Malí se encuentra envuelto en una serie de protestas anti gobierno desde el pasado 10 de julio que mantienen a todo el norte del continente en vilo. Ese mismo día la Asamblea General y medios de comunicación como la Televisión Nacional fueron tomados por los manifestantes, resultando el cese de emisión de la cadena. En la calle los manifestantes levantaron barricadas bloqueando los tres puentes principales de la capital y provocando incendios con la quema de neumáticos.
El origen de estas protestas se encuentra en las denuncias de fraude electoral en las elecciones parlamentarias del pasado 29 de marzo de este mismo año. A pesar de que ya se contaban 200 contagiados por COVID-19, una cifra muy elevada de acuerdo con la evolución de la pandemia en el continente, el presidente se negó a retrasar las elecciones legislativas. La primera vuelta de las elecciones tuvo una participación del 35% y solo se validaron 22 escaños, lo que benefició enormemente al partido en el gobierno. No tardaron en surgir las acusaciones de fraude electoral, lo que elevó considerablemente la tensión y se produjeron protestas de baja intensidad. Además, desde el año 2013 el país sufre la lacra del terrorismo, que actualmente ha avanzado hacia el sur hasta haber traspasado a Burkina Faso. La situación de extrema pobreza e inseguridad ha erosionado enormemente el apoyo al presidente, Ibrahim Boubacar Keita, que ostenta la presidencia desde el año 2013. A raíz de esto, las exigencias de los manifestantes pasan por la disolución inmediata del Parlamento y el Gobierno, y la formación de un gobierno de transición.
Protestas contra el Gobierno (vía: Al Jazeera)
De estas protestas se formó la coalición “Movimiento 5 de junio- Agrupación de Fuerzas Patrióticas” (M5-RFP por sus siglas en inglés). Entre sus filas se encuentran activistas anticorrupción, ex ministros y su líder es un carismático clérigo llamado Mahmoud Dicko. La coalición actualmente encabeza las protestas contra el gobierno, en las que Dicko se ha posicionado como persona visible, y de la cual debe salir el primer ministro del gobierno de transición de acuerdo con las exigencias que se dieron. El 5 de julio el Presidente Ibrahim Keita se reunió con el líder de la coalición, Mahmoud Dicko, pero tras la reunión se declaró que el presidente maliense había rechazado las demandas de los manifestantes. Tres días después, el presidente trataba de calmar la situación anunciando reformas en un discurso a la nación, como nombrar nuevos jueces para la Corte Constitucional. La oposición reaccionaba a este comunicado llamando a volver a las calles.
Sin embargo pidió que se evitasen los enfrentamientos directos con la policía, que según datos del gobierno han dejado 158 heridos en total, sin renunciar a reivindicar las demandas. La presidencia declaraba el inicio de una investigación para determinar “el número de víctimas y las circunstancias exactas de las pérdidas humanas y materiales”.
El 11 de julio se reportaba el primer muerto y una veintena de heridos durante los enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad del país. La oposición denunció que se había empleado fuego real y gases lacrimógenos, además de las fuerzas antiterroristas del país, para dispersar a los manifestantes. Ese mismo día las redes sociales y servicios de mensajería como Twitter y Whatsapp fueron bloqueados en todo el país.
El presidente continuó con su campaña de medidas para tratar de frenar las protestas, esta vez anunciando la disolución del Tribunal Constitucional. La oposición calificó esta medida como insuficiente alegando que solo aceptará la renuncia del presidente como medida válida.
Al mismo tiempo se llevaron a cabo arrestos de los principales líderes de las protestas, que fueron denunciados por la oposición, pero el gobierno no hizo ninguna declaración al respecto. Posteriormente siete de los líderes pertenecientes al movimiento M5-RFP fueron liberados.
Conforme pasan los días el número de muertos en las manifestaciones no para de aumentar, siendo 11 fallecidos la última cifra reportada. La oposición denunció “ejecuciones sumarias premeditadas y detenciones arbitrarias” además del empleo de las fuerzas antiterroristas del país para dispersar a los manifestantes.
Manifestantes exigiendo la dimisión del presidente (vía: BBC)
Como ya comentábamos, los países del entorno han demostrado su preocupación por el desarrollo de los acontecimientos en Malí. El país es un punto estratégico para la región y una caída abrupta del gobierno tendría efectos muy severos en la zona.
El 26 de julio se celebraba la cumbre extraordinaria de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), conformada por 15 estados del continente, y se designó una delegación de la organización con el fin de conseguir un entendimiento entre el gobierno y la oposición.
La CEDAO mantuvo su apoyo al presidente Keita, alegando que había sido elegido democráticamente, por lo que su dimisión no era necesaria. Las negociaciones fracasaron ya que la oposición ha continuado teniendo la dimisión del presidente como una exigencia imprescindible.
El 27 de julio tenía lugar una reunión virtual entre los países integrantes de la CEDAO. Posteriormente se emitió una declaración conjunta en la que se pedía la formación inmediata de un gobierno de unidad, la destitución de 31 diputados, la celebración de nuevas elecciones, mantener el respeto a la Constitución y formar un nuevo tribunal constitucional dándose como fecha límite de implementación el 31 de julio. Además, se ha dado la posibilidad de implementar sanciones “contra quienes tomen medidas perjudiciales en el proceso de normalización de la crisis”.
Al día siguiente, el presidente de Malí nombraba nuevos ministros de Defensa, Justicia, Seguridad, Asuntos Exteriores, Administración Territorial y Finanzas con el fin de negociar con la oposición y lograr la formación de un gobierno de unidad.
Cumbre de países miembros de la CEDEAO ( Vía: La Tribune Afrique)
Hasta este momento la figura del presidente es la que había llevado la voz cantante en la gestión de las manifestaciones. Sin embargo, el sistema político maliense cuenta con la figura del primer ministro que ha sido nombrado principal responsable de la creación del gobierno de Unidad.Las protestas aun continúan desarrollándose y es pronto para saber cuál será el resultado final de las manifestaciones. Por una parte, el gobierno y la CEDAO tratan de formar un gobierno de unidad que trate de calmar los ánimos de los manifestantes o asegurar un continuismo del gobierno de Keita. Sin embargo, el gobierno se encuentra con poco margen de maniobra debido a la situación nacional y el fraude electoral, además de que las protestas están dirigidas y organizadas, lo que hace más improbable que se vayan diluyendo en el tiempo. La oposición y los manifestantes poseen unos objetivos muy claros y se ha demostrado en las múltiples veces que han reivindicado la dimisión del presidente. Además, la existencia de las protestas no implica necesariamente que vaya a haber un cambio significativo ya que, como en el caso de Argelia, se pueden dar protestas multitudinarias y a pesar de ellos las élites gobernantes logren organizarse de tal manera que no cambie casi nada. Otro punto muy importante es el apoyo que reciba el gobierno desde fuera. En el caso de Sudán se dieron protestas multitudinarias y muy violentas pero la caída de Omar al Bashir no se dio hasta que las monarquías del Golfo le retiraron su apoyo, lo que propició un alzamiento militar. Si los países del entorno apuntalan el gobierno maliense es muy difícil que éste caiga y es más probable que sobreviva haciendo solo unos ligeros cambios en su política. El desarrollo de los acontecimientos a lo largo de las próximas semanas dirá si el país sahelino se encuentra a las puertas de un cambio político.
Suscríbete y accede a los nuevos Artículos Exclusivos desde 3,99€
Si escoges nuestro plan DLG Premium anual tendrás también acceso a todos los seminarios de Descifrando la Guerra, incluyendo directos y grabaciones.
Apúntate a nuestra newsletter
Te enviaremos cada semana una selección de los artículos más destacados, para que no te pierdas nada.