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Un nuevo acuerdo para Idlib

Por Jorge González Márquez

El día 5 de marzo se alcanzó un acuerdo de alto el fuego en la fronteriza provincia siria de Idlib tras algo más de un mes de tensiones y escaramuzas entre los ejércitos de Turquía y Siria. El acuerdo llega después de una reunión de casi 6 horas entre el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, y el presidente ruso, Vladimir Putin.

Para expandir: La crisis de Idlib


Protocolo adicional del Memorándum para la estabilización de la situación en la zona de desescalada de Idlib

La República de Turquía y la Federación Rusa, como garantes de la observancia del régimen de alto el fuego en la República Árabe Siria (en adelante, las partes)

Recordando el Memorándum para la creación de zonas de desescalada en la República Árabe Siria 4 de mayo de 2017,

Recordando el Memorándum sobre la creación de áreas de desescalada en la República Árabe Siria al 4 de mayo de 2017 y el Memorándum sobre la estabilización de la situación en el área de desescalada Idlib al 17 de septiembre de 2018.

Reafirmando su fuerte compromiso con la soberanía, independencia, unidad e integridad territorial de la República Árabe Siria.

Reafirmando su determinación para combatir todas las formas de terrorismo, y eliminar todos los grupos terroristas de Siria designados como tales por el Consejo de Seguridad de la ONU, y aceptando que los ataques contra civiles e infraestructuras civiles no pueden ser justificados bajo ningún pretexto,

Resaltando que no puede haber una solución militar al conflicto sirio y que este solo se resolverá a través de un proceso político facilitado por la ONU, liderado por sirios y conformado por sirios en línea con la Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas 2254,

Destacando la importancia de prevenir un mayor deterioro de la situación humanitaria, proteger a los civiles y garantizar la asistencia humanitaria a todos los sirios que lo necesiten sin condiciones previas ni discriminación, así como prevenir el desplazamiento de personas y facilitar el retorno seguro y voluntario de refugiados y desplazados internos a sus lugares de residencia originales en Siria;

Han acordado lo siguiente,

  1. Cese todas las acciones militares a lo largo de la línea de contacto en la zona de desescalada de Idlib comenzando a las 00:01 del 6 de marzo de 2020
  2. Un corredor de seguridad será establecido con una profundidad de 6 km al norte y al sur a lo largo de la autovía M4. Los parámetros específicos del funcionamiento de este corredor de seguridad serán acordados entre los ministerios de Defensa de la República de Turquía y la Federación Rusa en un plazo de 7 días.
  3. El 15 de marzo de 2020, comenzarán a realizarse patrullas conjuntas ruso-turcas a lo largo de la autovía M4 desde el asentamiento de Trumba (2 km al oeste de Saraqib) hasta el asentamiento de Ain-Al-Havr.

Este protocolo adicional entra en vigor en el momento de su firma.

Realizado en Moscu el 5 de marzo de 2020 en tres copias, en turco, ruso e inglés, teniendo todos los textos la misma fuerza legal.


Control territorial en el noroeste de Siria tras la firma del acuerdo

Un acuerdo de mil rostros

Son muchas las lecturas que pueden hacerse sobre el acuerdo firmado en Moscú, especialmente porque a la hora de interpretarlo pesan más los silencios y el contexto que los principales puntos del mismo. Analicemos por lo tanto a cada uno de los principales actores: Rusia, Turquía y Siria.

Turquía

Desde el comienzo de la ofensiva siria sobre el bastión rebelde de Idlib, Erdogan ha realizado varios discursos en los que amenazaba al ejército sirio. Deteniéndonos a revisar atentamente las declaraciones de Erdogan, encontramos que a lo largo del mes de febrero sus exigencias siempre han girado en torno a dos demandas muy concretas: un nuevo alto el fuego que conllevara el fin de la ofensiva del ejército sirio y la implementación del Acuerdo de Sochi de 2018. Esta última demanda era considerada una línea roja por parte de Ankara ya que implicaría que las tropas de Damasco deberían retirarse de las posiciones capturadas durante los últimos meses de combates.

La primera demanda ha sido conseguida y en el proceso Turquía ha demostrado sus más que notables capacidades militares, especialmente en lo que se refiere al uso de los drones de combate, y su voluntad de actuar contra el ejército sirio en caso de considerarlo necesario.

El presidente turco, Recep Tayip Erdogan, da un discurso ante el parlamento el 12 de febrero de 2020. Via: AP Photo/Burhan Ozbilici

La segunda demanda, por el contrario, ha sido completamente descartada a la hora de alcanzar un acuerdo. La prueba más evidente en este sentido es que el documento no hace mención alguna al Acuerdo de Sochi de 2018. Pero aún más importante que esto es el hecho de que el texto se plantea como un protocolo adicional al acuerdo de Astana de 2017 por lo que no es tan solo un “arreglo” por encima de Sochi sino como una vía completamente alternativa que elimina totalmente los efectos del acuerdo de 2018. Y al no imponerse la vía de Sochi esto implica que se ha hecho una concesión tanto a nivel de retórica diplomática, a Rusia, como a nivel territorial, al ejército sirio. Esta doble concesión es notable por lo que debemos preguntarnos ¿qué obtiene el gobierno de Erdogan a cambio además del alto el fuego?

Como ya adelantábamos en el anterior artículo, el gobierno turco tiene muchas razones para querer influir en la velocidad de desarrollo del conflicto en Idlib, ya que la ralentización o la congelación del mismo podrían otorgar a Turquía diversas ventajas estratégicas. Varios de estos posibles beneficios tienen directamente que ver con la implicación de Turquía en el conflicto de Libia y las declaraciones de Erdogan tras su regreso a Ankara parecen indicar que, durante su reunión Moscú, el presidente turco podría haber conseguido algún tipo de concesión por parte de su homólogo ruso en el marco del conflicto norteafricano. Aunque probablemente hasta dentro de unas semanas será notablemente difícil percibir la existencia e importancia de dicho acuerdo.

Siria

Aunque el gobierno sirio desea acabar la guerra cuanto antes para reducir el gasto militar y enfocarse en la reconstrucción del país, esta no es una tarea en absoluto sencilla. La operación “Amanecer de Idlib” es una operación militar larga y costosa, tanto en vidas como en recursos militares y económicos, pero la intervención turca ha provocado que este coste se haya disparado dramáticamente, especialmente debido a la intensa campaña de ataques aéreos llevada a cabo por los drones del ejército turco.

En consecuencia, la firma del alto el fuego supone permite al ejército sirio conseguir un tiempo necesario, aunque sea a regañadientes, que poder utilizar para poder reforzar sus filas y preparar la siguiente fase de la ofensiva dentro de unos meses.

A pesar de las bajas también resulta necesario señalar que, con la firma del acuerdo, el ejército sirio ha conseguido consolidar su control sobre al menos uno los principales objetivos de la tercera fase de “Amanecer de Idlib”: la autovía M5. La M5 es la principal arteria económica del país, ya que conecta Damasco y Aleppo.

Reunión de la delegación del “gobierno interino” de Tobruk con Bashar al-Assad. Via: SANA

Por último, la ofensiva turca contra el ejército sirio ha provocado un desarrollo de consecuencias aún insospechadas pero que podría ayudar en el futuro al gobierno sirio a reincorporarse a la actividad internacional en la región con una mayor facilidad. El “gobierno interino” de Tobruk (Libia) envió recientemente una delegación diplomática a Damasco y durante el transcurso de la visita se firmaron varios acuerdos de relevancia entre los que destaca el establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos gobiernos. Esto ha convertido a Siria en el primer país que reconoce al gobierno oriental de Libia como el gobierno legítimo del país, al menos desde la firma de los acuerdos de Skhirat en 2015, lo que podría facilitar un mayor acercamiento con Egipto, Jordania y Emiratos Árabes Unidos, los principales socios de Tobruk, en el futuro.

Rusia

En cierto sentido, Rusia quizá sea el actor que menos beneficio directo obtiene a raíz de la firma de este acuerdo. Esto en buena medida se debe también a que Rusia era el país para el que toda esta situación tenía una menor importancia relativa. Aun así, la firma del acuerdo revalida a Moscú en su papel como mediador de conflictos en la región, refuerza el valor de su alianza con el gobierno de Damasco y profundiza su relación con Turquía.


¿Un acuerdo destinado a durar?

Ningún acuerdo de alto el fuego realizado a lo largo del transcurso de la guerra en Siria ha durado demasiado. Y, en consecuencia, es fácil preguntarse ¿y por cuánto tiempo durará el silencio en esta ocasión?

Resulta fácil ser escéptico al respecto. Las facciones islamistas de Idlib ya han declarado su rechazo al nuevo acuerdo de alto el fuego y se han producido varias violaciones del mismo en los últimos días. Turquía ha enviado nuevos convoyes militares a la región con el fin de reforzar sus posiciones defensivas. Y el ejército sirio aguarda una excusa para terminar de limpiar la región al sur del cinturón de seguridad de la M4 para así poder terminar de consolidar sus posiciones.

Sin embargo, es probable que este alto el fuego, aunque sea violado en numerosas ocasiones, dure formalmente hasta 6 meses.

Los tres puntos principales del acuerdo firmado en Moscú

Son muchos los pequeños detalles que favorecen que este sea el desarrollo más probable, pero hay tres que destacan sobre el resto:

  • Política interior siria: El gobierno de Damasco lleva meses inmerso en un proceso de negociación con las autoridades kurdas que controlan la mayor parte del territorio al este del Éufrates. Durante las próximas semanas y meses estas negociaciones entrarán en su fase más crítica y Damasco no querrá tener el grueso de sus tropas enfangadas en Idlib ya que esto podría darle una imagen de debilidad.
  • Política exterior turca: El gobierno de Ankara, como ya hemos reiterado en varias ocasiones, tiene una prioridad inmediata más relevante: su intervención en la Segunda Guerra Civil libia. Como ya indicamos en el anterior artículo, Ankara quiere evitar un escenario en el cual tenga que luchar a la vez en dos frentes tan distantes y por lo tanto pasaran meses, durante los que el foco estará puesto en Libia, antes de que el gobierno turco pudiera sentir la tentación de intentar vulnerar el nuevo status-quo.
  • Garantías diplomáticas rusas: Teniendo en cuenta las necesidades de los gobiernos de Siria y Turquía resulta difícil creer que, con el fin de alcanzar el presente acuerdo, el gobierno de Moscú no haya ofrecido una serie de garantías a cada una de las partes sobre los límites de la actuación de la otra durante los próximos meses. Por ende, resulta difícil de creer que ninguno de estos actores esté dispuesto a contravenir el arbitraje de Rusia ya que esto pondría en peligro toda ventaja obtenida a raíz de la firma de este acuerdo.

¿Y que vendrá después de la firma de este acuerdo?

Una operación militar al sur de la M4: Al sur del cordón de seguridad queda una pequeña franja de menos de una veintena de localidades que están en manos principalmente del Partido Islámico del Turkestan. El ejército sirio lanzará pronto una ofensiva contra esta región para consolidar así el frente de cara a futuras operaciones a través de la M4.

Una ofensiva del Gobierno de Acuerdo Nacional en Libia: Con la situación en Siria bajo control, Turquía al fin podrá destinar todos los recursos necesarios para apoyar a sus aliados en Trípoli en la difícil tarea de tratar de recuperar el control del país. El ministro del Interior del GNA, Fathi Bashagha, ha declarado que en las próximas semanas su gobierno pasará de las acciones defensivas a las ofensivas.

La última gran batalla de la guerra de Siria: Tarde o temprano el ejército sirio tratará de entrar en Idlib. Teniendo en cuenta que un gran número de los combatientes que se encuentran en la región son aquellos que no quisieron rendirse cuando las tropas de Damasco tomaron el control de otras posiciones rebeldes en el país, resulta difícil imaginar que se vaya a producir un acuerdo de reconciliación que permita un final tranquilo a la guerra en la zona. Cuando ocurrirá esto es algo prácticamente imposible de predecir al igual que la estrategia que seguirá Turquía en el momento. Son muchos los factores que afectan a estas decisiones y que hoy en día distan mucho de estar definidos.

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