas, todo por un salario exiguo o, en ocasiones, inexistente.  La duración del servicio es totalmente arbitraria, y depende, en gran medida, de la decisión del comandante militar. En no pocas ocasiones, el servicio militar ha llegado a durar hasta 20 años. La objeción de conciencia no está contemplada, por lo que aquellos que se niegan a alistarse se enfrentan a la cárcel.

La llegada de tropas eritreas a la zona ha supuesto el peor de los escenarios para los refugiados eritreos, que se encuentran ahora a merced de las tropas de las que habían huido. Según imágenes satelitales analizadas por el grupo británico DX Open Network, dos campos de refugiados, Hitsats y Shimelba, que albergaban hasta 25.000 refugiados, han sido desmantelados.

A esto hay que añadirle que Etiopía es uno de los países con mayor número de desplazados internos: unos 100.000. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ya advirtió, cuando comenzó el conflicto, de que podía llegarse a una enorme crisis humanitaria. Y, al parecer, este escenario se ha alcanzado

Crisis humanitaria

ACNUR advirtió, el pasado mes de enero, de la urgencia para actuar en la zona, con el objetivo, en palabras de los mismos, de “salvar miles de vidas”. El portavoz del organismo, Babar Baloch, advirtió de que los refugiados eritreos se encuentran en una situación lamentable, sin acceso a agua depurada, por lo que se están propagando las enfermedades. A esto hay que sumarle la inseguridad, ya que se encuentran totalmente indefensos frente a grupos armados que, al parecer, asaltan y saquean los campos de refugiados por las noches.

La ayuda humanitaria ha llegado ya a más de un millón de tigriños, pero es insuficiente. Los trabajadores humanitarios no han podido llegar a las extensas zonas rurales del país, y algunos incluso denuncian que han tenido que negociar con grupos armados, incluyendo tropas eritreas, para poder acceder a estas zonas. Se teme seriamente la llegada de una hambruna, ya que es muy probable que las reservas de comida a los que tienen acceso las familias se hayan agotado ya, o lo hagan en los próximos dos meses, como denunció la agencia estadounidense Famine Early Warning Systems Network.

Un nuevo informe de la ONU, publicado el pasado día 4, advirtió de que, previamente al conflicto, había unas 950.000 personas que necesitaban ayuda. Sin embargo, la guerra ha aumentado la cifra vertiginosamente. Debido a los combates, la ONU calcula que 1,3 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria, a los que hay que sumar los 60.685 refugiados que se encuentran alojados en la vecina Sudán, lo que eleva el número de personas en riesgo a más de 2 millones de personas. El director del Consejo Noruego para los Refugiados, Jan Egeland, ha dicho que en 40 años de experiencia no había visto tanto impedimento para la llegada de la ayuda humanitaria.

Refugiados huyendo a través de la frontera con Sudán. Fuente- Baz Ratner, Reuter

Por otra parte, los combates continúan sobre el terreno. La consejera especial del Secretario General de la ONU para la prevención del genocidio, Alice Wairimu Nderitu, ha dado la voz de alarma por la situación de violencia que se vive. “Hemos recibido informes preocupantes sobre violencia contra civiles por su etnia o su religión”, afirmó en una declaración. Wairimu ha denunciado que se están produciendo “asesinatos extrajudiciales, violencia sexual, saqueos, ejecuciones masivas y bloqueo del acceso a la ayuda humanitaria”.

La situación es extremadamente crítica. Los gobiernos eritreo y etíope niegan la presencia de tropas de Afwerki en el país, y los combates continúan en la región, con denuncias de serias violaciones de los derechos humanos. El acceso a la región de la ayuda humanitaria es enormemente complicado, y es muy probable que la que llegue sea insuficiente para evitar lo que, por desgracia, parece que está teniendo ya lugar; un desastre humanitario. Y, como es usual en estos casos, es la población civil, la más vulnerable, la principal víctima.

Refugiados esperan su ración en el centro para refugiados de Kassala, Sudán. Fuente-Getty

Por José Ignacio Contreras Valcárcel

Para expandir: Masacre en Etiopía ¿qué ocurrió en Axum?

-Solomon, Salem: Diplomats Decry Violence, Call for Withdrawal of Eritrean Troops from Ethiopia. VOA. 4 de febrero de 2021. Recuperado del siguiente enlace.

-ACNUR: “‘Full scale’ humanitarian crisis unfolding in Ethiopia’s Tigray: UNHCR”. 2020. ONU. Recuperado del siguiente enlace

-ONU: ‘Swift action’ needed in Tigray to save thousands at risk, UNHCR warns. 19 de enero de 2020. Recuperado del siguiente enlace.

-Fisayo-Bambi, Jerry: “Worsening refugee crisis from Tigray conflict- UNHCR”. 2020. AfricaNews. Recuperado del siguiente enlace.

-Anna, Cara & Lederer, Edith M.: “US urges Ethiopia’s PM to allow ‘immediate’ help to Tigray”. Associated Press. 4 de febrero de 2021. Recuperado del siguiente enlace.

-Anna, Cara: “UN: Situation in Ethiopia’s Tigray now ‘extremely alarming’”. Associated Press. 5 de febrero de 2021. Recuperado del siguiente enlace.

-OCAH: “Ethiopia – tigray region humanitarian update”. ONU. 4 de febrero de 2021. Enlace.

-Schlein, Lisa: “UN: Eritrean Refugees in Tigray Face Humanitarian Crisis”. VOA. 7 de febrero de 2021. Recuperado del siguiente enlace.

-BBC: “Tigray crisis: Ethiopia region at risk of huge ‘humanitarian disaster’”. 3 de febrero de 2021. Recuperado del siguiente enlace.

 

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