Más del 65% de abstención en las elecciones regionales francesas, récord absoluto. La baja participación, que ya se esperaba, ha hecho que los pronósticos iniciales hayan estado más lejos de la realidad electoral. Como muestra, el batacazo de Reagrupación Nacional, que ha pasado de liderar en seis regiones en los sondeos a liderar solo una tras los resultados de primera vuelta y naufragar en la segunda. De momento parece que el principal ganador de estos comicios es la abstención seguida de los conservadores.
Las principales claves de las regionales
Las elecciones regionales en sí en Francia no revisten de una gran importancia, las presidenciales ocupan el principal foco de atención de la sociedad francesa, esto es debido al sistema tan centralista francés. Sin embargo, las regionales suelen servir para tomar la temperatura política a un año de la elección del Presidente de la República, de ahí lo interesante de seguir este evento.
El sistema electoral de las regionales es algo diferente al presidencial, hay dos vueltas, sí, pero en la segunda vuelta no se enfrentan dos candidatos como en los comicios a Presidente sino que las listas que alcanzan el 10% de los sufragios pueden llegar a la segunda ronda. Eso sí, en caso de que una lista llegue al 50% de los votos en primera ronda, esta ganará las elecciones sin necesidad de una segunda. El funcionamiento electoral es parlamentario con un reparto proporcional en función de los votos. También hay que tener en cuenta que la izquierda y la derecha suelen unirse en listas unitarias para intentar ganar ventaja, esto no pasa en las presidenciales por su componente personalista.
Dicho lo cual, para estas regionales se esperaban varias claves importantes para el panorama político francés:
- Averiguar qué futurible candidato para las presidenciales de Los Republicanos podría salir de estas elecciones. Se barajan Xavier Bertrand de Alta Francia y Valérie Pécresse de la Isla de Francia.
- Reagrupación Nacional con el objetivo de ganar una región, por primera vez, que sirva de trampolín a las presidenciales. Los sondeos daban a la formación de extrema derecha como primera fuerza en seis regiones, con posibilidades serias de ganar en tres.
- La izquierda con el objetivo de no perder terreno, los socialistas querían seguir siendo la primera fuerza en la izquierda, mientras que los verdes deseaban continuar con su ascenso y dar la sorpresa como en las municipales del año pasado.
- La República en Marcha de Macron con pocas expectativas debido a su debilidad territorial pero con la intención de que sus listas pudieran ser clave para hacer el “frente republicano” contra la extrema derecha.
Una abstención récord
¿La abstención ha sido la gran ganadora de estas regionales? A juzgar por los resultados parece que sí, solo el 32% de los franceses fueron a votar en primera vuelta y el 34% en segunda vuelta, una cifra muy inferior a las del año 2010, el anterior récord de abstención, cuando solo votó el 46% de los franceses en primera vuelta. Pero, ¿por qué esta abstención? Los motivos según Ifop parecen ser múltiples: desinterés por las elecciones regionales, los franceses no saben muy bien para qué sirven estos comicios ni qué beneficios pueden obtener de votar en unas regionales. Pero quizás lo que más debería hacer reflexionar a los partidos políticos, es el descontento y el hartazgo, cuestiones muy reales siendo una de las motivaciones de la baja participación.
El dato de abstención entre los jóvenes es sangrante, un 87% de los jóvenes de entre 18 y 24 años no han ido a votar en estas elecciones, entre el tramo de edad de 25 y 34 años, la abstención ha sido del 83%. Esto ha dañado especialmente a la República en Marcha que es primera fuerza entre los jóvenes de 18-24 años (sino contamos la abstención) y a Reagrupación Nacional que lidera entre el tramo de 25-34. El desinterés por estos comicios ha sido claro, pero eso no quiere decir que se aplique a las Presidenciales, donde la sociedad francesa está mucho más comprometida. En cualquier caso, estos resultados pueden servir de aviso ante un descontento que permea a la sociedad francesa, en un contexto claro de crisis tras una pandemia.
Resultados de la primera vuelta
Con unos datos de abstención tan altos es normal que los resultados de las elecciones hayan sorprendido. Los Republicanos, aparentemente un partido deshecho y sin rumbo, se han proclamado como los vencedores de estos comicios recogiendo el 28% de los votos. En segunda posición, Reagrupación Nacional de Le Pen, que pierde casi 10 puntos respecto a 2015, un resultado decepcionante por las expectativas que tenían desde el partido. El Partido Socialista se mantiene como primera fuerza de izquierdas, mientras que los Verdes siguen su ascenso. La República en Marcha llega al 10%, malos datos, pero las expectativas no eran muy positivas como se ha comentado anteriormente.
Los líderes de la mayoría presidencial han dejado claro que han cosechado malos resultados, de hecho, son los peores datos de un partido de gobierno en las regionales desde 2010. También hay que dejar claro que La República en Marcha es un partido nuevo, sin implantación territorial, podríamos decir incluso que no es ni un partido, sino un movimiento en torno a la figura del Presidente de la República, Emmanuel Macron. Macron puede estar ligeramente satisfecho con los resultados, ya que su principal rival en la carrera presidencial, Reagrupación Nacional, ha sufrido un serio revés. La extrema derecha solo lideró en una región, Provenza-Alpes-Costa Azul (PACA). Su candidato, Thierry Mariani, era primero con un 37%. No es una ventaja considerable, ya que la lista de los Republicanos estaba en un 31% y la izquierda hablaba de realizar un “frente republicano” contra la extrema derecha.
Esta región de PACA fue el principal foco de Reagrupación Nacional. Según los sondeos su candidato iba a obtener más del 40% de los votos, con serias posibilidades de ganar en segunda vuelta. Esta región además es importante porque cuenta con las ciudades de Marsella y Niza, siendo de los principales núcleos urbanos de Francia. El partido de Le Pen se iba a concentrar en ganar esta región en segunda vuelta. De hecho, prácticamente era su única posibilidad de ganar una región en estos comicios. Por otra parte, los Verdes y los Socialistas instaron a su lista a retirarse para así hacer un frente contra la extrema derecha y que ganase la lista de los Republicanos. Problemas a la vista, la lista de la izquierda, liderada por el verde Jean-Laurent Felizia declaró que mantendría su candidatura para la segunda vuelta. Las direcciones nacionales de los Socialistas y Verdes presionaron para que Felizia diera marcha atrás, amenazando con la expulsión del partido. Lo cierto es que esta posible crisis de la izquierda en la región podría haber sido aprovechada por Reagrupación Nacional.
Mientras tanto en la derecha conservadora, que ya controlaba siete de trece regiones, parecía que todo son buenas noticias. Xavier Bertrand lideró Alta Francia con más del 40% de los votos, al igual que Laurent Wauquiez en Auvernia-Ródano-Alpes, con una clara ventaja sobre sus segundos. Valérie Pecrésse también lideró cómodamente en Isla de Francia con más del 35% de los sufragios. En Isla de Francia, aún así, la izquierda decidió unir sus listas en torno a los Verdes, que fueron primera fuerza de izquierda con un 13%. Así la Francia Insumisa (10%) y los Socialistas (10%) esperaban poder dar la machada en la región parisina en segunda vuelta.
Los Socialistas obtuvieron mejores resultados de los esperados, liderando en varias regiones como Bretaña, Nueva Aquitania y, sobre todo, Occitania (casi 40%). Los Socialistas, que controlaban cinco regiones, esperaban incluso conseguir dos más uniéndose con los Verdes, así lo anunció su Secretario General, Olivier Faure. La dirección socialista apuntaba hacia la región de Isla de Francia y País del Loira, esta última la lideraban los Republicanos (35%), pero los Verdes (17%) y Socialistas (16%) podrían unir listas y plantar cara en la segunda vuelta.
Resultados de la segunda vuelta
El día 27 de junio llegó la segunda vuelta de las elecciones, esperando conocer quién controlaría las regiones en Francia. A pesar del pobre dato de Reagrupación Nacional en la primera vuelta, especialmente si se compara con las expectativas de lideras hasta 6 regiones, los lepenistas se aferraban a sus posibilidades en la región de PACA (Provenza-Alpes-Costa Azul), donde habían logrado ser primera fuerza. Sin embargo, el dato de la primera vuelta en PACA era más ajustado de lo esperado y Thierry Mariani perdió la oportunidad ante el cordón sanitario del “frente republicano”. De modo que su mayor esperanza de tocar poder regional se desvanecería en PACA logrando solo crecer del 37% al 43% y perdiendo ante Renaud Muselier, el Presidente republicano de PACA que ha revalidado el cargo con un 57%. La lista de Muselier representaba la unión de los conservadores con los centristas y los liberales, con una lista conjunta con una serie de fuerzas entre las que destacaba La República En Marcha de Macron. Esta sería, además, la única región donde los de Macron tocarían el ejecutivo. Además, la prima del 25% de escaños, que se adjudica al vencedor en segunda vuelta, ha permitido que la lista de Muselier se hiciera con la mayoría absoluta de la cámara de PACA (le correspondía igualmente por el reparto proporcional), dejando a Reagrupación Nacional sin margen de maniobra en su principal plaza, al margen de su alcaldía en Perpiñán.
Obviando la cuestión de PACA y viendo cómo en primera vuelta ya naufragaron las posibilidades de cambio en Borgoña-Franco Condado, en Centro-Valle del Loira o en Occitania; los resultados quedaron dentro de lo esperado. Los Republicanos mantuvieron sus 7 regiones: Alta Francia (52%), Gran Este (40%), Normandía (44%), Isla de Francia (46%), País del Loira (46%), Auvernia-Ródano-Alpes (55%) y Provenza-Alpes-Costa Azul (57%). Por un lado en todas las regiones lograron no solo el gobierno sino mayoría absoluta parlamentaria, pero por otro los candidatos más pujantes no forman parte formalmente del partido sino que conforman coaliciones con Los Republicanos. Tanto Valérie Pécresse en Isla de Francia como Xavier Bertrand en Alta Francia dejaron el partido en 2017 tras el liderazgo republicano de Laurent Wauquiez, reelegido en Auvernia-Ródano-Alpes. Tampoco forma parte del partido el líder de Normandía, Hervé Morin. Pero todos ellos necesitaban una victoria holgada, que han conseguido, para posicionarse en la carrera interna hacia las presidenciales. Especialmente bien posicionado ha quedado Xavier Bertrand.
Los socialistas en coalición con otros partidos de izquierda han logrado mantener también sus 5 regiones: Occitania (58%), Bretaña (30%), Nueva Aquitania (40%), Centro-Valle del Loira (39%) y Borgoña-Franco Condado (42%). El Partido Socialista logró junto a los comunistas alcanzar la mayoría absoluta en todas ellas salvo en Bretaña, donde los verdes se presentaron por separado en coalición con los nacionalistas bretones (20%) y La Francia Insumisa no pasó el corte de la primera vuelta, siguiendo el patrón de otras regiones. Ante el descabezamiento socialista desde la desbandada tras las crisis internas con François Hollande y Benoît Hamon, la figura emergente más potente en el partido sería Anne Hidalgo, la alcaldesa de París. Al tiempo que Hidalgo se mantenía como perfil fuerte en París, su partido no conseguía un resultado suficiente para liderar siquiera a la izquierda en la región parisina, Isla de Francia (11% frente al 13% de los verdes).
Como se ha comentado, los ecologistas de Europa Ecología – Los Verdes siguieron una estrategia desigual, con listas propias en Nueva Aquitania o Bretaña, coaliciones con nacionalistas bretones y occitanos, retirada de listas o coalición con fuerzas de izquierda en otros puntos y dudas sobre el “frente republicano” en PACA. Esta estrategia llevó a un resultado expansivo del avance registrado en las municipales de 2020, cuando alcanzaron alcaldías importantes como Lyon o Estrasburgo. Y la avanzadilla de dicha expansión se registró en Isla de Francia, donde el partido logró un 33% como lista de consenso de izquierdas-verdes en coalición con el partido de Benoît Hamon y la retirada de los socialistas (11% en primera vuelta) y los insumisos (10% en primera vuelta). Estos resultados, aunque concentrados en el voto progresista de clases medias urbanas, supone un espaldarazo para su líder, Julien Bayou.
La República En Marcha perdió con menos del 7% de apoyo, incluso contando con figuras de gobierno como ex ministros en País del Loira (última fuerza con el 8%) o en Gran Este (última fuerza con el 13%) en coalición con otras fuerzas de centro. En Córcega los nacionalistas corsos lograron una victoria ajustada en solitario (41% y mayoría absoluta) pero sólida en el conjunto de los tres partidos (68%).
No se deberían sacar demasiadas conclusiones de estas elecciones de cara a las presidenciales, que son, como ya se ha comentado, otra batalla. La desorbitada abstención, especialmente entre los jóvenes, que representan un importante caladero de votos para Reagrupación Nacional, ha perjudicado las aspiraciones de Le Pen a nivel regional. El descalabro de La República En Marcha puede entenderse en los términos del absentismo, especialmente entre los jóvenes, pero es imprescindible entender el movimiento personalista que representa Macron sin ningún tipo de implantación territorial ni apenas estructura real de partido. El descontento en la política se mantiene como factor de preocupación para los partidos pero no se espera un dato tan extremo de abstención en las presidenciales de 2022 dado que la cuestión regional mueve de por sí hacia el absentismo. Es por ello que, aunque Reagrupación Nacional ha perdido parte de sus aspiraciones de cara a un empujón mediático y político con una victoria en PACA que no ha llegado, las elecciones regionales no parecen servir como medidor de lo que ocurrirá en las presidenciales.
Macron y Le Pen siguen siendo los favoritos ante un Partido Socialista desorganizado, un Partido Republicano debilitado pero pujante ante la posibilidad de un nuevo liderazgo, unos verdes crecidos en áreas urbanas y unos insumisos menguantes. El poder del “frente republicano” volverá a la mesa política en 2022. Y es que en PACA la victoria republicana ha sido facilitada con la retirada de la izquierda. A priori parece que el cordón sanitario sobre la extrema derecha se habría debilitado con la no concurrencia conjunta en listas unitarias en las regionales pero también o la puesta en duda de la retirada de listas, pero parece que ningún partido está dispuesto a renunciar abiertamente al “frente republicano” en un contexto donde Le Pen tenga posibilidades reales de tocar poder.
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