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Guerra en el Este del Eufrates

Por Jorge González Márquez

A las 15:00 del miércoles 9 de octubre de 2019, Turquía lanzó la operación militar “Barış Pınarı“, traducida al castellano como “Primavera de Paz”, contra el territorio controlado por las Syrian Democratic Forces (SDF), una coalición de milicias, apoyadas por Estados Unidos, cuyo componente principal son las YPG (del kurdo Yekîneyên Parastina Gel, en castellano “Unidades de Protección Popular”), el brazo armado del también kurdo Partido de la Unión Democrática. 

Los antecedentes y argumentos de Turquía

Turquía considera a las YPG como un entidad asociada al, o directamente que forma parte de, Partido de los Trabajadores del Kurdistan (PKK), un partido y grupo armado kurdo con el que el estado turco lleva luchando un conflicto de baja intensidad desde finales de la década de los 70 hasta la actualidad. El PKK, ideológicamente cercano al marxismo en sus orígenes, ha defendido a lo largo de su historia el establecimiento de un estado kurdo independiente en lo que actualmente es territorio de Turquía o, más recientemente, el establecimiento de una región autónoma kurda. El PKK está considerado como un grupo terrorista por Turquía y otros países como Estados Unidos, Francia, Alemania o Irán.

Civiles turcos observan la batalla de Ayn al-Arab/Kobani al otro lado de la frontera

A mediados de 2015 se rompió un alto el fuego entre el gobierno turco y el PKK, establecido en 2012, tras varios eventos entre los que destacan los atentados de Suruç en julio de 2015 y una serie de importantes disturbios a finales de 2014 en las regiones kurdas del país fruto de la actitud del gobierno turco hacia la batalla, entre el grupo yihadista Estado Islámico y las YPG sirias, de Kobani. El partido turco pro-kurdo HDP, fundado en 2012 a raíz del proceso de paz, y las YPG sirias acusan al gobierno turco de ayudar al Estado Islámico en su ataque.

Combatientes de las YPG

La extensión de las YPG por el noreste de Siria tras su victoria en Kobani y el establecimiento de la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria en 2016 son actos que el gobierno turco considera que ponen en peligro su integridad territorial, ya que el establecimiento de un estado o protoestado kurdo en el noreste de Siria podría ser utilizado como zona segura para el PKK en su conflicto contra el estado turco, tal y como ya ocurre, hasta cierto punto, con la Región autónoma del Kurdistan iraquí.

Para expandir: La batalla de Raqqa

En mayo de 2016, las fuerzas de las SDF lanzaron la operación “Comandante y Martir Faysal Abu Layla” y cruzaron el río Eufrates aprovechando la “cabeza de playa” ubicada en la ciudad de Tishrin, capturada en diciembre de 2015, y apoyadas por la aviación estadounidense comenzaron una ofensiva con el fin de expulsar al Estado Islámico de la ciudad de Manbij. Esta ofensiva se interpretó como el primer paso hacia la unión del territorio kurdo, dividido hasta entonces por la presencia del Estado Islámico entre el cantón de Afrín, aislado al oeste, y los cantones de Jazira y Kobani, ubicados al este del Eufrates.

Operación “Escudo del Eufrates” (Imagen ampliada)

Tras la victoria en Manbij las SDF anunciaron el comienzo de una ofensiva sobre la ciudad de Jarablus, situada junto a la frontera con Turquía. Es a raíz de esta ofensiva que Turquía decide finalmente intervenir directamente en el conflicto sirio y en agosto de 2016, excusándose en la lucha contra el terrorismo, lanza la operación “Escudo del Eufrates” para impedir el establecimiento de un corredor kurdo a lo largo de toda su frontera sur y expulsar las tropas kurdas al este del Eufrates, separando definitivamente los cantones. La operación militar se daría por finalizada en marzo de 2017, separando definitivamente los cantones kurdos pero sin alcanzar el objetivo de expulsar a las SDF al este del Eufrates debido a la intervención, en el último momento, de por un lado Rusia y el Ejército Árabe Sirio (SAA) de Damasco, que mediante un acuerdo con las SDF establecieron una zona de separación entre ambas fuerzas, y por otro de Estados Unidos que se comprometería con Turquía a una hoja de ruta para la retirada de las tropas kurdas al Este del Eufrates, sin que esta haya llegado a implementarse.

Operación “Rama de Olivo” (Imagen ampliada)

Casi un año más tarde, el 20 de enero de 2018, Turquía lanzó una nueva operación militar contra las SDF. Esta vez la ofensiva sería conocida como Operación “Rama de Olivo” y estaría destinada a capturar el cantón de Afrin. La ofensiva sería un rápido triunfo militar para Turquía que en poco más de 2 meses, concretamente el 24 de marzo de 2018, habría expulsado por completo a los kurdos de la zona con la excepción, nuevamente, de un pequeño bastión de las SDF se salvó en el último momento de la ofensiva turca por la intervención de Rusia, que acordó el despliegue de unidades de su policía militar en las inmediaciones de la ciudad de Tell Rifaat.

Patrulla estadounidense en los alrededores de Manbij

El gobierno turco había prometido tomar Manbij tanto durante la Operación “Escudo del Eufrates” como después de la Operación “Rama de Olivo” pero el apoyo estadounidense a las SDF y los intentos de negociación, primero de la administración Obama y posteriormente de la administración Trump, impidieron que Turquía pudiera alcanzar este objetivo alcanzándose una situación de bloqueo, a raíz de la presencia de patrullas estadounidenses, y status quo incómodo en la zona. Esta situación ha sido uno de muchos puntos de fricción entre Estados Unidos y Turquía, ya que las tensiones han afectado a las relaciones entre ambos países en los últimos años, especialmente a partir del intento de golpe de estado fallido en Turquía de 2016 y de la entrega de los de los sistemas antiaéreos S-400 comprados a Rusia en 2019, que provocó la expulsión de Turquía del programa de desarollo del caza de quinta generacion F-35.

Tras la la Operación “Rama de Olivo” esta tensión se ha extendido al Este del Eufrates, región que Erdogan ha anunciado que Turquía iba a atacar en numerosas ocasiones incluyendo octubre de 2018, diciembre de 2018, julio/agosto de 2019, septiembre de 2019 y más recientemente en octubre de 2019, durante los días previos al comienzo de la actual ofensiva.

La “Zona Segura”

El pasado 16 de agosto se estableció un acuerdo entre Estados Unidos y Turquía para el establecimiento de una zona segura de 115 km de largo y 20 km de ancho. 

Patrulla conjunta turco-estadounidense entre Tel Abyad y Ras al-Ayn

Este acuerdo se alcanzó después de varias semanas de negociaciones, iniciadas en julio de 2019 con la visita a Turquía del enviado especial para Siria del gobierno de Estados Unidos, James Jeffrey. Turquía manifestó desde un primer momento serias diferencias de opinión con Estados Unidos en cuanto a las características de dicha Zona Segura, ya que entre otras cuestiones el gobierno turco pretende utilizar la zona segura para reasentar a los más de 3 millones de refugiados sirios que residen ahora mismo en Turquía, pero durante los días 5, 6 y 7 de agosto se alcanzó un acuerdo para el establecimiento de un centro de operaciones conjuntas desde el que coordinar el establecimiento de una zona segura en el norte de Siria. Pero el establecimiento de este centro no garantizaba que se fuera a llegar a un acuerdo por lo que las SDF comenzaron a reforzar sus defensas en la región fronteriza.

Finalmente se llegó a un acuerdo preliminar por el cual se establecía una zona segura con las siguientes características:

  • La zona segura se establecería en una franja de 115 kilómetros entre las ciudades de Tel Abyad y Ras al-Ayn.
  • La zona segura tendrá un ancho de entre 5 y 14 kilómetros. Todas las tropas de las SDF abandonarán esta región. Habrá una segunda región de hasta 20 km en la cual podrán establecerse tropas de las SDF pero sin ningún tipo de armamento pesado.
  • Esta zona segura será patrullado de manera conjunta por tropas estadounidenses y turcas.
  • Turquía no establecerá presencia permanente de ningún tipo en el norte de Siria, no realizará incursiones y no llevará a cabo bombardeos.
  • Las SDF desmantelarán las estructuras defensivas construidas en la región fronteriza.
Zona segura reclamada por Turquía

La implementación de los acuerdos comenzaría a llevarse a cabo el 24 de agosto con la destrucción de las fortificaciones contruidas por las SDF y poco despues, el 8 de septiembre, con la primera patrulla conjunta turco-estadounidense. Pero mientras comenzaba la implementación del acuerdo, diversas autoridades del gobierno turco mostraron su desacuerdo con las condiciones estadounidenses de la zona segura, ya que Turquía demandaba, entre otras cuestiones, la posibilidad de establecer presencia permanente en la región. Este mensaje sería reforzado por el presidente Erdogan durante su discurso ante la 74ª Asamblea General de Naciones Unidas.

La sorpresa estadounidense y el comienzo de la ofensiva

El gobierno turco confiaba en poder celebrar una reunión bilateral entre Recep Tayip Erdogan y Donald Trump durante la estancia del mandatario turco en Estados Unidos a raíz de su participación en la Asamblea General de Naciones Unidas para poder manifestar las quejas de Turquía sobre la disposición de la zona segura. Esta reunión no se llevó a cabo debido al estallido del escándalo Ukrainegate y el comienzo del proceso de impeachment a Donald Trump.

Posteriormente, el 5 de octubre, Erdogan volvió a declarar que Turquía se estaba preparando para lanzar una operación militar en el noreste de Siria, unas amenazas que fueron consideradas seriamente tanto por oficiales estadounidenses como por oficiales de las SDF hasta el punto que durante la noche del día 6 de octubre se produjo una llamada entre los mandatarios turco y estadounidense en la que se acordó la realización de una reunión en Washington DC el próximo 13 de noviembre.

Comunicado oficial de la Casa Blanca sobre la llamada

Inicialmente, la llamado parecía indicar que la situación volvía a quedar congelada hasta la celebración de la reunión entre Trump y Erdogan, pero esa percepción cambió pocas horas más tarde con la publicación, por parte de la administración estadounidense, de un comunicado sobre la llamada en el cual se anunciaba la retirada de las tropas estadounidenses de la zona segura.

Para expandir: Siria: Un futuro incierto ante la retirada estadounidense

Esa retirada estadounidense se llevaría a cabo poco después del amanecer del lunes día 7. Durante las siguientes horas y días se realizaron numerosas declaraciones. Donald Trump volvió a mostrar su rechazo a la presencia estadounidense en Siria, senadores estadounidenses amenazaron con imponer sanciones a Turquía si lanzaba una operación militar en Siria y distintos países comenzaron a posicionarse ante la posibilidad de una inminente ofensiva.

A las 15:00 del miércoles 9 de octubre, comenzó la Operación “Primavera de Paz” siendo anunciada por el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, 10 minutos más tarde.

Áreas bombardeadas durante las primeras horas de la Operación “Primavera de Paz”

Las primeras horas de la operación consistieron en bombardeos por parte de la aviación y la artillería de las fuerzas armadas turcas en contra de las posiciones de las SDF a lo largo de la frontera. Las inexistentes contra-medidas frente a la superioridad aérea turca han llevado a que las SDF reclamen a la Coalición Internacional el establecimiento de una zona de exclusión aérea (no-fly zone) sobre la región.

Poco después del comienzo de la ofensiva, Reino Unido y Francia solicitaron la realización de una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (UNSC) para tratar la ofensiva turca. A su vez, Egipto solicitó una reunión de emergencia de la Liga Árabe por los mismos motivos.

Unas horas más tarde, sobre las 22:30 hora local, el ministerio de defensa turco anunció el comienzo de la ofensiva terrestre. Los combates hasta el momento se centran en torno a las ciudades de Tel Abyad y Ras al-Ayn. Estas dos ciudades recordemos que servían como límites de la “Zona Segura” y por lo tanto, las áreas en torno a las mismas están desprovistas de defensas.

La reacción de la Comunidad Internacional

Noruega, Finlandia, Alemania y Países Bajos han anunciado ya medidas ante la ofensiva, concretamente que suspenden/congelan/prohíben la venta de armas a Turquía. El senador estadounidense, Lindsey Graham, también ha presentado una propuesta de sanciones para Turquía que será votada por el Congreso estadounidense durante la semana del 14 al 20 de octubre. Francia y Suecia han anunciado que impulsarán un embargo de armas para Turquía en la cumbre europea que se celebrará también durante dicha semana. El secretario de Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, también ha anunciado que la administración Trump prepara un paquete de sanciones para Turquía para aplicarlo si se extralimitan en la operación.

Los últimos avances informativos hablan de cerca de 200.000 desplazados por la ofensiva turca, cerca de 400 combatientes kurdos neutralizados (muertos, capturados o heridos graves) y de importantes avances por parte de Turquía.

Para expandir: Mapa de la guerra en Siria

¿Qué podemos esperar del futuro?

  • Una ofensiva larga. Turquía parece que pretende establecer una zona segura a lo largo de toda su frontera sur. Esto son más de 400 kilómetros de largo y 30 de profundidad. Cualquier expectativa de una operación rápida desaparecerá pronto. Las SDF hablan ya de una operación de al menos un año de duración. Debemos tener en cuenta que la actual operación militar es la más ambiciosa realizada por la República de Turquía desde la invasión de Chipre.
  • Sorpresas desagradables. Los incidentes de la noche del 11 de octubre con las tropas estadounidenses situadas junto a Ayn al-Arab/Kobani pueden repetirse y tener consecuencias inesperadas que cambien todo el escenario.
  • Divisiones entre las SDF. Según avance la ofensiva y vayan sufriendo cada vez más perdidas tanto en vidas humanas como en territorio, las milicias se verán divididas entre si morir luchando frente a la invasión turca o negociar un acuerdo con Damasco/Rusia. Rusia ya ha señalado la existencia de esa posibilidad.  IMPORTANTE: Si se lleva a cabo un acuerdo apadrinado por Rusia, la ofensiva terminará pronto ya que los objetivos de la misma habrán sido alcanzados por otros medios.
  • Resistencia por parte de Turquía. Para Turquía esta operación es una cuestión de interés estratégico y seguridad nacional por lo que será dificil disuadirles de abandonarla una vez ya la han comenzado. Hay un considerable acuerdo a nivel nacional en torno a la ofensiva. Erdogan ya ha agradecido a otros tres grandes partidos su apoyo. 
  • Irán ¿uno de los principales perdedores?. El tercer miembro del grupo de Astana podría ser uno de los grandes perdedores de la ofensiva turca, a la cual se opone fervientemente, ya que esta incrementará el peso de Turquía en el escenario de posguerra en detrimento de Irán. Esto se debe a que, a raíz de la ofensiva, Turquía obtendrá el control efectivo de un importante porcentaje de población y territorio sirio a lo cual debemos sumar el valor político añadido surgido del papel fundamental que cumple Turquía a la hora de expulsar a Estados Unidos del territorio sirio.
  • Divisiones en Europa. La mayoría de los países miembros de la Unión Europea está en contra de la ofensiva, ya van varios comunicados al respecto, pero existen considerables dudas sobre si llegará a promulgar sanciones, más allá de lo puramente cosmético, debido a la amenaza de la cuestión migratoria. Y Erdogan lo sabe. Eso sin contar con que, en caso de un incremento en la presión por parte de la Unión Europea, Turquía podría tomar una postura aún más agresiva hacia Chipre y Grecia.
  • Divisiones en Estados Unidos. Estados Unidos necesita a Turquía en la OTAN, a pesar de que cada vez sea un aliado más difícil. Pero hay un considerable rechazo a la operación militar entre el establishment ya que se interpreta como un desafío a la Pax Americana con muchos riesgos y el hecho de tolerarla implica el abandono de unos aliados fieles. Unas sanciones excesivamente duras podrían provocar que Turquía se aproxime aún más a Rusia, lo que podría tener riesgos aún más graves. También hay que tener en cuenta que Estados Unidos ha publicado recientemente algunos documentos que reconocen a las YPG como la “rama local” del PKK en Siria.

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